#POR EMINEM GREY#

Blaz y yo llevamos a Charlie hasta su habitación, se había comenzado a sentir un tanto mal, pero hace días estaba así, lo cual me resultaba extraño,  aunque no supiera el causante. Besé en la frente a mí chico y salí de la habitación, Blaz, esperaba en el marco de la puerta.

—Gracias por acompañarme—dije de manera gentil.

—Descuida, no lo hice gratuitamente—inquirió el cretino.

—¿Disculpa?—comenté elevando una ceja.

—Mí habitación es justo esta—dijo abriendo la puerta que daba enfrente a la de Charlie.

—Ni lo sueñes—bociferé con la respiración agitada.

—No me imagino sí te pusiste así ahora, como será cuando lo hagamos—explicitó Blaz, quedé sonrojado.

—Sé que tienes ganas Eminem—habló acercándose a mí cuello, quedé respaldado sobre la pared del pasillo y todo su cuerpo enfrente mío.

Besó mis labios como jamás lo había sentido, sus ojos brillantes, sus manos rodeando mí cintura.

—Tienes unos labios maravillosos—pude decir en un suspiro.

—Eso porque aún no has visto lo que puedo hacer—dijo con media sonrisa.

Terminé accionando, lo sujeté de su camiseta e hice que ingresaramos a su cuarto poniéndole cerrojo.

Blaz era un ser extraordinario, su cuerpo perfecto, no había nada que lo dejara ver mal.
Aunque mí cuerpo también estuviera marcado, el tenía unos tatuajes magníficos.

Tumbados sobre la cama, con las manos entrelazadas, nuestros cuerpos comenzaron a arder, la ropa estaba de más.

Blaz fue el primero en quitarme la camiseta, por mí parte llegué hasta sus pantalones ajustados al cuerpo, fue fácil quitarcelos, pero algo era más interesante, sus bóxer con un miembro bastante erecto. No pude resistir a despojarlo de ello, su miembro llegó a mis manos, luego a mí boca, los jadeos del chico eran música para mis oídos.

Luego, subí por todo su pecho, pasando sensualmente mí lengua, sus labios irresistibles se volvieron a encontrar con los míos, no perdían el sabor a fresas, su perfume tan masculino, era el aroma que se quedaría grabado en mí memoria.

Los roles se invirtieron, Blaz subió encima mío, lo que el sabía no tuvo comparación con mis habilidades, fue tan excitante lo que hizo con todo mi cuerpo que esa noche nos corrimos más de 5 veces, nuestros cuerpos sudoros, pero satisfechos de placer, los movimientos de Blaz junto con los míos se complementaban, las posturas, su personalidad salvaje y voraz eran lo que siempre había querido.

La noche se hizo breve, la luna fue testigo de nuestra pasión y deseo sexual, de los gemidos ahogados por besos capaces de querer deborar al otro.  Las manos sintiendo y tocando los cuerpos al compás de sensaciones placenteras con un extasis capaces de sentir el paraíso, incluso estando en el infierno mismo.

El amanecer fue el anunciador del final para la noche sexual más ardiente de todas, las energías se habían agotado, de tal modo que quedamos abrazados uno con el otro. Tener al chico sexy junto a mí, hacia que sintiera seguridad, que pudiera reposar mí cabeza en su pecho.

        EL DIA DESPUÉS A NOCHE BUENA

                        #POR GABRIELLE#

Me sentía desorientado, tenía la vista un tanto nublada, pero pude ver frente mío a Coule. Un ser inexpresivo, su mirada sinica hacia que pensara darme por muerto, asesinado por quién había sido mí novio, asesinado por un maldito lunático.

—¿Donde estamos?—pregunté desorientado.

—Estamos en el pueblo de Dresden—exclamó Coule.

—¿Y puedes explicarme por que no estamos en tu universidad?—seguí preguntando.

—Era necesario Gabrielle—decía el rubio casi a punto de romper en llanto.

—Oye, tranquilo—dije levantándome del suelo y acercándome no ara abrazarlo.

—Estoy agotado Gabrielle—inquiria Coule en un susurro, mientras reposaba su cabeza en mí hombro.

—Qué es lo que ocurre, Coule—pregunté mientras acariciaba su cabello.

—La destrucción para todos se avecina—refutó el chico Bernasconi.

—Cómo es eso posible cariño—dije intentando persuadirlo.

—Adalia Meyer—dijo Coule volviendo hablar—ella es la nueva líder de la secta, todos ellos abrirán un portal y el inframundo irrumpirá en la tierra.

—Eso es imposible Coule—dije alejándome de su lado.

—No hay nada que hacer para evitarlo—formuló sonriendo sádicamente.

—Donde está el resto, Josefine y Patrick —dije molesto.

—¡CIERRA LA MALDITA BOCA!—dijo Coule saliendose de sus casillas.

Se acercó a mí, u fuerza era  inhumana con una de sus manos mano sostenía fuertemente mí garganta, con la otra, tapaba mí boca, intentaba liberarme pero no podía.

—No los vuelvas a nombrar o juro que estarás muerto hoy mismo—espetó Coule soltandome de su agarré de forma brusca.

Realizando media vuelta fue hacia la puerta del cubículo, no me rendiria, lo tomé por el cuello, pero el me redujo tomando mí brazo y haciendo que cayera al suelo. Finalmente salió de allí asegurando la misma, estaba atrapado.

                         #POR HUNTER#

Desperté encima de mis apuntes de la noche anterior, era el registro de los que estuvimos el día de ayer en la fiesta, comencé a hacer un conteo y revisar las cámaras de seguridad dentro se la universidad,  ya que la policía no era competente, en el conteo dentro de las ultimas horas faltaba Gabrielle, el ex novio de Coule Bernasconi, por lo que decidí ir a la habitación del rubio adinerado, solo para verificar que todo estaba en orden, pero a mí suerte, en la habitación del chico no se encontraba ninguno de los dos, la habitación estaba en completa perfección, como sino se usará hace días.

—Mierda,  Mierda Mierda—comencé a maldecir tomándome de la cabeza, no sabia que hacer.

—Hunter, amigo, te ves fatal—decía Brad pasando por el pasillo, quién recientemente salía de la habitación de Susy Monroe.

—Pudrete, viejo, no estoy de humor hoy—dije clavando en el una mirada amenazante.

—Uy!, cuidado que, Hunter, muerde—bocifero burlón y alejándose de allí.

Estaba a unas puertas de donde Charly dormía,  debía confirmar que el resto estuviera bien. Así lo hice, toque a su puerta desesperado.

—¿Hunter?, que ocurre—dijo el chico en ropa interior.

—Son Coule y Gabrielle, no están por ningún lado—expliqué como pude.

—Adelante, pasa—sentenció Charlie. 

Comencé a comentarle lo de las cámaras y el registro,  Gabrielle jamás salió de la universidad, pero se encuentra desaparecido, al igual que Coule.

—Esto es realmente preocupante—decía Charlie caminando de un lado a otro pensativo.

—Lo sé y algo debemos hacer—bociferé contundente.

De pronto a fuera se escuchó un ruido y voces riéndose. Charlie sin chistar tomó del picaporte y abrió la puerta.

—Esto es increíble—dijo Charlie dirigiéndose por el corredor lejos de quienes tenía enfrente, su novio Eminem Grey y Blaz Heber.

—Charlie, puedo explicarlo—elevó la voz Eminem.

—Vete a la mierda—dijo Charlie quién de espaldas le elevaba su dedo medio.

—Ustedes dos, dejen de quedarse allí, tenemos problemas, Coule y Gabrielle no están por ningún lado—sentencié mirando a Blaz y Eminem, mientras retomaba la palabra—Ah, por favor vistanse.

CONTINUARÁ...