En el apartamento de Mystoria.

Sonriendo recibió el ramo de rosas y junto a el la carta que Camus había enviado para Milo.

Mystoria: muchas gracias - dijo mientras el joven mensajero únicamente asintió, para después irse, Mystoria cerró la puerta y después se dio la vuelta, para acercarse a donde estaban Écarlate y Milo.

Aunque el menor se había calmado un poco en esos segundos, no había dejado de llorar, por lo cual después de suspirar habló.

Mystoria: Milo, mira lo que te envió tú esposo - le hablo suavemente mientras se acercó, Milo aún recargando su cabeza en el hombro de Écarlate lo vio, pero al ver las flores se levantó rápido y las recibió - así, también envió esto - dijo mientras le daba la carta.

Milo: son tan lindas... - susurró feliz mientras veía las hermosas rosas rojas y rosas, vio la tarjeta que tenía la etiqueta de "la casa de las rosas" por lo cual dedujo que habían sido compradas en la tienda de su tío Cardinale, por lo cual se sintió mucho más apoyado ante lo que estaba pasando, aunque aún su tío no supiera nada, sentía cómo si las flores indicaran que el también lo apoyaba.

Así que rápidamente vio la nota, en la cual venia algo bastante inusual por parte de su esposo, debía admitirlo.

Aunque ahora estemos separados,
Quiero que sepas que estoy siempre contigo, sin importar lo que pase, ni tampoco lo que venga, recuerda que siempre contaras conmigo para ser tú ayuda y soporte mí hermosa manzana grieta.

Atte: Camus.

Sonrió al leer aquello, si bien a Camus no se le daba bien el hecho de poder expresarse con las palabras correctas, aquel mensaje le daba el ánimo que necesitaba, por su parte Mystoria y Écarlate únicamente se vieron con una sonrisa al verlo sonreír, Coco Junior se acerco rápidamente con él teléfono de Mystoria en su boca, el cual estaba vibrando.

Mystoria: muchas gracias Coco - dijo mientras se lo quitaba, para después apagar la alarma.

Écarlate: ¿Que paso? - preguntó.

Mystoria: quédate con él por favor, iré a traer a los niños a la escuela - le dijo.

Écarlate: ¿tan tarde es ya? - preguntó.

Mystoria: Si, ahora vuelvo Milo, no dudes en llamarme si algo malo pasa o si tú padre hace algo estúpido - dijo viendo de forma sería a Écarlate.

Écarlate: ¿Perdona? - pregunto ofendido, para después escuchar a Milo reír por lo bajo.

Milo: jaja, esta bien, tranquilo mamá, yo me encargo - aseguró mientras Mystoria asintió, para después irse.

Écarlate: bien Milo, es mejor que entremos, es peligroso que estés aquí - dijo mientras Milo asintió, para después ponerse de pie y ayudo a su papá a ponerse de pie, caminando juntos hacia la sala, siendo seguidos por coco Junior.

Mientras tanto.

En el hospital.

Camus suspiró cansado, mientras caminaba por el pequeño parque la situación con su esposo era sería y no sabía cómo ayudarlo, sin embargo el tampoco ayudaba, no quería decirle quien había sido el desgraciado que le había hecho daño. Había intentado persuadirlo para hacerlo hablar, sin embargo, únicamente había logrado hacer enojar a Écarlate por estarlo presionando con cosas que él aún no quería contar.

Camus: ¿Cómo se supone que voy a ayudarte si no me dejas Milo? - preguntó preocupado, para después suspirar, vio cómo una pequeña piedra cayó a sus pies, por lo cual confundido levantó el rostro pero no vio a nadie, así que no le dio importancia y siguió caminando, aunque otra piedra está si un poco más grande que le dio en la cabeza, lo hizo molestarse y comenzó a ver hacia todos lados para buscar al responsable.

Grande fue su sorpresa al ver una silueta de un hombre que él pareció reconocer, esconderse detrás de una pared que seguía después de los barrotes que separaban la calle del resto del establecimiento.

Camus: ¿Quién eres tú? ¿Por qué me golpeas? - pregunto mientras se acercaba, al estar casi cerca de donde el hombre se había escondido, sintió cómo alguien lo tomó del brazo y lo jaló hacia atrás, cuando se fijo vio a Zhivago, que confundido lo veía.

Zhivago: ¿acaso te quieres morir Camus? - pregunto.

Camus: ¿Que? - pregunto mientras dirigia su vista al frente, dándose cuenta de que había un gran agujero frente de el, separando la pared y los barrotes de ellos.

Zhivago: gracias a las lluvias nocturnas la tierra se hundió el tanque de asfalto caliente acaba de poner su primera capa, te harás heridas de 4 grado que podrían ser graves - regañó mientras Camus confundido vio hacia donde se había escondido aquel hombre ¿que planeaba hacer?

Mientras tanto.

Con Aqua.

Después de pedirle permiso a su madre, se dirigió a la casa de su abuela, lo que estaba pasando no era nada normal, lo sentía. Dafne se había ido con Mystoria y los niños, Aspros no tardaría en enviar a alguien por ella a su apartamento así que no pudo acompañarla esa vez, cosa que agradeció.

Algo que sabía y de sobra no solo ella, si no que también sus hermanos, era que su abuela Khione y su abuelo Astaroth no querían a Aspros, a Chris y ni siquiera a Dafne. Por los problemas que le hizo pasar a ella cuando eran niñas. Al estar frente a la puerta de la casa, suspiró para calmar sus nervios y acerco su mano para tocar la puerta, aunque grande fue su sorpresa al ver cómo la puerta se abrió.

Xx: señorita, su abuela la espera - le dijo el mayordomo.

Aqua: ¿eh? - respondió confundida.

Xx: Por favor, sigame - pidió mientras la guiaba, la jovencita por su parte confundida lo siguió hasta las afueras de la casa, donde vio a su abuela, durmiendo sobre la mesa, el hombre únicamente le pidió que se sentara frente a ella, para después irse de ahí.

La jovencita únicamente suspiró, para después acercarse suavemente y mover a su abuela.

Aqua: abuela... despierte, necesito hablar con usted - le dijo mientras la movía.

Khione: hm... - fue lo único que dijo.

Aqua al escuchar esto únicamente río por lo bajo al recorda que su madre hacia exactamente lo mismo, nego levemente para después volver a moverla, haciendo que por fin su abuela despertará.

Continuará...