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𝑪𝑨𝑷𝑰𝑻𝑼𝑳𝑶 𝟕

—¿Sabes que es traición, cierto?—protestó.— Me costó tanto organizar todo para que coincidiera con los días libres de tu agenda y nada más es que llegara él para alejarte de mí. Debo agradecerle al de arriba porque me acompañaste hasta aquí y porque existe una pequeña posibilidad de que vuelvas.

—Hemos hablado del mismo tema por días, ya déjalo, mon chéri.

Es que irás a Las Vegas... Te entiendo Nueva York porque es trabajo, ¿pero Las Vegas?

—Ya no sé cómo justificarme o disculparme contigo, Harry, de verdad que no.

—Debía intentarlo una última vez. —finalizó, levantando sus brazos en símbolo de rendición.— Que te vaya bien, Blaise. No olvides traerme un souvenir o algo.

—Un llavero.

—Suena bien.

Ella sonrió y tomó su maleta en mano para darle un abrazo y un beso a Harry y salir de la habitación.

—¿Dónde estás?

Me iré a dar una ducha, ¿por qué?

—¿No se supone que vendrías a buscarme al aeropuerto?

Scott está esperándote, es que tuve un inconveniente...

—¿Un inconveniente? Sabía que algo iba a pasar, he tenido un mal presentimiento todo el día... ¿Qué pasó?

Es que te di la hora equivocada del evento y empieza en dos horas, no cinco...

—Dios santo...

Supuse que como es la primera vez que ves a Scott, no lo asesinarías...

—¿Sabes qué? Tengo sueño, hambre y estoy vistiendo algo que puedes describir de mil maneras pero ninguna de ellas es formal.

Blaise, lo lamento tanto.

—¿Qué esperas que haga ahora, ah?

Fácil, puedes vestirte en el auto. —anotó.— Scott te recogerá, luego vendrán al hotel por mí y finalmente iremos al hotel en el que es la sesión de fotos.

—Ya vi a Scott. —le avisó y se acercó a él.— Nos vemos, Chris, y ruega por tu vida.

Ya me disculpé.

—Más le vale al divertido Chris compensarlo con la divertida Blaise.

Te prometí que así sería.

—Está bien, adiós. —se despidió y acabó con la llamada, llegando al lado del hermano de Chris.

—Cielos, pero si eres mil veces más guapa en persona. —elogió dejando un beso en su mejilla, haciéndola reír.

—Y tú eres más guapo que tu hermano.

—¿Qué tal el vuelo?—le preguntó tras las risas, tomando la maleta de la chica.

—Estoy agotadísima, pero bien.

—No podía esperar para conocerte en persona...

—Ni yo, la pasaremos genial en Las Vegas.

—Lo sé, siempre soy el alma de la fiesta.

Ambos rieron y salieron del aeropuerto.

—Ah, Chris me dijo que estás saliendo con Sebastian Stan...

—Oh, Dios... —se quejó riendo.— Tu hermano no se cansa de hablarme de Sebastian, realmente va a volverme loca.

—¿Es que acaso no te gusta?

—Pues es que... —inició entrando al auto.— ¿Sabes qué? Es que no tengo ni idea de porqué me fastidia tanto que Chris me hable de Sebastian.

—¿Qué? ¡Si él es genial!

—Ya lo sé, es solo que...

En eso, Scott encendió el auto y comenzó a conducir.

—No crees que estés enamorada de él.

—No, yo no me he enamorado de nadie desde hace casi diez años... Todo ha sido pasajero y siento que esta vez no va a ser distinto. Simplemente no quiero que alguien con quien espero que estaré involucrada por muchos años se haga ideas erróneas sobre mí y aún menos que lo que sea que suceda entre Sebastian y yo perturbe su opinión de mí.

—No será así, Blaise, a no ser que le hagas algo horrible a Sebastian.

—¿Algo horrible?—cuestionó entre risas.— Lo peor que yo podría hacerle es que me encuentre en la cama con alguien más, y si él me pide exclusividad entonces eso no sucederá nunca.

—Adoro hablar contigo en persona. —comentó.— Nuestras charlas en videollamada no se comparan a esto.

—Yo también, ahora solo nos queda tomar el té mientras nos echamos todos los chismes que me faltan.

—Aún no me has contado si Henry Cavill también es Superman en la cama.

Ambos soltaron una carcajada para que luego ella pudiera responder. —No te voy a mentir, Scotty, pero es que luego de tanto tiempo él ya sabe lo que hace a la perfección. Y no me aburre.

—Tu vida es mi nueva fuente de regocijo. —carcajeó.— Ahora dime con qué otros famosos te has acostado.

—Henry siempre será mi favorito. —confesó con una sonrisa.— Tom Hiddleston, realmente no sé porqué lo dejé escapar...

—¿Tom Hiddleston? Cariño, ¿qué me dirías si te digo que hay altas posibilidades de un reencuentro hoy?

—¿Qué? ¡Cielos santos, qué emoción!

—¡Sí! Es que en uno de los eventos habrá una mini-reunión con algunos del reparto de Marvel... Estarán él, Scarlett, RDJ y Elizabeth.

—¿Sebastian?—preguntó con rastros pequeños de angustia.

—Muy ocupado en Atlanta, cariño...

—¿Elizabeth Olsen, decías?—quiso confirmar tras un suspiro de alivio, y Scott asintió.— ¿Crees que Chris me la presente?

—¡Blaise!—la reprendió entre risas.

—¿Qué? ¡Es divina!

—No lo negaré... Cielos, chica, vas con todo.

—Ahora debo tomar la difícil decisión de una reunión con Hiddleston o conquistar a la diosa Elizabeth Olsen.

—No es por cortarte las alas, preciosa, pero ella es heterosexual.

—Déjame enterarme a las malas...

Él soltó una risa. —Sigamos, quiero saber qué tal todo...

Blaise enumeraba a varios famosos y famosas, respondiéndole.

—Eres mi nueva ídola, en definitiva. —elogió, haciéndola reír.

—Como mi fan necesito que me ayudes a elegir entre Tom y Elizabeth.

—Intenta con Lizzie, si no funciona ve a Hiddleston. —aconsejó con diversión.

—No quiero que se sienta como la segunda opción.

—No lo es, él no sabrá que intentaste seducir a Lizzie.

—No le vayas a comentar sobre mis planes a tu hermano. —le pidió sonriendo.

—El pedido ofende, frenchie.

—Pensaría muy mal de mí, no quiero eso. —comentó.

—¿Por qué lo dices? Él no es de pensar mal de las personas por ese tipo de cosas.

—Es que apenas nos estamos conociendo, y...

—Espera, espera... —interrumpió.— ¡Tú y yo también nos estamos conociendo y ya me contaste todas tus aventuras sexuales con celebridades! ¡Esto es sospechoso!

—Ah, Scott, ¿qué dices?

—No he dicho nada, tú eres quien saca sus propias conclusiones. —se defendió.— Pero eso de que te importe tanto lo que piense Chris de ti me da mucho que pensar... En especial porque tú misma me contaste que siempre eres muy abierta cuando conoces a la gente.

Mon Dieu! No me atormentes, Scott.

(¡Por Dios!)

—No te estoy atormentando, tú subconsciente es el que te pone esas ideas en la cabeza.

—¿Y según tú cuáles son esas ideas?

—¿Yo qué voy a saber? Son tus ideas, Blaise Beauvois.

—¡Pero tú eres el que está sugiriendo esas locuras!

—Ya veremos si son locuras. —dijo, mirándola con los ojos entrecerrados por unos segundos y luego regresando la vista a la carretera.— Solo piensa en lo extraño que es el hecho de que te fastidie que Chris te hable sobre Sebastian, alias su mejor amigo, alias tu sin títulos.

Entonces le obedeció a Scott y se le vino a la mente la conversación que tuvo aquella vez con él en donde le aclaró que no le daría un futuro a Sebastian pero que a él jamás lo dejaría ir.

Merde, je te déteste, Scott!

(Mierda, ¡te detesto, Scott!)

—Yo también te amo, chéri.

—No te vayas a creer nada, tal vez solo quiero acostarme con él.

—Todos con inclinación sexual hacia los hombres quieren acostarse con él, noticias viejas. Tú tienes algo extraño en mente sobre mi hermano y lo descubriremos...

—No quiero que eso pase, deberíamos quedarnos con la duda hasta morirnos.

—No, no, no, no... Tenemos Nueva York y Las Vegas para enterarnos.

—Scott, tu hermano es mi cliente por sobre todas las cosas y yo soy muy profesional. No quiero tener problemas...

—Deberíamos cambiar Las Vegas por algún lugar con piscina. Estoy seguro que te ves fabulosa en bikini y llamarías la atención de Chris...

—Yo no quiero llamar la atención de Chris.

—Tú sí quieres, solo que sientes que no debes.

—No lo siento, lo sé. Sé que no debo.

—Pero acabas de decirme que solo quieres acostarte con él. Si es solo una vez entonces no veo cuál es el problema. Quedará entre los tres.

—Es que no quiero acostarme con Chris.

—¿Es esto de los superhéroes un fetiche?—cuestionó ignorándola.— Bueno, Hiddleston es un villano. Pero... Superman, Loki, el Soldado de Invierno, quieres seducir a la Bruja Escarlata... Y el Capitán América... —añadió lo último con diversión.— El Capitán América.

—Deja de hablar. —pidió.— El tema muere aquí. No me interesa acostarme con tu hermano.

—Tal vez no aún...

—Voy a matarte. —le dijo.— Cuídate la espalda en Las Vegas, porque cuando estoy ebria hago muchas cosas sin pensar.

—¿Me estás amenazando, Blaise?—entrecerró sus ojos.— ¿Me estás amenazando, señorita?

—No es una amenaza, es una advertencia.

—¿Y cuál es la diferencia?

—En las amenazas te advierten sobre el daño que sufrirás si no haces lo que te piden, y en las advertencias se te informa sobre las consecuencias de un hecho.

—¿Y cuál es ese hecho del que tanto te quejas?

—De que sigas insinuando cosas sobre tu hermano y yo.

—No te diré nada más, Blaise... Mejor ponte tu ropa formal para tu reencuentro con Hiddleston.

—Tom es un sueño... —le comentó mientras se asomaba a los asientos de atrás y acercaba su maleta.— ¿Crees que un vestido rojo le guste? Tal vez le haga reminiscencia porque tenía este vestido puesto aquella vez.

—¿Qué hay de Elizabeth?

Ella lo miró con una sonrisa mientras se quitaba la camiseta y se ponía el vestido, para luego quitarse su corta falda de mezclilla. Proceso realizado con dificultad, pero realizado.

—¿Labial rojo o rosa?

—Rojo. —le contestó.

—Bien. —aceptó, comenzando a aplicarlo.

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