FF JUNGKOOK — Dreamy Girl | Lo único que Eunseo quería era ser feliz, ¿Era mucho pedir? No entendía porque a veces la vida era tan injusta como para no cumplirle al menos uno de sus muchos sueños, sueños que con el paso del tiempo se fueron apagando hasta extinguirse por completo.

Aún así Seok Eunseo no quería darse por vencida con su último sueño.

Era una chica soñadora.

Solo esperaba que todo acabe pronto.

╰► ꒱ SEOK EUNSEO

❪ dreamy girl ❫

❝Estoy muy feliz por ti, Jungkook. Al menos uno de los dos pudo ser libre❞

╰► ꒱ JEON JUNGKOOK

❪ hopeless boy ❫

❝Mierda, no debí decirle todo eso, ¡Tengo que encontrarla!... No, ¡Eunseo!❞

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Dónde Eunseo desea más que nada poder ser libre de nuevo

O

Dónde conoce a un chico que es lo contrario a ella, y aún así se vuelven inseparables

Para su mala suerte, los padres de Eunseo habían fallecido a sus recién cumplidos quince, mientras intentaban llegar con una sorpresa para la chica, una sorpresa que no salió para nada como lo esperado y terminó con un día nublado vistiendo de negro y llorando durante los siguientes días.

Siendo menor de edad, no tuvo más remedio que irse a vivir con sus tíos, quiénes al principio le parecieron personas fantásticas, hasta que se dió cuenta como eran en realidad.

En todo momento abusaron de su autoridad como tutores de la chica, no la cuidaban como si fuera de su familia, al contrario de ello la trataban como si ella fuera su sirvienta. Le golpeaban cuando no hacía lo que le pedían y como lo pedían.

Un trato para nada justo, y que ella no merecía para nada.

Siempre se preguntó que pudo haber hecho mal como para ganarse aquella vida, si es que se le podía seguir llamando así.

Seok Eunseo caminaba por lo largo de el patio decorado con flores alrededor que ella había plantado en su momento, cuando aún tenía algo de esperanza para que todo cambiara, algunas ya estaban marchitas, para ella salir de esa casa a cualquier otro lugar lejos de su "familia" le daba al menos algo de tranquilidad.

Por la mente de la chica pensaba miles de excusas para antes de volver a esa casa. Sabía que el señor se enojaría con ella por salir en la mañana.

Antes de atravesar la puerta dió un largo suspiro temiendo lo peor.

— ¡Mocosa! ¿Dónde demonios estabas eh? Estamos esperando para que prepares el desayuno, ahora tendré que irme al trabajo y comprar algo haya —fue lo primero que escuchó al entrar.

— Lo siento, yo-... —sus palabras quedan cortadas gracias al fuerte impacto que llegó a su mejilla, Eunseo sintió un ardor en su mejilla izquierda por lo que llevó sus dos manos a ésta, cubriéndola—. Lo siento mucho, señor. No volverá a pasar —se inclinó lo suficiente en forma de disculpa.

— Inservible... —fue lo único que murmuró él hombre antes de salir de su casa.

Fue inevitable que la joven no derramara un par de lágrimas, con esa cachetada le había dolido hasta el alma. Después de unos minutos volvió a la normalidad como si nada hubiera pasado.

— ¡Sirvienta! —se escuchó el grito desde el segundo piso.

Eunseo —como si se tratara de una máquina acatando órdenes y supiera que hacer— a paso rápido se dirigió hacía la habitación de dónde venía el llamado.

— ¿Qué necesita, señora Cheng? —hizo una reverencia al llegar donde la mujer.

— Necesito que tengas este lugar limpio para la tarde, unas amigas vendían y no quiero nada fuera de lugar, ¿Entendiste? —la chica asintió—. Recuerda lo que pasará si no haces las cosas que te dicen

— Sí, señora

Cada noche, Eunseo se preguntaba cuando terminaría todo eso.

¿Por qué aún podía vivir feliz, cierto?

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