
38 » ALL GOOD GIRLS GO TO HELL
'She'll want the devil on her team'
ALL GOOD GIRLS GO TO HELL | BILLIE EILISH
CONTEXTUALIZACIÓN: Chica Slytherin. Donde Draco y tú hacen una apuesta para ver quien aguanta más tiempo sin tocar al otro.
ADVERTENCIA: semi smut (? ya lo he dicho pero como escritora responsable lo digo de nuevo: NO ROMANTICEN LOS CELOS
PEDIDO POR: @franxclow hola! de tardé en escribirlo lo sientoo pero aquí tienes!
Draco y tú eran una pareja común y corriente, si es que se le podía llamar así a una relación donde los celos abundaban. Draco no soportaba verte con otros chicos, pero era algo que intentaban manejar de a poco. Sin embargo, no podías negar que había algo atractivo en la manera que Draco apretaba su mandíbula y fruncía su ceño cuando te veía hablar con algún amigo, o la manera territorial que tenía de besarte para dejar en claro que eras su chica.
Por esa misma razón, a veces te gustaba jugar un poco con sus límites. Aquella mañana decidiste utilizar una falda más corta de lo normal. Tenías en claro que apenas pusieras un pie en la Sala Común, Draco estaría tenso viéndote. Saliste de la habitación de chicas, y al toparte con la sala de colores verdes y negros, Draco te esperaba en la entrada para que se dirigieran al Gran Salón juntos. Apenas te vió, su expresión cambió totalmente. Normalmente te recibiría una amplia sonrisa, pero ahora te examinaba con una mirada oscura y expectante.
—¿A dónde crees que vas vestida así?—Dijo mientras te acercabas a él. Draco llevó sus manos a los bolsillos de sus pantalones y apoyó su cabeza en el muro que tenía atrás.
—Mmm ¿A desayunar?—Respondiste con falsa inocencia. Apenas llegaste a su lado, Draco posó su mano en tu cintura deteniendo tu paso.
—Esa falda está jodidamente corta—Espetó.
—No veo cuál es el problema—Dijiste quitándole importancia en el asunto.
—Todos te van a mirar—Respondió sin más. Se veía tenso y su agarre en tu cuerpo era tan firme que te hacía temblar.
—Eso no es mi culpa—Respondiste.
—Más de alguno va a querer sobrepasarse contigo—Draco despegó su cuerpo de la pared acercándose a ti, su aliento chocando con el tuyo causándote escalofríos. Quizá quería intimidarte un poco, pero estabas convencida que saldrías vestida así y tendría que aguantarse.
—Para eso tengo una varita para defenderme o un novio que lo haga ¿No?—Desafiaste. Draco soltó una risa, tenías razón y no podía negarlo.— Yo creo que aquí el problema es otro
—¿Si?—Preguntó sin darse por aludido.—¿Cuál según tú?
—Estás asustado—Dijiste mirándolo fijamente a los ojos. El levantó una ceja.—No crees que poder soportar verme con esta falda y no tocarme ¿No es así?
—Puedo controlarme perfectamente—Aseguró dando un paso atrás alejándose de ti.
—Si tú lo dices—Tu mirada era irónica.—Apostemos
Draco levantó sus cejas sorprendido ante tu propuesta
—¿A qué estás jugando t/n?—Preguntó cruzándose de brazos.
—Dame todo el día y te demostraré que no puedes aguantar—Aseguraste.—Si gano, me darás ese suéter verde que tienes que tanto me gusta y harás mis deberes por una semana
—Te estás aprovechando—Se quejó. Y es que Draco era una persona de piel. Le gustaba estar todo el día encima tuyo, aunque fuese solo teniendo sus manos entrelazadas, y con esa falda sabías que estaba ansioso.
—Escoge tu premio—Ofreciste.
—Bien, veamos. Si yo gano...—Se tomó unos segundos para pensar—Dormirás en mi cuarto por una semana
Desde que estaban juntos, Draco siempre insistía en que durmieran juntos en su habitación de prefecto, pero siempre te aterró ser descubiertos y terminabas escabulléndote a tu cuarto en mitad de la madrugada, así que entendías su aprovechamiento de la situación para finalmente dormir contigo
—¿Dormiré?—Preguntaste dudosa.
—Sabes perfectamente que no te quiero ahí precisamente para dormir—Dijo tranquilo.
—Bien, trato hecho—Dijiste. Entendiste tu mano hacia él para sellar su trato con un apretón de manos. Desde ahí, no besos, ni abrazos, no caricias en todo el día.— Nos vemos en clases
Draco te vió dejar la Sala Común y aprovechó de deleitarse con la vista trasera de tu cuerpo.
¿Qué tan difícil podía ser estar lejos tuyo? Pensó.
[...]
Definitivamente era jodidamente difícil estar lejos tuyo. Apenas era medio día y Draco ya estaba tenso cada vez que te veía pasar. Había tenido que contenerse más de una vez de acercarse a ti, pero cada vez que pensaba en su recompensa si ganaba, volvía a controlarse.
Después del almuerzo, en clase de Pociones, decidiste que era momento de subirle un poco la dificultad a la apuesta.
—Ya saben que hacer, los ingredientes están en los estantes—Avisó Slughorn. Todos se dirigieron a distintas esquinas del salón en busca de los materiales. Draco te miraba desde una esquina, a la que decidiste ir.
Actuando como si no supieses que estaba ahí, tomaste un banquillo para alzarte a alcanzar los ingredientes de más arriba. Podías hacerlo perfectamente con magia, pero eso no te permitiría lograr tu cometido. Una vez arriba, te empinaste un poco, sabiendo que el único que estaba detrás tuyo era Draco. Sentiste como tu falda de arrugaba un poco en tu cintura y tus muslos quedaban un poco más expuestos.
Satisfecha, escuchaste como Draco soltó una tos detrás tuyo en forma de queja.
—t/n...—Advirtió. Te volteaste. Draco tenía sus brazos cruzados y te miraba con el celo fruncido.
—¿Si amor?—Preguntaste. Soltando una risa, bajaste del banquillo con tus ingredientes en la mano. Te acercaste a él tan solo un metro.—¿Todo bien? ¿O ya te quieres rendir?
—Ya quisieras que me rindiera.
—Yo no soy quien está desesperado—Dijiste. Draco rió.
—No eres la única que puede poner esto difícil—Aseguró.
Dicho esto, Draco se alejó de ti dejándote confundida. Pensando que ya estabas a punto de ganar, te dedicaste a seguir las instrucciones de Slughorn mientras preparabas tu poción, perdiendo de vista a tu novio. Sin embargo, al cabo de unos minutos, reapareció en tu vista provocando que te atascaras con tu propia respiración.
Draco se había quitado su túnica negra, quedando sólo con su camisa, la cual tenía el primer botón desabrochado, y sus mangas estaban dobladas hasta sus codos, dándote una buena vista de sus brazos más fortalecidos gracias al Quidditch.
Maldito.
Caminó cerca tuyo, con una sonrisa que demostraba que estaba jactándose de haberte quitado el aliento con algo tan simple.
—Lo siento, estos calderos están soltando mucho humo y me dió calor—Dijo con falsa inocencia. Tu seguías de pie mirándolo, se veía simplemente perfecto y te preguntabas como era posible que Draco fuese tan atractivo sin siquiera intentarlo.—¿Qué pasa pétalo? ¿Ya te quieres rendir?
La imitación de tus palabras te hizo recordar tu primer propósito; ganar la apuesta. Sacudiste tu cabeza y volviste a ti. No te iba a ganar, costase lo que costase.
—Para nada—Respondiste volviendo tu vista a la poción.—Sólo estoy pensando en lo bien que me voy a ver con tu sweáter cuando gane
—¿Si? Qué casualidad—Dijo divertido.—Yo estaba pensando en lo bien que la vas a pasar una semana en mi cuarto
Rodaste tus ojos.
Draco Malfoy iba a perder.
[...]
El día siguió avanzando. Antes de la cena, Draco tenía una práctica de Quidditch con el equipo, y sabías que era una gran oportunidad para intentar ganar.
Para no tentarte a ti misma, no fuiste directo al campo de Quidditch, pues ver a Draco con el uniforme, jugando concentrado, era una de tus imágenes favoritas a la que no podrías resistirte. De esa forma, esperaste a que todo el resto del equipo se fuese, para entrar a los camerinos. Draco tenía la costumbre de darse un ducha cuando ya todos se iban para disfrutar un tiempo de privacidad.
Al entrar, Draco estaba sentado desabrochando su bota izquierda. Entraste silenciosamente hasta quedar frente a él.
—¿Habrá algún problema si tomo una ducha aquí?—Preguntaste con tus manos cruzadas detrás de tu espalda y mirando hacia tu alrededor.
Draco se sobresaltó al oír tu voz.
—Hazlo—Respondió sin mirarte.
—Supongo que no tendrás problema si me preparo aquí—Dijiste.
—Nada que no haya visto antes—Respondió tranquilo aún sin mirarte. Te frustraba que el plan no estuviese funcionando, parecía demasiado tranquilo e indiferente.
—Bien
—Como supongo que tu no tendrás problema si hago lo mismo ¿No?—Draco se puso de pie, dando un paso para quedar a centímetros tuyos pero sin tocarte. Nuevamente tenía esa mirada oscura que te causaba escalofríos. La idea de que Draco comenzase a quitarse la ropa no era algo que hubieses previsto.
Lentamente Draco llevó sus dedos a su túnica de Quidditch, quitándola. Tragaste saliva con dificultad. Quedaba una prenda en su torso. Su camisa. En el momento que estaba por quitársela, perdiste tu valor y te volteaste. No podías ceder, no podías perder.
—Nos vemos en la cena—Dijiste antes de salir de allí, escuchando como Draco reía levemente.
Aún te quedaba un truco bajo la manga.
Caminaste hasta el Castillo lo suficientemente lento para llegar a la hora de la cena. Una vez que llegaste, no te dirigiste a la Mesa de Slytherin. En vez de eso, decidiste ir hasta la mesa de Gryffindor en busca de alguien que te ayudase.
Tenías varias opciones. Seamus, Fran, Neville, Ron, Harry....
Harry Potter.
¿Qué podría provocar más a Draco que verte con su enemigo?
Harry por suerte era buen amigo tuyo y sabías que te ayudaría. Te acercaste a él, interrumpiendo su conversación con Ron y Hermione.
—Se los robaré un momento—Avisaste mientras tomabas a Harry del hombro alejándolo de sus amigos. Te miraba confundido. Quedaron frente a uno de los ventanales del Gran Comedor, y tu mirada estaba fija en la entrada para estar atenta a cuando llegara Draco.
—¿Qué pasa?—Preguntó Harry desconcertado.
—Necesito que me ayudes a sacarle celos a Draco—Pediste. Harry abrió sus ojos como platos.
—¿Tengo cara de querer morir hoy?—Preguntó indignado. Sabías que lo metías en problemas con Draco al pedirle aquello, pero tenías todo bajo control.
—Porfavor, nada serio, es una pequeñez—Rogaste.
—t/n....—Harry parecía totalmente negativo a la idea.
—Te ayudaré con Ginny las veces que quieras—Propusiste.
—Trato—Respondió sin más. Suspiraste aliviada. Justo en ese instante, Draco entró al Gran Comedor buscándote con la mirada.
—Sólo sonríe y no dejes de mirarme—Avisaste a Harry, con el que empezaron a fingir una animada conversación, en la que no dejabas de sonreírle y batir tus pestañas. A lo lejos, Draco ya te había encontrado y los observaba completamente serio.
—Hagamos como que nos estamos despidiendo—Ordenaste a Harry, quien inmediatamente se acercó para dejar un beso en tu mejilla, pero lo detuviste.—Pon tu mano en mi cintura
—¿Segura?—Preguntó asustado.
—Completamente—Finalmente, Harry besó tu mejilla para luego alejarse de ti. Fingiendo que nada había pasado, caminaste hacia la Mesa de Slytherin, pero antes de que pudieses sentarte, Draco había tomado de tu brazo dirigiéndolos fuera del lugar.
—Nos vamos—Avisó con voz dura.
—Oh cuidado, estás perdiendo—Respondiste apuntando su mano que tomaba su brazo.
—Me importa una mierda la apuesta—Aseguró. Inmediatamente sonreíste. Draco te llevó a pasos agigantados a su habitación. Fue un camino silencioso, donde lo veías presionar tanto su mandíbula que te asustaba su dentadura, estaba enojado, celoso.
—Entra—Ordenó. Tranquilamente entraste a su oscura habitación, que estaba decorada al más puro estilo de un Malfoy; cuero, seda, colores oscuros y artículos lujosos.
—¿Por tan molesto Draco?—Preguntaste inadvertida mientras te sentabas en la orilla de su cama.
—Sabes perfectamente lo que hiciste, no te hagas la inocente—Draco rápidamente se colocó sobre ti a horcajadas, provocando que tu espalda cayese apoyada en el colchón.—Todo el jodido día buscando provocarme—Gruñó mientras tomaba tus manos y las colocaba cruzadas sobre tu cabeza.—Jugando a ponerme celoso con San Potter—Su mirada te estaba prácticamente comiendo. Estaba desesperado, tu igual, pero la ganadora eras tú, pues él te había tocado primero. Estaba a punto de llevar sus labios a los tuyos pero colocaste un dedo entre medio.
—Primero, admite que has perdido—Advertiste.
—No—Respondió seguro, pero tu seguías cubriendo tu boca y dificultando su acceso.
—Hazlo—Pediste nuevamente. Draco parecía frustrado, pero negó con la cabeza.—Entonces no obtendrás nada—Dijiste sonriendo mientras mordías levemente tu labio inferior.
—Bien, he perdido—Admitió. Ferozmente, Draco besó tu boca. Ambos soltaron un leve gemido producto del alivio, los dos habían estado anhelando aquello todo el día. El rubio bajó sus labios a tu cuello para esta vez dejar besos y mordidas allí.—Ahora, ¿Qué crees que mereces después de lo que hiciste?
—Uhm ¿Tu suéter?—Hablaste entre jadeos.
—t/n...—Advirtió. No era buena idea jugar con la paciencia de Draco.
—¿Un castigo?—Preguntaste.
—Precisamente—Respondió satisfecho con tu respuesta. Draco llevó su mano a su bolsillo, sacando su varita y apuntando hacia la puerta.—Muffliato
Bueno, quizás en el fondo ambos habían ganado algo con la apuesta.
-les confieso que cada vez que escribo cosas 1 poco subidas de tono me da miedo que mis amigas lo vean JAJSJA , CONTINÚEN, SUBÍ DOS ONE SHOTS HOY
*El encantamiento muffliato (Muffliato) es un usado para crear un zumbido no identificable en los oídos de cualquier persona en las cercanías del ejecutor del encatamiento, para permitir conversar sin ser escuchado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro