▪︎Dancing with the demons▪︎
—”La maitotoxina se produce principalmente en el dinoflagelado Gambierdiscus toxicus, que forma parte del fitoplancton marino. Los peces herbívoros y omnívoros, como los peces loro y los peces globo, pueden ingerir esta toxina al alimentarse de algas y otros organismos. La toxina se acumula en los tejidos de estos peces y crustáceos…”
HyungWon sonreía mientras hacía un corte con el bisturí para extraer el bazo y otros órganos de un pez. Intentaba recordar lo que su profesor de biología de la universidad le había enseñado sobre las toxinas marinas. Luego transfirió las muestras a una solución para conservarlas y transportarlas a un lugar seguro.
Había repasado los detalles miles de veces en su cabeza. Todo el dolor que sentía fue aplacándose lentamente a medida que se acercaba el fin de semana. Por fin Hee Sung iba a tener el descanso que merecía. Y Hoseok su castigo. Él se iba a encargar de impartir justicia.
Apenas se sobresaltó cuando los enormes brazos de su novio lo sujetaron por la cintura. Hoseok era un hombre grande y fuerte y manejaba su cuerpo a su antojo.
—¿En qué piensas, bebé? Te noto algo distraído estos días.
HyungWon exhaló ruidosamente y apoyó sus manos en las de su pareja.
—Estoy un poco cansado. Eso es todo. Hemos tenido demasiado trabajo estas últimas semanas.
Hoseok besó su nuca y luego apoyó la barbilla en su hombro.
—Piensa que mañana estarás descansando en la playa. ¿Tienes todo preparado? El chofer estará aquí en dos horas.
Tengo todo listo. Hace años que vengo preparándome para esto.
Asintió y giró la cara para encontrar los labios contrarios.
—Solo me falta guardar algunas cosas en el bolso de mano. ¿Crees que a Jooheon le gustará el reloj que le compré? No conozco bien sus gustos todavía…
Hoseok sonrió y volvió a besarlo.
—Le gustará, no te preocupes demasiado. Te encantará el lugar. De hecho, estaba pensando en pedirle la casa prestada para nuestra boda.
HyungWon alejó apenas la cara y alzó las cejas.
—¿No te parece que estás apresurándote? —preguntó riendo—. Aún no acepté casarme contigo.
Hoseok lo tomó por la cintura y lo apretó contra su cuerpo.
—¿No? —dijo metiéndole una mano dentro del pantalón. La mano se cerró sobre una de sus nalgas y HyungWon siseó entre dientes—. ¿Acaso piensas rechazarme? —los dedos grandes se movieron lentamente dibujando círculos en su piel.
—No lo sé. ¿Tú qué dices? ¿Qué harías tú en mi lugar?
—No sé qué haría en tu lugar, sólo sé qué me gustaría hacerte ahora mismo…
Con rapidez lo alzó y giró para terminar cayendo ambos en la cama que crujió bajo el peso de ambos.
—Ouch, eres un bru… — se quejó HyungWon, pero no lo hizo por mucho tiempo porque Hoseok atacó su boca apenas tocaron el colchón.
—Te amo. No alcanzas a imaginar cuánto —murmuró contra los labios hinchados—, y serás mi esposo…
HyungWon dejó escapar una pequeña risita. Sabes que eso no será posible, Hoseok. Te odio.
—Shhh, cállate y bésame. No tenemos mucho tiempo antes de que vengan a buscarnos.
—Todavía tenemos mucho tiempo por delante…
Una hora y media después, ambos lucían sonrientes y listos para subirse al avión.
A través de la ventanilla del avión, el cielo se desplegó como un tapiz en miniatura. Las nubes esponjosas flotando sobre el cielo anaranjado, la luz del sol acariciando suavemente las alas del avión y hasta el sonido constante del motor era algo extrañamente relajante. El viaje fue corto aunque eso no impidió que Hoseok se echara una pequeña siesta.
La casa estaba sobre una colina mirando directamente al mar. Hoseok no había mentido cuando dijo que era un lugar hermoso. Lo era. Quizá demasiado hermoso para lo que sucedería al día siguiente.
Jooheon estaba esperándolos con una gran sonrisa y la cara blanca por el bloqueador solar.
—Ya se estaban tardando, creí que no llegarían esta noche —dijo bajando los escalones anchos de la entrada de dos en dos.
Hoseok corrió a abrazarlo.
—Wonnie no podía salir antes del laboratorio.
HyungWon sonrió y correspondió al abrazo efusivo del amigo de su novio.
—Lo siento. No podía dejar el trabajo a medio terminar. Estamos en medio de un proyecto muy importante.
Jooheon le dijo que no se preocupara y que ChangKyun estaba esperándolos en el patio trasero.
—Está un poco borracho —les informó el anfitrión entre risas—, ya saben que no tolera muy bien el alcohol. Nuestro amiguito es algo débil.
Idiotas.
La noche se le hizo eterna. Los amigos de Hoseok eran unos imbéciles redomados y su novio parecía más estúpido que de costumbre cuando estaba con ellos. Por momentos se desconectaba de la conversación porque no sabía qué acotar a las cientos de estupideces que se les ocurría por minuto a los tres amigos.
—...y entonces miró el billete y me dijo: ¡esto es falso! Y yo le dije: ¡tus tetas también lo son!
Los tres estallaron en carcajadas y HyungWon estuvo tentado de ahogarlos en el barril de cerveza del que se estaban sirviendo.
Es increíble que estos tres hayan terminado la escuela primaria —pensó mientras miraba el reloj. No veía la hora de irse a la cama. Le dolía la cabeza y estaba asqueado del humo de los cigarros.
Poco tiempo después los tres yacían despatarrados y roncando sobre los sillones. La mesa de cristal estaba llena de botellas de distintas bebidas y el piso regado de colillas. HyungWon se dirigió a su habitación sin molestarse en despertar al resto. Ya estaba harto de ellos.
Cuando despertó a la mañana siguiente, se lavó la cara, los dientes y se puso un short de baño. Se asomó a la sala donde habían cenado y suspiró ante la imagen decadente de los tres hombres roncando en el piso. Aunque todo lo demás lucía limpio. Los sirvientes de JooHeon eran diligentes y silenciosos, pues él no había oído nada. Se acercó a la cocina donde tres muchachas estaban cortando vegetales y preparando bandejas de plata y platos de porcelana en una mesa.
—Buenos días —saludó. Las tres mujeres se giraron sorprendidas y algo asustadas.
—¿Desea desayunar, señorito Chae?
HyungWon sonrió y tomó una manzana de una gran frutera de madera que había sobre la mesada.
—No se preocupen. Veo que están ocupadas y no quiero quitarles tiempo. ¿Es para la cena de esta noche? —preguntó mirando las bandejas con interés.
La muchacha le respondió que sí.
—Así es. Debemos dejar todo listo antes de irnos. El señorito Lee nos dio la noche y el día de mañana libres.
HyungWon agradeció en silencio el que JooHeon fuera considerado con sus empleadas. Jamás, en los años que llevaba conociéndolo, había visto algún gesto humano para con nadie a su alrededor, excepto quizás, con sus amigos.
—Bueno eso es genial. JooHeon comentó que habría mariscos…
—Oh, sí. Ya deberían estar por llegar. El señorito Joo ha encargado todo a uno de los mejores restaurantes de la isla. ¿Le gustan a usted los mariscos, señorito Chae?
—Son mis favoritos. En realidad disfruto mucho la comida de mar.
La chica sonrió encantada.
—Eso es una suerte, entonces. Debe probar la salsa de almejas. Es una delicia.
La conversación no se extendió por mucho tiempo y unos minutos después, HyungWon bajaba a la playa dispuesto a disfrutar del día espléndido que hacía. Nadó y tomó un poco de sol en paz hasta que los tres amigos se le unieron para su desgracia.
Y yo que la estaba pasando tan bien…
Hoseok se quitó el short quedándose solo con un pequeño bañador con la bandera de Italia estampada en el trasero y corrió hacia él.
HyungWon se dejó alzar aunque tampoco hubiera podido hacer demasiado contra ello, después de todo Hoseok era enorme y él demasiado delgado.
—Hola, bebé. ¿Por qué no nos despertaste?
—Lo intenté. Pero anoche tomaron demasiado y no pude despertarlos. ¿Cómo te sientes?
Hoseok picoteó su boca.
—Ahora que te veo, me siento de diez. Hay demasiado ruido en la casa y no pude seguir durmiendo. Jooheon encargó comida como para un regimiento.
—¿Estás seguro que solo seremos nosotros cuatro? Una de las chicas de la cocina me dijo que habría de todo para comer.
Hoseok asintió.
—Sí. Solo nosotros. Jooheon no quiso decirle a su familia porque sino no “podría divertirse”.
—¿A qué le llama “divertirse”? —preguntó temeroso de que se sumara más gente a la celebración. Eso arruinaría todo el plan.
Hoseok se encogió de hombros.
—No sé si planeó algo para después, pero supongo que es porque a su padre no le gusta que beba demasiado. Ya sabes cómo son los ancianos. En fin, nademos un poco y luego podremos ir a almorzar.
La mañana y parte de la tarde se les fue en la playa. Los cuatro rieron y jugaron a la pelota.
—Hey, Wonnie, ¿es en serio que te casarás con Seokkie? ¿Estás seguro de que quieres casarte con este idiota? —bromeó Chang riendo. Hoseok le dio un puñetazo en el hombro.
—Cierra la boca, enano. Te dije que no dijeras nada sobre eso.
—¿Por qué? ¿Acaso pensabas casarte con él sin decírselo?
HyungWon intentó sonreír.
—Es que aún no me ha dicho que sí —dijo Hoseok mirándolo con reproche y poniendo ojos de perrito apaleado.
—Solo dije que lo hablaríamos después del viaje.
—Pueden casarse aquí —propuso JooHeon bebiendo champagne de una botella que Hyungwon no supo de dónde había sacado.
—¿En serio? —Hoseok sonrió triunfante—. Porque pensaba pedirte la casa…
—No se hable más. La boda se hará aquí.
Pronto los tres amigos comenzaron a hacer planes para su boda, incluyendo una lista de invitados con personas que él desconocía por completo. Los dejó hablar y sólo se limitó a asentir cada vez que alguno proponía algo descabellado. Esa boda nunca se celebraría así que no tenía sentido hablar de ella.
Para cuando el sol comenzó a descender, los cuatro se encaminaron hacia la casa para empezar a prepararse para la cena.
HyungWon se duchó con Hoseok y tuvieron sexo rápido bajo el agua. Luego se vistió y bajó a la sala. Todo lucía espléndido. Revisó las bandejas y comió algunos camarones fritos. La salsa de almejas que estaba sobre el centro de la mesa, era deliciosa. Paseó por las otras habitaciones de la casa y se aseguró de que no hubiera nadie por el lugar. Revisó las alacenas y tomó un pequeño pocillo donde sirvió un poco de salsa. Luego sacó un pequeño frasquito de vidrio de su bolsillo y con un movimiento preciso, vertió unas gotas del líquido en la salsa de almejas.
Cuando volvió a su habitación, Hoseok aún estaba vistiéndose.
—¿Por qué tardas tanto? —le preguntó sentándose sobre la cama—. Muero de hambre.
Hoseok terminó de vestirse y bajaron hacia la sala donde JooHeon y ChangKyun estaban poniendo algunas botellas sobre la mesa.
—¡Wow, todo se ve genial! —exclamó HyungWon agarrando una aceituna y llevándosela a la boca. —Feliz cumpleaños, Joo —dijo poniéndole la bolsita con el nombre de la joyería en la mano.
JooHeon le palmeó la espalda y abrió su regalo. Lanzó un silbido de admiración, que a HyungWon se le antojó de lo más falso ya que Joo era millonario y no había manera de que no tuviera un reloj así, pero de todas maneras le sonrió y tomó asiento. Pronto la música sonaba fuerte y los cuatro reían animadamente.
—Todo está delicioso. Deberían probar la salsa de almejas. Está estupenda —dijo HyungWon mientras mojaba un camarón en ella y se la daba de comer a su novio. Chang y Joo se lanzaron a probarla entre exclamaciones admiradas y alabanzas al chef.
HyungWon se llevó un trozo de langosta a la boca y suspiró satisfecho.
—Iré al baño, estoy un poco acalorado.
Se puso de pie y Hoseok le palmeó el trasero.
—Vuelve rápido, bombón.
Salió de la sala y miró su reloj. Había vertido una dosis suficiente para que hiciera efecto en algunos minutos. Se metió en el baño y se lavó las manos. Luego se acomodó el cabello y se retocó los labios. Y entonces sonrió a su reflejo.
Cuando apareció en la sala, vio con emoción que su plan iba saliendo a la perfección. Jooheon yacía vomitando de costado y ChangKyun boqueaba buscando aire. Entonces miró a Hoseok. Este tenía una mano en el pecho y sus ojos estaban rojos y sus labios blancos. Su piel lucía muy pálida y sudorosa. Este lo miró y estiró una mano antes de caer de bruces al piso.
—Lla…ma… am…bu…lan…cia
HyungWon sacó su celular del bolsillo y lo agitó en el aire.
—¿Cómo dices? No te entiendo si balbuceas así, cariño…
Caminó hasta el equipo de música y lo apagó. Luego caminó hacia donde estaba su novio y se acuclilló a su lado.
—¿Qué sucede, mi amor? Sientes el dolor, ¿verdad?
Hoseok lo miró con los ojos desorbitados y HyungWon le tomó la cara entre las manos. En la sala sólo se escuchaban jadeos y arcadas.
—¿Recuerdas a HeeSung? ¿Aquel chico que se ponía como idiota cuando tú lo abrazabas? ¿Lo recuerdas, InSeong? Es el mismo dolor que tú le causaste a él.
Hoseok abrió los ojos llenos de terror y sorpresa, buscando una señal de esperanza, alguna explicación antes de sufrir un ataque de tos que salpicó de sangre el impecable piso blanco.
HyungWon chasqueó la lengua e hizo una mueca de asco.
—¡Oye, ten cuidado! Podrías haberme ensuciado la camisa.
Hoseok estiró una mano que temblaba de manera incontrolada y lo agarró de la muñeca.
—Por…favor… ayú..dame.
HyungWon se soltó con brusquedad y se puso de pie, mirando a los otros dos que se retorcían de dolor en el piso.
—Oigan, esto no es divertido, pensé que sería un poco más… entretenido. Para ser los mismos idiotas que se burlaban de todo el mundo, son bastante aburridos —dijo caminando hacia ChangKyun que respiraba entrecortadamente y tenía los ojos desorbitados. Su piel color canela ahora tenía un espantoso color hueso. Lo pateó en las costillas y suspiró—. Espero que estén sufriendo mucho, pedazos de mierda. Que estén sufriendo al menos una parte de lo que hicieron sufrir a mis padres.
Se paseó por la habitación y se dejó caer en un sofá mientras encendía un cigarro y se cruzaba de piernas.
—Ojo, no crean que estoy disfrutando esto, pero espero que entiendan que era algo que tenía que hacer. Lo hago por mi hermanito. Él solo cometió el error de enamorarse de una basura como tú —dijo mirando a Hoseok que intentaba acercarse a él arrastrándose por el piso—. Honestamente, no entiendo qué carajos vio en ti. Eres solo un envase bonito con poco seso y demasiado ego. Cinco malditos años me tomó acercarme a ustedes. Y cada puto día fue una tortura —dijo soltando una carcajada—. Uno creería que las personas evolucionan con la edad, que maduran, pero ustedes… Ustedes solo se volvían más idiotas con el tiempo. Lo bueno es que todo acaba esta noche. Ya no arruinarán la vida de nadie más.
Hoseok gimió, buscando aire, intentando aferrarse a la vida que se le escapaba a cada segundo. Un sonido húmedo y agónico que se iba perdiendo en el aire. Sus dedos crispándose sobre las baldosas blancas que parecían una extensión helada de su propio cuerpo.
—¿P-por… qué…?
HyungWon alzó las cejas en un gesto de incredulidad.
—¿Es en serio, Hoseok? Acabo de explicártelo. Dios mío, eres idiota hasta para morir. Ustedes mataron a mi hermano pequeño —dijo inclinándose hacia adelante—. ¿Conoces la Ley del Talión? Pfff, parece que la estupidez se pega, mira las preguntas que hago. Es obvio que no lo sabes. Error mío. Bien, la ley del Talión, es una especie de… justicia retributiva. Algo así como de reciprocidad. Tú me hiciste algo, entonces yo te lo hago a ti. ¿Entiendes, cielo? Podría haberte ahorcado, así como murió mi hermano, pero pesas demasiado y el veneno sonaba más Shakespeareano. ¿No crees? Oh, mira, parece que a los otros dos les tomó menos tiempo el partir hacia el otro mundo.
Se levantó de un salto y les tomó el pulso a ambos.
—Al fin. Creí que nunca morirían.
Luego caminó hasta su novio y se sentó a su lado.
—Per…dón —Balbuceó Hoseok con la voz quebrada y agonizante.
HyungWon acarició su cabello y luego su piel helada con una suavidad perversa.
—El perdón no cura un corazón roto. Pórtate bien en el infierno, cielo. Ya nos encontraremos algún día. Aunque yo espero que no.
Los ojos del Hoseok, inyectados en sangre, se cerraron lentamente mientras la oscuridad lo envolvía, dejando atrás un silencio ensordecedor en la sala.
Amor y odio. Dos emociones intensas que a menudo se entrelazan en la compleja red de la experiencia humana. Emociones oscuras y destructivas. Emociones corrosivas, poderosas, intensas e irracionales. Dos caras de la misma moneda. Las dos caras que HyungWon veía en el espejo. El reflejo de su corazón lastimado, del dolor penetrando en su cuerpo. Dicen que cada uno lidia con sus traumas de la manera que puede. Y la venganza lucía tan hermosa en el espejo…
Fin.
𝔇𝔯𝔬𝔭 𝔡𝔢𝔞𝔡, 𝔪𝔶 𝔩𝔬𝔳𝔢
Y
así llegamos al al final de esta pequeña historia.♥︎
Espero les haya gustado. Volveremos con otras historias en breve.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro