▪︎Drunk-dazed▪︎
Cuando llegaron al apartamento, HyungWon tuvo que cargar con su novio que estaba demasiado ebrio como para dar dos pasos sin caerse. Apenas cruzaron la puerta de la habitación, dejó caer el cuerpo inerte sobre la cama y se sentó a su lado. Miró el enorme cuerpo de Hoseok. La camisa abierta hasta el pecho, la piel pálida y sedosa brillaba a la luz de la lámpara.
-¿Qué voy a hacer contigo, idiota? -masculló entre dientes. Estaba hirviendo de rabia. La conversación lo había agarrado con la guardia baja. Si bien sabía todo lo que había pasado su hermano a manos de esos idiotas, escuchar hablar así de él le dolía más allá de lo imaginable. Su hermanito. El dulce y buen Hee Sung. Y esos bastardos lo habían reducido a... Cerró los ojos y una lágrima solitaria rodó por su mejilla.
Nueve años atrás...
Hoseok tipeó con rapidez y sonrió a la pantalla.
-Ponle más tetas -sugirió Chang mirando la pantalla de juego.
-El enano ese es gay -dijo Jooheon riendo-, hazlo parecido a ti, Ho. Es carnada segura.
Hoseok se giró y le dio un puñetazo en el estómago.
-Cierra la boca y trae algo para comer. Muero de hambre.
-No soy tu sirviente, imbécil. Ve tú.
Pasaron la siguiente hora creando un personaje en un juego muy famoso y finalmente quedaron satisfechos con el resultado.
-Al final sí se parece a ti -se burló Jooheon.
-Yah, ahora dinos el nombre del user del enano -dijo tomando un puñado de frituras de un bowl.
Chang rebuscó en su mochila y sacó un papelito.
-Anti-romantic16 -leyó Chang. Jooheon soltó una carcajada.
-¿Qué clase de nombre virgen es ese?
Un rato después los tres se divertían paseando a su personaje, Dark-Blood-God, por la aldea medieval. Ninguno entendía mucho sobre lo que debían hacer, pero pronto vieron que se había unido la persona que estaban esperando.
Durante las siguientes semanas, Dark-Blood-God y Anti-romantic16 se volvieron muy buenos amigos. Tanto que ambos habían intercambiado sus usuarios de chat y hablaban hasta muy tarde en la noche.
Una noche, HyungWon entró a la habitación de su hermano y este cerró la ventana de chat con rapidez.
-¿Con quién hablabas? -le preguntó echándose en la cama con los brazos detrás de la cabeza.
-Na-nadie. Yo... ¿Qué haces aquí? ¿Pensé que volvías a casa de la abuela?
-No. Me quedaré algunos días más. Aprobé los exámenes por lo que tengo algún tiempo libre. Entonces... ¿no vas a decirme con quién hablabas? -preguntó sonriendo. Vio como su hermano se ponía colorado y sacudía la cabeza.
-Solo es un amigo -dijo haciendo girar su asiento-. Él es genial.
HyungWon se sentó muy contento de escucharlo hablar con tanto entusiasmo sobre alguien.
-¡Eso es genial, Hee! ¿Cómo se llama él?
-In Seong. Nos hicimos amigos en un juego...
HyungWon sonreía mientras su hermano le contaba sobre este nuevo amigo. Estaba muy feliz y aliviado al mismo tiempo, ya que sabía lo que su hermanito había sufrido en las otras escuelas anteriores. Hee Sung era su persona favorita en el mundo.
-¿Y tú qué? ¿Cómo está MinHyuk?
HyungWon suspiró. Había discutido con su mejor amigo antes de volver a su casa y eso le estaba pesando.
-Bien. Como siempre. Es el mismo loco de siempre. Ahora estamos peleados...
Esa noche hablaron hasta quedarse dormidos y cuando HyungWon tuvo que regresar a la casa de su abuela, lo hizo con un peso menos en el corazón porque su hermanito parecía estar haciéndolo bien.
-Seong... ¿puedo contarte un secreto?
Hoseok abrió los ojos y se enderezó en el asiento. Estaba cansado porque había estado toda la tarde entrenando y le dolía todo el cuerpo.
Suspiró y bostezó.
-Claro, somos amigos, ¿no es así?
-Bueno, es que es algo que nunca le he dicho a nadie...
A Hoseok le picó la curiosidad y se despabiló dándose dos bofetadas en la cara.
-Oh, entiendo -escribió cada vez más intrigado-, pero puedes decirme lo que quieras, Hee...
Hubo un minuto donde ninguno escribió nada hasta que finalmente Hoseok vio los tres puntitos suspensivos y la palabra escribiendo.
𖤓
Hoseok corrió por todo el patio hasta donde estaban sus amigos reunidos.
-No van a creer lo que pasó -dijo eufórico.
La risa de ChangKyun se escuchó hasta el primer piso.
-¡Cierra la boca, idiota! -lo retó Hoseok y le dio un codazo. Su amigo le devolvió el golpe.
-¿Qué haremos con esta información? -Joo se sentó en las gradas del patio y encendió un cigarro.
-¿Acaso no es obvio? -dijo Hoseok quitándole el cigarro de la boca a Jooheon y dándole una calada.
Los tres amigos estuvieron casi toda la tarde planeando lo que Jooheon llamó "la broma del siglo XX".
-¿No será siglo XXI? ¿Tu mamá te dejó caer cuando eras bebé? -se burló Chang.
-Cállate, sabelotodo. Ahora, esta noche iremos a la casa de Ho y pondremos en marcha el plan. Quiero filmar la cara del pequeño idiota cuando se encuentre con "In Seong".
Hee Sung estaba nervioso. Y feliz. InSeong se le había confesado y sus sentimientos por fin eran correspondidos. Se vistió lo mejor que pudo, imitando la forma de vestir de su hermano que siempre estaba a la moda. Aunque por un momento deseó ser HyungWon. Si hubiera sido él, podía estar seguro que nadie lo rechazaría por su apariencia. ¿Y si InSeong no era lo que él esperaba? Peor aún, ¿y si él no era lo que InSeong esperaba? Suspiró y se miró una vez más en el espejo. Ensayó algunos saludos y sonrisas, intentando no parecer tan mortificado.
-Hee, cielo -su madre estaba parada contra el marco de la puerta de su habitación-, ¿estás seguro que no quieres que te lleve?
-No, mamá. Por favor, imagínate llegar a una cita con mi madre. InSeong pensará que soy un nene de mamá.
Su madre rio.
-Eres mi nene, y si ese chico piensa eso de tí, pues que se joda.
Hee Sung resopló divertido.
-Es el mejor amigo que tengo. Pero quiero darle una buena impresión. Ma... ¿y si él después de verme no quiere ser mi amigo?
Su madre se acercó y le acomodó el cabello con la mano. Hee Sung cerró los ojos y se dejó hacer.
-Eres el chico más encantador que hay. ¿Por qué no le gustarías?
Todo el viaje hacia el lugar de la cita lo hizo con el corazón a punto de salírsele del pecho. Se limpiaba compulsivamente las manos sobre el jean y dos veces estuvo a punto de quedarse sin aire. Estaba actuando como un niño, pero no podía evitar sentirse nervioso. Le pediría salir a InSeong y quizás esa noche volvería a casa teniendo un novio. Sonrió ante la perspectiva de una relación. La primera relación a sus dieciséis años.
InSeong lo había citado en un parque a una hora de su hogar. Revisó las indicaciones que había anotado en un papel mil veces hasta que se las aprendió de memoria. Se sentó en la banca color roja que su amigo le había indicado y esperó.
Jugó muchas partidas del 'gusanito' en su móvil y cuando pasó media hora de la hora pactada, marcó al teléfono que le había dado su amigo.
El número al que intenta llamar es inexistente.
InSeong nunca apareció y HeeSeung volvió a su casa sintiéndose la peor escoria sobre la tierra. Intentó comunicarse con él una vez que se encerró en su habitación y nunca obtuvo respuesta. Ni en el chat ni en el juego. InSeong no dio más señales de vida.
Al día siguiente, levantarse de la cama fue todo un reto, pero no podía dejar que eso lo aplacara. Había sido un error. No conocía a InSeong en persona, se había abierto a una persona de la que no tenía idea de su vida. Había confiado en él. Se había enamorado de una ilusión.
Cuando bajó a desayunar, un poco más tarde de lo normal, su madre ya se había ido a trabajar por lo que tomó el desayuno en soledad. Y luego partió hacia el colegio.
Intentó poner una sonrisa cuando a la entrada vio a Hoseok con los demás chicos, riendo y fumando a un costado de la entrada.
-Hey, miren quién llegó -Hoseok se acercó a él y le pasó el brazo por los hombros-. ¿Cómo estuvo tu fin de semana?
Los demás lo saludaron efusivamente y HeeSeung sonrió como pudo aunque no se encontraba del mejor ánimo.
-Bien...
Se quedaron haciendo tiempo en la entrada, él mirando cómo los demás bromeaban. Bromas en las que él nunca participaba. Pensaba en alguna manera de contactar a InSeong. Aún albergaba esperanzas de que el chico hubiera tenido algún problema y por ello no había asistido a la cita.
Iba pensando en eso cuando de repente todo el bullicio a su alrededor cesó de golpe. Cuando entró al aula, notó que todos lo miraban. Sin entender qué pasaba, los alumnos que estaban cerca de la pizarra, se hicieron a un lado y el alma de HeeSeung se fue al piso. Allí, expuestas para que todos las vieran, estaban impresas las conversaciones que había tenido con InSeong.
Con la mirada desenfocada miró alrededor. Algunos lo señalaban, otros reían. Entonces miró a sus amigos.
-¿Qué...?
Hoseok soltó una carcajada y se acercó, poniéndole una mano en el hombro e inclinando su cuerpo para quedar a su altura.
-Vaya, creí que eras más inteligente, Chae. ¿En serio pensaste que alguien se fijaría en ti?
HeeSeung pestañeó detrás de sus enormes lentes sin entender bien qué estaba pasando. ¿Cómo habían llegado esas conversaciones allí?
-Yo... Yo no entiendo...
Jooheon reprimió una risa y se cruzó de brazos, mirándolo.
-Oh, vamos. No puedes negar que es gracioso. ¿En qué universo un chico tan genial como "InSeong" podría enamorarse de alguien tan... insignificante?
-¿Cómo sabes de él? -preguntó temblando de pies a cabeza.
-¿Aún no lo entiendes? -preguntó Hoseok echándose a reír con los demás. Luego pestañeó fingiendo inocencia y se llevó las manos a los bolsillos-. "Puedes decirme lo que quieras, Hee..." -dijo con voz chillona y moviendo la cabeza de manera grotesca.
-Hoseok... ¿por qué?
Hoseok se encogió de hombros y se giró para reunirse con sus amigos que lo miraban como si acabaran de inventar el mejor chiste del año.
-Estaba aburrido...
Aburrido. Eso había dicho Hoseok. No supo bien cómo llegó a su casa. Apenas pudo soportar las risas de sus compañeros, cuando salió corriendo del colegio. Su corazón latía a mil por hora y su cabeza daba vueltas. InSeong no existía. Todo había sido una broma de Hoseok. La persona a la que creyó su amigo. No entendía en qué había fallado. Había hecho todo lo que Hoseok le había pedido. ¿Por qué no podía hacer amigos como una persona normal? Ahora todos en la escuela sabían su secreto. Sabían lo patético que era.
Encendió su computadora y entró al juego.
Dark‐Blood-God ya no estaba. Nunca había existido. Luego abrió la ventana de chat con InSeong y ya no había ningún avatar de perfil.
Pensé que había encontrado a mi alma gemela -escribió en el chat sabiendo que ya nadie lo leería.
Las lágrimas corrían por su cara y se quitó los lentes empañados.
-Te odio Shin Hoseok -escribió-. Los odio a todos. Lee Jooheon, Im ChangKyun y Shin Hoseok. Los veré en el infierno.
Luego apagó la máquina y miró el reloj. Aún faltaban varias horas para que sus padres volvieran a su casa.
Garabateó una nota en un papel que dejó sobre su cama y bajó al sótano. No dejó de llorar mientras preparaba todo. Arrastró la silla, anudó la cuerda y pidiendo perdón en voz alta, dio el salto.
Ya no habría más dolor ni rechazos.
𝔇𝔯𝔬𝔭 𝔡𝔢𝔞𝔡, 𝔪𝔶 𝔩𝔬𝔳𝔢
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