𝟶𝟾 | 𝒽ungover.
▌ · ̊ ༘ ミ 𝒓𝒆𝒂𝒍 𝒍𝒊𝒇𝒆 𓂃⋆
❛ my hands are shaking from all this. . . ❜
📍MANHATTAN, NUEVA YORK.
Domingo 28 de agosto, 2O22
── Ay, dios. ── se quejó Arabella mientras abría lentamente los ojos, con la mente nublada por el dolor de cabeza más insoportable que jamás había experimentado.
Se sentó lentamente en la cama y no tardó en arrepentirse; cuando la habitación empezó a dar vueltas, rápidamente volvió a acostarse.
Intentar concentrarse aunque sólo fuera un momento le pareció imposible, pero recordó algo importante: la boda. Mientras su mente volvía lentamente en sí, recordó rápidamente que había conocido a alguien durante la boda... una chica preciosa de ojos verdes y pelo castaño.
Carter se levantó de la cama. Un rato después, tras lavarse los dientes y ducharse, Arabella empezó a sentirse mejor. Con el agua caliente de la ducha corriendo por su cuerpo, lavando las sensaciones de una horrible resaca, se sintió un poco más ella misma de nuevo. Con una mirada decidida, se puso rápidamente ropa cómoda, ansiosa por literalmente quedarse en su sofá todo el día mientras veía friends.
Cuando Arabella llegó a la espaciosa cocina, sintió que algo le llamaba la atención. Era una nota, dejada sobre la mesa, con la cuidada y ordenada letra de Lizzy:
"Bells, espero que te encuentres mejor. Salí de compras, pero te dejé unos cuántos rollitos de canela que tanto antojabas en el refrigerador, así como ibuprofeno para tu resaca. Volveré pronto, así que no te muevas y deja que te cuide.
Con amor, Lizzy."
La castaña sonrió al leer la nota, contenta de ver una cara conocida después de la caótica noche anterior.
Después de haberse tomado un ibuprofeno para sentirse mejor, Arabella se sentó en su cómodo sofá mientras veía su serie favorita y esperaba a Elizabeth. Cuando oyó un ruido en la puerta, se giró y vio a Lizzy, entrando por la puerta con las bolsas de la compra en la mano.
── Buenos días, corazón, ¿cómo te sientes?. ── saludó alegremente.
── Hola, Liz. Mucho mejor, gracias por la nota. Y por los rollos de canela. ── le respondió la menor, sonriendo levemente. ── ¿Cómo estuvieron tus compras?
Liz se dirigió a la cocina para guardar las cosas que había comprado para el apartamento de su mejor amiga.
── Genial. Conseguí todo lo que tenías en la lista.
Arabella sonrío al escuchar a Liz desde la cocina. ── Gracias por eso, y gracias por traerme a casa anoche.
── No tienes que agradecerme, Bella.
La mencionada observó a su mejor amiga posicionarse a su lado en el sofá, bella rápidamente le ofreció rollos de canela y Liz tomó uno. ── también gracias por no irte con un hombre, sé que buscabas algo de una noche.
Barker negó, tragándose el pedazo de masa. ── ¿y dejarte sola totalmente borracha? ¡claro que no, arabella! yo siempre me aseguraré de traerte a casa sana y salva.
Carter hizo un puchero, anteriormente era su ex esposo quién se aseguraba de que la castaña llegara sana y salva a casa. pero eso ya no le interesaba a arabella, estaba feliz con su vida, tampoco extrañaba a tal hombre.
Mientras estaban sentadas juntas, disfrutando de la mañana y comiendo sus rollos de canela, Arabella pudo sentir cómo su dolor de cabeza desaparecía lentamente, sustituido por una sensación de comodidad y satisfacción. Mientras ambas comían sus rollos de canela, Liz recordó de repente los muchos momentos memorables de la boda.
── ¡Tengo que contarte lo que pasó anoche! ── dijo Liz emocionada.
Arabella la miró asustada. ── ¿Pasó algo entre Ana y yo?
── Sí y no.
── Entonces... ¿conociste a alguien? ¿mi mamá se emborrachó demás y contó cosas vergonzosas sobre mí? ¿o lo hice yo misma? ¿dylan se cayó encima del pastel? ¿emma se besó con el bartender?
Lizzy se quedó en silencio por un momento. ── Acertaste casi todas. Pero, escucha, conocí a un chico precioso. Era guapísimo y divertido, y bailamos un par de minutos por lo menos. ── Liz hizo una pausa y luego continuó con una amplia sonrisa. ── Y después de la boda, bueno, las cosas se volvieron un poco más íntimas...
── Espera, ¿así que sí tuviste algo de una noche? ── preguntó Arabella en estado de shock, con los ojos muy abiertos. ── que suerte, hermana.
Liz río. ── Okey, no, no tuvimos intimidad. Sólo nos dimos nuestros números y bueno... tendremos una cita el martes.
Bella sonrió entusiasmada. ── ¡Liz, eso es genial! Por fin tendrás con quién obsesionarte
── ¡Lo sé! ── respondió Liz con más entusiasmo. ── esperemos que no me ghostee, cómo lo hizo Colin.
Arabella asintió en acuerdo. ── Liz, ¿que pasó con Ana después de nuestra conversación?
Liz se río. ── ¿Tú y Ana? pues, bailaron juntas toda la noche, llegué a pensar que tú te irías a casa con ella.
Arabella sonrío, a pesar de conocer poco a la castaña, estaba totalmente fascinada con ella. ── ¿En serio? ── Arabella abrió mucho los ojos y miró a Liz. No recordaba nada de aquello, pero sonaba increíble.
── Ah, sí, y creo que se llevan muy muy bien. ── continuó Liz. ── Ella no dejaba de mirarte con esa sonrisa deslumbrante, como si pensara que eres preciosa.
── Ay, dios. ── respondió Arabella, sintiéndose ligeramente avergonzada.
── Síp, y luego pasaron el resto de la noche juntas.
── ¿Toda la noche? ── preguntó arabella con cautela.
── Toooda la noche. Ya sabes, bailando, hablando, coqueteando. ── La voz de Liz tenía un aire de misterio, mientras dudaba en revelar todos los detalles de la noche.
Arabella tuvo una sensación de naufragio en el estómago, al saber que su noche no debía de haber sido tan inocente. ── Liz... Realmente no recuerdo nada de esto. Creo que bebí demasiado.
Liz se encogió de hombros. ── Probablemente. Pero estás bien, no te preocupes. No has hecho ninguna locura.
Y así es cómo pasaron el día las mejores amigas, mientras Liz más le contaba sobre la boda, Arabella más se acordaba. Pero la castaña de ojos verdes no salía de su mente.
Cuando Liz se fue por la noche del apartamento de Arabella, sintió una agridulce satisfacción. Su amiga había encontrado una nueva mujer encantadora con la que podría el tiempo, sólo tenía que conseguir su número. En cierto modo, Liz podía sentirse identificada, ya que ella también había experimentado recientemente una conexión con alguien especial.
Arabella sonrió, cerró la puerta tras Liz y volvió a entrar en el piso que llamaba hogar. Con un suspiro de cansancio, Arabella se dirigió a su dormitorio. Se acomodó en la cama, buscó su teléfono, respondió unos emails y mensajes de sus seres queridos, y echó un vistazo a sus cuentas en las redes sociales, deseosa de ponerse al día con lo que se había perdido durante el fin de semana.
Apenas abrió Instagram le salió la última publicación de su hermana, Jessica; eran fotos de la boda, en la descripción había un texto largo sobre el entusiasmo de su nueva etapa y agradecimientos a los invitados.
Mientras Arabella se deslizaba a través de las fotos, se fijó en la chica que no salía de sus pensamientos. Jessica la había etiquetado en una de las fotos dónde estaba ella, ana y otras amigas.
Entusiasmada, hizo clic en el perfil de la actriz, ansiosa por saber más sobre la hermosa mujer con la que había bailado la noche anterior. Mientras navegaba por su página, no pudo evitar sentirse un poco culpable. A pesar de sus buenas intenciones, ella no dejaba de sonreír.
Después de minutos stalkeando las publicaciones de Ana, volvió a sus más recientes, se quedó mirando cada una de ellas mucho más tiempo del que pretendía. Mientras se desplazaba, su dedo rozó el último selfie de Ana, pulsando accidentalmente el botón de like.
Oh no, Arabella Carter ya la había jodido.
Arabella se asustó y su corazón se aceleró al comprobar de nuevo su teléfono. Intentó calmarse, pero no podía evitar la sensación de que había hecho algo mal.
Pensó en enviar un mensaje para explicarse, pero no sabía qué decir. ¿Debía disculparse? ¿Negarlo? ¿Hacer como si no hubiera pasado nada? ¿Decirle que había sido hackeada? Arabella no sabía qué hacer, era la primera vez que stalkeaba a alguien y accidentalmente le daba like.
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