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🔥🎓"Egresados"🎓🔥

                      ANTERIORMENTE...
              DOMINGO POR LA NOCHE.

En la noche del domingo, me recosté, de pronto,
mí mente hizo un clic, pude darme cuenta que Josefine no había estado en la mansión desde la mañana de aquel día y tampoco había sabido nada de ella desde el día anterior. Fue entonces que me levanté de la cama inmediatamente.

—¡¡Sharon!!, ¡¡Clementina!!—comencé a gritar con desesperación mientras bajaba las escaleras.

Gritos que hicieron a Eminem salir de la casa de huéspedes y venir a ver que ocurría en la mansión Bernasconi.

—¿Qué ocurre?—preguntaba la ama de llaves en pijama.

—¿Qué sucede?—decía interrogante mí abuela mientras se acomodaba la bata.

Una vez todos reunidos en la sala principal, inclusive Eminem Grey, comenté que Josefine
no sé encontraba en la gran casa y que no la había visto desde el anochecer del día posterior.

—Es cierto, tampoco la eh visto desde ayer—afirmaba Eminem, recordando a mí amiga.

 —¿Ustedes no la vieron?—pregunté a Sharon y Clementina.

A decir verdad estuve tan atareada, que supuse había salido a algún lugar—habló Sharon preocupada.

—Sino mal recuerdo, anoche fue la última vez en verla—consolidó Clementina.

¿Revisaron su habitación?—preguntó Eminem.

—Por supuesto que lo hice y no está por ninguna parte—expliqué tiritando, hacia demasiado frío y la situación me conmocionaba.

Tal vez es como dice Sharon y salió a algún lugar—intentaba calmarme Clementina.

—¿Y sí tal vez quedó encerrada en alguna de las tantas habitaciones que tiene su casa Sra. Clementina?—formuló el chico.

—Tiene lógica, es una casa inmensa, un solo golpe brusco a cualquier puerta de aquí, terminaría generando que uno quede encerrado—comenté.

—Podríamos dividirnos para buscar a Josefine—inquirio Eminem.

—Estoy de acuerdo, Eminem, irás con Sharon, abuela tú vendrás conmigo—sentencié mientras volvía a hablar—Vayan por la planta alta y nosotros revisaremos todo el primer piso.

Sí Josefine tuviera razón de sus conspiraciones,
no podía dejar que ambas mujeres fueran a hacerle algo, así que, los unicos chicos que estaban en el sitio tomamos compañía con las mencionadas, de ese modo no podría ocurrir nada extraño, solo les quedaba que intentarán deshacerse de nosotros.

          #NARRADOR OMNISCIENTE#

Antes de comenzar la búsqueda, Coule, ante la llegada de Eminem desde la casa de huéspedes a la mansión, le platicó brevemente lo que su amiga pensaba y sí Josefine realmente tenía pistas certeras de lo que allí ocurría debían tener cuidado.

—Y usted, como fue que está aquí hace tanto tiempo—Eminem intentaba sacarle platica a Sharon.

—Trabajo aquí hace más de 10 años, es la dedicación y el desempeño de las habilidades, querido—Sharon contestó de forma egocéntrica.

Mientras conversaban, Eminem habría una, otra y otra puerta, todas en vano, allí no estaba Josefine, pero era como Coule predecía, iban a deshacerse de ellos para llegar a la pobre Josefine Blake.

— Oye, ahí dentro hay algo—formuló Sharon señalandole a Eminem para que entrará al cuarto.

—Tal vez sea la chica—dijo el muchacho.

Una vez allí, en el suelo, junto a la cama de esa habitación, un colgante en forma de corazón con el retrato de dos personas, una mujer y un hombre, esos eran los padres de Coule, pero Eminem no lo sabía.

—Es un...—intentó decir el joven, antes de que la puerta se azotara y quedará atrapado, se levanto de donde recogió tal medalla y comenzó a golpear la puerta entre gritos.

—¡¡Sharon!!, habrá la puerta—suplicaba Eminem con desesperación, pero era inútil, la puerta no abría.

Iré por ayuda, tranquilo, creo que ka puerta está atorada—explicaba Sharon inexpresiva.

Mientras tanto, Coule y Clementina revisaban la planta baja, el chico entró en el baño de servicio revisando que Josefine no estuviera inconciente allí. Pero de forma fantasmal una vez dentro del mismo, la puerta del baño en un golpe detrás suyo, lo dejó encerrado.

—¡¡Abuela!!, ¡¡Abuela!!—el joven golpeaba ante la puerta, pero no había caso.

—Iré a buscar una llave Coule, la puerta está atorada, vuelvo enseguida—formuló Clementina.

Pero el joven marcado por el destino del infierno, no dejaría que a su amiga le pasará algo, en ese horrible baño encontró una especie de sujeta cabello metálico, con lo que intentó abrir su puerta trabada misteriosamente, no era sencillo, en las películas parecía más sencillo y simple.

Al no poder lograrlo, optó por la segunda idea, comenzó a golpear el picaporte a patadas, era un lugar viejo, la cerradura caería al instante y así fue, lo había conseguido, era libre y ahora debía encontrar a su amiga, Coule estaba muy seguro, que ella no estaba con Patrick, su novio o amante.

Si viéramos por fuera a la mansión Bernasconi, no sabría si reír, llorar o aplaudir el gran acto teatral montado en plena madrugada, gente rara para un lugar extraño, raro y tenebroso, algo típico para un pueblo como Dresden.

Eminem, por su parte, se percató que no estaba encerrado, detrás de la puerta había un mueble de pasillo obstruyendo para evitar que pudiera salir, así que haciendo un poco de fuerza, pudo abrir la puerta. El joven se dio cuenta que esta familia no era común y mucho menos normal, pero no era de extrañarle, ya conocía a los Bernasconi desde hace mucho, cuando de niño.

Éste bajó las escaleras y se chocó con Coule, ambos entendieron que habían sido encerrados a propósito, y se pusieron de camino en busca de la mucama y de la dueña de casa, hasta que dieron con ellas, no estaban muy lejos, entre el silencio del crepúsculo se podían oír las murmuraciones,
así tan solo debieron seguir las voces.

Al encontrarse frente a frente con los seres más siniestros, pero disfrazados de cara angelical, disimularon, lo que realmente sucedía allí.

—Estábamos por ir a rescatarlos, cuando justo escuchamos a Josefine llorando desde el sótano,
la pobrecilla había quedado atrapada como ustedes—explicaba Sharon intentando hacerse
la amable.

Mañana a primera hora mandaré a que venga un cerrajero, no puede ser que los tres hayan terminado encerrados—comentó Clementina.

—Eh, Eh, Eh, enserio..., estoy apenada—decía Josefine intentando formular palabra alguna, pero la pobre chica  estaba aterrada.

—Eso no importa Josefine, lo que importa es que estés bien—sentenció Coule Bernasconi.

La habían encontrado justo a tiempo, antes que la sacrificaran como a la joven de la habitación,
N° 36. Recordemos que eso era un espacio de tortura, pero como todo en el sitio, desapareció como por arte de magia, aunque de mágico no hubiera nada.

—Va a necesitar espacio, Coule acompañame a la casa de huéspedes—dijo Eminem mientras volvía a hablar—Allí  hay un botiquín para heridas y raspaduras, lo necesitaremos, así que Josefine vendrá con nosotros—consolidó finalmente.

Es cierto, pareciera que cayó por las escaleras—sostuvo Sharon intentando no reír.

—Josefine necesito que camines unos cuantos pasos hasta llegar a la casa de huéspedes poder curarte un poco—solicitó Coule a su amiga.

—De acuerdo—contestó la joven un tanto más tranquila, pero aún tiritaba de miedo.

Los jovenes, Coule, Josefine y Eminem, se dirigieron finalmente hasta la casa de huéspedes donde este último recidia en su actual pasantia por el pueblo de Dresden. Una vez dentro de la casa, comenzaron a hablar de la mierda que estaba ocurriendo en la mansión.

—¿Qué rayos fue todo eso?—comentó Eminem un tanto eufórico.

Fue una jodida broma o eso quisiera creer—habló Josefine saliendo de su estado de Shock.

—¿Como te sientes Jose...?—preguntaba Coule, pero no obtuvo respuestas algunas.

Puedes contarnos que diablos pasó, conozco lo suficiente al pueblo, aquí estoy para oírte hablar,
sí eso quieres—bociferaba Eminem Intentaba hacer que Josefine hablará de lo sucedido.

Es que, no sé, las escenas divagan en mí cabeza—respondió la joven, llevando una mano a la cabeza, indudablemente le dolía bastante.

Intenta recuperarte y luego hablamos Josefine—habló Eminem mientras volvía a hacerlo—Coule,necesitaré, alcohol, gazas y la solución povidona iodada tópica—terminó diciendo lo último en forma muy profesional.

—¿Qué significa eso genio?—contestó Coule elevando una ceja, al no saber lo que el chico solicitaba.

—Perdona, es el Pervinox—señaló finalmente Eminem, dándose cuenta de que estaba hablando en chino básico.

—Gracias cerebrito—rodó los ojos Coule alcanzandole todo lo solicitado.

No te asombres, deberas aprender, es muy importante. Así que esta, es la lección N°1, debes aprender a usar el botiquín de primeros auxilios—decía Eminem mientras se ponía unos guantes de látex.

Bueno, vaya, al parecer no me equivoqué contigo, si que eres un buen tutor—formuló Josefine con voz adolorida, a quién Eminem curaba sus heridas.

—Josefine que ocurrió en está noche, comienzo a creer que realmente tenías razón en cuanto a mí abuela y la mansión—Coule no pudo hablar más por un nudo en la garganta que le género la situación.

Los tres jóvenes terminaron dándose un fuerte abrazo de amigos, de colegas, había sido una larga noche.

Coule, yo no quise decir nada, pero mí puerta no se cerró, la habían trabado por fuera con un mueble—comentó Eminem luego de un instante.

—¿Estás seguro?—preguntó el rubio.

Sí, por supuesto, tuve que empujarlo un poco, para poder salir—afirmó el joven Grey.

Entiendo, considero que nos encerraron a propósito—confirmó Coule.

—¿Y que haremos?—preguntaba Eminem.

—Aún no lo sé—finalizó Coule.

                      #POR JOSEFINE#

No puedo explicar que ocurrió en esta noche, han ocurrido sucesos extraños inexplicables, podría comenzar a creer que realmente tenías razón en cuanto a la Sra. Clementina y mansión.

Palabras resonaban en mí cabeza una y otra vez, sumbidos, murmullos, risas y gruñidos, aquella noche podría afirmar que me había encontrado con el mismo diablo, sus ojos vacíos, ansiosos por obtener mí alma.

Un juego macrabro de un sueno progundo, un mundo paralelo, frío, sin luz, la silueta negra tenebrosa con cuernos pidiéndome que lo siguiera, ¿Era un circo donde estábamos?

Involuntariamente, como si las escenas en mí cabeza desaparecieran, me encontraba sentada en primera fila, al lado tenía ha ese demonio que a voz grave y oscura me decía que disfrutará del espectáculo.

Aparecieron unos payasos, pero no parecían sonreír. ¡Oh Dios Santo!, tenían sus labios cocidos, ojos de botones, vestimentas salpicadas en sangre.

En unos altavoces comenzaron a emitir gritos, llantos y lamentos. Tapé mis oídos y cerré fuertemente mis ojos, al abrirlos, estaba en medio de una secta satánica de la cual parecía que ser su sacrificio expiatorio. Atada a un poste de madera, bañada en gasolina, los encapuchados rezaban una lengua extraña, estoy segura que no era de este mundo.

—¡Quiero ver sus rostros!—hablé con enfado.

Mí estúpida petición se cumplió, todos se quitaron sus capuchas y pude verlos, eran seres horribles, deformes, en algunos se podía notar gusanos salir por doquier, otros tenían el rostro a carne viva.

Esos ojos, jamás podría olvidarlos, eran muy distintos al demonio, estos eran como de los adorables gatos, pero llenos de sangre y sin expresión de amistad.

Iban a comerme, matarme o quién sabe qué harían conmigo, esa luna de eclipse daba aún más miedo, todos sacaron cuchillos, cada uno de ellos pincho un dedo poniendo la sangre que se derramaba como si fuera agua en un Cáliz.

Luego, entregaron la copa al Demonio que apareció desde las tinieblas que había en la sombría noche, como quién podría salir por debajo de una cama o un ropero.

El mismo, tomó la Copa en sus siniestras y desgarradoras manos, pude ver su sonrisa, esos no parecían dientes, eran cuchillas que podían triturar lo que fuera, incluso a un niño pequeño.

La bestia se acercó donde estaba amarrada y de inmediato se encendieron llamas de manera circular, las cuales el demonio atravesó sin siquiera quemarse, elevó el cáliz e hizo que bebiera, aunque me resistí a hacerlo, tuve que beber sangre hasta la última gota del recipiente.

Al cabo de segundos no había nadie, todo y todos habían desaparecido, se escuchaba el sonido de un reloj marcando la hora, como si fuera la torre del reloj en London. Pero no eran indicios de nada bueno, había llegado mí hora, empecé a sentirme mal, lo que había bebido no era sangre, era veneno.

Comencé a vomitar era la sangre de mis órganos que poco a poco dejaban de funcionar, estaba muriendo atada a un poste de madera, las cuerdas afixiaban cada vez más fuerte mis muñecas, las habían quebrado, luego de dar mí ultimo suspiro y grito desgarrador...

Vi una luz, era un chico rubio, no era el cielo, tampoco el infierno, pero no era mejor indudablemente. Era la mansión Bernasconi,  estaba finalmente viva gracias a Dios y ahora escuchaba otra frase razonar en mí mente mientras salía del trance.

—Lo que importa realmente es que estés bien—Esa frase de mí gran amigo Coule, me la repetiría todas las veces que tuviera miedo de ahora en adelante.

        DÍA DEL GRAN EGRESO...
                     #POR COULE#

Lunes, día del egreso en la preparatoria del pueblo. Un acto sin sentido con completos extraños a mí alrededor. Excepto por Gabrielle Ratzinger, un chico encantador.

Ese día o era un momento feliz, mis padres estaban muertos y lo único que quería es que estuvieran en momentos tan significantes como estos. Pero no están, no los puedo recuperar.

—Coule, debemos irnos—decía mí abuela elevó la voz desde la planta principal de la mansión.

- ¡Ya voy!—dije terminando de acomodarme la corbata para el gran evento.

En el mismo pasillo me encontré con Josefine,
se la veía intentando mantener la calma. El a ver estado encerrada todo un día en un sótano a oscuras era evidente que la había traumatizado, toqué su hombro y se exsaltó.

—Joder, Coule, eres tú—dijo poniendose de pie—¿Es hora?—volvió a formular.

—Disculpa, sí, es hora—comenté haciendo una sonrisa a labios cerrados.

—Me gusta tu atuendo—habló Josefine dirigiéndose al primer piso.

—Sé que no estas cómoda aquí en la casa y la casa de huéspedes tiene dos habitaciones, baño e incluso su cocina propia—repliqué mientas volví a hablar—Podrías compartir el lugar con Eminem.

—Eso es muy amable, luego hablaré con él para saber sino le incómodaría...—dijo Josefine de manera pensativa.

—En realidad fue Eminem quién me lo planteó, así que cuando quieras puedes ir, siento tanto todo esto—argumenté un poco triste.

—Despreocupate,nos encargaremos de descubrir que sucede aquí y lo llevaremos a las autoridades—sentenció Josefine.

—Así será amiga—respondí como si fuéramos detectives secretos.

—Qué haces aún aquí arriba, vamos Coule, tenemos una ceremonia a la cual concurrir—
habló Sharon asomándose al pasillo que daba hacia las escaleras.

—De acuerdo, vamonos—espeté comenzando a caminar hacia la planta baja.

Eminem como siempre, estaba al volante del automóvil, íbamos Clementina, Sharon, Josefine, Eminem y por supuesto yo.

—¿Estamos  listos?—preguntó Eminem antes de tomar rumbo hacia la preparatoria.

Todos asentimos y comenzó el viaje que no sería más de 10 minutos, hasta llegar al sitio.

          "PREPARATORIA DE DRESDEN"
             #NARRADOR OMNISCIENTE#

Eminem Grey detuvo el coche en la entrada de la escuela que se habia vestido de aura alegre y vivaz, algo no común en Dresden. Luego de sacar todo lo que debían del automóvil, el joven Coule junto a su amiga Josefine, tomados del brazo, subieron por los escalones de preparatoria hasta llegar a la puerta de ingreso.

Una alfombra roja, al estilo Broadway. Sharon, Clementina y Eminem, debían ingresar por la puerta trasera, así era el protocolo para los invitados de los estudiantes.

Una vez Coule y Josefine estaban del lugar, ambos jóvenes se encontraron con sus chicos, Patrick Schmidt, el encantador hijo del gobernador en el pueblo, por supuesto, como no contar con la presencia de Gabrielle Ratzinger. La joven Bleath se acercó a su novio, al igual que el joven Bernasconi, quién discretamente.

—Hola viejo, pido disculpas por la mala situación del otro día—dijo Patrick viendo a Coule, era su reencuentro por primera vez, luego de los sucesos.

—Los que deberíamos pedir disculpas somos nosotros por ser descuidados unos descuidados—respondió Coule viendo a Gabrielle un poco avergonzado.

—Descuiden, su secreto está a salvo conmigo—dijo el muchacho de pircing y tatuajes.

Así,  Patrick y Josefine, luego de eso, se retiraron hacia el aula en la se que realizaría el acto, dándoles espacio a los otros dos chicos para que pudieran platicar.

—¿Cómo estás Coulemord?—habló Gabrielle con una voz sensual poniendose a centímetros de la boca de su chico.

—Estoy excelente junto a ti—expresó sonrojado el pelirubio superponiendo sus labios encima de los de Gabrielle.

Un beso fogoso, lleno de pasión, en medio de un pasillo desierto no sé sí era lo mejor, pero se sentía de maravilla, indudablemente los amores prohibidos son uno de los mejores.

—Debemos ir a nuestro acto de egreso—decía Coule con una  expresión de excitación.

—Vayamos entonces—sentenció Gabrielle besando finalmente el cuello de su chico.

—Esto es excitante—soltó sin más el joven Bernasconi con ojos llenos de fuego.

—A mí me excitas aún más—comentó Gabrielle pícaramente, volviendo a besar a su chico, pero finalmente se pusieron en marcha hacia la ceremonia de egreso, la cual estaba por dar inicio.

                      #POR PATRICK#

—Sé te nota extraña, ¿Estás bien?—pregunté interrogante antes de ingresar en el salón de egresados.

—Yo, yo..., estoy cansada de todo—respondió ella a punto de romper en llanto.

—Qué sucedió preciosa...—formulé acariciando su suave mejilla, pero podía ver el miedo en sus ojos, el terror que sentía dentro suyo, ¿Josefine estaba aterrada? , la pregunta sería cual era el motivo...

—Es mejor no hablar de ello, tal vez fue solo una pesadilla que tuve—explicó Josefine con más calma.

—Conmigo a tú lado, jamás volverá a pasarte algo, ¿Entendido?—formulé tomándola desde la cintura, sus besos eran sabrosos, se podía sentir la electricidad que nos conectaba, la pasión nos unía el uno por el otro.

—Gracias—contestó Jose mordiendo su labio inferior con el toque de un labial color rojizo, el cual hacía juego con su outfit.

Tomé su mano fuertemente, eso al parecer le transmitía calma a esa chica que había cambiado mí vida desde siempre y juntos como si fuéramos rey y reina, entramos a la gran aula magna donde en minutos iniciaría la ceremonia de entrega de diplomas.

*Sonido de golpes pequeños en el micrófono*

Eso atrajo la atención de todos los que estábamos reunidos en esa aula decorada por todas partes, flores, moños de telas colgando en las hierros superiores del escenario donde el director daría su discurso y entregaría los diplomas, en fin, la ceremonia perfecta que todo estudiante quisiera.

—Director Goguen: Hola a todos, Padres, familiares, alumnos en egreso, sean bienvenidos una vez más a nuestra preparatoria—hizo un breve pausa y retomó sus palabras.

—Estudiantes han llegado al final de la etapa, un nuevo inicio comenzará, la universidad y con ello los grandes riesgos—continuaba Goguen.

—Algunas escuelas han decidido parar las clases que quedaban por darse en esta época por la nevada, pero fue indispensable que nuestros estudiantes cumplieran el modelo curricular, porque deben absorban toda la sabiduría posible antes de enfrentarse a las grandes batallas que tienen por venir—expresaba el director.

                             *Aplausos*

De ese modo, concluía el discurso del director Goguen, armado por su secretaria a los cuales les importaba muy poco el establecimiento, pero según para el ministerio, uno de los mejores directores de todas las instituciones. Claramente, sobre abunda la hipocresía de aquellos que no quieren ver.

—Srita Stars:  Ahora, les pedimos a todos que, adjunto a la bandera de ceremonia y contando con la presencia de nuestro Alcalde Time Schmidt. Entonemos juntos, el himno nacional de nuestra amada Alemania—solicitó Macielle.

Una vez se entonó el himno del glorioso pueblo alemán, el padre de Patrick, el Alcalde, dio unas palabras, antes de que finalizar la ceremonia.

—Alcalde Time Schmidt: En este día queridos jóvenes ciudadanos, tengo el agrado de dirigirme a ustedes, con la esperanza en que vengan muchos momentos acompañados de grandes logros y metas. Sepan de antemano, que nada es fácil y sobre todo, nada sé logra sin esfuerzo.

Saludo cordialmente al Sr. director, que a trabajado incansablemente para que todos ustedes pudieran tener su egreso en este día.

Teniendo en cuenta que la alcaldía esta mañana recibió una amenaza anónima, por la cual el departamento de policía local, estan trabajando para encontrar al escritor de de esas palabras atroces.

Sin embargo, aún no han podido descubrir el destinatario. Pero descuiden, tenemos todo bajo control, no hay de que alarmarse.

Sin más, también tengo un hijo que se egresa en esta institución, es un orgullo enorme para mí y seguramente para todos ustedes el hecho de que sus hijos o familiares se egresen en el humilde pueblo de Dresden, ¡Felicidades para todos los estudiantes de la preparatoria!

           *Aplausos de los asistentes*

                          "BAILE ESCOLAR"
                              #POR COULE#

Después de la ceremonia formal, Gabrielle Ratzinger, Patrick Schmidt, Josefine Bleath, Eminem Grey, mí infiltrado y tutor, adjunto a otros alumnos que egresaban, ahora tenían su baile escolar.

Las luces eran bajan y los padres no estarían en el baile, estabamos satisfechos, sinceramente lo que dijera el resto de la relación que Gabrielle tenía conmigo nos importaba una mierda a ambos, queríamos ser libres y correriamos el riesgo de que hablaran, que hablaran de lo cuanto nos a traíamos, de lo lindo que nos veíamos juntos.

Al compás de la música sonaba, esa romántica canción de Coldplay, jamás podría olvidarla o sacarla de mí mente, transmitía sin duda lo que sentíamos.

Gabrielle tomaba mí cintura a lo que mis brazos pasaban por su espalda y mí cabeza reposaba en uno de sus hombros. Era amor vedadero, quizás uno de esos que aparecen en historias o novelas.
Pero que jamás ocurrirían en un historia de horror, porque en ellas, los finales felices no existen y el amor jamás sería crucial.

—No dejaré que nunca que te ocurra nada malo, eso quiero que lo sepas—decía sensualmente a mí oído Gabrielle, el chico de cabello castaño.

—Yo tampoco lo permitiré, nunca, jamás—respondí casi en un suspiro.

Ambos nos separamos un instante, para vernos al rostro, Gabi miraba mis labios con lujuria, no podría contenerse, solo cerré los ojos, sus suaves labios tocaban los míos, sentía la pezades en mis piernas, estaba sintiéndome débil, pero tomé sus manos fuertemente antes de desvanecerme.

CONTINUARÁ...

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