21 » SOMEBODY TO YOU
'Cause all I wanna be, yeah all I ever wanna be, yeah, yeah, Is somebody to you'
SOMEBODY TO YOU | THE VAMPS
CONTEXTUALIZACIÓN: Séptimo año de Hogwarts, Draco necesita aprender a hacer un patronus y tú pasar pociones con una buena calificación, así que deciden ayudarse y en el camino, empiezas a conocer a un Draco distinto.
NOTA DE LA AUTORA: E.X.T.A.S.I.S Exámenes Terribles de Alta Sabiduría e Invocaciones Secretas
PEDIDO POR: les cuento que me confundí JAJSJ tenía un pedido totalmente distinto y no sé que pasó por mi cabeza, así que, regalo para todas
Luego de seguirlo a pasos agigantados por todo el Castillo, finalmente lo encontraste sólo para poder charlar.
—¡Malfoy!—Gritaste captando su atención. Su rostro al verte era más bien de disgusto, como si lo hubieses interrumpido.
—¿Ah? —Preguntó mirándote desde los pies a la cabeza en una especie de análisis. Él y tu no habían hablando mucho durante sus siete años de Hogwarts. Eran del mismo año pero de diferentes casas, y esperabas que eso fuese suficiente para que te reconociera—¿Qué quieres?
—Primero ¿Podrías dejar de ser tan grosero?—Te quejaste un vez que llegaste frente a él.— Segundo, necesito hablar contigo.
—Ve al grano y no me hagas perder mi tiempo—Dijo serio mientras cruzaba sus brazos frente a su pecho. Tragaste con dificultad al verlo. Se veía realmente esquivo, pero también te atraía mucho y te sentías algo intimidada.
—Quiero que hagamos un trato—Soltaste.
—¿De qué estás hablando?—Draco levantó una ceja.
—No te hagas, sabes a qué me refiero—Aclaraste.— Tú necesitas aprender a hacer un Patronus para pasar tu Éxtasis y yo estoy reprobando Pociones por culpa de Slughorn.
—No creo que sea culpa de Slughorn que no sepas unir dos neuronas para hacer una maldita poción—Respondió arrogante.
—Eres imposible—Bufaste. Quizá había sido una mala idea ir en busca de su ayuda. Quizá era cierto y Draco Malfoy no habría cambiado lo suficiente después de la Guerra como para aceptar ayudarte. Frustrada te giraste para irte de allí, pero su brazo te detuvo.
—Espera—Dijo atrayéndote hacia él y evitar que te fueras. Bajó el tono de su voz como si no quisiera que alguien lo escuchara.— ¿Cómo sabes que no se conjurar un patronus?.
—Tengo mis trucos—Dijiste orgullosa de que habías logrado generar una inquietud en él.
—Habla—Exigió. Rodaste los ojos. Estaba desesperado.
—Te vi intentarlo en el campo de Quidditch el otro día—Respondiste. Draco parecía haberse golpeado mentalmente.— Entonces ¿Qué dices? Yo te ayudo con el patronus, y tu a mi con pociones—Miraste a Draco de la manera más desafiante que pudiste.—¿Tenemos un trato?
[...]
Había pasado una semana desde entonces. Draco había aceptado a regañadientes, pero ahí lo tenías, al lado tuyo, ayudándote a sujetar unas hojas de ortiga. Estaban en un salón antiguo de Hogwarts donde pocos acudían.
—No tan rápido—Dijo tomando tu mano antes de que las solteras en el caldero. Draco estaba detrás tuyo, bastante cerca para tu sentir su respiración en tu cabeza.— Si las dejas caer así, la poción no tardará en rebalsarse por la espuma—Aclaró.— Así, mira..—Draco tomó tu mano y te indicó el movimiento. Te sumiste en tu tacto, dejando que te guiara.
—Vale, comprendo—Dijiste.
—Además, levanta más tu cabeza—Draco tomó tu mentón con su dedo índice y empujó tu cabeza más arriba. Temblaste ante ello—El olor te podría marear.
Miraste a Draco quien te miraba con aquella sonrisa arrogante. Te quería molestar.
—Imbécil—Susurraste. Terminaste de colocar las hojas de ortiga. Debían esperar a que la poción reposara un poco antes de seguir.—Bien, es mi turno.
—No te entusiasmes ____, tu tarea es más que imposible—Aseguró el rubio. Viste como se alejaba y se apoyaba en otro mesón cercano y comenzaba a jugar con su varita moviéndola y girándola entre sus dedos.
—Me subestimas—Afirmaste.
—¿Cómo aprendiste?—Preguntó mientras te miraba algo extrañado.—Ningún Profesor se dió el tiempo de enseñarnos bien.
Era cierto. Con el complejo historial de Profesores de Defensa contra las Artes Oscuras, era difícil que todos los alumnos tuviesen el conocimiento completo. Pero los ÉXTASIS estaban cerca y no iban a esperar por ello.
—Harry nos enseño en quinto año a quienes éramos parte del Ejército de Dumbledore—Le respondiste.— Cuando nos reuníamos en la Sala de Menesteres.
—Siempre supe que algo tramaban—Dijo soltando una risa.
—Bien, ahora, necesito que te hagas un listado en tu mente de momentos felices—Le avisaste animada.Draco soltó un quejido y cerró sus ojos.
—Como digas—Aceptó.
—¿Listo?
—Listo—Respondió.
—Empecemos con el primero—Le alentaste.
Así fue como pasaron el resto de la siguiente hora intentando el hechizo, pero nada parecía resultar. Draco trató con los recuerdos de sus cumpleaños o navidades cuando solía recibir los mejores juguetes del mundo mágico. También trató con momentos divertidos que vivió con Crabbe y Goyle, que incluían sus bromas a Potter. Incluso, partidos de Quidditch que Slytherin había ganado, pero nada era suficiente, pues no salía ni un destello de la vartia de Draco luego de decir Expecto Patronum con todas sus fuerzas.
—Es imposible, te lo dije—Dijo frustrado dejándose caer en una silla.
—¿Sabes? Yo creo que estás muy tenso y enojado siempre—Cuestionaste.—Necesitas relajarte.
—Tonterías—Se quejó. Tu te acercaste a él, tomándolo del brazo para que se levantara y arrastrarlo fuera del salón.— ¿A dónde me llevas?
—Tu y yo vamos a divertirnos un rato para que despejes tu mente y puedas conjurar ese patronus—Le dijiste animada.
Draco te miró incrédulo pero no parecía tan negado a la idea.
—Estás loca.
—¿Una carrera hasta los jardines?—Dijiste riendo. Una vez que empezaste a correr, Draco no tardó en seguirte.
[...]
Un mes después, a tan solo semanas del exámen final, Draco y tu estaban pasándola realmente bien. Jamás pensaste que el arrogante y temido Príncipe de las Serpientes tendría su lado agradable, y más aún, que estaría jugando a las escondidas contigo entre los salones abandonados.
—¡Te encontré!—Dijo tocando rápidamente tu cintura para avisarte que había descubierto tu escondite. Diste un pequeño salto y chillido ante ello.
—¡No es justo! —Te quejaste.—Estoy segura de que me miraste cuando estabas contando.
Draco rió ante tus palabras y te sonrió, según tu, feliz, y no arrogante, por primera vez en mucho tiempo.
—____ no es que quiera juzgar tus métodos de enseñanza pero no entiendo como jugar a las escondidas en el castillo me hará conjurar un patronus —Dijo mientras te miraba divertido.
—Confías en mi?—Preguntaste.
—Supongo—Respondió.
—Es suficiente para mi—Le dijiste regalándole otra sonrisa.—Tengo una idea nueva.
—¿Qué propones ahora?—Preguntó. Nuevamente estabas tomándolo de la mano para te siguiera. Era raro, sentías un cosquilleo cada vez que su cuerpo tocaba el tuyo, así fuera levemente, y podías asegurar que su mano se acomaba muy bien a la tuya.
—Iremos a buscar comida a la cocina, tendremos una pijamada—Aclaraste.
—No tendré una pijamada contigo—Dijo seguro.
—¡Eres tan aburrido Malfoy!—Exclamaste. Draco te miró algo ofendido. ¿Habías ofendido su ego?
—Bien, tu ganas—Dijo cediendo.—Pero yo escogeré el lugar.
Un rato más tarde, cuando ya era de noche y todos los alumnos estaban en sus camas, Draco y tú estaban en la Torre de Astronomía. Habían acomodado el lugar con mantas y almohadones, y rodeados de comida. Draco te mostraba con un telescopio todos los astros que podían divisarse desde aquella parte Hogwarts.
—¿Cómo sabes tanto de Constelaciones?—Preguntaste.
—¿Bromeas no?—Respondió divertido. Ambos se alejaron del telescopio y volvieron a sentarse en las almohadas, viendo las estrellas de forma simple por el balcón de la Torre.—Sigo siendo un descendiente de los Black. Tenían un gusto raro por la Astronomía. Por eso mi nombre, Draco, de la constelación del Norte.
—Woaw, que cultos—Respondiste. De pronto un silencio incómodo los invadió y preguntaste lo primero que se te ocurrió.—¿Cómo siguen las cosas en tu familia? Ya sabes después de lo que pasó—Dijiste haciendo referencia a su vínculo con los mortífagos en la recién pasada Segunda Guerra.
Draco fijó su mirada algo serio. Podías percibir su dolor o quizá rencor.
—Siendo sincero, no cambiaron muchas cosas—Respondió levemente.
—Lo lamento—No tardaste en decir.
—No te preocupes—Dijo intentando tranquilizarte. Draco acercó tu mano a la tuya, y empezó a jugar con tus dedos. Intentaste no sorprenderte ante ello. Te estaba ¿Acariciando? No te molestaba en lo absoluto.—Gracias por preguntar, por cierto. Casi nadie lo hace.
[...]
Draco te miraba expectante a que terminaras de revolver el líquido del caldero.
—Excelente, has estado estudiando—Dijo mientras te miraba sonriente.
—Me enseñó el mejor—Dijiste.
—Ahora veamos—Draco se acercó y tomó en un frasco algo de la poción que habías hecho. Agitó un poco y lo miró detenidamente.— Está muy espesa.
—Estás exagerando—Bufaste.
—Hazla de nuevo—Exigió.
—¡Pero Draco! ¡Llevamos aquí toda la mañana!—Estaba siendo muy serio respecto a tu estudio con Pociones. Es decir, no te molestaba pasar más tiempo con él, pero era algo aburrido pasarlo en un salón repleto de calderos.
—Si la haces bien te dejo libre—Aseguró Draco.
—Te propongo algo...—Le dijiste.
—Oh no señorita, la última vez que pronunciaste esas palabras fue cuando acordamos esto—Dijo riendo y negando con su cabeza.
—Si hago bien esta poción, me acompañarás a Hogsmeade después del almuerzo—Propusiste nerviosa. No estabas segura de si aceptaría. ¿Se podía decir que Draco y tú eran amigos? Después de todo ese tiempo estudiando juntos, quizá eran sólo compañeros.
—Trato hecho—Aceptó dándote su brazo para sellarlo en un apretón de manos.
[...]
—Estoy seguro de que me engañaste—Dijo Draco aún extrañado. Ambos caminaban por Hogsmeade. Habían pasado toda la tarde allí y en el Caldero Chorreante. La habían pasado realmente bien y tu estómago no dejaba de sentirse como si miles de mariposas revolotearan por allí.
—Deja tu orgullo y acepta que la poción quedó perfecta—Le exigiste
—Bueno, por algo estamos acá—Dijo encogiéndose de hombros.
En ese momento, te detuviste y te agachaste a tomar una bola de nieve entre tus manos. Draco parecía no haber notado que te dejaba unos pasos atrás. Nerviosa, la lanzaste a su espalda. Notaste como el impacto no fue tan fuerte como esperabas, pero Draco se giró mirándote amenazante y con una sonrisa maliciosa.
—Oh no lo hiciste...—Dijo.
—S,í si lo hice—Respondiste. Él no tardó se tomar nieve y preparar una bola que lanzarte. Empezaste a correr y el a seguirte.
—De esta no te escapas.
[...]
Faltaba un día para los exámenes y Draco y tu estaban dándole los detalles finales a su estudio. No habían hablado mucho acerca de su Patronus, más bien, se habían concentrado en pasar tiempos y en Pociones, nada más.
—Sólo una gota más y listo—Murmuró a tu lado mientras dejabas que la cuchara dejara una gota más de salvia en el frasco. Draco estaba demasiado cerca tuyo y no podías evitar temblar.
—¿Qué opinas?—Preguntaste enseñándole el frasco.
—Casi mejor que la mía.
—¿Te han dicho que tu ego es más grande que este castillo?—Preguntaste riendo, él sólo te devolvió la sonrisa. Merlín, su sonrisa era tan encantadora.—Vamos, tenemos que hacer un último intento con tu patronus.
—Veamos—Dijo atento a ti.
—Vamos, cierra tus ojos, y vuelve a pensar en aquella lista de momentos felices....Concéntrate en el que más te guste—Empezaste a decir mientras caminabas alrededor de él.— Puedes agregar más...
Notaste como Draco sonrió aún con sus ojos cerrados. Te intrigaba en qué podía estar pensando. Segundos después, exclamó el hechizo y una nube de color azul grisáceo salió de su varita. Logró mantener aquella luz por un momento más. No tenía una forma específica aún, pero era un gran avance.
—¡Excelente! ¡Draco estuviste muy cerca!—Gritaste emocionada, tanto así que no controlaste el impulso de acercarse a él y abrazarlo por el cuello. Sin embargo, Draco respondió al abrazo colocando sus brazos en tu cintura.— ¡Estoy muy orgullosa!
—Gracias—Dijo apenas pudiendo formar las palabras debido a la emoción. Se alejó un poco de ti en medio del abrazo para mirarte. Recién allí te diste cuenta de lo cerca que estaban sus rostros. Miraste sus labios y no lo pensaste dos veces. Lo besaste, temerosa a su reacción. Draco siguió el beso de manera tranquila. Era lento y suave.
—Uhm lo siento—Murmuraste al separarte de sus labios. Tus mejillas estaban rojas.
—No te preocupes—Aseguró él bastante tranquilo.
—¿Quieres intentar de nuevo?—Preguntaste intentando desviar la atención de lo que acababa de ocurrir.
—¿Así que quieres otro beso?—Preguntó levantando una ceja,
—El Patronus, idiota.—Aclaraste.
—Si, como digas.
[...]
Estabas afuera del salón donde Draco estaba rindiendo su exámen. Tu acabas de salir del salón de Slughorn. Caminabas nerviosa de un lado a otro. ¿Por qué se tardaba tanto? Sabías que la comisión de profesores que tomaba los ÉXTASIS podía tomarse su tiempo en la interrogación y pruebas pero el tiempo se te hacía eterno.
Finalmente, viste a Draco salir con una sonrisa y mirándote orgulloso.
—Lo logré, hice el Patronus y aprobé—Respondió extendiendo sus brazos hacia a ti. ¿Quería un abrazo? De inmediato te acercaste regocijante a felicitarlo.
—¡Eso es increíble!—Respondiste contra su cuello.—Estoy muy orgullosa de ti.
—Todo gracias a ti, eres una gran maestra—Dijo guiñándote un ojo.—Y una gran motivación.
—¿A qué te refieres?—Preguntaste confundida.
—Pensé en ti, ya sabes, para conjurar el Patronus—Dijo mientras bajaba su mirada un poco avergonzado.—Y bueno, funcionó.
Tu sólo pudiste sonreírle, te habías quedado sin palabras.
—¿Y a ti como te fue con Slughorn?—Preguntó intentando cambiar de tema.
—Sobre eso...—Respondiste mientras jugabas con los brazaletes de tus muñecas—Quizá, sólo quizá te mentí.
—¿Cómo?
—¡Oh mi querida ___!—El Profesor Slughorn acaba de aparecerse en aquel pasillo y te miraba orgulloso.—La mejor de mi clase y de mi Club de Eminencias. ¡Joven Malfoy! Debería aprender mucho de ella para su exámen conmigo.
Draco te miró aún más confundido y tu reíste.
—¿Club de eminencias? ¿Qué?—Preguntó.
—Nunca fui mala en pociones—Admitiste.—Sólo quería ayudarte con lo del Patronus y bueno, me llamabas la atención. Lo siento—Draco tardó unos segundos en procesar tus palabras.—Entiendo si estás molesto conmigo, de verdad, no debí yo..
En ese instante Draco juntó sus labios contra los tuyos en un ansioso beso. Tuviste que ponerte de puntillas y abrazarte a sus hombros para no caer.
—No estoy enojado, no podría—Dijo mirándote a los ojos.—Pero te perdonaré si aceptas una cita conmigo—Propuso.—Tenemos un trato?
—Tenemos un trato.
Quizá haberle mentido no fue tan malo después de todo. Draco pudo obtener memorias lo suficientemente felices para conjurar su Patronus, y tú, conquistarlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro