▪︎Loved-hated▪︎
Actualidad...
HyungWon silbaba una canción y anotaba números en una planilla.
-Hoy estás de mejor humor -observó su compañero desde el otro lado del laboratorio. HyungWon se encongió de hombros sin despegar los ojos del microscopio.
Su compañero tenía razón. Su humor ante la perspectiva del cumpleaños de Jooheon había mejorado drásticamente.
Cuatro años antes...
Hoseok salió a toda prisa de la puerta giratoria y apenas puso un pie sobre la acera, su cuerpo chocó contra otro y de golpe una lluvia de papeles caía sobre su cabeza.
—¡Rayos!
Miró hacia abajo para encontrarse con una figura larga y delgada enfundada en un traje gris plata que sacudía la cabeza mirando el desastre de hojas dispersas.
—Lo-lo siento —dijo apresurándose a agacharse para empezar a recoger los papeles.
El muchacho que estaba en el piso levantó el rostro y Hoseok se quedó momentáneamente congelado con las manos en el aire.
—¿Acaso tú no miras por dónde caminas? —lo reprendió. Hoseok parpadeó y se aclaró la garganta. Se encontraba visiblemente afectado—. Hey, oye, te estoy hablando...
Hoseok intentó sonreírle, pero en cambio su boca se abrió en un gesto totalmente gracioso. El muchacho delgado logró ponerse de pie y Hoseok terminó de juntar las hojas e hizo lo mismo.
—De veras lo siento, yo estaba distraído —dijo alargando las manos con los papeles hacia adelante.
El muchacho se los arrebató con brusquedad y resopló molesto. Un mechón de cabello oscuro voló hacia arriba.
—Pues la próxima vez sé más cuidadoso. Juro que si se rompió alguna de las muestras voy a...
Hoseok ladeó la cabeza y notó que el muchacho llevaba una pequeña congeladora en su mano.
—¡Un café! —lo interrumpió de golpe. El muchacho lo miró como si no pudiera creer lo que estaba escuchando—. Te invito un café. Pagaré por las muestras, eso no será problema.
—Con que eres de esos imbéciles que creen que pueden arreglar todo con dinero, ¿verdad? —el alto negó con la cabeza y se alisó el cabello con el dorso de la mano con los papeles—. ¡Maldito, engreído!
—murmuró.
—Oye, lo siento, ¿sí? Dije que te lo compensaré. Déjame invitarte un café.
El muchacho lo miró con el rostro serio, hasta que finalmente suspiró y asintió.
—Bien. Acepto —dijo mirando su reloj—, aún tengo un poco de tiempo. Sólo déjame hacer una llamada.
Hoseok sonrió triunfante y apenas el muchacho se alejó unos metros, mandó un mensaje al grupo de chat.
'Acabo de conocer al amor de mi vida'
Unos minutos después el muchacho delgado se acercaba con paso firme.
—Hay una cafetería estupenda a dos calles de aquí.
Hoseok asintió y sonrió.
—Ah, a propósito, soy HyungWon —dijo el muchacho.
—Mi nombre es Hoseok. Shin Hoseok.
♥︎
HyungWon había esperado cinco largos años para acercarse a Hoseok. Sabía todo sobre él. Y cuanto más lo conocía, más lo odiaba. Hoseok no era más que un idiota malcriado con una cantidad obscena de dinero y demasiado tiempo libre. Desde aquella tarde en la que habían descubierto de casualidad que InSeong y Hoseok eran la misma persona, no había descansado hasta conocer a ese hombre más de lo que se conocía a sí mismo.
Shin Hoseok. Heredero universal del grupo financiero Shin. Un idiota que tenía el mundo a sus pies. Guapo, rico, famoso... y también un asesino.
—¿Estás seguro de lo que vas a hacer?
El muchacho rubio se recostó sobre el respaldo de la silla del café. HyungWon asintió sin despegar la mirada de aquellos ojos color miel que lo miraban con pena.
—No puedo rendirme ahora, Min. Lo tengo comiendo de mi mano.
Su amigo frunció los labios y suspiró asintiendo.
—Lo sé. Y créeme que te entiendo. Pero, ¿no crees que ya es hora de... de dejar todo aquello atrás? ¿Acaso no te das cuenta que solo te dañas a ti mismo con esto?
HyungWon desvió la mirada hacia la calle. No podía dejar que las palabras de su amigo lo alejaran de su plan. No cuando estaba tan cerca de lograrlo.
—Tú no lo entiendes —dijo tamborileando los dedos sobre la mesa—. Además él fue el que dio el primer paso.
—Bueno, no es como que tuviera demasiadas opciones... —soltó su amigo resoplando.
HyungWon lo miró.
—¿Qué quieres decir con eso?
MinHyuk no se dejó amedrentar por su mirada asesina.
—Te convertiste prácticamente en su sombra. Tarde o temprano iba a toparse contigo.
HyungWon sonrió.
—¿No crees que mis encantos hayan tenido algo que ver en que me haya invitado a salir?
—¿No crees que estás demasiado lleno de ti mismo? —replicó MinHyuk con sarcasmo aunque luego su expresión se suavizó. Se inclinó sobre la mesa y le agarró una mano—. Me preocupo por ti, tonto. No quiero que sufras más.
—Yo no...
—No. No conmigo. No intentes hacerme creer que estás bien. Desde que él se fue no lo has estado.
HyungWon rodó los ojos.
—Él destruyó a mi familia, ¿entiendes?
MinHyuk le soltó la mano con brusquedad y se cruzó de brazos.
—¿Crees que fue fácil para mí? Te recuerdo que yo también lo perdí. Hee Sung era como mi hermano menor, idiota. No te atrevas a minimizar mi dolor.
Esta vez fue HyungWon quien tomó la mano contraria.
—Lo siento, lo siento. Sé lo que querías a Hee, pero Min, entonces debes entender que es necesario. Él tiene que pagar por todo el dolor que nos causó —sacó un pedazo de papel de su abrigo y lo lanzó sobre la mesa. —Mira eso.
MinHyuk abrió el papel. Era una página de revistas de actualidad con una foto de Hoseok enmarcada por un título en letras rojas.
'El soltero más codiciado'. Shin Hoseok, heredero del grupo financiero Shin, no sólo es el perfecto chaebol sino que además es el elegido por las jóvenes como 'el novio de la nación'. ¿Qué lo hace tan perfecto y el candidato ideal que toda madre desea para sus hijas?
MinHyuk hizo una mueca asqueada y arrugó el papel en sus manos.
—Malnacido —dijo furioso.
—¿Por qué él y esos idiotas tienen que seguir viviendo una vida de ensueño mientras mi hermano está bajo tierra?
—HyungWon se inclinó hacia adelante y se tomó la cabeza con ambas manos. Su cabello brillante se escapaba por entre medio de sus dedos largos—. No puedo. Necesito hacerles pagar cada una de las lágrimas que les hicieron derramar a mis padres, a mi abuela, a nosotros...
MinHyuk no dijo nada más. Temía que todo aquel plan descabellado acabara con la poca estabilidad mental que tenía su mejor amigo. Había visto como su psiquis se iba debilitando con el correr de los años a la par que su sed de venganza hacia esos tres tipos, crecía a pasos agigantados.
—Lo único que quiero es que te saques este peso de encima, Won. Estoy cansado de verte sufrir.
—Sólo volveré a ser feliz cuando esos hijos de perra ya no estén caminando entre nosotros.
—¿Tienes todo listo? —preguntó Hoseok mirando cómo su novio sacaba y metía cosas en un bolso de mano.
—Sí. No es mucho, pero solo será un fin de semana.
—Lo pasaremos genial. Ya verás. La casa de playa de Joo es fantástica. Tiene un jacuzzi de cara al mar —dijo acercándose a la cama para terminar cayendo de bruces a los pies de HyungWon—. Podríamos hacer tantas cosas allí dentro...
Las manos grandes subieron por los muslos dorados y se colaron bajo los shorts de algodón color oscuro. HyungWon suspiró.
—No empieces, tenemos cosas que empacar...
Pero su novio no lo escuchó, sino que quitó las manos de entre la ropa y tiró de la prenda hacia abajo. HyungWon jadeó.
—Eso puede esperar —Hoseok sonrió de costado y llevó una mano a su propio bulto que casi saltaba de sus pantalones de lino—, pero esto no.
—Ho, no seas infantil... Oh... —Hoseok se inclinó y liberó su erección ya despierta para luego inclinarse y lamer toda la extensión de piel aterciopelada.
Al parecer Hoseok no tenía otra forma de comunicarse con él más que a través del sexo. Y nuevamente se vio siendo arrastrado por el mismo sentimiento ambivalente. Odiaba a ese hombre que estaba entre sus piernas. Lo odiaba con la misma intensidad que amaba lo que estaba haciendo con él. ¿Cómo podían dos sentimientos tan poderosos y opuestos convivir en una misma persona? ¿Cómo podía desear acabar con la vida del hombre que lo amaba con tal fervor?
Cerró los ojos y se recostó, suspirando y gimiendo ante la sensación húmeda y caliente que le proporcionaba aquella boca que pronto exhalaría su último aliento.
Poco tiempo después, ambos yacías acostados en la cama, con la respiración entrecortada y los rostros acalorados.
—Won...
HyungWon solo soltó un "Mhh?" en respuesta. Se sentía adormilado.
—Quiero que nos casemos.
La pregunta lo tomó por sorpresa. Tanto que cuando giró la cabeza sintió un pinchazo en el cuello.
—¿Qué?
Hoseok soltó una risita divertida y se giró hasta quedar de costado, apoyado en un brazo.
—Lo que escuchaste. Quiero casarme contigo.
HyungWon se incorporó y volvió a mirarlo.
—No me mires así, bebé. He estado pensando mucho últimamente en nosotros. Y creo que es un buen momento. Hace casi cuatro años que estamos juntos... y te amo. ¿Qué más necesitas?
—Ho... no podemos casarnos.
Hoseok se sentó por completo en la cama y suspiró. Su enorme torso se ensanchó cuando expulsó el aire de sus pulmones.
—¿No quieres? ¿Acaso no me amas?
No. No te amo. Te odio.
—Te recuerdo que aquí no está permitido el matrimonio entre dos hombres.
Hoseok chasqueó la lengua y rodó los ojos.
—Esos son detalles. Volaremos a cualquier parte del mundo. Nos casaremos donde tú quieras —dijo y se impulsó hacia adelante para tomarle la cara entre las manos y estampar sus labios en un beso agresivo y caliente—. Te amo, bebé. Y no quiero separarme de ti jamás. Eres mío. Y quiero que lo seas para siempre.
HyungWon se dejó besar, pero no respondió. Hoseok estaba loco. Incluso más que él. Quiso echarse a reír por lo patético que se veía haciéndole esa declaración.
—Hablemos de esto cuando volvamos de Jeju, ¿sí? —dijo acariciando las mejillas pálidas—. Es un paso importante y no podemos tomárnoslo a la ligera.
Hoseok lo abrazó y enterró el rostro en su cuello.
Dos días. Dos días más y Hoseok solo será un mal recuerdo.
Hola a todxs! Después de 800 años paso a actualizar esta historia que había olvidado que tenía que terminar 😅 Pero acá estoy, este será el anteúltimo capítulo, así que intentaré subir el final esta noche. Espero la hayan disfrutado ♥︎
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