Mala idea
Siguiendo con Milo y Camus.
Incómodo Camus seguía escuchando el relató, tenía un nudo en la garganta pero aún así mantenía firmemente su mano sujeta a la de su esposo, quien intentaba no derrumbarse mientras contaba lo sucedido.
Milo: fue entonces que después de romperle un jarrón en la cabeza logre soltarme, recompuse mi ropa y corri lo más lejos qué mi cuerpo me permitió, hasta que llegué a un parque donde encontré a mi abuelo y luego de eso perdi el conocimiento - le confesó mientras veía cómo Camus desvío su mirada mientras suspiraba.
Se dio cuenta que intentaba esconderle sus lágrimas, por lo cual se sentó para abrazarlo, aunque Camus se le adelanto a la acción y fue él quien lo abrazó de forma delicada para no lastimarlo, pero que transmitía la suficiente fuerza para decirle que no estaba solo y lo apoyaría en todo.
Camus: perdóname... jamás debí haber permitido que te relacionadas con él y mucho menos haber dejado que él se acercara a ti - le susurró al oído, por el tono de su voz se dio cuenta que estaba llorando, por lo cual suavemente se separó y tomó su rostro entre sus manos, limpiando las lágrimas de su rostro, para después dejar un suave beso sobre su frente.
Milo: hey... prometiste que no te sentirías culpable cuando te lo contará, ni tampoco que me dejarías solo por esto - le susurró, Camus únicamente sonrió para después decirle.
Camus: lo siento pero no puedo evitarlo, pero te prometo que vamos a superar esto, los dos juntos ¿si? ¿Confías en mi? - le pregunto.
Milo: confío en ti ciegamente Cam - le respondió.
Camus: además, no tienes que preocuparte, estaré eternamente a tú lado, lo prometimos ¿no es así? Estar juntos en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad... - Milo le siguió.
Milo: hasta que la muerte nos separé - le siguió él, para después sentir cómo Camus se acerco y lo beso de forma delicada en los labios, el correspondió el corto beso, para después volver a fundirse ambos en un abrazo, mientras que desde las sombras, Aileen y Soliel veian sonriendo la escena.
Mientras tanto.
Con Hilda.
Después de salir del consultorio de Camus, molesta vio hacia todos lados, lo había esperado pero este jamás llegó, por lo cual decidió que lo mejor seria ir a buscarlo, así que así lo hizo, sin embargo creyó reconocer la cabellera de un hombre.
Hilda: ¿Surt? - preguntó en un susurró mientras veía cómo él de cabellos naranjas caminaba por el pasillo.
Ella comenzó a seguirlo, mientras los recuerdos de aquella pelea que tuvo él con Camus por Milo vinieron a su mente, se le ocurrió algo, tal vez... podrían ayudarse entre ambos para obtener lo que deseaban, por lo cual comenzó a seguirlo.
Mientras tanto.
En la habitación de Écarlate.
Después de aquella conversación con Cardinale y su hija, Mystoria se dirigió hasta la habitación del pelirrojo, llevandose consigo a Coco Junior, porque lo llevaría a ver a Milo después de salir de ahí, por lo cual, después de dejarlo en la cama hablo.
Mystoria: ¿Cómo fue que él maldito se atrevió a hacerte esto? - le pregunto triste, para después ponerse a llorar del dolor, la frustración y la ira que sentía en esos momentos por lo que estaba pasando con su familia.
Él pequeño Coco junior al ver al pelirrojo en aquella cama con la venda en la cabeza y los aparatos que se conectaban a su cuerpo, se acerco para intentar despertarlo, aunque esto se le dificultaba por su yeso, aunque rápidamente se dio cuenta de algo que lo hizo estar alerta, se alejó otra vez de él y comenzó a ladrarle de forma agresiva, Mystoria al ver esto confundido preguntó.
Mystoria: Coco ¿que tienes cariño? - le pregunto mientras se acercó y comenzó a acariciar su cabecita para calmarlo, aunque rápidamente se dio cuenta de que eso no funcionaba. Él perrito seguía gruñendo y ladrando a Écarlate que seguía durmiendo - ¿Que pasa? - se preguntó mentalmente.
Mientras tanto.
Con Aspros.
Después de manejar lo más lejos posible del hospital, llegó a su casa, donde después de sacar a la jovencita del auto, la llevó hasta el interior del lugar, donde después de suspirar se giro y preguntó.
Aspros: bien niña ahora dime ¿Que quieres para guardar silencio? - preguntó molestó.
Valeria: vaya... así que no le parezco tan loca después de todo ¿no? - preguntó sonriendo, para después acercarse - escuche, se que usted a mi no me conoce, pero yo a usted si, lo he estado viendo, lo he estado viendo todo el tiempo desde aquel día - aseguró.
Aspros: ¿de que hablas? - preguntó serio, para después ver cómo todas las ventanas y cortinas se cerraron de golpe, dejando el lugar a oscuras, cosa que le confundió, comenzó a escuchar la pequeña risa de la joven, misma que poco a poco fue cambiando a una muy diferente que no parecía ser la de una niña, si no que de un adolescente.
La cosa no acabo ahí, más risas comenzaron a escucharse, mientras que comenzó a oír cómo varias personas comenzaron a correr por todos lados, rápidamente sacó su teléfono celular encendiendo la linterna hacia todos lados de forma rápida, pero cómo era de esperarse, no había nadie, comenzó a escuchar otra vez esa risa, por lo cual lentamente se giro, dirigiéndo la luz a donde estaba la joven.
Aunque rápidamente dio tres pasos hacia atrás al ver a un joven de cabello rubio dándole la espalda, su cabeza chorreaba sangre, mientras que su ropa se encontraba llena de tierra húmeda, su piel era de color blanco y era bastante alto.
Radamathys: te haz portado muy mal Aspros Gemini, tanto cómo persona, cómo padre ¿no crees? - preguntó el joven.
Aspros: ¿Que o quien demonios eres? - preguntó, más no recibió respuesta alguna, el joven aún seguía de espaldas, rápidamente comenzó a buscar entre sus bolsas, hasta que saco un arma y le apunto directamente a la cabeza - si no quieres que te vuele la cabeza de un solo tiro volteate para ver tú rostro cobarde - advirtió.
Radamathys: se equivoca, aquí el cobarde es otro y no creo que eso de verme a la cara sea buena idea ¿seguro que lo quiere? - preguntó, para después escuchar cómo él hombre cargo el arma.
Suspiró para después de forma lenta darse la vuelta, mostrando al mayor un rostro completamente pálido y ensangrentado, con varias heridas y moretones, sin hablar de toda aquella tierra que tenía encima que parecía lodo, se quedó atónito ante la imagen, mientras veía cómo él rubio sonrió, para después decir.
Radamathys: le dije que era mala idea ¿o no? - preguntó sonriendo, mientras que Aspros no supo que hacer, las risas de los demás adolescentes comenzaron resonar otra vez, mientras que otras cuatro figuras parecían empezar acercarse desde las sombras.
Continuará...
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