
9 | Decisiones
Yoongi despertaba otra vez sin muchas ganas de hacerlo. Lo que le había realizado Jungkook no había servido en absoluto, la mitad de su cuerpo seguía dormida. Habían pasado cinco días desde que el doctor le había prometido encontrar una respuesta, o más bien otra solución para su problema. Hoy día lo intervendría de nuevo, pero sin un pronóstico tan esperanzador.
—¿Le dirás? — preguntó Jungkook a Yoongi mientras preparaba los instrumentos para la intervención. Habían dos enfermeros más que preparaban el galón con el gas somnífero.
—No.
—Estás siendo muy cruel.
—Estoy siendo considerado. Mejor que las cosas sigan a su ritmo, si se lo digo pensaré que todo lo que sigue será una mentira.
—Nyx te ama, ¿No lo sabes?
—Lo sé... Pero es inevitable pensar de esa manera.
Jungkook hizo un sonido con la garganta para que supiera que le había escuchado, pero no dijo nada al respecto. El silencio se mantuvo hasta que Yoongi comenzó a dormirse, lo que fue el comienzo de este nuevo experimento.
~•~
La hora llegó, los ojos de Nyx comenzaban a cerrarse y Jimin esperaba sentado sobre un banquillo a su lado.
Esperó hasta que sintió su respiración profunda y se preparó para conectarse con el mundo de los sueños. Se sentó en el suelo, cruzó sus piernas, relajó sus brazos apoyándolos en sus rodillas y cerró sus ojos. Pronto estos volvieron a abrirse pero esta vez completamente blancos. La otra dimensión ya estaba visible para él. Un espectro levemente acuoso de una realidad alterna en donde se dibujaba un gran globo por encima de Nyx, un portal que permanecía vacío, ya que su mente todavía estaba apagada. Sin embargo, era simple cambiar aquello, Jimin tenía el poder de crear y manipular como quisiera su mente apenas estuviera dentro. Así que se puso de pie y cruzó el portal de donde fue absorbido luego de hacer contacto con él.
La habitación, el pueblo y el castillo. Jimin creó a Temporis tal cual como lo conocía, solo que deshabitado y sin cielo.
Y Nyx apareció de la misma forma, tendida en la cama, una Nyx del mundo de Morfeo. Entonces, él acarició su mano unos segundos y ella abrió los ojos.
—Hola— dijo el príncipe, a lo que ella respondió de la misma manera. Extendió su mano y la ayudó a incorporarse. —Debemos ir al castillo— agregó. Porque debía guiarla como si no fuera parte de un sueño, porque hacérselo saber era adelantar el fin de este, la haría despertar antes de lo esperado.
Así que caminaron por el pueblo desierto, acompañados de la lluvia que se presentó a mitad de camino.
—¿Estás triste? — preguntó Jimin. La lluvia era el reflejo de sus emociones más ocultas.
—¿Ah? No lo sé ¿Debería?
—Sé que lo estás... —hizo un amague con su mano, delicados movimientos donde la atmósfera se condensó tal cual como una masa que por arte de magia se transformó en un paraguas. —Para que no te mojes— dijo colocándolo sobre su cabeza.
Ella tomó su mango algo confusa. —¿Qué es?
—Creo que es un paraguas. Lo vi en uno de los portales que visité y lo encontré muy útil.
—Oh... Gracias— no lo cuestionó. Era difícil que en un sueño cuestionara las situaciones, o por lo menos hasta que tuviera conciencia. Así que siguieron avanzando, Jimin también con un paraguas sobre su cabeza.
Paso a paso la lluvia se intensificaba, el piso comenzó a hacerse blando y el camino más angosto. Sus emociones volvían a alborotar todo.
—¡Yoongi! — gritó de repente. Jimin volteó rápidamente. Una sombra negra estaba a lo lejos y mantenía al chico en lo alto. La escena se estaba repitiendo. —¡Debo ayudarlo!
Jimin apretó fuerte sus hombros y la obligó a concentrarse en él. —Yoongi estará bien... Sigamos y no mires atrás.
—Él debe estar herido...
—Él está bien, ya se ha ido. No hay nada detrás de nosotros, Nyx. ¿Lo ves?
De inmediato vio a sus espaldas. Todo era oscuro y le parecía extraño, más cuando la lluvia se detuvo y una luz como salida de un foco iluminó un punto en la lejanía frente a ellos.
Sus miradas se cruzaron y suficiente fue hacerlo para olvidar lo anterior y seguir la marcha. Ya no llevaban nada en las manos, ni el pueblo era el mismo, solo eran cuartos sin ventanas ni puertas y el camino era de alto césped.
—¿Todo bien? — preguntó Jimin.
Pero ella respondió en vez: —tenemos que subir la escalera—, justo cuando los amarillos escalones se materializaron frente a sus ojos, ascendiendo hacia un punto arriba en el castillo. —Creo que hay que subir por aquí.
—Sabes donde vamos ¿verdad?
—A buscar a tu hermano.
—Bien— ahora asegurado de que todo iba en curso, y que esa información permanecía en su subconsciente, procedieron a subir escalón por escalón hasta que llegaron a una ventana en una de las torres, a la cual ingresaron sin pensarlo demasiado.
Ambos se quedaron quietos a mitad de la habitación. El lugar se mantenía tal cual como lo vio la primera vez, solo que el chico que la habitaba no se encontraba.
—No está. ¿Por qué no está?— dijo Jimin un poco desesperado.
—¿Quién no está?
Jimin al escuchar su voz lo buscó con ilusión, encontrándolo a un costado de la sala, acercándose hacia él con tranquilidad, descansando sus manos en los bolsillos de su pantalón y sonriendo de lado a lado. El menor corrió a sus brazos sin pensarlo, el otro acogiéndolo con naturalidad.
Pero su sonrisa era extraña, una que Jimin no presenció pero Nyx veía con claridad. Y no entendió porqué su mente le dio lucidez en ese momento, entendiendo de repente que ese era un sueño y, más que saber que venían a rescatar al hermano de Jimin, ahora lo entendía. Ese chico alto el cual había conocido en un sueño anterior, el mismo que veía y que ahora no dejaba de sonreírle con algo más que sólo alegría.
—¿Viniste a buscarme, Jimin? — preguntó buscando sus ojos luego que se separaron. Este lloraba como al niño pequeño que habían separado de su hermano.
—Sí, ven— tomó de su mano y lo atrajo hasta Nyx. —Ella me ha ayudado. Su nombre es ...
—Nyx Kal. Lo sé — completó el otro, extendiendo su mano hacia ella. —Ya nos conocimos. Soy Namjoon...
—Pensé que no tenías nombre.
—¿Me recuerdas?
—Lo hago.
—Y sabes que esto es un sueño.
—Claro que sí.
Jimin le dio una mirada, sorprendido por lo que acababa de escuchar. Él no le había dicho nada aún pero ella ya estaba lúcida e imprevistamente ya había conocido a Namjoon con antelación. Pero no iba a hacerle preguntas en ese momento, porque responderlas solo la colapsarían. Por eso descartó todo discurso emotivo y explicación previa, imponiéndose otra vez como el príncipe que era.
—Me alegra que se conozcan pero ya es momento de irnos. Tendremos tiempo de hablar cuando despierten.
—¿Así nada más? Mejor, porqué no te sientas, hermanito, y conversamos sobre cómo está papá— a la altura de sus piernas se deslizó una silla por detrás de sus rodillas y una mesa apareció frente a sus ojos. Quedó sentado en unos segundos.
Nyx comenzó a caminar discretamente por la habitación, escuchando su charla, pendiente a la mirada de Namjoon que cada cierto tiempo volvía a ella.
—Nuestro padre... Ahm~ está bien, más viejo...
—Más débil y más patético, supongo. ¿Y tú? ¿Cuándo serás Rey? ¿O vienes a buscarme para que tome tu lugar?
Jimin titubeaba. Le era muy difícil responder cosas sobre su futuro y más hablar del padre que les ha hecho la vida un infierno. Por ende, no respondió, solo lo miró con el ceño fruncido, deseando que pronto aceptara su partida.
—Bueno. Así que nos vamos... — dijo entonces, aceptando el silencio de Jimin como respuesta.
—Sí... ¿Podemos irnos ahora?
—¡Sí! — se puso de pie con entusiasmo. —¡Volvamos a mi dulce hogar!
—Será diferente, te lo prometo.
Su risa desvió la atención de Nyx quien antes había estado concentrada mirando la ventana donde Taehyung se encontraba flotando sobre la atmósfera, haciéndole un gesto para que guardara silencio. "No es quien crees" moduló justo antes que escucharan esa risa, sarcástica y escandalosa.
—Por supuesto que será diferente.
Luego todo fue una locura. Un estruendo, Nyx en el suelo y Jimin al borde de la ventana a punto de caer. La torre del castillo se tambaleaba, su superficie comenzaba a desmoronarse y el techo había desaparecido. Era imposible mantenerse de pie y el príncipe se aferraba como podía para no caer.
—¡Taehyung! ¡A Jimin! ¡Ayuda al príncipe!
El guardián rodeó la torre por fuera tomando a Jimin de la cintura, llevándolo a tierra, mientras Nyx intentaba ponerse de pie, a la vez esquivando los escombros que caían a su alrededor. —¡Qué haces! ¡Queremos ayudarte!
—Y lo harán— caminó hacia ella sin dificultad y la tomó del brazo arrastrándola hacia la misma ventana donde había estado Jimin. Saltó con ella sintiendo una larga caída en la cual aterrizaron de pie, como si solo hubieran saltado dos escalones.
Todos se reunieron en un nuevo escenario: el bosque junto a la quebrada. Un bosque lleno de hombres sombra que capturaron a Taehyung y al príncipe con una fuerza sobrehumana.
—¿Te gusta donde estamos, Jimin? ¿Recuerdas lo que le hiciste a Nyx justo aquí?
—Nam— su voz comenzó a temblar. Por alguna razón no podía crear ni modificar nada de aquel sueño. Su hermano había tomado el control con un poder insuperable. —¿Qué haces? Vámonos, serás libre, podrás despertar al fin. ¿No es lo que quieres?
Pero este lo ignoró y jaló a Nyx para que quedara al frente de él. La volteó dejándola de espalda en dirección a Jimin. —Mira aquí— desgarró su blusa. Las heridas aparecieron frescas, tal o peor que como se veían ese día.
—No hagas esto— Nyx comenzaba a llorar. Estaba enfrentando una de sus peores pesadillas, estaba recordándole el miedo, el pánico y el dolor de cada latigazo.
—¡Jimin! ¡Qué mires! — y aunque no quería, su cabeza se mantuvo fija hacia el frente, hacia Nyx. —Me das asco. ¿Crees que mereces ser el Rey?
—N-no...
—Nyx ¿Tú qué piensas?
Pero ella intentaba volver en sí. Recordar su objetivo. Yoongi estaría bien si ella hacia las cosas bien, todos estarían bien si sus decisiones eran las correctas. Así que el suelo comenzó a temblar y desde el piso emanó ese humo oscuro y denso, infaltable en sus pesadillas.
—Pienso que estuviste mucho tiempo en este mundo— tomó su muñeca con firmeza y dio un vistazo a Taehyung para confirmarle lo que él le había dicho hace un rato en la ventana. "Namjoon ya no existe". Entonces lo enfrentó. —¿Qué le hiciste a él?
Él se rio con orgullo. —Eres más lista de lo que pensé, Nyx— dio un golpe en la tierra y el humo se esfumó al igual que el temblor. —Él está aquí, no lo ves.
Pero en sus ojos solo se veía oscuridad y Nyx entendió que estaban en peligro. La tierra volvió a temblar, debían escapar e idear un nuevo plan. La risa de Namjoon fue altanera pero esta desapareció cuando ella llamó a Taehyung quién fácil desintegró a las sombras que lo retenían, a las de Jimin y llegó junto a Nyx quien con la ayuda de la sombra, que siempre fue su enemiga, se enredó en las extremidades de Namjoon, inmovilizándolo.
—¡Corran!
Todos atendieron a esa orden escuchando de fondo al mayor.
—¡No podrán ir tan lejos! — gritó Namjoon por último, que no se resistía al agarre y solo los vio desaparecer por el infinito del bosque.
~•~
Una playa. Eso fue lo que Nyx imaginó, lo que le traería paz para pensar mejor.
—Jimin, debes volver — decidió por si sola. —Ya lo encontraste, ahora déjanos el trabajo a nosotros.
—No. Me quedaré. Sé cómo manipularlo.
Ella tomó una postura más solemne y declaró. —Su Majestad, mi deber como aldeana es velar por su bienestar. Usted no está como un ente onírico, su cuerpo está aquí, si Namjoon le hace daño...
—No tienes que hablarme así para que entienda...
—Bien. Entonces, seré honesta con usted— cruzó sus brazos sobre su pecho. —Jungkook me convenció en ayudarlo... Usted debe entender que sin un interés de por medio yo no lo ayudaría... Y no me importaría más latigazos o la misma muerte... Si estoy aquí es porque Jungkook prometió ayudar a Yoongi y también porque su deuda será muy grande conmigo... —suspiró, ya era momento de aclarar su simpatía. —Así que debe volver y esperar a que yo despierte. Y no tengo mucho tiempo para que eso suceda.
—Él no se puede ir— interrumpió Taehyung teniendo la sorpresiva mirada de ambos al instante. —No lo dejará hacerlo— dijo apuntando a sus espaldas donde se vio una silueta a lo lejos caminando en su dirección.
—¡Dios! Debes irte, ahora.
—Y ustedes qué harán.
—Algo se nos ocurrirá.
—¿No escuchaste lo que dije? — volvió a hablar Taehyung poniéndose en guardia. —Él cerrará cada portal que sea abierto. Está controlando tu sueño...
—Namjoon solo está confundido, yo puedo traerlo de vuelta.
—No. Él ya no es quien tú piensas. Él solo es miedo, perdición y soledad. Cada vez que él se acerque solo sentirán pánico— comenzó a avanzar sacando su lazo, —no dejen que eso los controle y corran antes que algo malo pase— al decir esto corrió hacia Namjoon quien solo abrió sus brazos y sonrió con burla.
Taehyung también sonrió elevando la comisura de su labio, extendiendo el lazo hasta los pies de Namjoon, más para distraerlo que para golpearlo. Se deslizó por el piso para pasar al otro lado donde volvió a extender el lazo rodeando el pie de su oponente, ahora sí haciéndolo caer.
—Eres rápido. ¿Qué más tienes?
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