𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝟏
Chris realmente se había cansado de la situación con su agente. Ya no estaba dispuesto a tolerar más desconsideración, ni las constantes violaciones de privacidad, ni su incesante intención de cambiar todos los detalles de su vida solo para atraer más atención. Él sabía que con la que tenía era más que suficiente, por lo que después de debatirlo internamente, decidió despedirla.
Aunque no pensó en lo poco conveniente que era eso para el momento en el que se encontraba.
—¿Y tienes pensada alguna agencia para que te consigan un nuevo mánager?—le preguntó su mejor amigo.
—¿Para qué? ¿Para que pase lo mismo? No lo creo, Seb.
Sebastian comenzó a pensar en ello, y le encontró una rápida solución. —Vale, ¿recuerdas cuando mi agente tuvo un problema familiar y tuvo que dejarme por un tiempo?
—Sí.
—Bueno, él me dejó en manos de una de sus amigas: Blaise.
—¿Y?
—¿Cómo que "Y"?
Evans lo miró con poca paciencia, pero haciendo un ademán que le indicó que continúe.
—Ella fue quien me consiguió lo de El Diablo a Todas Horas y 355. Y me parece que es fantástica.
—¿Por qué no te quedaste con ella?
—Porque ya tenía un contrato con mi agente y es un gran tipo. No quise dejarlo. —explicó.— Además de que a Blaise no le gusta tener demasiados clientes al tiempo.
—¿Y crees que va a querer tomarme?
—No lo sé, pero podemos intentarlo. Es mi amiga, si se lo pido y tiene la disponibilidad sé que lo hará. —comentó.— Además de que es muy profesional y amable.
Chris lo miraba con extrañeza. En su vida jamás se imaginó que existiera un agente con las características descritas por su amigo, pero podía probar.
—Vale, llámala. —aceptó.
Sebastian busco el contacto y de inmediato la llamó, aunque fue tras un rato que le cogió la llamada y lo puso en altavoz.
—¿Hola?—lo saludó.
—Blaise, ¿cómo estás?
—Muy bien, ¿qué hay de ti?
—No puedo quejarme, ¿estás trabajando?
—Sí, estoy esperando a un cliente.
—¿Trabajas un sábado?
Blaise rio un poco. —Aún es viernes, Sebastian.
—Ya, que no te extrañe que ande un poco perdido, me conoces.
—Sí, así es. —le respondió con una sonrisa.— ¿Y a qué le debo el placer de tu llamada?
—Es que un amigo necesita un agente y quería saber si estabas disponible. —le propuso.— Pensé en ti porque eres todo lo que él necesita ahora mismo. Hazlo como un favor para mí.
—Eso depende de quién se trate. Empezar de cero con alguien no está en mis planes ahora... —inició.— Disculpa un segundo.
Esperó a que Blaise regresara a la llamada, escuchando cómo saludaba a un hombre que ingresaba a su oficina.
—Ahora mismo estoy atendiendo una llamada, ¿te molestaría esperar?
—Para nada, Blaise. Reservé todo el día para ti.
—Siempre trabajamos como máximo dos horas, Harry, es que inventas.
—¿Y no puedo quedarme a molestarte?
—Bien sûr que non, te estás comportando como un niño.
(Por supuesto que no, te estás comportando como un niño.)
—Deberías enseñarme francés, Blaise.
—Luego hablamos del francés. —se quejó, y regresó a la llamada.— Bueno, Sebastian, ¿de quién estamos hablando?
—De Chris Evans. —le contestó.
—¿Chris Evans?—quiso confirmar.
—¿Eso es un sí?
—Me lo pensaré. —dijo.— ¿Podrías enviarme su número de teléfono? Lo llamaré lo más pronto posible.
—Te lo envío ya mismo. ¿Me prometes que dirás que sí?
Blaise no pudo reprimir una carcajada. —Todo depende de cuántos problemas me dé Harry Styles hoy.
—¡Blaise, no hables así de mí!—protestó el cantante.— Très impoli de tu parte.
(Que grosero de tu parte.)
—¿Puedes decirle que el Capitán América y el Soldado de Invierno estarían muy agradecidos con él si se comporta bien contigo?
—Harry, que el Capitán América y el Soldado de Invierno te piden que te comportes.
Blaise comenzó a reír por la reacción de Harry y volvió a escuchar hablar a Sebastian. —¿Entonces, Blaise?
—Te dije que iba a pensármelo... Pero hay más posibilidades de un sí.
—Eso es más que suficiente para mí. Adiós, Blaise, te mando besos.
—Igual yo, Sebastian.
Acabó con la llamada y miró a su mejor amigo. —Ya es seguro.
—Dijo que se lo pensaría.
—Calla, básicamente dijo que sí.
—¿No crees que es demasiado...?—intentó preguntar, con algo de miedo de sonar mal. Al fin y al cabo aquella mujer era amiga de Sebastian y no sabía qué tan honesto podía ser con él si se trataba de ella.— ¿Confiada?
Su amigo comenzó a reír mientras le enviaba su contacto a Blaise. —Cuando la conozcas querrás que sea así contigo. Es maravillosa, muy cómplice y considerada. Jamás va a obligarte a hacer algo que no desees o a forzarte a dar más de la cuenta. Como te digo, es muy respetuosa y profesional.
—Parece una agente de ensueño.
—Así le dicen, de hecho. —comentó.— Y además es guapísima. —añadió, guiñándole el ojo a su mejor amigo.— Y sorprendentemente soltera.
—¿A dónde piensas llegar con esto, Seb?
—No te lo creas, hermano. Jamás pondría a Blaise en tus manos. No creo que puedas manejar algo romántico con ella.
—Ya, ¿y por qué no?
—A esa encantadora francesa le gusta su libertad, y tú eres un poco demasiado serio con las relaciones. —explicó, para luego bromear.— Yo, por el otro lado...
Chris soltó una carcajada al escuchar a su amigo.
—¿Quieres salir con mi futura agente?
—Es que Blaise Beauvois es preciosa, solo mírala. —indicó Sebastian, mostrándole su foto de perfil.
De inmediato, destacaron sus ojos verdes y su sutil sonrisa, su cabello café y unas pocas pecas decorando su piel color caramelo.
—¿No será que es una modelo y quieres pasarte de listo conmigo?
—Sacarás tú mismo tus propias conclusiones, amigo.
Mientras Sebastian le mostraba el perfil de Instagram de Blaise, Chris se sorprendía al verla acompañada de artistas como Harry Styles, de quien ya notaron que ella representaba, de Zendaya, y de la banda 5 Seconds Of Summer.
—Son artistas muy famosos, ella seguramente es muy buena en su trabajo. —comentó Chris.
—Lo es, te lo garantizo.
Segundos más tarde, sonó el celular de Chris, quien respondió de inmediato, y al igual que Sebastian, lo puso en altavoz.
—Hola. —saludó.
—Hola, Chris, te habla Blaise Beauvois.
—Sí, Blaise, estaba esperando tu llamada. —dijo.— Entonces, ¿qué dices?
—Tengo que hacer varios ajustes, pero acepto. —respondió.— ¿Cuándo crees que podamos vernos?
—¿Te parece bien el lunes?
—Perfecto, te enviaré la ubicación de mi oficina en Los Ángeles. Avísame a qué hora puedes para agendar una cita para ti.
—En la mañana estaría bien, ¿a qué hora te encuentras disponible?
—De ocho a nueve y media: reunión con equipo de trabajo, de nueve y media a diez: contactar con Jacob Collins de Tommy Hilfiger... —Blaise revisaba su agenda, diciendo en voz muy baja lo que tenía, pero Chris pudo descifrarlo.— Entre las diez y las doce estoy disponible para ti, ¿te sirve? Sino puedo abrir un espacio para ti en la tarde, solo es cuestión de lo que me digas, pues debemos reunirnos lo más pronto posible.
A Chris ya comenzaba a agradarle aquella mujer. Se le notaba muy organizada y plagada de contactos importantes. Además, esa cortesía y lo dispuesta que estaba para reunirse en un horario conveniente para él era algo muy poco común en cualquier agente. La recomendación de su amigo había sido de muchísima ayuda.
—A esa hora está perfecto. Te lo agradezco muchísimo, Blaise.
—No hay de qué, espero llenar tus expectativas. —dijo.— Au revoir, Chris.
(Adiós, Chris.)
—Significa adiós. —le explicó Sebastian en un susurro.
—Adiós, ten buen día.
—Te deseo un buen día también, Chris. —se despidió y finalizó la llamada.
—Debo admitir que sí parece una agente genial. —comentó.— ¿Escuchaste eso de Tommy Hilfiger? Es otro nivel.
—Ya, ¿creías que iba a recomendarte a cualquier agente? Blaise tiene conexiones importantes y prestigiosas en todo el mundo. Aunque tú no necesitas mucha publicidad, pero no está de más destacar.
Por otro lado, Blaise se debatía por si estaba tomando la mejor decisión. Sabía que pronto tendría que acompañar a Harry a algunos destinos de su gira porque se lo había prometido, y que ahora que Zendaya había ganado su tan merecido premio Emmy tendría que agendarle muchas entrevistas en distintos y reconocidos shows. Y por ende, también acompañarla, pues le gustaba mucho hacerla sentir cómoda y porque desde que comenzó a representarla siempre lo había hecho. Su consuelo era que los chicos de 5SOS estaban tomándose un descanso, aunque Ashton estaba preparando sacar un álbum como solista, cosa que aunque le preocupó un poco al principio, le había terminado por encantar. Blaise se sentía orgullosa de la forma en la que siempre había manejado su relación con sus clientes. Siempre buscaba ser muy comprensiva con ellos y darles a entender que para ella lo más importante era que no se sintieran estresados y tuvieran la tranquilidad de que en ella tenían a una amiga más, que se preocupaba por su salud y no quería que se sintieran recargados de presiones. Blaise disfrutaba de la complicidad y confianza que tenía con Harry Styles, con Zendaya, con Luke Hemmings, con Michael Clifford, con Calum Hood, con Ashton Irwin, y la que deseaba con toda su alma también tener con Chris Evans. Una persona nueva es también un nuevo reto. Pero también estaba pensando que sería bueno para ella comenzar a ampliar sus horizontes y cuidar de un actor muy famoso, con excelentes ideales y propósitos, y que tiene millones de seguidores que lo apoyan por sobre todas las cosas. Y además, no podía decirle que no a Sebastian. Era un favor especial que le había pedido y, al mismo tiempo, la oportunidad que tanto estaba esperando.
Las incertidumbres no abandonarían a Blaise Beauvois. Siempre estaban tan detrás de ella como su sombra, pero estaba acostumbrada. Blaise no sería Blaise si no la persiguiera toda esa presión, que aunque muchos dirían que es demasiado para que ella la maneje, siempre disfrutaba de ésta. La presión la amarraba en ocasiones, pero para ella no había sentimiento más reconfortante que el de ver a sus clientes y amigos triunfar. La hacía sentir exitosa. Y el éxito lo era todo para ella. Blaise sabía que en su caso, si estaba empapada de éxito, la felicidad estaría tan solo a la vuelta de la esquina.
Y tan pronto como convenció a Harry de que hacer una colaboración para una colección de moda con la marca Tommy Hilfiger, llamó a Chris y le informó de su decisión.
Lo de Harry la tenía muy feliz. Desde que comenzó a representarlo no hacía más que incitarlo a que fuera él mismo y se vistiese y se comportase como se le antoje. Aunque nada de andar con imprudencias. No había nada mejor para impulsar su carrera que hacerle ver al mundo que él estaba muy feliz con lo que hacía, y si él estaba feliz, brotaría mucha inspiración de su parte y por ende, produciría mucho más. Blaise adoraba su trabajo y estaba más que orgullosa de los logros de sus clientes, pues ellos siempre le hacían saber que eran tanto de ellos como suyos, y que sin su apoyo no habría sido posible conseguirlos.
Por eso estaba más que orgullosa de que Zendaya se haya ganado el premio Emmy por su papel en Euphoria y porque estaban por venir varios proyectos que seguranmente la harían ganar muchos premios más de esa talla. Por ahora, ella era su prioridad.
Aunque a pesar de que estaban tomándose un corto descanso tras su último álbum CALM, los chicos de 5 Seconds Of Summer no dejaban de ser muy importantes para ella. Les iba muy bien, y ella adoraba el hecho de que sus fanáticos siempre hacían un arduo esfuerzo para llevarlos a liderar las listas cada que estrenaban algún trabajo discográfico. Eso de tener el primer puesto en la lista de Billboard con sus álbumes en consecutivo era algo muy destacable de ellos, y también que cada que eran nominados a los premios, tenían grandes oportunidades de ganar. Y por supuesto, no podía ignorar que en ocasiones sus faltas de seriedad lograban sacarle una sonrisa al mundo y que en general le hacían muy fácil su trabajo, ya que les gustaba manejar sus redes sociales por su cuenta y lo hacían muy bien. Se comportaban siempre de manera genuina, y eso era algo que siempre le destacaba a los cuatro australianos.
Sin duda Chris Evans iba a ser un reto profesional que la tenía de lo más emocionada. Una estrella de la magnitud de ese hombre le resultaba algo fantástico. Aunque teniendo en cuenta sus proyectos relacionados con la política, no sabía qué tan envuelta debía estar en eso. Cosa que podía definir como su única preocupación, porque lo máximo que sabía de política era que tenía muy claro por quién debía votar para las elecciones presidenciales. Y que por supuesto, en años de trabajo había aprendido que cada voto cuenta. Aunque su campo de descubrimiento se había tratado del mundo del estrellato.
De todos modos, le emocionaba muchísimo trabajar para él. Aunque prefería decir que trabajaría con él. Blaise anhelaba que Chris fuera tan bueno como sus otros clientes.
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