🔥➕"Ceremonias, Rituales y Misas"➕🔥
"DOMINGO" |SONNTAG|
Habiendo pasado la preparación para el ingreso
a la universidad, las clases finalmente habían terminado, con el nuevo Lunes en,"The Dresden Preparatory", tendría la ceremonia de egresados.
Con mucha suerte mis papeles escolares llegaron rápidamente a Alemania, aunque mí abuela haya tenido que mover a varios contactos, como siempre alguien me dirigió la palabra, sacándome de mis pensamientos.
—Coule, la Sra. Clementina quiere verlo en la planta baja de inmediato—dijo Sharon, la mucama de la casa.
—Gracias Sharon, bajaré en un instante—hablé con un tono de desgano.
Bajé al primer piso de la mansión y allí me esperaba mí abuela con un atuendo totalmente elegante.
—Muchacho, porque no estás arreglado, llegaremos tarde—espetó Clementina un poco molesta.
—Adonde llegaremos tarde?—pregunté desorientado.
—A la Iglesia querido Coule, y síno te apresuras llegaremos tarde—decía guardando dinero en su cartera de mano.
—Pero abuela, yo no soy creyente—repliqué un tanto apenado.
—¿Y esos padres tuyos que te enseñaron todo este tiempo?, tú padre Abel, cuando vivía conmigo siempre iba a la iglesia solo, hasta que un día me convenció y se hizo un hábito—recordaba nostálgica.
Resignado y con esas palabras que había dicho mí abuela en relación a mí padre, al menos iba iría para ver sí podía sentir algo de él, recordarlo, aunque sea algo mínimo o al menos experimentar que sentía para asistir a esos oficios religiosos.
Subí deprisa hasta la habitación tomando el traje que mí abuela tenía listo, me coloqué la camisa blanca, un saco de color azul marino y un par de zapatos color negros, algo básico, pero lo bastante dispensable para ir a ese tipo de sitio.
Era algo obvio, teniendo una abuela modista y una de las mejores en toda Alemania, no dejaría que usará de mis vestimentas poco formales, para su gusto y menos para asistir a la iglesia.
Una vez listo, el coché con mí asistente Eminem,
nos llevaría hasta la iglesia del pueblo, quien nos esperaba en la entrada de la mansión.
Del mismo modo, subimos y nos pusimos en marcha. Fue justo durante el viaje recientemente iniciado que rompí el silencio.
—Abuela, ¿Por qué no le dijiste también a Josefine que nos acompañará?—hablé interrogante.
—Porque tú amiga es judía y claramente, no iba querer acompañarnos, hablamos un poco ayer del tema y por supuesto, no me molesta, pero la gente del pueblo no lo es tolerante—explicó Clementina.
Una vez terminó de platicar conmigo, se dirigió al chico que sería mí tutor y quién conducía el coche.
—Tú debes ser el joven que contrató Coule—afirmaba mi abuela.
—Un placer Sra Clementina, mí nombre es Eminem Grey, soy el tutor de Coule y bueno, su chófer—respondió el chico todo sonriente el chico.
—Perdón por no presentarte—hablé apenado.
—No es problema Coule—comento amablemente.
—El placer es mío Eminem, veo que mí nieto es muy responsable y de un muy buen gusto—contestó Clementina clavando la vista en mis ojos.
Mí abuela siempre supo sobre mí sexualidad, ella también pertenecía a la comunidad LGBTQ+, a ello me refería cuando hablaba sobre que era liberal y por supuesto también lo mantenía oculto, sin que nadie lo supiera.
Luego de un rato de platica entre Clementinas y Eminem, quiénes al parecer tuvieron un buen trato, entre más platica rieron y contaban anecdotas, ello hizo que el camino hacia la iglesia, fuera más corto.
—Bueno, hemos llegado, debo ir a hacer unas llamadas en el teléfono público—explicó el joven volviendo a hablar—¿Paso a recogerlos a las 11AM,? sí les parece.
—Por supuesto Eminem, gracias por traernos, ve a hacer lo que debas tranquilo—finalizó mí abuela abriendo la puerta del automóvil.
—¡Adiós!—dije en voz baja despidiendome del chico, mientras salía del coche.
—No me vas a decir que no es atractivo tú asesor universitario—comentó Clementina a unos metros de distancia del vehículo, haciendo que me sonrojara.
—Basta Abuela, no voy a responder eso—contesté rodando los ojos.
Así, entramos al frío templo, el cual era de un estilo gótico-antiguo, como del siglo XV o un poco más, tal vez.
*Sonido de Campana replicando*
Era un Domingo helado, tan así que siendo las 10:00AM, parecía un amanecer, el sol casí inexistente, alumbraba con muy poca fuerza.
Sentía nervios por ingresar al establecimiento religioso, era mí primera vez pisando uno de esos templos, con mi abuela nos sentamos a la mitad de las bancas más próximas al altar, lo que separaba a los que se sentian excluidos y estaban cerca de los asientos finales.
Una vez todo listo, comenzó el oficio, nos pusimos de pié, no me sentía para nada familiarizado con el tipo de culto, pero intentaba ponerle las mejores energías.
—Párroco: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
—Todos: Amén.
—
Párroco: Hermanos, ahora reconozcamos nuestros pecados, para poder celebrar dignamente los sagrados misterios...
Pecados, la hipocresía más grande, piden perdón en comunidad, pero luego tienen amoríos con el vecino u vecina, ¡Repugnante!, ocultan realmente quienes son ante la vigilante y temida mirada del cura, que todos los domingos celebra la profesión de culto para los creyentes, para la escoria, así la podríamos llamar.
—Párroco: Qué el Señor esté con ustedes.
—Todos: Y con su espíritu.
Luego de varios ritos, tomamos nuevamente asiento para oír la supuesta: "Palabra del Dios todopoderoso". Inició la primera lectura, luego un corista se acercó al atrio para entonar el salmo, después de finalizar éste. Continuó otra lectura y por ultimo, el Evangelio, que según el catolicismo, es la palabra del mismo Cristo. Para esto, debimos ponernos de pie.
+ Evangelio Según San Juan 32: 17
Ofrecieron sacrificios a demonios, no a Dios, a dioses que no habían conocido, dioses nuevos que vinieron recientemente, a los que vuestros padres no temieron.
—Párroco: Es Palabra del Señor.
—Todos: Gloria a ti Señor.
Finaliazado éste. Volvimos a tomar asiento para escuchar el sermón del sacerdote, que explicaría los textos leídos.
—Párroco: Hermanos y Hermanas, hoy el Señor nos habla del dominio, del mal sobre nosotros...
Escuchaba hablar al cura muy a lo lejos, no podía prestar atención, sentía un gran dolor de cabeza, como sí mí cerebro fuera a estallar, creo que me estaba bajando la presión.
Así que le avisé a mí abuela que no me estaba sintiendo bien salí fuera del lugar para recuperar las fuerzas pérdidas, ya que comencé a ver todo borroso a mí alrededor, incluyendo el rostro del Padre Risotto, en el cual creo pude ver una deformación en su rostro, como sí el demonio del que hablaba fuera él mismo. Pero seguro fue una alucinación por mí cabeza que estaba dando vueltas.
—Con qué el dominio del mal, ¿verdad?—dijo Gabrielle apareciendo detrás mío.
—¿Qué?—inquirí sin entender absolutamente nada, era un espejismo o realmente era el castaño.
—Ya veo que no prestaste atención al sermón del Párroco; igual te digo que siempre suele ser así de aburrido—decía Gabrielle tomando asiento a mí lado.
—Oh, eso, sí, me sentía mal y tuve que salir—expliqué con una voz un poco agotada.
—Ya veo, sé te ve pálido—dijo Gabrielle preocupado.
—Te extrañe, ¿Donde andabas?—formule con tristeza.
—Siento mucho que no hayamos podido vernos estos días, no sabes las ganas que tuve de verte—decia Gabrielle sincerandose.
—Eso me alegra, también pensé en ti y juro que no deseo que esto, lo nuestro, finalice jamás—dije haciendo alusión a un noviazgo.
—Sí pudiera ahora, te besaría sin dudarlo, pero no puedo, quedará pendiente—habló Gabrielle locamente perdido en mis labios.
—¿Y que pasó con el imbécil de Patrick?—pregunté cambiando de tema.
—Bueno, no fue fácil hablar con Patrick, él es un poco de ideas más cerradas, pero soy su amigo desde siempre, así que pudo aceptarlo—contestó felizmente Gabrielle.
—Eso me da una gran emoción—dije en un suspiro de alivio y sin darme cuenta estaba abrazando a mí chico enfrente de la puta iglesia, pero nadie estaba allí.
Luego de separarnos del abrazo y sintiéndome mejor, Gabrielle y yo decidimos volver dentro de la iglesia.
El chico me sonrió levemente y luego me tendió la mano para que nos levantaramos y fuéramos a la iglesia nuevamente. Así lo hicimos y cada uno a se fue a su lugar perdiendonos entre los asistentes.
—Párroco: Queridos hermanos, ¡Oremos!
Al cabo de una hora y media de haber asistido al oficio, finalmente sé daba por concluido.
—Párroco: Hemos celebrado la Santa Misa, puden ir en Paz.
—Todos: Demos Gracias a Dios.
Éramos libres, pensé para mis adentros y más bien la gente comenzó a saludarse, camine lo más rápido posible para salir de ese horrible lugar.
Pero aunque lo intenté, no pude escapar, en la entrada algunos de los asistentes comenzaron a darme su pésame por la pérdida de mis papás, para lo cual tuve que disimular agradecimiento y pequeñas sonrisas forzadas.
Sin más, el automóvil, conducido nuevamente por Eminem. Ya nos esperaba para regresar a la mansión Bernasconi, obviamente, no dudé en subir y esperar a mí abuela en el auto.
—No tienes que sentirte mal Coule, ya sabes como es la gente por aquí—dijo Clementina entrando también en el mismo.
—No me gusta que me tengan lástima abuela—respondí con un poco de enfado.
—¿Qué es lo que sucedió? sí puedo preguntar—me dirigió la palabra el chico que sería mí tutor.
—Bueno no es nada, no algo de lo que me guste hablar seguido—contesté de la mejor forma que pude, no quería lastimar a Eminem, pero esas cosas me sobrepasaban.
—Está bien, descuida, no debí entrometerme—dijo volviendo a hablar—¿Y como estuvo su ceremonia?
Antes de que pudiera volver a hablarle, ya estaba conversando con mí abuela acerca de esa horrible iglesia, empezaba a no agradarme del todo, me sentía como sí yo fuera un niñito rodeado de ancianos decrépito.
#POR JOSEFINE#
Domingo por la mañana, todos se habían ido de la mansión Bernasconi o al menos eso creía, Sharon Garden seguía en la gran casa y al parecer no tenía ni la más jodida idea de lo que iba a enfrentarme, aquí había algo raro, muy extraño e iba a descubrirlo, cueste lo que cueste.
Escuché pasos por la planta superior a lo que esperé que se alejarán y así poder seguirlos...
¡Vaya!, ¡Vaya!, sí que era tenebroso, los pasos eran de Sharon como imaginaba y se dirigía hacia el sótano de la gran casa, estaba muy lejos como para poder verla correctamente, cuando llegue al sitio que me parecia ella había seguido.
Vi la puerta del sotano, la misma estaba abierta, ingresé lentamente, pero cuando hice unos pasos para adentrarme al lugar, el viento sopló más fuerte, ya que la puerta sé azotó fuertemente.
Tenía miedo, estaba asustada, así que subí inmediatamente hacía dónde estaba la puerta, pero no abría, estaba cerrada por fuera o trabada, sentí como el terror invadía mí cuerpo, la linterna del Phone comenzó a fallar, se apagaba a cada instante y debía volver a presionar en la misma para que volviera a encender, así a cada 5 segundos. Esto no era bueno, mí visión estaba reducida.
Decidí sentarme contra la puerta, nadie vendría en mí rescate, no al menos luego de a ver pasado horas. Y sí que estaba jodida, ya no podía mantener la cordura, al final de la escalera había una silueta vestida de negro, parecía el mismo infierno, solo salió de mí un grito desgarrador.
Pero en la mansión completamente sola, era como si no tuviera voz, como sino pudiera hablar, nadie escucharía nada.
#POR COULE#
Luego de esa atroz ceremonia, regresamos a la mansión y pasamos un día común, aburrido, escuchando el tocadisco de la abuela y leyendo el periódico del pueblo que traía algunas noticias de la ciudad, pero todo era muy monótono, nada relevante. ¡Claro estaba que seguiría sin recepción del Wifi!
Mientras tomábamos el té casi en el ocaso del agotador día mí abuela me habló.
—Coule, recuerda que mañana está la ceremonia del egreso, será en la tarde, por lo que debes estar presentable—explicó mí abuela.
—Así que, ¿Pondrás sobre mí cama o mandaras a Sharon que vaya a mí cuarto para dejarme un nuevo traje o algo por el estilo?—comenté con fastidio.
—Bueno, espero que no te moleste que te dé vestimentas elegantes, siempre me gustó vestir a varones, pero terminé en un taller de vestidos y trajes de mujeres, así que lo mínimo que puedo hacer por mí nieto—argumentó Clementina.
—Gracias abuela, gracias—sólo eso pude decir ante sus palabras tan gratas.
#NARRADOR OMNISCIENTE#
Clementina y Coule sé abrazaron como aquella vez cuando el joven recién había llegado a la casa, de esa forma término el día para los Bernasconi.
Pero en otro lugar, mejor dicho en el bosque que rodeaba a la gran mansión, se llevaba a cabo un ritual satánico. Era un día perfecto para realizar el conjuro de invocación demoníaca, noche fría, luna llena y en busca de las almas infernales más tetricas que jamás habían sido invocadas.
Y así sé cumplía las Palabras del Párroco Pablo Risotto...
"Ofrecieron sacrificios a demonios, no a Dios,
a dioses que no habían conocido, dioses nuevos que vinieron recientemente, a los que vuestros padres no temieron".
Al parecer el pueblo de "Dresden", no era tan pulcro y perfecto como solían aparentar sus habitantes. Sobre todo la mansión Bernasconi repleta de misterios, es un enigma.
CONTINUARÁ...
NOTA: El fragmento del texto religioso, en su originalidad es del libro bíblico: Deuteronomio.
Aquí en la historia, fue amoldado de forma irreal, ficticia, para llevar adelante la obra literaria.
Sin embargo, el versículo es correcto 32:17, pero no del evangelios, sino del Deuteronomio.
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