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𝐈𝐈𝐈. WHO IS HE?


OO3. ¡ ¿QUIÉN ES ÉL? !


Ignorando todos los problemas que tuvo ese día, Eunseo pudo llegar a la preparatoria después de haberse perdido por las calles más de una vez, el lado bueno es que aún existía gente buena en el mundo que con mucho gusto la ayudo a llegar.

Ahora tendría que esperar hasta que Miran saliera, ni siquiera tenía conocimiento de tiempo que se tomaría ahí. Al menos esperaba que para ese momento su ropa ya estuviera seca, seguro cuando su prima la mire lo primero que hará será burlarse de ella.

Duró aproximadamente tres horas cuando la campana le hizo asustar.

Poco a poco observó como algunos estudiantes comenzaron a salir de la institución, más nunca se acercaron a dónde ella estaba por lo que dedujo y estaban en el descanso.

Observó desde lo lejos a los estudiantes entre grupos haciéndose bromas entre ellos, riendo a carcajadas y comprando su comida.

Sería algo lindo tener algo como eso, pero Eunseo que eso lamentablemente no pasaría pronto, no mientras siguiera con la familia Cheng. Cuando el receso acabó nuevamente quedó ella sola en compañía del viento, su ropa estaba casi seca, aunque gracias a las aguas sucias quedó con una gran mancha en medio de esta.

Otras cuatro horas pasaron cuando la chica volvió a escuchar aquél sonido dando aviso a la salida, minutos después divisó a Miran acompañada de un grupo de chicos.

— Ah, aquí estás —esta la miró con desagrado apenas se levantó llamando su atención—. ¿Qué demonios te pasó? —señaló su ropa, cuando estuvo a punto de abrir la boca fue interrumpida—. Cómo sea, de igual forma no me importa. Camina, tenemos cosas que hacer

Los jóvenes detrás de ella rieron, siguiéndola de nuevo cuando se adelantó pasando al lado de Eunseo y golpeando su hombro de manera intencional. La pelicorto supo que eso era una señal para hacer lo mismo, así es como se quedó atrás de todos ellos siguiendo sus pasos.

Continuaron caminando un par de minutos hasta que se adentraron en un callejón.

Seok frunció el ceño sin saber que estaban haciendo ahí, más aún seguía sin comprender porque Miran quiso que la acompañara. Después de estar unos segundos pensando retomó su andar adentrándose también.

— De acuerdo, ¿Quién quiere ser el primero en jugar? Quien dé mejor paga empieza —Miran dijo eso con la sonrisa traviesa que tanto le caracteriza.

Esa sonrisa que nunca significaba algo bueno para Eunseo.

— No es justo, Miran —se quejó una chica—. Primero deberíamos hacer una prueba, ¿Estás segura que no dirá nada? No la conocemos y si mis padres se enteran, esta vez me enviarán a un internado de chicas

— Tranquila, Yujeon —se posicionó a su lado palmeando su hombro—. Esta chica —apuntó a Eunseo quién seguía más que confundida con el comportamiento de todos—. No puede decir nada, o se las verá conmigo y mi familia. Sin nosotros ella no es nada, y a menos que quiera quedarse en la calle no hablará —con cada palabra que decía daba un paso hacia la chica hasta que llegó frente a ella dándole un empujón en el pecho—. ¿No es así, Eunseo?

— ¿Por qué estamos aquí? —se limitó a preguntar tratando de evitar los problemas.

— ¿Tienes curiosidad por saber? Chicos, vamos a darle una demostración de lo que haremos, este intento será gratis, ¿Quién empieza?

— De acuerdo, voy yo. Necesito golpear algo antes de quedarme sin cabeza

— Oww, pobre Soyin, los problemas con su familia la dejan exhausta —la nombrada le dio una mirada que no la intimidó en absoluto—. Tranquila, puedes hacer lo que te plazca con ella

— Bien —caminó hasta donde se encontraban las primas, sus tacones se escucharon en el pavimento de la calle, cuando Eunseo abrió la boca para decir algo al ver cómo Miran se alejaba de dónde estaba, cerró la boca sintiendo ardor en su mejilla izquierda, ella solo quedó con su cabeza girada por el golpe—. Se sintió bien, pero aún no estoy satisfecha, ¿Miran, te importa que juegue un poco más con ella?

— Para nada

Cuando alzó su cabeza de nuevo, Eunseo sintió el ardor del otro lado de su rostro.

La chica desconocida que respondía al nombre de Soyin siguió repartiendo algunas cachetadas y jalones de cabello hasta que quedó exhausta. Eunseo logró cubrirse un poco el rostro dejando que el dolor disminuyera, sabía que si intentaba defenderse lo único que lograría era empeorar las cosas. Entonces ahí entendió que para eso la querían, para desahogarse de sus problemas haciéndole la vida un infierno a alguien más.

Mientras Eunseo vivía con los Cheng, más de una vez escuchó como estos regañaron a su hija respecto a su comportamiento en la preparatoria, pues al parecer era una bullying junto a su grupito —los cuáles en este momento está segura son ellos—, por su cabeza pensó que ya estaban advertidos con volver a molestar a algún estudiante.

Para su mala suerte, ella no era una estudiante de esa institución a la que pudieran defender.

Eunseo no tenía en nadie que pudiera confiarle su vida como para defenderla, lamentablemente las únicas personas que tenía se fueron de su vida años atrás, dejando únicamente dolor en ella.

Cuando creyó que era lo único que harían, se equivocó notablemente cuando dos chicos le entregaban dos billetes a su prima y tal como antes se acercaban a ella amenazantes con su paso seguro.

Bueno, si lograba escapar de eso sería un milagro.

Ellos se veían demasiado imponentes cómo para que pudiera hacer algo.

— Solo diré que esto se siente extraño —interviene uno de los chicos, el otro le mira cruzado de brazos y con las cejas fruncidas como si no se lo creyera para nada.

— Oh, vamos. Jake, no es la primera que golpeas a una chica, y ten en cuenta que esta vez no va a acusarte como Minah, ¿No dijiste que las chicas te provocaban repulsión? Ponlo a prueba

— Yunno —soltó no muy convencido.

— Hazlo, o sabes lo que pasará

El chico suspiró y sin más remedio continúo acercándose a Eunseo quién lo miraba suplicante, lo único que pedía con esa mirada es que al menos fuera menos rudo de como el otro chico se veía a simple vista, incluso la voz autoritaria con la que demandó aquello, ahí supo que el tal Jake probablemente estaba en contra de su voluntad y solo para sobrevivir, lo mismo que ella.

Eunseo cerró los ojos con fuerza cuando le miró alzar la mano en su dirección, esperó paciente un par de segundos pero el golpe nunca llegó, el miedo la consumía así que no los abrió pensando que solo jugaban con su mente y eran lo que querían. Más se dió la tarea de hacerlo cuando escuchó la voz del chico intimidante.

— Jeon...

Los ojos de la chica se abrieron despacio, primero uno para verificar que todo estuviera bien a su alrededor, lo primero que visualizó fue al chico Jake con la mano en el aire, si, seguro la hubiera golpeado de no ser por esa otra mano que sostenía su muñeca.

Espera, ¿De quién era esa mano?

Eunseo giró la cabeza hacia su lado izquierdo, más tuvo que alzarla —gracias a la diferencia de altura— encontrándose con un chico pelinegro con vestimenta del mismo color, su expresión sería y asesinando con la mirada a cierto chico.

— C-chicos... —habló nuevamente Soyin, su voz había salido raramente temblorosa.

— ¿Qué haces aquí, Jeon? Es la primera vez que te vemos por estos lares —habla nuevamente Yunno—. Dime, ¿Quieres divertirte un rato con nosotros?

Solo con aquella pregunta fue suficiente para que el pelinegro —desconocido para Eunseo— soltara el brazo bruscamente haciéndolo retroceder de manera torpe. Jake observó con miedo a este, que ahora ya no le dirigía la mirada a él, sino a su "amigo". Por lo tanto y con algo de miedo jaló la camisa de su compañero para llamar su atención.

— N-no podemos meternos en... problemas —le dijo susurrando, aún así Eunseo logró escucharlo.

La mirada de Yunno se mantenía firme, pero aún así a leguas podía notarse que el también quería salir de allí lo más rápido posible. ¿Cómo era posible que los cuatro ahora actuarán de esa forma? Eunseo se encontraba más que perpleja con lo que estaba presenciando.

Miró de reojo a Miran, esta se encontraba igual.

Ahí comenzó a preguntarse si el chico a su lado era alguien peligroso como para hacerlos orinarse en sus pantalones.

— No estábamos haciendo nada malo —se excusa el chico, queriendo creerlo el también—. Conocemos a esta chica y es nuestra amiga y prima de ella —apuntó a Miran, esta maldijo a regañadientes para finalmente asentir como si nada—. Bueno, no importa, de todos modos ya nos íbamos. Vamos, niña —quiso acercarse a Eunseo para tomar su brazo, más fue retenido al igual que el otro chico—. ¿Q-qué? —sin poder evitarlo titubeó.

— Ni se te ocurra tocarla —sentenció.

En ese momento Seok Eunseo quedó con la mente totalmente en blanco, esa voz se le hizo bastante familiar para su gusto, pero estaba segura que era la primera vez que veía a ese chico, ¿Entonces por qué...?

— ¿L-la conoces? —por primera vez y ante la presencia del chico, habló Miran.

— No te importa, ahora largo antes de que me arrepienta —señaló a sus espaldas sin moverse un solo centímetro de dónde se encontraba.

Rápidamente los cuatro jóvenes le hicieron caso, cuando pasó Miran volvió a alzar la cabeza hacia su prima mirándola, preferiría no mirar al chico.

— T-tengo que llevarme a... mi prima —la apuntó.

— Se quedará conmigo —su voz era firme y sin titubear un poco, seguro de su respuesta y como si supiera que Eunseo no se negaría ante eso. Pues era cierto, preferiría estar con él, antes de irse otra vez con aquél grupo.

Miran se lo pensó dándole un vistazo rápido al chico, por ello Soyin regresó por ella y se la llevó.

La última mirada que se dieron Eunseo y su prima, era algo que la primera no supo interpretar, no fue algo claro. Igual no se movió ni un poco, solo observó como se iban.

Hasta que por fin se perdieron fue cuando notó que estuvo conteniendo el aire nerviosa por lo que pudo pasar. Un carraspeo la hizo voltear recordando que no estaba sola.

Este desvío la mirada evitándola.

No supo de dónde sacó el valor, pero lo hizo, le pregunto.

— ¿Te... conozco de alguna parte? —el chico no volteó—. Es solo que tú... tu voz se me hace extrañamente familiar, tal vez solo estoy imaginando cosas —se puso frente a él, ya sin importarle que no le dirigiera la mirada, hizo una reverencia—. Muchas gracias por haberme ayudado, aunque no estoy segura si fue lo mejor, igual agradezco la acción. Adiós... —al no obtener repuesta tampoco, caminó despacio por su lado dispuesta a irse, digo dispuesta porque no logró su cometido después de escucharlo hablar.

— ¿Ella también te golpea? Pensé que solo eran tus tíos... Eso es caer muy bajo —Eunseo se queda desconcertada.

¿Cómo él sabía que sus tíos la maltrataban?

— ¿Cómo...? —se volteó encarandolo, con aquella expresión de sorpresa por todo su rostro sin intención de esconder esta.

El chico volvió a aclarar su garganta antes de hablar, sin saber cómo expresarse o creyendo que ese no era un buen lugar para hablar de ello.

— Yo... —pasó su lengua entre sus labios secos—. Puedo explicártelo, pero no creo que esté sea un buen lugar para hacerlo, ¿Comprendes? —Eunseo le atinó a asentir—. Tal vez podríamos ir a un lugar más tranquilo, como la playa. Hay... hay un lugar lo suficientemente tranquilo como para hablar

Eunseo enmudeció.

¿Por qué ella aceptaría ir con un completo extraño? Una cosa fue que le ayudó, pero aún así no lo conocía para nada, seguía pensando que se habían visto antes pero no lograba recordar quién era él. La única pista era su voz.

Tenía muchas preguntas, y por esa razón fue que aceptó.

— Está bien...

Tal vez estaba cometiendo un error al aceptar...

O tal vez no y era todo lo contrario.

A pesar de que Eunseo había aceptado su propuesta ninguno de los dos se movió de sus lugares, y es que Jeon tenía un debate mental.

Era hacerlo o no.

Desde que la vió caminando por la calle con esa ropa mojada y —ahora— arruinada con una gran mancha, pensó en acercarse porque al momento notó que se trataba de esa chica, con la que había pasado mayor parte de la madrugada.

Eunseo pensó en hablar, aunque no estaba muy segura de hacerlo, pero observando como el chico parecía querer decirle algo, abrió la boca arriesgándose a preguntar. En el momento que intentó formular palabra, el chico comenzó a desvestirse delante de ella, la chica quiso salir corriendo en ese momento, ¡Era un pervertido! ¡Estuvo a nada de irse con un pervertido! Retrocedió unos pasos cuando le vio acercarse con la chaqueta negra en manos.

— ¿Qué...? —calló cuando estuvo a punto de tropezar con una roca suelta, pensó que caería de espalda pero eso no fue así, pues fue detenida justo a tiempo. El chico actuó rápido y las sostuvo antes de que pudiera lastimarse jalando su brazo y tirando de este hacia él, después de reincorporarse, le pasó su chaqueta negra carraspeando la garganta mirándola con detenimiento—. ¿Por qué?

— Tu ropa está arruinada y es de mañana aún, hace frío —explicó breve aún extendiendo la prenda.

— Oh —se limitó a decir, avergonzada por lo que llegó a pensar hace un momento tomó la vestimenta—. Muchas gracias, y también por lo de antes —dijo refiriéndose a la casi caída.

— Está bien, en la costa hace mucho más aire que aquí y también habla mucho la humedad

— ¿Pero y tú? —dijo una vez que se cubrió—. Ahora a ti te dará frío, no, mejor tómala de vuelta —hizo el intento de quitársela, más el chico la detuvo colocando nuevamente esta.

— Estaré bien, estoy acostumbrado a las temperaturas bajas —le restó importancia—. Entonces... ¿Nos vamos?

Eun volvió a asentir y esta vez ambos se encaminaron a alguna parte.




una disculpa por no haber actualizado antes cuando ya tenía el capítulo terminado, estas últimas semanas había tenido mucho estrés acumulado, creo que ahora me siento un poco mejor ya que en poco más de una semana tendré unas pequeñas vacaciones, que bendición 🙏

gracias por el apoyo siempre 💜‼️

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