26 » HOME
'You will never feel like you're alone
I'll make this feel like home'
HOME | ONE DIRECTION
CONTEXTUALIZACIÓN: Draco y tu tienen 25, son un matrimonio joven y estás asustada de un posible embarazo.
idea por: fifimiamor muchas gracias!!!!
Estabas en la sala, sentada en el sofá, cuando las chimenea empezó a arder en llamas que te dejaban a entender que Draco había llegado. Se apareció finalmente, saliendo de la estructura de ladrillo negro, con una amplia sonrisa en su rostro.
—Me dieron el puesto—Soltó mirándote.
—¿Hablas en serio?—Preguntaste en busca de confirmación. Él asintió y tú no tardaste en ponerte de pie y lanzarte a sus brazos.—¡Draco!—Exclamaste contra su cuello— ¡Estoy muy orgullosa de ti!
—Estoy muy contento, realmente nunca me imaginé trabajando en el Ministerio de Magia—Admitió. Viste como sus ojos se iluminaban y no podías estar más feliz de verlo a él contento. Había decidido postular a un cargo muy importante en el Departamento contra el Uso Indebido de la Magia y llevaba semanas esperando la confirmación.
—Bueno, nunca te imaginaste trabajando en nada en realidad....—Bromeaste, aunque en parte era cierto.
Draco y tú llevaban un poco más de un año casados, y desde entonces, la única que trabajaba eras tú, como editora del periódico El Profeta. Draco había insistido centenares de veces en que no era necesario, pues con la fortuna Malfoy, podían sobrevivir de sobra ustedes y al menos cuatro generaciones más. Sin embargo, nunca se opuso de forma seria, porque amaba oírte hablar de lo mucho que te gustaba tu trabajo. De cierta forma, él estuvo buscando lo mismo por bastante tiempo y por fin lo había logrado.
—Hey,de todas formas no lo necesitamos—Dijo arrugando su nariz divertido.— Pero me gusta, es una gran oportunidad.
—Me alegro mucho por ti—Le aseguraste, juntando tu frente con la suya. Ambos sonrieron por lo bajo
—Al menos ahora no tendré que estar solo en casa mientras vas al trabajo—Admitió. Quizá esa era una de las tantas razones por las que Draco quería un trabajo. Se aburría esperándote que llegaras cada día.
—Así es—Respondiste hasta que una idea llegó a tu mente—¡Oh! ¡Debemos celebrar esto!—Dijiste separandote de sus brazos. Draco levantó una ceja, parecía no entender a que t referías.—Iré por algo para hacer un brindis.
Caminaste hasta la cocina, específicamente a la lujosa vitrina de vinos que Draco coleccionaba y atesoraba. Tomaste una botella y dos copas para dirigirte de regreso al salón. En eso, sentiste como todo alrededor daba vueltas y perdías un poco el equilibrio de tu cuerpo.
—¿Está todo bien amor?—Preguntó Draco preocupado una vez que se acercó a ti. Te quitó la botella y copa de las manos procurando que estuvieses bien.— Te ves pálida.
—Si, creo que sólo me mareé—Aseguraste mientras tomabas una bocanada de aire para relajarte. —Creo que yo brindaré con agua
—¿Segura que te sientes bien?—Insistió.
—Segura—Le respondiste tranquila.
[...]
Habían pasado dos días desde que Draco había recibido el empleo. Empezaría a trabajar la semana siguiente y en ese momento se estaba probando sus mejores trajes para presentarse en tu primer día.
—¿Cómo luzco?—Preguntó saliendo del vestidor de su habitación matrimonial.—¿Será demasiado para mi primer día?
Draco tenía una figura que aún con los años te dejaba perpleja. No era más el niño pálido y delgado de Hogwarts. Su espalda estaba mucho más ancha, su metro y casi noventa centímetros de altura lo hacían lucir aún mejor. Ahora dejaba sus cabellos rubios un poco más desordenados, su mandíbula estaba más marcada y de vez en cuando se dejaba un poco de barba.
Viste como llevaba un traje gris oscuro con líneas muy delicadas. Para tus adentros agradeciste haberte casado con ese hombre
—Realmente atractivo—Dijiste mientras que le sonreías con picardía. Te acercaste a él y ajustaste su corbata en el cuello de su camisa.—Espero no te coloquen una secretaria que quiera coquetearte.
—No tienes que preocuparte por eso, sabes que sólo tengo ojos para ti—Dijo mientras te sonreía. Draco estaba acercando su boca a tus labios para besarte, cuando un impulso de tu estómago te hizo apartarlo.
—Espera...—Murmuraste. Rápidamente, corriste hasta el baño que había seguido del vestidor, cerrando la puerta detrás de ti. Sin ser consciente de lo que hacías, te habías inclinado en el inodoro, expulsando todo lo que habías desayunado.
—¿_____?—Oíste que preguntó Draco detrás de la puerta.
—No entres—Sentenciaste, y en ese momento soltaste otra arcada. Sabías que Draco no te haría caso. La puerta se abrió, lucía preocupado. Se colocó de rodillas a tu lado, recogiendo tu cabello y frotando tu espalda
—Vamos, respira profundo—Dijo cuando terminaste de expulsar todo. No entendías como Draco podía ser tan atento.
Tiraste del inodoro para que el agua se llevara todo. Murmuraste un "gracias" hacía tu esposo y te pusiste de pie para lavarte los dientes
—Seguro fue esa sopa que intenté hacer ayer, definitivamente la cocina no es lo mío—Respondiste mientras colocabas dentífrico en tu cepillo.
—Amor, yo comí dos platos y estoy de maravilla—Respondió mientras se colocaba detrás de ti y te veía por el reflejo del espejo.—¿Deberíamos llamar a un doctor?
—¡No!—Exclamaste.—Estoy bien, en serio
—Te tendré vigilada, si empeoras llamaré uno quieras o no—Sentenció Draco. Él se preocupaba mucho por ti, a veces de sobremanera, pero lo entendías y agradecías mucho.
—Vale—Respondiste resignada.
[...]
Draco había cumplido dos semanas en el Ministerio de Magia y cada día llegaba más contento que el anterior. Habían decidido ir a cenar a un lujoso restaurante para celebrar su éxito.
—¡Es fantástico! Realmente valoran mi trabajo—Dijo mientras recibía el menú de las manos del mesero.—Es muy gratificante
—Me pone muy feliz que estés a gusto—Respondiste feliz.
—¿Cómo estuvo tu tarde?—Preguntó Draco.
—No mucho, lo mismo de siempre—Respondiste sin importancia. No querías contarle que tus náuseas seguían en pie o que te la habías pasado llorando sin razón—¿Qué ordenarás tu?
—Quizá el pescado—Respondió mientras miraba serio el menú.
—Si suena bien, aunque la pasta también interesa—Dijiste tentada.— ¿Será mucho si pido ambas?
Draco te miró confundido por unos segundos, pero tu lucías bastante segura de pedir dos platos.
—Como tu quieras amor, pero nunca sueles comer mucho...—Inquirió.
—¿Ya decidieron que ordenarán?—Preguntó el mesero una vez que regresó a la mesa.
—Dos pescados y una pasta—Le indicó Draco, devolviéndole los dos libros de menús.
—Uh, también un suflé de papa—Pediste emocionada. Draco volvió a mirarte perplejo.
—¿Estás segura?—Preguntó para asegurarse de lo que estabas diciendo
—Si ¿Por?—Preguntaste de regreso.
—Odias el suflé de papa—Te recordó totalmente confundido.
—Quizá sólo quiero darle otra oportunidad—Dijiste encogiéndote de hombros. Realmente tampoco tenías una explicación de por qué querías comer algo que solías odiar, pero algo en tu interior te exigía que lo hicieras.
[...]
—¿Náuseas de nuevo?—Preguntó Draco. Colocó la palma de su mano en tu frente para revisar tu temperatura.
—Creo que dormí mal y anoche cenamos muy tarde, debe ser eso—Dijiste quitándole importancia y dando un paso atrás para librarte de su mano.
—Insisto en que deberías ver un doctor—Dijo serio.
—Exageras, ahora ve, llegarás tarde—Respondiste entregándole su maletín y empujándolo hacia la chimenea. Tomaste un puñado de polvos flu y se los diste.
—Está bien, te amo—Dijo besando tu frente.
—Yo también—Respondiste sonriendo.
Una vez que Draco desapareció, soltaste un suspiro. Estabas realmente preocupada. Te habías pasado la noche en vela pensando en aquella posibilidad. Tus náuseas, antojos, vómitos y los cambios de humor que te habías esforzado en ocultarte a Draco. Calculaste los días, definitivamente tenías un retraso.
Te dirigiste al fuego de la chimenea. Era un medio poco común de llamar, pero sabías que Pansy, la única que podría pensar con la cabeza fría en ese momento, no tenía un teléfono muggle. Conjuraste el hechizo y ella no tardó en contesta.
—¿Pansy? Necesito que vengas—Rogaste nerviosa.—Creo que estoy embarazada.
Una media hora más tarde, Pansy llegó echando humo por las orejas, metafóricamente hablado. Estaba exaltada, y sólo aumentaba tus nervios, pero agradecías el hecho que de te fuese a ayudar.
—¡¿Es que acaso Malfoy no sabe ponerse un maldito condón?!—Exclamó mientras buscaba algo entre su bolso.
—¿Qué opciones tengo?—Preguntaste asustada.
—Método muggle o poción reveladora—Respondió. Frente a ti, tenía el típico test de embarazo y al lado, un pequeño frasco con una poción mágica casi transparente. Ya conocías el funcionamiento de ambas. Dos rayitas en el primer test, sería positivo, y si la poción se tornaba verde, sería positivo.
—Usaré ambas—Aseguraste. Seguido de esto, te dirigiste al baño y orinaste sobre ambas. Luego, dejaste las muestras encima del lavabo, y te volteaste con tal de no ver. Pansy llegó y te ayudó a tomar el tiempo, debían esperan cinco minutos.
—¿Cómo te sientes?—Preguntó colocando su mano en tu hombro para reconfontarte.
—Siento que voy a desmayarme—Dijiste sin más.
—Tranquila, lo peor que puede pasar es que tengas trillizos o algo así—Dijo Pansy tranquila
—Gracias por tu apoyo—Respondiste irónica.
Para ese momento, los cinco minutos habían pasado y era momento de voltearse a ver el resultado.
—¿Lista?—Preguntó Pansy mirándote preocupada. Tu simplemente asentiste y ambas giraron al mismo tiempo.
—Por la barba de Merlín—Susurraste al toparte con las dos líneas rojas y el líquido verde.
[...]
Habían pasado varias horas donde solo te dedicaste a llorar y sobrepensar las cosas. Pansy no te dejó sola hasta que quedó poco para que Draco llegara. Estabas asustada. Ni siquiera fuiste capaz de esperarlo en el salón y fuiste a esperarlo a la cocina.
—¡Ya estoy en casa!—Exclamó una vez que se apareció.—¿Amor?—Preguntó al no encontrarte a primera vista.— ¿Dónde estás?
—¡En la cocina!—Respondiste. Tus nervios aumentaron cuando lo viste caminar hacia ti. Animado, dejó un beso en tus labios y rogabas porque no te sintiera temblar.
—¿Cómo estás?—Preguntó mientras se quitaba la corbata y la dejaba encima de un mueble.
—De maravilla—Mentiste nerviosa.—Y tú?
—Muy cansado—Respondió soltando un suspiro.
—Me imagino—Dijiste con un hilo de voz. No podías creer que ya lo tenías en frente para decirle la noticia, pero te daba miedo.
—¿Está todo bien?—Preguntó al verte esquiva. Se acercó más a ti abrazándote. Draco dejó caricias en tu espalda esperando que te atrevieses a hablarle.—Te ves angustiada.
—Y-yo Tengo algo que decirte....—Admitiste.
—¿Qué pasa?—Preguntó aún más preocupado.
—Ten—Dijiste. Detrás de ti tenías algo escondido. Se lo entregaste sin poder levantar la vista. Era una pequeña varita de madera, una versión en miniatura de la suya
—¿Qué tiene que ver esto con lo que quieres decirme?—Preguntó mirando la varita mientras la agitaba. Sonrió pensando que le parecía algo sin sentido. Sin embargo, te miró, con tus manos apoyadas sobre tu vientre y apunto de llorar.—Oh, espera tu...
—Estoy embarazada—ijiste por fin.—Me enteré hoy—Añadiste. Draco te miraba perplejo sin hacer ninguna expresión.—Lo siento, sé que no es el mejor momento. T.-tu acabas de empezar a trabajar en el Ministerio...pero te juro que no sé como pasó, lo que menos quiero es arruinar las cosas ahora...
Draco interrumpió tus palabras tomando tus mejillas y besandote. Ni siquiera habías tenido tiempo de tomar aire, pero sentir el calor de sus labios sobre los tuyos era reconfortante frente al miedo que habías sentido todo el día.
—¿Qué crees que has arruinado?—Preguntó sonriéndote.—¡Amor esto es asombroso! ¡No tienes idea de lo feliz que me haces—Dijo aún más contento y llenando tu rostro de pequeños y cortos besos.—¡Seré padre!
—¿No estás molesto?—Preguntaste insegura.
—En lo absoluto—Respondió abrazándote.
—Me imaginé lo peor—Comenzaste a decir. Tenías que soltar todo lo que llevabas guardándote—Es decir, somos jóvenes, apenas llevamos un año de casados, con trabajos estables me asusta la idea.— Sin juzgarte, llegué a visualizarme sola en esto.
—Hey, no vuelvas a pensar eso. No dejaré que vuelvas a sentirte sola—Te susurró. Draco colocó su mano en tu cabello acariciándolo.—Estaré aqui lo prometo.— Draco se agachó un poco para que su rostro quedará a la altura de tu vientre.—Haré que te sientas como en casa sin importar qué pase.
—Gracias, te amo—Susurraste.
—Yo te amo más—Respondió sonriente.— Dios, ¡Tengo que contarle a los chicos! ¡Theo y Blaise serán los padrinos!
—La que llevará el bebé nueve meses soy yo, yo escogeré los padrinos—Dijiste divertida.—Definitivamente no serán ellos.
—¿Por qué no?—Se quejó haciendo un puchero.
—Tengo un mal presentimiento de ello—Respondiste riendo.
ok entendiero la referencia del último dialogo? JAJSJA bueno en el One Shot anterior pidieron Draco padre así que tendrán varios de ese estilo<3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro