58 » WONDER pt.2
'And I wonder if some day you'll be by my side and tell me that the world will end up alright'
WONDER | SHAWN MENDES
CONTEXTUALIZACIÓN: Draco atraviesa la realidad del mundo mágico hasta llegar a la tuya. LEER PRIMERA PARTE, ONE SHOT NÚMERO 56
dedicado a: todas mis bellas lectoras que siguen aquí después de tanto tiempo<3
La confesión que había hecho el rubio era muy difícil de asimilar. Por un largo rato, te preguntaste si era posible que Draco hubiese tenido un brote psicótico o un delirio místico. Llegar y decir que era un mago proveniente de otra realidad era lo último que habías pensando que diría al volver. Por el tiempo en que dejó de ir a la Librería, tu mente se había hecho de la idea de que quizás tenía una novia o algo así, pero por la seguridad en su rostro podías empezar a pensar que estabas completamente equivocada.
—¿Entonces no bromeas cuando dices que eres mago?—Preguntaste algo temerosa. La Librería estaba vacía, sólo ustedes dos dentro. Habías convencido a tu jefe que te quedarías a ordenar y que Draco sólo observaría, y así tener un rato de privacidad.
—Sé que es difícil de creer—Respondió. Draco lucía cansado, agotado, y es que tú aún no sabías que venía directamente de la Batalla de Hogwarts.
—Y eres de otra realidad—Añadiste.
—Correcto—Suspiró. Draco llevó sus manos a su cabello, jalándolo un poco y viéndose bastante agobiado. Podías notas la desesperación en sus ojos, que gritaba que le creyeras.
La biblioteca tenía algunas luces apagadas, era un ambiente cálido. Lo único que los rodeaba eran los libros, y claramente, aquel armario del que Draco había estado yendo y viniendo por mucho tiempo.
—Y convenientemente, aquí la magia no funciona—Dijiste cruzándote de brazos. Realmente la actitud de Draco te estaba desesperando un poco. Querías pruebas, pruebas que demostraran que sus palabras eran ciertas y no te estaba tomando el pelo.
—Al menos la última vez que lo intenté, mi magia no hacía efecto—Comenzó a decir, llevando su mano al bolsillo trasero de su pantalón, y lo siguiente que viste fue una varita de color negro azabache.—Pero eso fue antes de que El Señor Tenebroso se fuera—Dijo en un susurro mientras miraba la varita.—Y tengo la sospecha de que ahora podría funcionar
—¿El Señor qué?—Preguntaste confundida sin saber a qué se refería.
—Eso te lo explico luego—Aeguró. Draco caminó hasta ti, colocándose a tu lado y con la varita empuñada al frente de los estantes y dijo.—Colovaria
Antes de que pudieras procesarlo, aquella varita negra soltó chispas y los libreros que solían ser de un marrón madera, ahora brillaban de color azul.
—¿Q-qué?—Soltaste casi atragantándote con tu saliva. Tu pulso se sentía más rápido y no pudiste digerir lo que había pasado para cuando Draco apuntó la varita a un libro y dijo:
—Avifors—Y en cosa de segundos, aquel libro desapareció y salió una pequeña bandada de pájaros que parecían canarios, los cuales volaron alrededor del lugar en juguetones aleteos.
—¿Qué diablos?—Tu voz se notaba temblorosa, pero no por miedo. Era impresión, era realmente lo más extraño e inexplicable que habías presenciado en toda tu vida. Era efectivamente magia. Volteaste a ver a Draco, quien te miraba satisfecho de que todo hubiese funcionado. Te veía expectante, ansioso por una señal que le dijera que le creías y lo perdonabas.
En aquel momento, un pequeño canario voló entre medio de ustedes y gracias a eso te diste cuenta de lo cerca que estaban sus rostros. Draco soltó una risa y apuntó a aquel pájaro que se alejaba.
—Evanesco—Susurró, y su varita hizo desaparecer a todos los canarios. En un hechizo no verbal, también quitó el color azul de los estantes y se volvió hacia a ti.—Bien, si funciona—Asumió bastante obvio.— Entonces ¿Me perdonas?
Tu mente seguía dando vueltas. La magia existía. Tenías frente a ti a un mago, con su varita mágica y hechizos que no podías creer que eran reales. Pero la impresión se sentía real. Draco se sentía real y con eso te bastaba para confiar una y mil veces.
—Tienes magia y una varita con la que podrías hacerme desparecer, creo que no me arriesgaré a decirte que no—Dijiste divertida. Draco te sonrió y guardó la varita, y con su mano libre, tomó la tuya acariciando tus nudillos.
—No te haría daño—Aseguró. La vista de Draco estaba una vez más en tus labios y antes de acercarse por completo, te dedicó una mirada que buscaba tu aprobación. Rápidamente asentiste, y volviste a sentir sus labios sobre los tuyos. En ese instante, Draco juró que ni toda la magia de su varita se sentía tan electrizante como besarte.
—¿Cómo llegaste aquí todo este tiempo?—Preguntaste de golpe.
Draco suspiró y sonrió de lado.
—El armario—Respondió y tu vista fue directamente a aquel mueble oscuro.—En mi realidad tenía que reparar su gemelo, bueno, trillizo. No tenía idea de que podía existir otro. He viajado a través de él desde entonces.
—Creo que es hora de que me vaya—Mencionaste. Ya era tarde y no podían permanecer allí toda la noche. Draco asintió.
—¿Podemos ir a comer a algún lado mañana?—Preguntó.
—Claro—Respondiste. Draco comenzó a caminar hasta el armario del cual por primera vez, lo verías desaparecer.—Y me explicarás quién es era el Señor Tenebroso
—Por cierto—Dijo mientras abría el armario.—¿Podrías no..
—¿No decirle a nadie?—Completaste su pregunta. Draco te miró algo avergonzado de su petición, pero lo comprendiste.—Claro Draco, tu secreto está a salvo conmigo
[...]
—¿Entonces el tipo era mestizo pero quería deshacerse de todos los que no eran sangre pura?—Preguntaste sin poder creer lo que Draco acababa de contarte.—No tiene sentido
Llevaban cerca de dos horas en aquel restaurante, comiendo mientras el rubio te contaba todo lo que necesitabas saber acerca de su mundo y aclarando todas tus dudas.
—Es algo más complejo que eso, pero en efecto, sí—Dijo riendo mientras llevaba la copa de vino a sus labios.—Lo importante es que Voldemort ya no está
—Debió ser muy duro para ti—Comentaste mirándolo con preocupación.—Trabajar para el, tenerlo en tu propia casa
—No es algo de lo que me sienta muy orgulloso a decir verdad—Draco bajó su cabeza y jugueteó con el borde de la servilleta que había al lado de su plato.—Pero era lo que debía hacer para proteger a mi familia
—¿Y tu escuela?—Preguntaste esperando desviar un poco aquel tema delicado para él.
—Es ruinas—Dijo sin más.—No creo ser muy bienvenido allí después de todo—Y se encogió de hombros.
—Yo creo que todos merecen una segunda oportunidad—Declaraste.
—Lo que hice va más allá de una segunda oportunidad t/n, casi mato personas—Dijo y su tono sonaba triste, culposo.—No es tan fácil
—Estoy segura de que jamás podrías Draco, quizá para que el resto te perdone debes partir por perdonarte a ti mismo—Respondiste alentándolo. Draco te miró y pudiste notar un brillo particular en sus ojos. Pensaste que quizá era el efecto del alcohol en el vino, pero lo que no sabías, era que Draco se sentía agradecido de que confiaras en él.
—Quizás tienes razón—Comentó.
—Ahora uhm...—Carraspeaste algo incómoda por lo que ibas a preguntar y te acomodaste en tu silla.—¿Cómo te las arreglarás? Irás a tu realidad y seguirás apareciendo en la librería por siempre o...
—Entonces quieres que siga viniendo siempre—Dijo deteniendo tus palabras.
—¿Qué?—Preguntaste nerviosa, Draco tenía era particularidad de intimidar tan sólo con palabras y captando muy bien tu actitud.—Es decir, si quieres o si así lo planeas, es tu decisión y debe ser muy difícil ir y venir desde...
Y sus labios estaban sobre los tuyos. Draco se había inclinado sobre sus codos que se hallaban en la mesa, y con facilidad había atrapado tus labios con la intención de callarte y a la vez, calmar tus dudas.
—Estabas divagando mucho—Dijo sonriendo con satisfacción mientras se alejaba de ti y volvía a su asiento.
—Se te está haciendo costumbre callarme a besos—Tu voz ahora se notaba nerviosa. Ese efecto que tenía Draco en ti era más mágico que cualquier hechizo.
—No puedo evitarlo, y no creo que algún día pueda.
Y de alguna forma, eso era una promesa.
[...]
Habían pasado seis meses. Seis meses en los cuales Draco se había hecho la rutina de ir a verte cada día. En Hogwarts se había retomado los estudios, y siguiendo tu consejo, había decidido volver. No fue bien recibido en un inicio, pero con el tiempo los ánimos habían dejado de ser tan tensos para él y los demás alumnos de Slytherin. Ahora, su preocupación, aparte de los estudios y de seguir conquistándote, era salirse de una gran duda.
—¿Estás seguro de que esto es una buena idea?—Preguntaste realmente cero convencida.
—Lo peor que puede pasar es que nos quedemos atrapados en el armario para siempre—Ironizó Draco.
El rubio, que se decía tu novio sin siquiera habértelo preguntado, había tenido la idea de usar el armario, pero en reversa. Quería probar si era posible que tu atravesaras la realidad hasta llegar a Hogwarts. Practicó llevando objetos e incluso animales, para asegurarse de que no saldrías lastimada, y según sus teorías, su plan estaba a punto de funcionar.
—Wow, que alentador suena eso—Bromaste de regreso. Eran las tres de la madrugada, la única hora en la cual nadie podría sospechar de ustedes dos en aquella biblioteca pero el miedo a ser descubiertos seguía latente.
—Confía en mi—Alentó.
—Draco soy muggle, probablemente no pueda llegar a Hogwarts contigo—Suspiraste con pesimismo en el tono de tu voz.
—No perdemos nada en intentar—Insistió. Draco tomó su mano y los acercó hasta el armario.—¿Lista?
—Eso creo—Murmuraste.
—Aquí vamos—Draco te ayudó a entrar y por instinto cerraste tus ojos. Se sentía frío todo a tu alrededor, y sentiste como Draco tiraba de ti comenzando a caminar. Todo a tu alrededor temblaba, pero estabas segura que era más por tu nerviosismo. No oías nada más que chispas y una brisa, hasta que de pronto, el paso de Draco se detuvo y una incertidumbre te rodeó.
—¿Lo logramos?—Preguntaste temerosa.
—No lo sé, dime tú—Animó Draco.—Abre los ojos, tranquila
Parpadeando de a poco, frente a tu vista, una habitación oscura y llena de objetos apareció ante ti. Era algo completamente distinto a lo que te podías haber imaginado.
—¿Qué es todo esto?—Preguntaste mientras caminabas fuera del armario y recorrías el lugar observando con asombro cada detalle.
—La Sala de Menesteres, estamos en Hogwarts—Anunció Draco mirándote contento.—Sígueme, esto no es todo lo que tienes que ver
Así, Draco tiró de ti llevándote a hurtadillas por los pasillos del lugar. Apenas tenías tiempo de apreciar cada detalle de los cuadros y de aquellas altar paredes de ladrillo antiguo.
—¡Desconocidos en el castillo!—Gritó una voz a tu lado. De inmediato detuviste tu paso y viste como una figura de uno de los cuadros se movía y chillaba.— ¡Desconocidos en el castillo!
—¿E-ese cuadro acaba de hablar?—Preguntaste desconcertada.
—Si, es muy molesto—Comentó Draco.
—¿¡Qué está pasando aquí?!—Otra voz chilló pero esta vez desde los aires. Alzaste tu vista y tu respiración se cortó al ver a un pequeño hombrecillo de colores flotar sobre tu cabeza, riéndose a carcajadas.
—Pero no tan molesto como Peeves—Draco rodó sus ojos y bufó.—¿Qué quieres Peeves?
—Jamás había visto a esa chica por aquí—Anunció en voz aguda el poltergeist.
—Es nueva—Mintió rápidamente Draco. Trató de retomar su camino, pero lo que estaba a punto de advertir el travieso Peeves le puso los pelos de punta.
—¡Directora McGonagall!—Anunció Peeves.
—Ay no—Los ojos de Draco te miraron asustados.
—¿Quién es McGonagall?—Preguntaste al sentir que tomaba tu mano para empezar a correr lejos de ese pasillo.
—La directora, sólo corre antes de que nos descubra—Advirtió pero antes de que pudieran acelerar el paso, la voz de una mujer los detuvo.
—Joven Malfoy—Su voz hizo eco en todo el pasillo. Cuando se voltearon te topaste con la figura de una mujer de algunas arrugas, gafas y una túnica verde esmeralda.
—Directora McGonagall—Dijo Draco a tu lado.
—Me preguntaba por qué un personaje de uno de los cuadros había llegado hasta mi oficina avisando que había una intrusa—Comentó McGonagall.
—Ingrato—Susurró Draco mientras veía a Peeves alejarse entre risas.
—¿Disculpe?—Preguntó McGonagall, quien sospechabas, si había escuchado con claridad las palabras de Draco.
—Nada—Corrigió Draco.
—¿Le importaría explicarme quien es la Señorita aquí presente?—La mujer de puntiagudas gafas encarnó una ceja en lo que se cruzaba de brazos y lo miraba expectante.
—Bueno ella es...—Draco no sabía muy bien como explicar la situación.
—t/n—Respondiste al fin siendo capaz de usar tu voz.
—Mi novia—Respondió seguro mientras tomaba tu mano.—De otra realidad—Añadió.—Es muggle
McGonagall lo miró incrédula abriendo sus ojos de par en par, y cuando Draco pensaba que iba a estallar en un regaño, la mujer sólo suspiró tranquila.
—Creo que no deja de sorprenderme Joven Malfoy—Comentó McGonagall.
[...]
—¡Draco!—Gritaste desde la cocina. La cafetera frente a ti estaba claramente averiada y desde hacía un rato estaba rechinando y temías que fuese a explotar y provocar un incendio. Pero para eso estaba Draco.
—¡Ya voy!—Gritó desde el otro lado del apartamento. Llegó en cosa de segundos hasta la cocina, se veía somnoliento. Era temprano y ambos seguían en pijama. Se acercó a ti notando como veías con susto y preocupación el electrodoméstico que no dejaba de saltar.
—Esta cosa no deja de soltar chispas—Te quejaste. Draco rió ante lo asustada que estabas y sacó su varita para apuntarle.
—Reparo—Conjuró, y la cafetera se quedó quieta al instante y tu café por fin estaba en marcha.
—Gracias—Dijiste en un suspiro.
—Nada que un poco de magia no pueda solucionar—Draco se acercó a ti, besando tu frente y rodeando la encimera de la cocina para volver a sus asuntos, pero se detuvo de golpe justo cuando estaba por salir.—Hablando de magia—Comentó.—Este fin de semana deberíamos ir a ver a mis padres al mundo mágico
—¿Estás seguro?—Preguntaste dudosa.—La última vez no salió nada bien
—Ya se acostumbrará a ti, no te preocupes—Te trató de tranquilizar, pero los recuerdos de tu última cena con los Malfoy no eran para nada alentadores. Para Lucius y Narcissa no había sido fácil asimilar la historia de Draco atravesando otra realidad para salir con una extraña muggle, y el que estuvieses en su Mansión tampoco les hacía gracia. Estar con ellos era bastante incómodo, pero dabas tu mejor esfuerzo. Después de todo, Draco y tu ya llevaban dos años yendo y viniendo entre su mundo y el suyo, pero él había estado dispuesto a vivir contigo y dejar el mundo mágico sólo para visitar a su familia.
—Y después de eso podremos dar un viaje en escoba—Ofreció, y tu ánimo cambió al instante. Viajar en escoba era de esas cosas de la magia que tanto amabas y Draco siempre estaba dispuesto a compartirlas contigo.
—Buena idea para convencerme—Dijiste. Luego de eso, Draco salió de la cocina. Pasado un rato, fuiste hasta la habitación que compartían y notaste como Draco estaba acomodándose la camisa y al notar que habías entrado, se apresuró es desdoblar su manga derecha, cubriendo aquella marca que tanto conocías pero sabías, le avergonzaba,
—Hey—Dijiste desde el marco de la puerta.
—¿Si?—Preguntó Draco fingiendo que no se había dado cuenta de que lo habías visto.
—¿Por qué te esfuerzas tanto en ocultarlo?—Preguntaste acercándote a él.
—No me gusta recordarlo, es todo—Murmuró desviando su mirada.
—Draco—Comenzaste a decir con voz tranquila. Te acercaste a él tomando sus hombros.—Nuestro pasado es lo que nos hace quienes somos, por malo o bueno que sea, te ha formado para llegar a ser el hombre increíble que eres hoy—Susurraste esperando que sus inseguridades respecto a la Marca Tenebrosa disminuyeran.—Además, si no hubieses sido un Mortífago, no habrías llegado hasta mí
Draco te miró confundido por unos segundos hasta que volteó su mirada a aquel armario negro que se ubicaba como una decoración más en su apartamento. Para tus amigos, era una baratija, pero para ustedes dos, era la razón por la cual podían estar juntos. Era el portal que unía los dos mundos.
—Tienes razón—Dijo acercando tu mano a sus labios para besar tus nudillos.—Reparar ese armario tuvo su lado bueno después de todo
hola!! nuevamente lamento estar ausente, pero LA UNIVERSIDAD ES MÁS DIFÍCIL DE LO QUE PENSE sin embargo, tengo una solución para esto. Hasta ahora, los one shots suelen ser de 2500 a 3000 palabras, y por eso tardo en escribir. Quiero empezar a hacer one shots más cortos y así publicar más seguido, porque tengo ideas que no siempre tienen mucha trama y son más sobre momentos. Espero les guste <3, a partir de ahora los iré subiendo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro