Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

56 » WONDER

'Been dreamin' that you feel it too, I wonder what it's like to be loved by you'

WONDER | SHAWN MENDES

CONTEXTUALIZACIÓN: Mientras Draco intenta reparar el Armario Evanescente, termina por accidente en una realidad alterna. (En tu realidad Harry Potter no es un libro famoso y trabajas en una librería)

pedido de: annecherry15

Draco bufó mientras golpeaba su puño frente al armario de madera. Soltó un suspiro y miró con desdén aquel mueble que le traía los nervios de punta y sus niveles de estrés al máximo.

—Estúpida baratija—Espetó. Miró cada esquina del armario tratando de encontrar la razón de por qué nuevamente no había funcionado, pero nada le hacía sentido en su cabeza llena de problemas y preocupaciones.—Diablos

El Slytherin intuyó que la hora de la cena estaba próxima y que no tenía mucho tiempo antes de que sus amigos empezaran a preguntar por él, sobre todo Pansy, quién desde inicio de sexto ciclo lo seguía a todas partes como perro a su hueso. Tratando de olvidar aquello, maldijo unas cuantas veces más.

Draco estaba frustrado, no, peor, estaba al borde de lanzarse por la Torre de Astronomía. El tiempo pasaba más rápido de lo que tenía presupuestado y el Señor Tenebroso preguntaría por qué aún no completaba su misión; y todo por su culpa, por ser un inútil que no era capaz de reparar un Armario.

—Vamos—Dijo frustrado. De pronto, una idea surgió en su mente, pero antes de siquiera considerarla, negó pensando en lo estúpida que era. Sin embargo, al cabo de unos minutos Draco se dió cuenta que no había nada que perder y era momento de arriesgar hasta la más tonta posibilidad.

Dudoso, Draco se adentró en el armario, sintiendo como su cuerpo se hacía más ligero y el ambienten en su alrededor cambiaba. Ni siquiera había tratado de caminar, pero su cuerpo estaba avanzando hacia adelante, alejándose de la Sala de Menesteres hasta el fondo del Armario. Por un segundo, su mente se nubló, y sintió como era expulsado hacia adelante en un lugar completamente distinto.

—¿Qué?—Dijo apenas. Draco trató de incorporarse del empuje y frente a sus ojos la luz lo encandiló. Jamás acostumbraba lugares tan iluminados, ni Hogwarts ni su Mansión podrían verse alguna vez así. Parpadeó varias veces hasta notar que la luz venía del techo, y frente a él un montón de libreros lo tenían rodeado.—¿Qué demonios?

Draco se acomodó la camisa. Había dejado atrás su túnica de Hogwarts y se sentía desprotegido. Su varita se hallaba en su bolsillo trasero y cuando estaba a punto de tomarla para defenderse de cualquier extraño, se detuvo al oír a alguien a su lado.

—¿Perdido?—La voz era femenina, calmada y suave. Draco giró para encontrarse con nada más y nada menos que la figura de una chica que lo miraba expectante. Esa chica eras tú.

—¿Uh?—Murmuró Draco. Rápidamente desvió su vista al lugar y empezó a unir piezas. El lugar parecía una Biblioteca, y por el aspecto, no debía tener relación al mundo Mágico, sino a los Muggles.

—Te pregunto si estás perdido, ordenamos los libros de nuevo y posiblemente no encuentres la sección que buscas—Draco se sintió casi interrogado con aquellas palabras. La confusión lo llenaba. ¿El otro armario había acabado en una Biblioteca Muggle?—¿Así que....

—¿Dónde estoy?—Preguntó de golpe esperando confirmar sus sospechas.

—En una librería—Respondiste completamente obvia.—Dime, ¿Qué buscas? ¿Romance? No, definitivamente no luces como ese tipo de chico, ¿Psicología?

—¿Psicólo que?—Draco trató de decir mientras divagabas, ordenando los libros del librero a tu lado.

—¿Biografías? ¿Fantasía y magia?—Continuaste preguntando y volteaste a ver su aspecto. Se veía bastante formal y podía calzar en el estereotipo de alguien que buscaba lecturas más exactas.—¿Economía? Si, creo que la economía te sienta más

—¡Magia!—Exclamó Draco desesperado.—Si, magia

—Claro, sígueme—Dijiste sonriente.

Seguido de esto, guiaste al confundido chico hasta la sección de 'Esoterismo'. Draco ni siquiera se preocupó del hecho de que no sabía que significaba aquello, y sólo esperaba sentirse menos fuera de lugar si estaba rodeado de libros de Magia. No sabía si eras bruja, no lo parecías en lo absoluto, así que aseguró que su varita en su bolsillo se mantuviera segura y escondida.

—Por aquí, espero encuentres lo que buscas—Dijiste.—Si necesitas algo, estaré por allí—Agregaste apuntando a la otra esquina de la Librería, dedicándole una cálida sonrisa al chico.

Por un segundo, Draco sólo observó tu sonrisa y la forma en que tus mejillas se levantaban.

—Gracias...—Draco quiso agregar tu nombre a la oración, tratando de sonar cortés, pero antes de que pudiera darse cuenta de que lo sabía, ya estabas respondiéndole.

—t/n, mi nombre es t/n

—Gracias, t/n—Respondió, y se asustó de la forma en que se había concentrado en tus ojos por más tiempo de lo que creía normal. ¿Qué hacía mirando a una muggle desconocida así?

Y te fuiste, dejando al joven mago más confundido. Draco rápidamente tomó tres libros frente a él esperando encontrar algo familiar, pero los títulos eran peores que todo.

'Magia casera: Los mejores trucos de cartas para impresionar'

'Magia de cristales, esoterismo de cristales'

'Magia y religión ¿Los rituales son satánicos?'

¿En dónde estaba? y la pregunta más importante de todas. ¿Podía volver a Hogwarts?.

Draco se apresuró en encontrar el camino de regreso al armario, que parecía una decoración más en el lugar, pero no lo era; aquel armario era su forma de volver a casa. Sin meditarlo, sacó su varita para abrirlo, pero no funcionó,

Alohomora—Susurró, pero no ocurrió nada.

Su magia no funcionaba,

Manualmente, abrió las puertas del armario y asegurándose de no tener a nadie cerca, se adentró. Nuevamente sintió su cuerpo revolotear, y su mente flotar, y cuando sus pies volvieron a tocar la Sala de Menesteres, suspiró aliviado. Todo ese lugar Muggle había sido un susto, un error.

Pero una extraña sensación lo llenó cuando la imagen de aquella chica fue lo primero que apareció en su mente. El lugar no tenía magia, era muggle, extraño, ordinario, pero por alguna razón, una parte de su mente, que Draco quería ignorar, se sentía intrigada por volver a ver a la chica.

—Tonterías—Susurró para sí.


[...]



Dos días habían pasado y a pesar de que Draco había tenido avances con el Armario Evanescente, seguía inquieto. Se sentía como si algo en su pequeño incidente, hubiese quedado sin completar y todo se debía a que no podía dejar de pensar en t/n

Es una muggle, una simple y ordinaria muggle, Se decía a si mismo, para intentar convencerse de que no estaba bien pensar en ella, pero era inútil.

—¿Qué te tiene tan en las nubes?—Blaise preguntó a su lado. Iban de regreso de la cena, hacia las Mazmorras y Draco no había sido parte de la conversación que Blaise y Theo tenían.

—Estás muy distraído últimamente—Agregó Theo.

—¡Ya sé! ¡Es una chica!—Inquirió Blaise con emoción y Theo se sumó a él soltando un chillido fingido. Draco no tardó en soltar un bufido y rodar sus ojos.

—No digan idioteces—Espetó, y sintiéndose al descubierto, decidió acelerar el paso para alejarse de sus amigos.

No podía ser que aquella chica le interesara tanto. Apenas la había visto y compartido con ella cinco minutos. Tenía que convencerse de que era alguien común, lejos de su tipo y muy diferente a él.

Debía volver a verla.

Draco caminó por los pasillos pensando en su deseo de volver a aquella realidad, y en cosa de segundos la Sala de Menesteres apareció ante él.

Se adentró e ignorando el resto de los objetos de la Sala, llegó hasta el Armario. Sabía que al intentar volver a la otra realidad, era muy probable que todo su trabajo de reparar el Armario se estropearía, pero en ese momento no le importaba en lo absoluto.

Abrió de par en par las puertas y entró, concentrándose en la idea de viajar hasta el otro lado. Y así fue como nuevamente el cuerpo de Draco flotaba hasta salir disparado a la Librería.

El chico parpadeó varias veces para volver a acostumbrarse a esa luz artificial. Al levantar su vista, se topó con que habían más personas que en su visita anterior, y no veía a la chica por ningún lado.

Su mente trató de decirle que quizás t/n ya no trabajaba ahí, o que aquel día no le correspondía ir. Realmente no tenía idea como funcionaban los trabajos muggles, pero tenía que encontrarla.

Ignorando las miradas extrañas que recibía de las demás personas, caminó entre los estantes hasta llegar a una zona de altos libreros, tan altos como las paredes, de tal manera que Draco se preguntó cómo alcanzaban los libros si no era con magia.

Pero su respuesta llegó al instante.

Más adelante, había una escalera apoyada y en la cima estaba t/n. Una sensación de gozo llenó a Draco. Sólo cuando caminó hasta llegar debajo de ella, se dió cuenta de que no sabía que decir o hacer.

—Uhm ¿t/n?—Preguntó hacia arriba, esperando que escucharas.

Inmediatamente, volteaste encontrándote con aquel misterioso chico de hace dos días.

—¡Oh, Hola! ¿Necesitas ayu..?—Pero tu cuerpo empezó a tambalear sobre la escalera. Te habías volteado tan rápido que la figura de madera se había movido y tú cuerpo era incapaz de equilibrarse. Sentiste como te soltabas de la escalera y caías tres metros hacia abajo, siendo atrapada por los brazos del chico.

Draco había sido ágil en atraparte y ahora estabas apoyada en sus brazos, nerviosa y algo incómoda por la cercanía.

—Lo siento, no me fijé—Excusaste mientras apoyabas tus pies en el piso y retomabas tu postura.

—No te preocupes ¿Estás bien?—Preguntó Draco preocupado. Si su magia hubiese servido, habría sacado su varita para salvarte pero por suerte sus reflejos habían actuado antes.

—Si, muchas gracias...—Pero tus palabras dudaron al notar que no sabías su nombre.—Tu tampoco me dijiste tu nombre

Draco dudó si presentarse con su apellido. No valía la pena, pues seguramente en aquella realidad no existían los Sagrados Veintiocho y de nada serviría recalcar que era un Malfoy.

—Draco—Contestó sin más, causando que juntaras tus cejas extrañada.

—Que nombre tan particular—Comentaste y fijándote en su túnica tu confusión aumentó.—¿Vienes de alguna convención de libros o algo?

—¿Cómo?—Preguntó Draco desconcertado y casi ofendido por la forma en que mirabas su ropa.

—Tu túnica ¿Es un disfraz o algo?—Preguntaste y te acercaste un poco para leer la insignia de serpiente grabada en su pecho.—¿Slytherin?

—Uhm si, algo así, sólo ignóralo—Draco se sintió expuesto. Por un momento pensó que había sido pésima idea volver y ponerse en aquella situación, pero tu sonrisa lo tenía embobado.

—Bien y dime ¿Qué te trae de regreso por aquí?—Preguntaste animada.

—Libros, vine por más libros—Draco se dió cuenta que era pésimo socializando, sobre todo con chicas. Por primera vez su ego y seguridad se veían amenazadas y eso no le gustaba, pero a la vez lo atraía más a ti.

—Claro, ¿Qué buscas ahora?

—¿Qué me recomiendas tu?—Preguntó Draco. Realmente estaba interesado en conocerte. Se dió cuenta que allí en esa Biblioteca, nada importaba. Ni Voldemort, ni los mortífagos ni su misión. Se sintió lejos de Hogwarts y sus presiones.

—Mis gustos son muy variados—Contestaste algo avergonzada. Draco te miraba intrigado.— ¿Tienes tiempo?

—Todo el que necesites—Dijo seguro.

Draco tenía más ganas de quedarse allí de las que creía posibles.


[...]


Y antes de que Draco se diera cuenta, llevaba un mes visitando tu realidad.

El Armario Evanescente estaba reparado, pero no había tenido valor ni ganas para reportarlo a los Mortífagos. Draco alargó su misión lo más que pudo. Estaba encantado contigo, y que Merlín tuviera piedad de lo que podía llegar a pasar si el Señor Tenebroso se enteraba que todo este tiempo había estado con una muggle.

Pero no podía evitarlo. Había algo en ti que lo tenía atrapado. Contigo se sentía tranquilo, sentía que no lo juzgabas y sobre todo, sentía que por primera vez alguien se interesaba en él por ser él mismo, y no por su apellido o su dinero.

Incluso, se dió cuenta que la sangre no importaba, mestizo o sangre pura, ahí estabas tu, aceptando su compañía cada vez que iba a molestarte a la Biblioteca, preguntándote por cada uno de los libros, pero nunca compraba ninguno.

—¿Sabes? Nunca te he visto llegar—Dijiste sorprendida cuando Draco tocó tu cintura por detrás para hacerte saber que había llegado. Por lo general, llegaba cerca de las cinco de la tarde, cuando en Hogwarts en realidad ya era de noche.

—Soy bastante sigiloso para entrar—Draco se encogió de hombros, apoyó su espalda en una estantería y te observó con atención. Su mirada siempre te causaba escalofríos.

—Ya veo—Asentiste, volviendo tu vista a las cajas a tu alrededor. Todos los libros estaban desordenados mientras que algunos estantes estaban vacíos, esperando por una nueva clasificación.

—¿Remodelando de nuevo?—Asumió Draco.

—Así es, la Biblioteca necesita un cambio, ha pasado un mes desde la última vez—Comentaste tranquila.

—Un mes—Draco repitió tus palabras casi dándose cuenta de todo el tiempo que había invertido allí contigo.—Ha pasado tiempo desde que nos conocimos

—Y aún así se muy poco de ti—Dijiste mientras tomabas un par de libros y el imitaba tu acción para ayudarte.

—¿Qué te gustaría saber?—Preguntó sonriéndote de reojo, en lo que acomodaba los libros al lado de los que tu ibas colocando.

—No me has dicho donde estudias—Dijiste.

—Una escuela privada—Respondió sin más, y te extrañó la forma tajante de su respuesta, casi desviando el tema.

—Ni tampoco me has dicho de tus hobbies—Añadiste.

—Jugar Qui..—Draco estaba por decir Quidditch, pero alcanzó a cortar sus palabras y pensó en el primer deporte Muggle que pudo recordar.—Juego fútbol

—No parece que el fútbol sea tu estilo—Dijiste divertida.

—Oh, ¿Estás diciendo que no estoy en forma?—Draco levantó una ceja haciéndose el ofendido. Se acercó lentamente a ti, acortando el espacio entre ambos.

—No he dicho eso—Excusaste.

—¿Y bien? ¿Qué más quieres saber?—Preguntó y notaste como sus ojos se conectaban directamente con los tuyos.

—¿Tienes novia?—Preguntaste involuntariamente.—Digo, solo para saber—Trataste de explicar. Tu subconsciente te estaba ganando.—Si tienes novia, no creo que le agrade la idea de que vengas tan seguido aquí conmigo o...

De pronto, Draco colocó sus brazos a cada lado de ti, provocando que tu espalda chocara con el estante y quedaras atrapada entre los libros y él.

—No tengo novia—Respondió sonriente.—¿Sabes? Ha pasado un mes y aún no te robo un beso, y eso, es un récord para mí

—¿Qué te detiene?—Preguntaste algo nerviosa por su declaración. A pesar de que el vínculo que sentían Draco y tu no era para nada amistoso, aquella era la primera vez que lo manifestaban en voz alta. Todo el tiempo se dedicaban miradas o toques inocentes, pero ahora, estar atrapada y con sus labios cerca de los tuyos, era realmente más emocionante.—No tengo novio

—Oh t/n, se nota que no nos conocemos lo suficiente, pero el que tengas novio no me detendría—Draco dijo lleno de confianza.

—¿Entonces?—Preguntaste.

—¿Cuestionándome?—La ceja de Draco se levantó más y por un segundo pensaste que se había molestado.

—N-no—Tartamudeaste, pero tu voz fue cortada por los labios de Draco chocando con los tuyos en un beso suave. Draco sintió una chispa, una conexión, algo más explosivo que cualquier hechizo que pudo haber conjurado. Sus manos soltaron el estante y se dirigieron a tus mejillas, tus suaves mejillas que no quería soltar nunca más.

Cuando se separaron por falta de aire, no fue necesario que ninguno de los dos dijera algo. Draco continuó ayudándote con los libros, sosteniendo tu escalera mientras ordenabas los que iban más arriba.

—¿J.K Rowling?—Preguntó Draco tomando los libros de la siguiente caja para entregártelos.—¿Harr..?

—Ugh, deja eso ahí—Bufaste y Draco te miró extrañado, no terminando de leer el título de aquel libro.—Esos libros no se han vendido muy bien, son de fantasía o algo así, pero la autora dió unas declaraciones algo transfóbicas y nadie los ha comprado desde entonces—Comentaste.

—Me imagino—Dijo Draco.

—Ya se acaba mi turno—Comentaste ordenando los últimos libros, algo inquieta por la mirada de Draco desde abajo. Sentías que a cada momento te miraba, y eso causaba que tus mejillas se enrojecieran y tu estómago saltara.

—Me estás echando—Bromeó Draco. 

Riendo, comenzaste a bajar los escalones, y cuando te faltaban cerca de tres, tu pie se enredó,  pero antes de que pudieses caerte, Draco alzó sus brazos para sostener tu cintura y ayudarte a recuperar tu postura.

—¿Qué sería de ti sin mi, t/n?—Preguntó seguro de sí.

—Probablemente podría atender a más clientes si no me la pasara contigo—Bromeaste de regreso.

—O te la pasarías en el suelo por tantas caídas—Dijo Draco. 

Ambos voltearon a ver la Librería, ya vacía y sólo con otros trabajadores ordenando. Ya era momento de irse para ambos.

—Siempre puedes volver mañana—Dijiste sugerente. Draco asintió, y se acercó a ti para besar la comisura de tus labios, robándote un suspiro.

—Nos vemos, t/n—Se despidió.

—Nos vemos Draco—Dijiste de regreso, para alejarte en busca de tus cosas.

Draco te vió mientras te alejabas y sintió como con sólo mirarte se sentía feliz. Pero esa felicidad llegaba hasta que atravesaba el Armario y volvía a Hogwarts. Aquella noche, los Mortífagos tenían que entrar al Castillo, tenía que matar a Dumbledore, tenía que completar su misión, no fallar....

Tenía que irse y quizá no volvería.

Draco tomó un libro, arrancó la última página en blanco y buscó un lápiz.

"No estoy seguro de si podré venir los próximos días. Surgió algo en la escuela y debo viajar. Prometo volver lo antes posible. Trata de no caer de ninguna escalera en mi ausencia. Ni de conseguir novio, si así lo quieres.

-Draco Malfoy"


Draco colocó la nota en la puerta del Armario, sin saber cuándo encontrarías la nota. De lo que sí estaba seguro, era que no volvería en un largo tiempo, pero se mantenía valiente, con la esperanza de volver.


[...]


En efecto, Draco no volvió hasta más del tiempo del que tenía presupuestado. Se sentía más que desgraciado al saber que se había ido sin poder explicarte nada. 

Cuando Voldemort cayó, lo primero que hizo Draco fue buscar el Armario Evanescente. Las probabilidades de que estuviese destruido luego de la Batalla de Hogwarts eran altísimas, pero para su suerte, ahí estaba, algo quemado en las esquinas, pero tenía el presentimiento de que funcionaría.

—Porfavor—Susurró Draco abriendo el armario y entrando en el con más rapidez que nunca. 

Ni siquiera tuvo tiempo de cambiar su ropa o ocultar su varita cuando cayó en la Librería. La luz que antes solía molestarle, ahora era hasta acogedora. Y cuando te vió en la entrada de la Librería atendiendo a algunos clientes, corrió hasta ti.

—t/n—Llamó a tu lado, sonriendo.

Inmediatamente te volteaste y al reconocer su rostro, sin querer demostrarlo, te llenaste de alegría. Después de tanto tiempo habías llegado a pensar que jamás volvería, pero no podías perdonarlo tan fácil.

—Miren lo que trajo el viento—Dijiste con ironía.

—¿Podemos hablar?—Preguntó Draco.

—Lo siento Draco, pero te perdiste de muchas cosas en tu ausencia, ahora tengo más trabajo pero aquí—Dijiste desviando tu mirada. Draco se sintió desesperado, no podía perderte.

—Porfavor—Suplicó, y la mirada de arrepentimiento en su rostro ablandó tu rencor.

—Cinco minutos—Advertiste. Le hiciste la seña de que te siguiera y juntos fueron hasta la bodega de libros para hablar en privado.

—¿Y bien?—Preguntaste cruzándote de hombros.

—Te ves igual de bella que el día en que me fui—Dijo Draco suspirando.

—¿Entonces eso es lo que haces?—Preguntaste indignada.—Besas a la chica, y una vez que obtienes lo que quieres, te vas—Dijiste molesta.—¿Sabes Draco? Tengo muchas cosas que hacer y...

Y nuevamente Draco te estaba besando, pero con mucha más intensidad que la primera vez. Era un beso desesperado, un beso que gritaba todas las ganas que había tenido de volver y el gozo de poder estar allí de nuevo contigo.

—Lamento haber tardado—Dijo Draco separándose de ti.—Pero volví para quedarme

Lo miraste extrañada, recuperando tu respiración pero sintiéndote en las nubes luego del beso.

—Creo que tienes muchas cosas que explicar—Declaraste.—Partiendo por ese tatuaje—Dijiste apuntando aquella calavera en su brazo que jamás habías tenido la oportunidad de ver.—¿Y que clase de escuela te tiene viajando tanto tiempo? ¿Y por qué te ves como si vinieras de la guerra? Lleno de tierra

—De hecho, estábamos en guerra—Dijo Draco si más.

—¿Ah?—Soltaste confundida.

—Soy mago—Confesó tranquilamente. Sin Voldemort, Draco se sentía seguro de relacionarse con una muggle. No había peligro, ya no más, y aunque le costara toda su magia, estaba dispuesto a quedarse.—Y de otra realidad—Agregó y tu mirada confusa le hizo entender que sería más difícil explicarte de lo que pensó.—Definitivamente hay mucho que explicar
¿Tienes tiempo?

—Todo el que necesites, Malfoy


-ESTOY DE REGRESOOOO lamento la ausencia, pero ya tengo cerca de 5 one shots más para publicar pronto ¿cómo están? ¿cómo les trata la vida, la pandemia, la escuela? <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro