Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

66 » JUST SAYING

"You should leave him, 'cause it really makes me sick"

JUST SAYING | 5 SECONDS OF SUMMER

CONTEXTUALIZACIÓN: Sales con Adrian Pucey, pero Draco tiene sus sospechas de que todo se está volviendo tóxico para ti.

pedido por: An-bts21

nota de la autora: contenido de una pareja 0 sana contenido sensible, así que besties, recuerden estar atentas a esas advertencias, nunca dejen que las pasen a llevar en ningún sentido, ustedes merecen amor y respeto.

Adrian Pucey se abría paso por el pasillo principal de Hogwarts. A pesar de haber repetido un año, parecía bastante orgulloso de su andar, con la cabeza erguida y una mirada de indiferencia a cualquiera que pasara por el lado. 

Pero ese chico con pésimo carácter era tu novio.

Pocos entendían cómo, y tus amigas insistieron desde el primer día en que aquel Slytherin no era bueno para ti. Y es que Adrian tenía reputación de fanfarrón; nunca había tenido una novia estable, se acostaba con cualquier chica, y siempre tenía una actitud de imbécil con todo el mundo. Pero claro, cuando Snape te envió a enseñarle pociones porque estaba a punto de reprobar de nuevo, Adrian se mostró distinto contigo y logró conquistarte.

Hasta ahora.

Aún te parecía atractivo, y aún te sentías ansiosa estando con él, pero las cosas estaban empezando a cambiar. Sin embargo, tratabas de convencerte que era solo el Sexto Año causando estragos en tu mente y que por ello estabas tan insegura de todo.

—¡Hey nena!—Gritó Adrian cuando te vió apoyada en uno de los muros de aquel pasillo. De inmediato tu estómago dió un vuelco, y erróneamente pensaste que eran las mariposas en el estómago.

Adrian caminó hasta ti, empujando a unos cuantos chicos de tercer año que iba en dirección contraria.

—¿Cómo está la chica más bella de Hogwarts?—Preguntó una vez que llegó a ti. Adrian era mucho más alto que tú, lo cual a veces se hacía intimidante. Su gran figura tenía tu cuerpo casi atrapado entre él y la pared a tus espaldas.

—Uhm hola—Respondiste sonriéndole.—No debiste hacer eso

—¿Hacer qué?—Adrian te miró confundido mientras acercaba más su cuerpo al tuyo.

—Empujar a esos chicos—Aclaraste en voz baja. Eran pocas las veces en las que te atrevías a regañar a Adrian. Solía tener cambios de humor bruscos y tomarse todo muy personal, pero tratabas de hacer el intento por hacerle ver sus errores, aún cuando pocas veces lograba tomar real consciencia de ello.

—Estorbaban mi camino para ver a mi novia—Excusó obvio sin ver lo malo en sus acciones.

—Sólo, trata de no hacerlo de nuevo—Añadiste.

—Ajá—Rápidamente y antes de que pudieses reaccionar, Adrian te besó. Un beso fugaz donde no alcanzaste a responder.—El viernes habrá una fiesta en uno de los salones abandonados del tercer piso

—¿Y?—Preguntaste.

—¿Y? Quiero que vayamos—Adrian te dedicaba una sonrisa incrédula.

—No tengo muchas ganas, sabes que no me gustan las fiestas—Explicaste, y la expresión de molestia en el rostro de tu novio habló por si sola.

—¡Vamos no seas aburrida!—Se quejó.—Tienes que aprender a divertirte un poco

—Simplemente no me gusta—Dijiste con dificultad. Adrian solía ir a cada fiesta que se organizara dentro y fuera de Hogwarts, jamás se perdería una, ni siquiera por ti. En las pocas ocasiones donde accediste a acompañarlo, viste como la fiesta se apoderaba de él y se convertía en otra persona, aún más impulsivo y sensible.—Tu y tus amigos empiezan a beber y se comportan como idiotas

—Te prometo que no será así—Adrian tomó tu mentón entre sus dedos obligándote a mirarlo.—Vamos, hay que divertirnos  juntos, te la pasas todo el tiempo en la biblioteca—Se quejó y realizó un puchero fingido.—¿Ya no me quieres?

¿Ya no lo querías? Esa era realmente una buena pregunta, claro que lo querías, pero no estabas segura de si la misma forma que antes. Sin embargo, el conflicto que tenían tus emociones fue interrumpido por unos ojos grises que se cruzaron contigo en ese preciso momento. A lo lejos, en la otra esquina del pasillo, Draco Malfoy charlaba con sus amigos, pero en el momento en que su mirada conectó la tuya, fue como si el tiempo se detuviese. Él no parecía atento a lo que decían sus amigos, y Adrian parecía haber desaparecido para ti. Era como si una fuerza externa hubiese conectado a Draco y a ti en ese momento, con su mirada seria y firme.

—Te hice una pregunta—Soltó Adrian trayéndote de regreso a la realidad.—t/n

—Oh disculpa—Dijiste sacudiendo tu cabeza.—Bien, iré

—Asombroso—Parecía satisfecho, e inconscientemente agradeciste que no se haya dado cuenta de la razón de tu distracción. Y es que de alguna forma, te preocupaba como Draco Malfoy, podía captar tanto tu atención, aún cuando habían tenido pocas oportunidades de hablar alguna vez durante sus años en Hogwarts.

En un vistazo rápido, volviste tu mirada a Draco, y pareció como si lo hubieses pillado mirándote, por la manera en que apartó su vista de ti de golpe, y de volteó a sus amigos, dándote la espalda.

Decepcionada de que quizás Draco no estaba poniéndote la atención que habías pensado, sentiste los labios de Adrian en tu mandíbula, haciéndose camino a tu cuello. La campana de clases sonó, y pronto los pocos estudiantes que quedaban fueron dejando el pasillo casi vacío, dándole más seguridad a Adrian de continuar besándote.

—Adrian debo ir a clases—Advertiste.

—Al diablo las clases—Murmuró Adrian, presionando su cuerpo al tuyo, reteniéndote contra la pared.

—No, en serio—Tartamudeaste tratando de detenerlo.

—¡Pucey!—Gritó una voz desde lo lejos. Era Draco, quien llamaba junto a Theo y Blaise, a Adrian.—Vamos, McGonagall nos espera

Adrian suspiró frustrado, y dejando un beso con fuerza en tu mejilla, se unió al resto de los Slytherins.  Antes de que desaparecieran por el pasillo, Draco volteó a ti dedicándote una mirada con complicidad.

¿Draco acababa de mirarte y además de preocuparse por ti? En cierto modo, ¿Acababa de salvarte quitándote de encima a tu propio novio?


[...]


Con los pies sobre la mesa y sus brazos cruzados detrás de su nuca, Adrian suspiró frente a ti.

—¿Puedes ponerme atención?—Preguntó casi como demanda. Rodaste los ojos y continuaste pegada en tu libro.

Como siempre, Adrian se había saltado sus clases de la tarde para ir a verte estudiar en la biblioteca, o más bien, interrumpirte.

—No es mi culpa que vengas a verme mientras sabes que estoy estudiando—Debastiste,

—Estudias todo el día t/n, ¿Cuando vas a dedicarme más tiempo?—Preguntó de pronto, con un tono de voz mucho más tenso que antes, y bajando sus pies de la mesa para incorporarse hacia ti.

—Adrian no empieces—Pediste al notar como fruncía su ceño y te miraba con desdén.

—¿Me estás engañando cierto?—Su nueva pregunta era más que acusatoria, y no pudiste evitar sentirte ofendida.

—¿De qué tonterías hablas?—Preguntaste molesta. Adrian más que nadie sabía donde estabas siempre, en la biblioteca o con él, siempre controlando con quien hablabas o no. Su acusación además de ser inapropiada, era estúpida, porque por sus celos, no había espacio en tu agenda para verte con alguien más.

—¡Si eso es!—Exclamó dando un golpe firme en la mesa con las palmas de sus manos. De inmediato te sobresaltaste, bajando tu cabeza avergonzada.—¡Te la pasas aquí metida con quien sabe quien!

—No grites porfavor vas a llamar la atención de todos—Pediste tratando de no mirar si el resto de los estudiantes en la biblioteca ya estaban mirando, aunque lo más probable es que así fuera.

—¡No me interesa!—Gritó Adrian mirándote con enojo, sus cejas se veían tensas y los nudillos en sus manos se ponían blancos por tanta presión.—Dime ¿Ya encontraste a otro que se meta entre tus piernas!

¿Qué acababa de decir?

—¿¡Disculpa?!—Respondiste indignada, parándote de inmediato de tu asiento.

—¡Si seguro es eso!—De pronto Adrian también estaba de pie y su altura era intimidante.— ¡Debe ser uno de esos chicos a los que ayudas a estudiar! ¡No eres más que una p..

—¡Señor Pucey!—Pero sus hirientes palabras fueron interrumpidas por la bibliotecaria, quien con su varita en mano miraba a Adrian con regaño y apuntaba hacia la salida del lugar.—¡Le exijo que se vaya de aquí y se dirija directamente a la oficina de su Jefe de Casa!

—Al diablo—Y escupiendo esas palabras, Adrian tomó su mochila y se alejó a pasos bruscos de ti. Al verlo alejarse, te topaste con tu sospecha; varios estudiantes mirándote preocupados e intrigados por lo que acababa de pasar.

—¿Todo bien?—Preguntó Madame Prince.

—Todo en orden—Respondiste insegura.

Avergonzada, tomaste tus cosas y te adentraste a la zona de la biblioteca donde pocos iban, buscando algo de privacidad. Apoyada en un estante, tu mente no logró volver a concentrarse en el estudio, así que sacaste un libro de lectura ligera para distraerte.

—No deberías dejar que te trate así—Dijo Draco sacándote de tus pensamientos. Su voz era bastante reconocible para ti. Eran tan pocas las veces que habían tenido la oportunidad de charlar que parecía que tu cerebro reconocía al instante todo lo relacionado a Malfoy.

—Como sea—Respondiste. 

—Tienes los gustos más aburridos en libros t/n—Advirtió Draco. Al levantar tu mirada, el yacía igual que tu,  con su espalda apoyada en el estante frente a ti, mirándote con una sonrisa tranquila.

—¿Disculpa?—Preguntaste cerrando el libro entre tus manos.—Entonces asumo que tu lees cosas mucho más interesantes

—Claramente no leo esta basura de comedia romántica del siglo pasado—Dijo apuntando a tu libro.

—Para gustos colores—Bufaste.

—En efecto—Draco se incorporó y comenzó a paso lento a acercarse a ti.—No entiendo que ves en Pucey

—¿Uh?—Soltaste con duda. Antes durante tu pelea con Adrian no habías visto a Draco allí.

—Llevo aquí todo el día, lo escuché—Draco continuó acercándose a ti, y cuando pensabas que se dirigía a tu cuerpo, dió un paso al lado y centró su mirada en los libros a tu lado, mirándote d de reojo.—Y Madame Prince  tiene razón

—No creo que sea de tu incumbencia—Sugeriste.

—t/n—La voz de Draco se hizo más gruesa, y podías jurar que hablaba más cerca de tu oído, causándote escalofríos.—Puedo ser un completo idiota en muchos sentidos—Comentó.—Pero tengo al menos dos neuronas más que Pucey para saber que así no hay que tratar a las mujeres

—Draco, agradezco tu preocupación pero...—Trataste de decir, esperando cambiar de tema.

—¿Realmente te gusta?—Preguntó de golpe.—¿O sólo estás acostumbrada a él?

Y fue como un balde de agua fría cayendo por sobre todas tus inseguridades. Draco acababa de interpelar aquello que venías evitando por tanto tiempo, aquello que estaba a punto de explotar como un globo que se llena de aire; las cosas con Adrian no estaban bien, pero no eras capaz de verbalizarlo.

—No lo sé—Murmuraste.

—Siempre vengo a la biblioteca—Dijo Draco, cuyas palabras te tomaron por sorpresa. Realmente nunca lo habías visto allí.—Siempre te he visto en los pasillos con él—Añadió.—Y creo con seguridad que estás más tranquila cuando Adrien no está cerca

Al parecer, Draco era muy bueno leyendo a las personas.

—Es probable—Dijiste apenada de tus propias palabras.

—Sólo quería decírtelo, es tu decisión que hacer—Disculpó Draco.—Pero no creo que Pucey merezca una chica a la que no sabe tratar bien

Y dicho esto, Draco se alejó de tu lado, empezando a hacerse camino fuera de allí, pero antes de que se fuera, trataste de captar su atención de regreso.

—¿Me recomiendas algún libro?—Preguntaste alzando un poco tu voz.—Ya sabes, algo más interesante según tu

Draco te sonrió, y fue una sonrisa que hizo florecer emoción en ti.

—Puedo pensar en algo—Dijo, y acercándose de nuevo al estante, se tomó unos segundos y sus ojos se iluminaron en un pequeño libro de cubierta blanca. Apenas te lo entregó, tu confusión aumentó al ver el título; un poemario de magos antiguos.

—¿Poesía?—Preguntaste encarnando una ceja.

—¿Qué tiene de malo?—Preguntó hacia ti.

—Nada, en lo absoluto—Aclaraste.—Pero jamás imaginé a Draco Malfoy leyendo poesía

—Que prejuiciosa—Bromeó y su sonrisa era tan intimidante como la del gato de Cheshire, atrapante, no quería dejar de verla.

—¿Me puedes culpar?—Sonreíste de regreso.—Empujabas a los de primer año cuando íbamos en quinto

—Pero ya no—Aclaró Draco.—Ya cambié t/n, o al menos estoy intentando

—Me he dado cuenta—Halagaste.—Eso es muy valiente de tu parte

—Quizás—Y Draco se alejó de ti, dejándote con varias dudas. Algunas, acerca de tu relación con Adrian, y otras, acerca de qué vinculo estabas formando con Draco.


[...]

Entonces, el viernes llegó. Tus clases terminaban temprano, y no había más excusa. Tus deberes estaban más que listos y no había ningún pergamino el cual seguir rellenando; tenías el tiempo libre. Así que, tratando de evitar que Adrian llegase a buscarte, te preparaste para ir por tu cuenta aquella fiesta pronto.

A regañadientes, vestida y maquillada, te escabulliste hasta el gran salón abandonado del tercer piso. Apenas entraste, una pelinegra de labios oscuros y ropa de cuero te interceptó.

—¡t/n!—Pansy te miró con emoción y te tiró del brazo para adentrarte a la fiesta.—Creí que no vendrías

—No quería pero bueno...—Dudaste.—Adrian insistió

—Te vas a divertir, te lo prometo—Prometió Pansy, y caminando junto a ti, llegaron hasta una improvisada barra de bebidas situada en la que debería ser la mesa de un maestro.—Sino, yo lo distraigo

—Claro, gracias—Sonreíste falsamente. Era rara la amistad que tenías con Pansy. Ella era dura con todas las chicas, y extrañamente, a ti te trataba bien.

—Hey—Dijo mientras se servía un vaso, probablemente de cerveza de mantequilla.—Draco estuvo preguntando por ti

—¿Draco?—Dudaste.—¿Por qué preguntaría por mi?

—No lo sé—Se encogió de hombros.—Ha estado, preocupado por ti y Adrian—Comentó completamente tranquila.—Creo que Draco lo detesta de todas maneras, no debe ser personal

—Si, revalidad de hombres, nada más—Dijiste aún con una expresión de duda. La forma en que días atrás Draco se había acercado a ti aún te traía distraída y el comentario de Pansy no ayudaba en nada.

—Parkinson, ¿Me devuelves a mi chica?—La voz de Adrian las interrumpió, y apenas Pansy lo vió, rodó sus ojos con desagrado.

—Aprende a compartir Pucey—Escupió Pansy. Era claro que no se llevaban bien. Adrian la miró mal y Pansy sólo pudo soltar un bufido antes de irse.—Nos vemos luego

—Estoy muy feliz de que vinieras—Dijo Adrian cuando se fue Pansy.—Nos vamos a divertir mucho

Rápidamente, Adrian tomó tu mano y comenzó a caminar contigo fuera del salón, tan rápido que ni siquiera tuviste tiempo de preguntar a donde se dirigían. La manera de andar de Adrian era descuidada, y parecía tambalearse un poco.

—¿Ya bebiste?—Preguntaste.

—Un poco ¿Algún problema?—Cuestionó de regreso.

—Déjalo así—Dijiste. Cuando notaste que estaban dirigiéndose a otro salón abandonado, oscuro y frío, trataste de zafarte.— Creo que los chicos te buscan

—Tendrán que esperar—Advirtió Adrian.—Quiero pasar tiempo contigo

—Yo no—Respondiste firme.

—Oh vamos t/n—Su voz era casi como si bromeara, tratándote como si fueses ingenua.—Eres taaan aburrida—Y entonces, Adrian volvía a tener contra la pared, dejando besos y mordidas por tu cuello.—Sólo calla y disfruta

—Adrian basta—Pediste una vez.—¡Adrian!—Y antes de que pudiera tocarte, soltaste una patada hacia él logrando generar distancia entre ambos.—Estás bebido e insoportable

Adrian bufaba con fuerza, se veía más que molesto por la patada que le diste. Con la respiración agitada, estaba acercándose a ti de manera amenazante.

—Tu eres mi novia y harás...—Pero cuando creías que Adrian se abalanzaba sobre ti, otro cuerpo llegó. Un puño estampó contra la mejilla de Adrian lanzándolo directo al suelo.

—Te dijo que te detuvieras maldito imbécil—Las palabras de Draco sonaban más que amenazantes, y su cuerpo permanecía firme frente a tu novio.

—¡¿Qué diablos?!—Adrian escupió al suelo lo que parecía ser algo de sangre. Se limpió la barbilla y al ver con claridad a Draco sonrió.—Oh, ya veo, te la quieres foll..

Pero nuevamente Adrian no pudo terminar de hablar, porque Draco no tardó a abalanzarse sobre él sin problema e inmovilizarlo.

—Si tengo que romperte la jodida boca para que dejes de decir estupideces lo voy a hacer—Y entre tanta borrachera y otro puñetazo más, Adrian cayó inconsciente.

Tu respiración era agitada, pero no más que la de Draco. No entendías cómo ni cuando había llegado, pero te había salvado de algo que ni querías imaginar.

—Déjalo—Pediste al ver como Draco seguía mirando con furia a Adrian.—No creo que sea capaz de levantarse

—Si fuera por mi lo mandaría a la enfermería—Advirtió.—No, mejor a San Mungo—Corrigió.

—Draco, ya basta—Y al ver tu rostro preocupado, Draco asintió.

Luego del incidente, Draco advirtió a los amigos de Adrian que lo llevaran a la enfermería. Más bien, le habías rogado a Draco que lo hiciera, pero accedió sólo si ibas donde McGonagall y le explicabas lo que pasó. Draco insistió en que debías hablar y hacer que Adrian pagase por sus acciones. Nerviosa, fuiste hasta la oficina de McGonagall y juntos explicaron lo sucedido. Fue una charla de cerca de dos horas, entre la cual la mujer prometió hacer todo lo posible porque Pucey no se acercase a ti.

Con ese asunto hablado, McGonagall le pidió a Draco que te acompañara a tu habitación. En un momento tan agitado, en realidad ambos querían asegurarse de que estarías bien.

—¿Estás bien?—Preguntó Draco mientras caminaban por los oscuros pasillos.

—Mejor ahora, más tranquila

—Lo siento si me puse demasiado violento—Se disculpó Draco.

—Está bien, yo también tenía ganas de golpearlo—Admitiste.—Gracias por intervenir

—Él estuvo mal ¿Entiendes eso?—Draco sonaba preocupado.

—Si—Suspiraste.—Ya es hora de dejar ir esto

Iba a doler, iba a doler un montón dejar ir a Adrian, pero dolería más todos los miedos que te había dejado.  A pesar de ello, estar con Draco era como un consuelo, uno acogedor.

—Me alegro de que te des cuenta—Dijo Draco asintiendo levemente.

En un silencio incómodo, caminaron hasta por fin llegar a la puerta de tu cuarto. Se detuvieron en seco, y antes de entrar, te volteaste hacia Draco.

—Draco—Dijiste tomando una bocanada de aire y nerviosa de preguntar, pero las palabras de Pansy al inicio de la fiesta seguían haciendo eco en tu cabeza.—Pansy me dijo que preguntaste por mi antes de la fiesta

—Estaba preocupado—Confesó Draco.—Siempre lo he estado, y bueno, interesado también

—¿Interesado?—Repetiste confundida.

—Hablaremos de eso en otro momento, ahora creo que debes descansar—Sugirió.—Buenas noches—Y entonces, los labios de Draco chocaron contra tu frente, dejando un corto beso. Un beso que a pesar de ser inesperado te hizo sentir segura. Sin embargo, cuando sus labios se separaron de ti, Draco lo hizo por completo, y empezó a dar unos pasos lejos de ti.

Tu corazón se aceleró, dándose cuenta de la realidad; tanto como querías a Adrian lejos de ti, querías a Draco cerca tuyo.

—Draco—Llamaste.

—¿Mmm?—Murmuró mirándote preocupado.

—¿Estás dispuesto a esperarme?—Preguntaste cabizbaja.—Ya sabes, a que sane todo lo de Adrian

—Por supuesto—Sonrió de forma cálida.—Si puedo ayudarte a sanar, mucho mejor

Y es que Draco se había propuesto a no sólo ayudarte a darte cuenta de que Adrian te hacía mal, sino que también quería demostrarte lo que merecías, respeto.

----espero no haber herido la sensibilidad de nadie, traté de ser lo más cuidadosa posible al narrar.

---sólo les diré que este one shot tiene una segunda parte LISTA de draco ayudando a t/n con sus traumas y mmmm lo publicaré si realmente lo quieren

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro