Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

62 » HEAVEN

'This voice inside, has been eating at me, trying to replace the love that I fake'

HEAVEN | TROYE SIVAN

CONTEXTUALIZACIÓN: Scorpius se siente de una manera distinta con Albus Potter y necesita decirle a Draco

pedido: Lady_Violet_005 y ayeyarowi me pidieron algo de Draco sobreprotector <3

Draco y tu se encontraban preparando las cosas para cenar. Habían pasado dos días desde que Scorpius había llegado de Hogwarts por las vacaciones de Navidad, y trataban de aprovechar el tiempo con él antes de que volviese al colegio.  Su tercer año en Hogwarts iba bastante bien por lo que les contaba a través de sus cartas, pero Draco miraba al pequeño rubio con duda desde que pisó la Mansión Malfoy.

—Ha estado raro—Murmuró Draco a tu lado mientras veía a Scorpius subir las escaleras camino a su habitación. 

—¿Tu crees?—Preguntaste levantando una ceja. Tu mirada se mantenía en la comida bajo tus manos sin darte cuenta de que Draco había descuidado el horno en el momento en que Scorpius dejó su campo visual.

—Lo conozco como la palma de mi mano—Añadió Draco aún más preocupado.

—Entonces pregúntale—Respondiste tranquila aún concentrada en tus labores.

—¿Qué? No—Draco sonó más que indignado, nervioso, quizás atacado.—Ese es tu trabajo

—¿Disculpa?—Respondiste apoyando una mano en tu cintura y finalmente mirando a tu esposo. Para Draco parecía bastante obvia su respuesta.

—Ya sabes, la parte sentimental—Aclaró.—No creo que me diga a mi qué es lo que le pasa

—El confía en ti Draco—Dijiste regalándole una cálida sonrisa.—Creo que estás asustado

—¿Asustado yo?—Draco abrió sus ojos como platos y pronto arrugó sus cejas. Podías reconocer claramente cuando Draco Malfoy dejaba su fachada de persona segura y dejaba ver aquellos miedos. Con el tiempo había sido más abierto a sus sentimientos, pero el tema de la paternidad aún generaba conflicto en su cabeza.—Qué tonterías dices

Draco y Scorpius tenían una buena relación. Draco era un padre fantástico. En los primeros años de vida del pequeño, lo malcrió con cientos y carísimos juguetes, y sobre todo, con amor y atención. No hubo un momento en que su bebé estuviese solo. Pero a medida que Scorpius creció, Draco tuvo miedo de que su hijo tomara consciencia de que podía ser un mal padre. Draco no se alejó, pero definitivamente, las charlas sentimentales las dejó para ti.

—Bien, le preguntaré yo—Dijiste suspirando y dejando a un lado lo que estabas cocinando. En ese momento, tu nariz su arrugó por un molesto aroma a tostado, más bien quemado.—¡Draco!

Draco se volteó dirigiendo su mirada al horno que había descuidado minutos atrás. Inmediatamente tu esposo se sobresaltó y en menos de cinco segundos había sacado su varita para arreglar el desastre dentro del horno.

—Es por esto que creo que deberíamos cocinar con magia—Excusó Draco.

—Es por esto que deberías tomar clases de cocina muggle—Debatiste antes de salir de la cocina y dirigirte hasta el cuarto de Scorpius.

Desde que vivían en la Mansión Malfoy, usaban tan sólo dos plantas, y todo el resto de las habitaciones estaban abandonadas, pues Draco, Scorpius y tú no necesitaban más de dos habitaciones, la biblioteca, el salón, y la cocina. Trataban de hacer de aquella enorme y fría mansión, un lugar más acogedor para vivir.

Una vez que estuviste frente al cuarto de Scorpius, tocaste la puerta.

—¿Hijo?—Preguntaste apoyando tu cabeza en el marco de la puerta, atenta a su respuesta.— ¿Puedo pasar?

—Sí—Respondió desde adentro. Inmediatamente tu mano llegó al pomo de la puerta para abrirte paso a su habitación.

De primera impresión, el lugar se veía limpio y ordenado. Podías percibir pocos objetos encima de sus muebles, y su cama se veía perfectamente bien hecha. Scorpius te daba la espalda, sentado en su escritorio, donde parecía que estaba leyendo.

—Wow tu cuarto está muy ordenado—Mencionaste aún inspeccionando cada rincón.—Significa que estás estresado

—¿Uh?—Scorpius se volteó mirándote extrañado.

—Eres igual a tu padre, ambos ordenan todo cuando necesitan ordenar sus mentes—Explicaste. Y es que Scorpius no era sólo físicamente muy parecido a Draco, sino que también heredado y aprendido con el tiempo, todas aquellas manías de su padre.—¿Qué pasa?

—Nada en especial—Respondió girando su cuerpo de regreso al escritorio y fijando su vista en los pergaminos desordenados.

—Scorpius—Dijiste con voz suave, sentándote en el borde de su cama, la cual se encontraba lo suficientemente cerca de Scorpius.—Soy tu madre, puedes confiar en mí—Añadiste al notar que él desviaba su mirada y soltaba un suspiro.—Estamos preocupados, estás distante

—¿Papá también lo está?—Preguntó arrugando sus cejas.

—Por supuesto que si—Respondiste obvia.—¿Hay algo que no quieres que tu padre sepa?

—No sé cómo se lo tomaría—Murmuró. Scorpius llevó sus manos delante suyo, apoyadas en los pergaminos y empezando a jugar con las esquinas de estos, doblándolas. Sabías de antemano que eso significaba que estaba nervioso.

—¿Qué es?—Preguntaste.

—Mamá—Empezó a decir con la voz temblorosa y tan baja que apenas podías oírlo.—¿Tu crees que a mí me puedan gustar los chicos?

—Eso sólo lo sabes tú cariño—Respondiste tranquila.—Dime ¿Te gusta algún chico?

—Creo que si—Respondió y viste como su labio empezaba a temblar y tu corazón se encogió al verlo tan angustiado.

—Entonces ¿Cuál es el problema?—Preguntaste. Nunca te habías parado a pensar en una situación como ésta, y esperabas estar haciéndolo de la manera correcta, sin sobrereaccionar y mostrándole a Scorpius que su sentir era válido y estaba en un ambiente seguro para expresarse.

—¿Ustedes me seguirían queriendo si me gustaran los chicos?—Preguntó con la voz rota y mirándote con ojos de angustia.—¿Papá no estaría decepcionado?

Inmediatamente te pusiste de pie, acercándote hasta él y abrazándolo por la espalda.

—Scorpius, nosotros te amaríamos sin importar lo que pase—Dijiste tratando de sonar reconfortarlo, dejando su beso en sus pequeños hombros y permitiendo que llorara, sin reprimirlo.—Tus gustos es algo que no nos incumbe, sólo queremos que seas feliz

—¿En serio crees que Papá se lo tome bien?—Preguntó esperanzado mientras te miraba con sus ojos lagrimosos.

—La única forma de saberlo es averiguarlo, vamos—Alentaste.

Scorpius vió confianza en tu mirada, y asintiendo, limpió las lágrimas que habían recorrido sus mejillas y se puso de pie. Te siguió desde su habitación hasta el salón.

—¡Cariño!—Llamaste a Draco cuando terminaban de bajar las escaleras. Draco apareció a los segundos después de tu llamado, con una amplia sonrisa.

—Que bueno que ya bajan, la cena está lista—Anunció.

—La cena tendrá que esperar—Dijiste mirándolo con complicidad.—Scorpius tiene algo que decirte

—¿Qué pasa?—Draco te miró confundido y luego miró a Scorpius, quien se encontraba de pie detrás de ti, cabizbajo.

Agradecías que Draco tuviese grandes habilidades en la Legeremancia y que durante la juventud de ambos, te enseñó un poco. Con sigilo, pronunciaste el hechizo Legeremens para entrar a la mente de Draco y poder dejar allí una pequeña advertencia.

Te vas a sentar y lo vas a escuchar y no dirás una palabra hasta que termine—Dijiste sobre sus pensamientos.—Y sobre todo, no entrarás en pánico ¿Si?

Draco te miró confundido pero asintió.

—¿Scorpius?—Preguntó al ver que Scorpius se sentaba en el sofá y mantenía su mirada baja.— ¿Hijo? ¿Qué pasa?

—No quiero que dejes de quererme—Murmuró.

—Jamás lo haría—Contesto Draco con firmeza.

—Y-yo creo—Comenzó a decir Scorpius.—Me g-gusta un chico

Hubo un silencio por unos segundos. Draco no mostraba ninguna expresión.

—¿Y bien?—Preguntó Draco.

—¿N-no estás enfadado?—Scorpius volvía a tartamudear entre sus lágrimas, y se veía confundido por la reacción de Draco. Seguramente, se había imaginado el peor de los escenarios.

—Por supuesto que no—Respondió Draco sacudiendo el cabello de Scorpius mientras le sonreía.—Pensé que me dirías que todo esté tiempo estuviste en Gryffindor y no en Slytherin

Draco le regaló una mirada de complicidad a su hijo. Lo abrazó con fuerza y dejó un beso en su frente.

—¿Ves?—Miraste a Scorpius, demostrándole que todo había salido más que bien.

—Hijo, a mí no me importa si te gustan los chicos o las chicas, yo solo quiero que seas feliz—Draco habló con total sinceridad.—No quiero que reprimas lo que sientes, nunca y quiero que sepas que puedes confiar en mí

—Gracias Papá—Murmuró Scorpius.

—¿Por qué no vamos a comer?—Invitó Draco.—La cena se enfría

Scorpius se puso de pie rápidamente yendo hacia la cocina. Aprovechando que no podía escucharlos, te dirigiste hacia Draco, contenta y orgullosa.

—Bien hecho, lo manejaste muy bien—Felicitaste.

—No quiero que me tenga miedo, no como yo temía de mi padre—Contestó Draco mirando a Scorpius a lo lejos con cariño.—Solo quiero que sea feliz, en serio

—Y lo es—Le aseguraste.

Ambos llegaron hasta la mesa, para por fin poder cenar. Scorpius se veía ahora mucho más relajado, y volvía a sonreír como siempre.

—Está delicioso—Halagó Scorpius saboreando la comida.

—¿Y podemos saber quién es el chico que trae distraído?—Preguntaste curiosa, esperando que Scorpius pudiese abrir aún más sus sentimientos y ver que su situación era más que normal y bien recibida por ustedes.

—Uhm—Scorpius divagó por unos segundos mientras revolvía su comida con el tenedor.—Albus, Albus Potter

En ese instante, Draco abrió sus ojos como platos y se atragantó con el bocado que acababa de llevarse a la boca.

—¡Draco!—Exclamaste viendo como empezaba a toser y golpear su pecho con su puño. Realmente, Draco Malfoy era un dramático de primera categoría.

[...]

Draco se hallaba mirando la amplia chimenea de la Mansión Malfoy por la cual los Potter llegarían en cualquier momento. Albus había invitado a Scorpius a pasar el fin de semana en su casa, antes de tener que regresar a Hogwarts. La Navidad ya había pasado, así que Scorpius estaba ansioso de compartir con los Potter después de disfrutar unos cuántos días con Draco y contigo. Sin embargo, podías notar desde lejos la tensión que acumulaba Draco ante la llegada de Albus.

—Contrólate—Advertiste mientras pasabas tus manos por los hombros de Draco tratando de que liberara tensión. Desde el momento en que se había enterado que su pequeño Scorpius estaba detrás de un Potter, había estado de un humor extraño. No quería admitirlo, pero el ego de Draco estaba lastimado al saber que su propio hijo gustaba del hijo de su enemigo de la infancia.

—Estoy tranquilo—Dijo aún serio mientras tragaba. Pudiste notar su manzana de Adán marcarse perfectamente en su garganta, a la vez que su mandíbula se tensionaba aún más. De no ser porque tratabas de desviar su preocupación, habrías permitido que tu pensamiento sobre lo atractivo que se veía permaneciese aún más.

—Pareces un perro marcando territorio—Comentaste a su lado.—Sólo se irá un fin de semana, no exageres

—Ahora es distinto—Aclaró, llevando sus manos a sus bolsillos traseros.—Si ese Albus le rompe el corazón....

—No harás nada porque sólo tienen trece años—Detuviste sus palabras.

—Pero sería una maravillosa excusa para saldar cuentas con Potter—Debatió Draco sonriéndote con seguridad.

—Empiezo a pensar que el que tiene trece años eres tú—Respondiste rodando tus ojos con diversión. 

—¡Mamá! ¡Papá!—Exclamó Scorpius desde la planta de arriba. Se la había pasado toda la última hora haciendo la misma pregunta, ansioso por la llegada de los Potter.—¿Ya llegaron?

—Aun no, mientras tanto baja tu bolso—Respondiste. Al instante oíste sus pies correr y pronto ya estaba junto a ustedes, sosteniendo su bolso y mirando expectante aquella chimenea.—Recuerda comportarte y comer bien ¿Si?

—Si Mamá—Respondió Scorpius.

No fue necesario seguir esperando, pues la estructura de leña finos y lujosos ladrillos se llenó de una llamarada de ávido color verde, dejando ver a Harry Potter, y el joven Albus a su lado.

—¡Scorpius hola!—Saludó Albus al verlo.

—¡Hola Albus!—Respondió de regreso Scorpius, a quien notaste algo más nervioso y con las mejillas algo coloradas.

—t/n—Saludó sonriente Harry y luego mirando a Draco con cortesía, pero aún con distancia.—Malfoy

—Potter—Dijo Draco entre dientes. No era necesario observar a Draco con detención para saber que estaba dedicándole una mirada amenazante al que alguna vez fue su compañero.

—Hola Harry ¿Cómo has estado?—Dijiste para aligerar la tensión del ambiente.

—Con bastante trabajo, pero no tanto como Ginny—Respondió y eso te daba a entender por qué la ex Weasley no había asistido.—Me pide la disculpen, pero está llena de cosas que hacer en el equipo de Quidditch

—No te preocupes—Respondiste. Albus y Scorpius los miraban ansiosos porque su conversación terminase y poder irse finalmente.—Espero que no te den problemas

—Lo mismo espero—Dijo Harry mirando a ambos chicos. Hizo una señal mientras regresaba a la chimenea, tomando un poco de los polvos flu que siempre habían arriba de las chimeneas.—Andando chicos

—¡Adiós Mamá!—Scorpius se acercó eufórico a despedirse de ti y de Draco. Cuando aún Draco abrazaba a Scorpius, pudiste notar como miraba con seriedad a Albus, casi en una mirada de advertencia.—¡Adiós Papá!

—Adiós Señor y Señora Malfoy—Dijo Albus algo nervioso luego de aquel contacto visual con Draco.—Gracias por darle permiso a Scorpius

—Diviértanse—Y finalmente, los tres desaparecieron a través de la chimenea. Cuando te giraste hacia Draco, aún tenía esa mirada inquieta.

—Relaja la mandíbula—Dijiste sacándolo de su trance.

—Muy graciosa—Dijo Draco rodando sus ojos.

—Eres taaaan dramático—Bromeaste.

—En serio te noto muy divertida—Draco se acercó lentamente a ti, tomándote por sorpresa por la cintura y pegándote a él. Desde su altura, notaste sus ojos más oscuros pero su sonrisa aún amplia.—Creo que olvidas que volvemos a tener la casa solo para nosotros

Tratando de seguir su juego, acercaste tu rostro hacia el suyo, pero cuando los labios de ambos empezaron a rozar, te separaste de golpe.—Pero primero tendrás que correr—Y antes de que Draco pudiera notarlo, estabas escapando de su agarre y corriendo escaleras arriba lejos de él, mientras reías.—¡Atrápame si puedes!

—Siempre puedo t/n, siempre puedo—Dijo Draco para sí, sonriendo con satisfacción, no tan sólo por tener tiempo a solas, sino por ver que aún disfrutaban como en su juventud de perseguirse uno al otro.

--hola!! les tengo una noticia u.u siempre me ha costado escribir algo más largo que un one shot, y hoy publiqué mi primer fanfic de Draco y estará terminado pronto! así que las invito a pasarse por él, se llama PERGAMINO y me haría muy feliz si pudieran darle una oportunidad, es de capítulos cortos y  no  les tomará más de un día leerlo<3 y por cierto HOY ES MI CUMPLEAÑOS, léanlo como regalo por mi AJJAJA no pero, leanlo solo si pueden

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro