𝟷𝟼 | 𝒉otcakes & kisses.
▌ · ̊ ༘ ミ 𝒓𝒆𝒂𝒍 𝒍𝒊𝒇𝒆 𓂃⋆
❛ everyone thinks that they know us
but they know nothing about. . . ❜
📍MANHATTAN, NUEVA YORK.
Sábado 05 de noviembre, 2022.
La luz del amanecer comenzaba a infiltrarse en la habitación de Arabella, llenándola con un cálido resplandor dorado.
Los primeros rayos de sol acariciaban suavemente el rostro de Ana, despertándola lentamente. Parpadeó un par de veces, ajustándose a la luz del día, y miró a su alrededor, reconociendo de inmediato la familiaridad del entorno.
Bella aún dormía profundamente a su lado, su respiración lenta y tranquila. Ana sonrió al verla, recordando las risas y bailes de la noche anterior.
Había algo en la manera que Arabella dormía, tan vulnerable y pacífica, que hacía que el corazón de Ana latiera más rápido.
Sin poder evitarlo, Ana se admitió mentalmente lo que había estado intentando ignorar durante un tiempo: estaba enamorada de Arabella.
Cada sonrisa, cada gesto de Carter, había ido calando más y más en su corazón, hasta que no pudo negarlo más.
Suspiró suavemente, tratando de calmar los nervios que sentía. Sabía que era un gran riesgo, pero no podía evitar sentir lo que sentía. Decidió que, por ahora, sería suficiente con aceptar esos sentimientos en silencio. No quería arruinar la preciosa amistad que tenían, y no estaba segura de cómo Arabella podría reaccionar.
Con cuidado, se deslizó fuera de la cama, tratando de no hacer ruido para no despertarla. Se estiró un poco, disfrutando del relajante crujido de sus articulaciones, y se dirigió hacia la ventana. Corrió las cortinas, permitiendo que la Luz inundara la habitación completamente. Desde allí, podía ver el tráfico y los grandes apartamentos de Nueva York.
Ana decidió preparar algo de desayuno, salió de la habitación y se dirigió a la cocina. Alimentó a las mascotas de Arabella y los acarició. Abrió el refrigerador y comenzó a sacar los ingredientes para unos hotcakes y jugo de naranja, recordando cuanto le gustaban a la cantante.
Unos minutos después, el sonido de pasos suaves le indicó que Bella se había levantado. Ana sonrió y levantó la vista justo a tiempo para ver a su amiga aparecer en la cocina, aún medio dormida pero con una sonrisa en los labios.
── Buenos días, Bella. ── saludó Ana, extendiéndole una taza de café.
Arabella la tomó con gratitud y se acercó a la mesa. ── Buenos días, Annie. ¿Qué estás haciendo?
── Desayuno. Espero que tengas hambre.
Arabella se sentó y tomó un sorbo de café, suspirando de satisfacción.
── Siempre tengo hambre si se trata de hotcakes.
Ana rió y terminó de preparar la comida, colocando un plato lleno de hotcakes esponjosos frente a Arabella. La mesa estaba adornada con jarabe, frutas frescas y crema batida. Ambas chicas se sentaron juntas, disfrutando del cálido aroma del desayuno.
── Se ven increíbles, Ana. Deberías considerar ser chef profesional. ── dijo Bella con gracia en su voz mientras vertía jarabe sobre sus hotcakes.
── Lo haré. Quizás me vaya mejor que con la actuación.
Comenzaron a comer en silencio, saboreando cada bocado. El sol matutino iluminaba la cocina, creando un ambiente acogedor y relajado. Entre un bocado y otro, Arabella levantó la vista y miró a Ana con curiosidad.
── Entonces, ¿qué planes tienes para hoy?
Ana se encogió de hombros, tomando un sorbo de su café.
── No mucho, en realidad. Pensaba pasar el día contigo, si no tienes nada planeado.
Arabella sonrió ampliamente.
── Me encantaría.
Se quedaron en silencio por un momento, saboreando la tranquilidad de la mañana. El silencio entre ellas no era incómodo, nunca lo había sido, sino que, era uno lleno de comprensión mutua que solo los mejores amigos podrían compartir. Ana observó a Arabella mientras esta tomaba otro sorbo de café, la luz del sol iluminando su rostro de una manera que la hacía ver aún más linda de lo habitual.
Los ojos de Arabella brillaban con una cálidez y una alegría que hicieron que el corazón de Ana latiera un poco más rápido.
Mientras la miraba, una oleada de sentimientos la invadió. Arabella realmente se veía hermosa, con su cabello despeinado de la mañana y esa sonrisa suave y relajada en sus labios. Sin poder evitarlo, Ana sintió que algo en su interior la empujaba a acercarse más.
Bella, sintiendo la mirada de Ana sobre ella, levantó la vista y sus ojos se encontraron. Hubo un instante en que ambas quedaron atrapadas en esa mirada, como si el mundo exterior se desvaneciera y solo existieran ellas dos.
Lentamente, casi sin darse cuenta, Ana se inclinó hacia adelante, acortando la distancia entre ellas. Arabella hizo lo mismo, sus ojos aún fijos en los de Ana, como si estuviera esperando algo, algo que ambas sabían pero no se atrevían a decir en voz alta.
── Arabella... ── susurró Ana, su voz apenas audible, temblando ligeramente.
Ella no respondió con palabras, pero su mirada era clara, llena de una mezcla de curiosidad, expectación y algo más profundo. Se inclinó un poco más, sus rostros ahora a solo centímetros de distancia. Ana podía sentir el calor de la respiración de Arabella contra su piel, y su corazón latía desbocado.
En ese momento, todo parecía detenerse. La conexión entre ellas era palpable, y Ana supo que no podía seguir ocultando sus sentimientos. Cerró los ojos, tomando una decisión que sabía que cambiaría todo.
Lentamente, Ana cerró los ojos, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Sentía la respiración cálida de Arabella cada vez más cerca. Finalmente, el pequeño espacio entre ellas desapareció, y sus labios se encontraron en un beso suave y tierno.
El mundo a su alrededor desapareció en ese instante. Solo existían ellas dos, conectadas de una manera que nunca antes habían experimentado. El beso era dulce, lleno de todas las emociones que habían estado guardando, una mezcla de cariño, amistad y algo más profundo que las palabras no podían expresar.
Arabella respondió al beso con la misma suavidad, sus manos moviéndose lentamente para encontrar las de Ana, entrelazando sus dedos. El contacto fue eléctrico, enviando una oleada de calor por todo el cuerpo de Ana. La sensación era perfecta, como si todo en ese momento encajara exactamente donde debía.
Cuando finalmente se separaron, ambas chicas se miraron a los ojos, respirando profundamente. El silencio que siguió estaba lleno de significado, un entendimiento tácito de lo que acababa de ocurrir. Ana no pudo evitar sonreír, sus ojos brillando con una mezcla de nerviosismo y felicidad.
Arabella soltó una pequeña risa nerviosa y susurró, ── Ana, siempre he sentido algo más por ti. No quería arruinar lo que tenemos, pero... estoy enamorada de ti.
Ana sintió una ola de alivio y emoción al escuchar las palabras de Arabella. Se acercó nuevamente, susurrando contra sus labios, ── Yo también estoy enamorada de ti, Arabella.
La mencionada sonrió, la felicidad haciéndose notoria en su voz. ── Me alegra tanto que sea mutuo.
── Siempre he tenido miedo de que no sintieras lo mismo. ── admitió Ana, su voz temblando ligeramente.
Arabella apretó las manos de Ana con más fuerza, asegurándose de que su amiga entendiera la sinceridad de sus palabras. ── Nunca lo dudes, Ana. Eres lo más importante para mí.
Ana cerró los ojos por un momento, permitiéndose sentir la magnitud de sus emociones. Luego, los abrió y miró a Arabella con una determinación renovada.
── Entonces, ¿qué hacemos ahora? ── preguntó Ana, con una sonrisa juguetona.
Arabella se rió suavemente y se acercó para besarla de nuevo, esta vez con más seguridad y pasión. ── Creo que lo primero es disfrutar de este momento. Y después... lo descubriremos juntas.
Ambas se rieron y se abrazaron, sabiendo que, a pesar de los desafíos que pudieran enfrentar, lo harían juntas, con el apoyo y el amor que habían encontrado la una en la otra.
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