—¿Te tardas mucho?

—Ay, amor, deja la impaciencia. Ya voy a abordar.

—El avión despega en cinco minutos y si no llegas a tiempo voy a matarte, ¿me entendiste?

—Deja de hablar de violencia. Estás en un avión y pueden sacarte.

—Entonces llega a tiempo si no quieres que cruce el océano en un bote.

—Te compré una café. Scott dijo que te gusta la malteada.

—¿Es normal que tu hermano me conozca más que tú?

—Ustedes dos son como los mejores amigos y yo apenas soy tu novio.

—Sigue siendo anormal.

—Cielos, te ves hermosa hoy.

Mirando a su alrededor con impaciencia hizo una pregunta. —¿Dónde estás?

—Aquí. —contestó, alargando la a, y dejando un suave beso en sus labios apenas se sentó junto a ella.— Gracias por dejarme el asiento junto a la ventana.

Blaise mordió su labio para luego mirarlo con una ceja levantada.

—Entre más te pido que seas cuidadoso menos caso me haces.

—Por algo estamos en primera clase, Blaise. Nadie vio nada, déjame. —se quejó, dándole un beso de nuevo.— Estaremos aquí por unas once horas y no te extrañe que de vez en cuando te bese.

Rodó los ojos ocultando una sonrisa de ternura por las palabras de Chris, y devolvió su atención a su celular, en donde organizaba ciertas reuniones para obtener nuevos contactos y eventos para sus clientes. Por supuesto, lo mejor era dejar a Chris tranquilo para que tuviera tiempo para sí mismo antes de tener que ocuparse por una temporada un tanto larga trabajando. No planearía ningún evento para él a no ser que fuera llamado en específico para así mantenerlo más tranquilo.

—¿Qué haces?

—Trabajo. —respondió.

En ese momento, avisaron que iban a despegar y debían abrochar sus cinturones y apagar sus teléfonos.

—¿Tienes demasiado trabajo?

—Pues, un poco, sí.

—Siento que nuestro viaje te ha complicado mucho la agenda.

—Claro que no, amor. Es mi trabajo estar contigo en estas cosas, y de todos modos por estas fechas es mejor para mí trabajar fuera de la oficina.

Luego de darle una sonrisa y entrelazar sus manos, habló. —¿Qué haremos en Francia?

—Pues descansaremos en el hotel, mañana en la tarde iremos a grabar la campaña publicitaria, después de eso debo ir a una cena para concretar un par de cosas con unos nuevos contactos... Al día siguiente podemos hacer algo de turismo antes de que regresemos al set para ver qué tal todo y si necesitan que grabes algo más, y luego debes acompañarme a conseguirte un traje.

—¿Un traje para qué?

—El domingo hay una cena de gala a la que por supuesto mi tío está invitado por su marca de vinos. Este fin de semana hay varios eventos de eso, y Olivier dijo que podíamos ir con él, su esposa y mi primo a la gala si queríamos. Dije que sí, espero que también quieras ir.

—Está bien...

—Vale, entonces podremos descansar y pasar un muy buen rato durante esa semana y el viernes volveremos a Estados Unidos.

—Que bueno que me obligaste a cambiar mi horario de sueño.

—Son nueve horas de diferencia, definitivamente debías cambiar tu horario de sueño.

—Piensas en todo.

Blaise sonrió y luego de verificar que a su alrededor nadie les prestaba mucha atención, tomó el rostro de Chris con sus manos y le dio un largo beso. —Ese es mi trabajo.

—Y mi trabajo es hacer todo lo que me pidas tú.

—Haces muy bien tu trabajo, Evans.

—Espero que me lo recompenses muy bien, muñeca. —le susurró.

—Sí, eso me parece bien.

Blaise estaba recostada en el pecho de Chris, abrazándolo, y él la abrazaba también, ambos dormidos, cuando escucharon que el avión iba a aterrizar y debían abrochar sus cinturones. Ella se despertó como si nada, pero a él no le gusto que se hubieran separado. Tal vez era algo cursi, pero le encantaba estar así con ella. La sensación de tenerla tan cerca suyo no lo podía comparar con nada.

Luego de un buen rato, ya estaban ingresando al hotel.

—Solo reservaste una habitación, ¿verdad?

—Sí, eso me pediste. —le respondió ella, y luego se acercó a la recepción mientras que Chris la miraba desde lejos. Un hombre recibió sus maletas y detrás de él ambos caminaron hasta subir por el elevador y luego hasta la habitación.

—Tengo mucho sueño. —comentó Blaise, sacando de su maleta su pijama y cambiándose frente a Chris.

—¿Estás segura?—preguntó él con una sonrisa.

—Sí, bastante segura.

Chris se descambió hasta quedar solo en ropa interior. —¿Y no te queda un poquito de energía?

—¿Tras un vuelo de once horas?

—En el que te dormiste la mitad.

—Once horas.

—Tenemos muchos días sin vernos... No seas mala.

—Una semana.

—Para mí fueron siglos. Ven aquí.

Blaise sonrió con diversión y se acercó a él para abrazarlo. —A dormir.

Chris rodó los ojos, buscó una camiseta y un pantalón de pijama, y se acostó, para que luego ella se acomodara a su lado.

—Eres la peor.

—Tú lo eres. Buenas noches.

—Buenas noches. —se despidió finalmente, dejando un beso en su hombro.

Ella quería dormir. Realmente quería.

—¿Estás despierto?

—Sí, ¿no puedes dormir?

Pero Chris tenía razón.

—No. —respondió volteando para mirarlo de frente. Y le dio un beso.

Tenían siglos sin verse.

—¿Por qué cambiaste de opinión?

—Porque tengo tantas ganas de que hagas todo lo que quieras conmigo...

—No tienes idea lo mucho que me alegra eso, Blaise.

Ella sonrió y pronto se quitó casi todo lo que estaba vistiendo, para luego acomodarse encima de un muy excitado Chris, quien mientras la besaba realizaba un minucioso recorrido por su cuerpo.

—Eres perfecta, ¿lo sabías?

—Creo que estoy bastante alejada de serlo, pero todo lo que me digas te lo creeré. Así me digas algo que sé a ciencia cierta que es mentira, yo... Voy a creerte y apoyarte siempre... Espero que no abuses de eso jamás...

—Nunca podría, preciosa.

Blaise le quitó su camiseta, para con sus labios dar un paseo por su pecho desnudo. Trazar las siluetas de sus tatuajes a punta besos y mordidas.

Chris quería hacer lo mismo. Quería reclamarla como suya, dejando marcas de su amor en la suave piel color caramelo que estaba puesta a su entera disposición. Entonces jaló con suavidad su cabello, alejando su rostro de su pecho y dirigiendo sus labios a los suyos. Dándole un beso de aquellos que expresan sus sentimientos: el cariño, la necesidad, el deseo, el placer, y el amor que rápida e intrépidamente crecía en él para ella. Un amor que bien sabía no era correspondido en igual medida. Era obvio que a ella le gustaba Chris, pero, ¿a qué ser humano atraído por el sexo masculino y con un gusto en hombres tan específicamente exigente y, por supuesto, superior a lo ordinario, no le gustaba Chris Evans?

Tenerlo todo para ella, complaciéndola, tomando su satisfacción como la suya propia... Eso la hacía sentir tan feliz y afortunada, que solo quería que lo suyo durara para siempre. Pronto él derribaría los muros que ella impuso en su corazón para no amar a nadie.

Todo lo que Blaise siempre consideró que no sería para duradero e infinito, ahora deseaba con todas sus fuerzas que sí lo fuera con Chris.

Cada vez que él la abrazaba, la acariciaba, le hacía ver lo mucho que la deseaba, la miraba con tanta pasión, la tocaba con tan perfecta destreza, la hacía sentir tan adorada y completa como jamás pensó que algún día estaría. Cuando por sus labios salían sus lindos apodos: mi amor, preciosa, muñeca... En especial ese último. Lo podía decir con ternura, amor, o lujuria. De cualquier modo la hacía muy feliz, de diferentes maneras.

Blaise sabía que lo suyo era recíproco, y también sabía que Chris no era consciente de ello. Pero esas dudas las veía disipar con cada momento que compartía a su lado.

Deseaba tanto un futuro junto a él. Lo deseaba como nunca había deseado nada. Jamás imaginó que algún día querría algo con tanta vehemencia hasta que mandó su profesionalismo a la basura y se involucró con Chris de una manera tan poco ética. Aunque eso no se le hacía relevante mientras lo tuviera junto a ella como estaban ahora. Siendo uno solo.

—Espero que ya puedas dormir. —susurró en el oído de su novia mientras jugaba con su cabello para que ella se relaje y que pudiera descansar tranquila.— Buenas noches.

—Si así serán cada una de nuestras noches, en definitiva siempre van a ser buenas...—respondió algo adormilada, para segundos luego quedarse dormida.

—¿Qué has hecho conmigo, Blaise Beauvois?—preguntó con una sonrisa tras dejar un beso en su hombro desnudo.— Me has hecho quererte mucho en tan poco tiempo. Quererte tanto que no puedo imaginar qué sería de mi futuro sin nuestros cinco hijos y dos ponis... Quererte tanto que tenerlo todo no significaría nada si no te tengo a ti...

Ella se sentía igual.

Y qué no daría por saber cómo y por qué.

Por poder demostrárselo tanto como quisiera.

Por darle todo lo que él merece.

Porque Blaise sabía que nadie podía quererla de la forma en la que Chris lo hacía. Ha tenido a tantos y ninguno le importaba ya. No soñaba con nadie que no fuera el hombre que tenía junto a ella.

Adivinen quién no perdió
sus exámenes?

O al menos ninguno de los
que ha hecho hasta ahora

Porque el lunes tengo uno
muy importante y si lo
pierdo va a ser el fin del
mundo jajan't

Bueno, esta nena!!!!!!!!!

En fin, sé que está corto
el cap pero si metía aquí
mismo lo que va a pasar
ahorita quedaría un toque
demasiado revuelto

Peroooooo

Tan pronto como salga de la
tensión de mis exámenes
vuelvo a escribir porque ya
tengo organizado todo lo
que va a pasar hasta el cap
20

Y en eso me di cuenta que
esta fic va a ser más larga
de lo que creía porque yo
no le veía mucho futuro,
pero a cada rato se me
ocurren miles de cosas que
no puedo simplemente no
escribirlas

Preguntaaaaaa

Además de papi Chris, qué
otrxs famosos aman??

Los míos son súper fáciles
de adivinar porque de una
forma u otra ya los dije casi
todos los principales

Porque les hablé de The
Vampire Diaries y casi todo
ese cast me encanta

Y el 80% del cast del mcu

Y los de Grey's Anatomy

Y Teen Wolf

Y muchos otros pero no
hay tiempo para decirlos
todos

Quiénes les gustan a
ustedes? No me dejen con
la duda >:(

Ahora sí me despido

Nos leemos pronto ♡.