A la mañana siguiente.

Con Milo.

Entre el bullicio y alguna que otra payasada de sus hijos con su hermano conducía, sin embargó había visto muy callada a Aqua y Cassy, de la pequeña ya le era un poco costumbre que no hablara tanto sin embargo su hermana era otro asunto.

Milo: ¿puedo saber cuál es el problema? - preguntó llamando la atención de su hermana.

Aqua: ¿de que hablas? - preguntó confundida mientras lo veía.

Milo: estas muy callada ¿que ocurre? Tú no eres así - le respondió mientras le sonreía para darle un poco de confianza.

Aqua: nada únicamente es que... - se quedó callada sin saber si decirle o no de algo, de lo que sabía o la locura que se había prestado a hacer.

Milo: ¿es que? - preguntó animandola a hablar.

Aqua: Milo creó que deberías hablar con él señor Aspros acerca del cómo convive con Dafne - pidió mientras su hermano confundido la vio.

Milo: ¿a Aspros? ¿Por qué? ¿Te dijo algo? - preguntó preocupado.

Aqua: bueno, me temo que estén diciendo cosas frente a ella que no deberían - respondió mientras Milo suspiró, para después molestó negar.

Milo: esa señora es mala influencia para su propia hija en mi opinión, pero no es cómo si pueda hacer algo al respecto, Aspros no me escuchara - respondió mientras paraba frente a un semáforo, para después suspirar y ver a su hermana - pero te agradezco que me lo hayas dicho, intentaré hablar con él Aqua, no te preocupes - respondió.

Aqua: gracias Milo - agradeció.

Así que sin más contratiempos siguieron con su camino, hasta que llegaron primero al colegio de Aqua, donde ella se bajo y se despidió de todos para después entrar, así que Milo siguió con su camino hacia la escuela de los menores, los cuales iban teniendo una conversación mera fantasiosa en los asientos de atrás, por lo cual no les presto mucha atención.

Camila: ¿entonces tú también viste esa puerta tía? - preguntó sorprendida.

Cassy: Si, pero la voz me dijo que no podía entrar sin que nadie pusiera la puerta, por lo que tenía que abrirla para que pudiéramos jugar juntas - respondió.

Aitor: ¿una puerta? ¿De cuál hablaba? - preguntó confundido.

Camila: ¿la abriste?

Cassy: no, necesito unas cosas para hacerlo, pero son cosas que mamá no me dejaría tener por nada del mundo - respondió mientras sus sobrinos la veían sorprendidos - ¿y tú Eytan? ¿Viste la puerta? - preguntó mientras el pequeño pelirrojo sonrió nervioso.

Aitor: no creo, él aún duerme con los abuelos, tiene miedo de dormir sólo - se burlo mientras Eytan únicamente lo vio mal, para después ver cómo su sobrino comenzó a reír a carcajadas.

Eytan: eso no es cierto, Cassy no le creas - aseguró mientras la menor confundida la veía.

Milo: ¿a que te refieres con él no? ¿El hecho de que aún duermes con nuestros papás o que te da miedo dormir sólo? - preguntó, únicamente para segundos después sentir cómo le patearon el asiento por lo cual río.

Mientras tanto.

Por otro lado.

Camus se encontraba arreglando un par de expedientes en su loquer, cuando escucho que tocaron la puerta.

Camus: adelante... - respondió.

Alexander: buenos días... ¿interrumpo? - preguntó.

Camus: para nada... - dijo mientras se estiraba un poco y después se giro - ¿que te trae por aquí? - preguntó.

Alexander: bueno, es que ayer ocurrió algo bastante peculiar y quise venir a explicarlo antes de que Aioria venga a decir otra cosa - aviso mientras Camus confundido lo vio.

Camus: ¿Que paso? - preguntó mientras ambos hombres empezaron a caminar hacia él escritorio, donde se sentaron.

Alexander: es sobre tus cuñadas, mira, no quiero darle problemas a nadie pero quiero evitarme los futuros para mi - aseguró mientras Camus confundido preguntó.

Camus: ¿de que hablas? ¿Aqua y quién más te vino a visitar? - preguntó.

Alexander: otra jovencita de su edad llamada Dafne, dijo también ser hermana de Milo pero ese no es el punto, el punto es que... creó que alguien debería hablar con ellas de que para tener buenos amigos no hay necesidad de inventarse cosas ¿sabes?

Camus: ¿inventarse cosas para hacer amigos? Hay dios... ¿y que dijeron? - preguntó.

Alexander: según me contaron, fue que mintieron de estar en una relación con alguien mayor ¿sabes? Así que vinieron a buscarme para que les ayude con ese papel - respondió.

Camus: ¿hace cuanto? - preguntó.

Alexander: ayer... de hecho hoy tengo que presentarme para seguirles el jueguito después de la salida - aviso.

Camus: ¿y aceptaste? - preguntó.

Alexander: no me quedo de otra, no pude negarme al verlas tan desesperadas - aseguró.

Camus: hay muchas gracias, hablaré con ellas pero por el momento no digas nada cuando Milo venga ¿si? - preguntó - le podria decir a mis suegros y lo mejor para tí es que ellos no se enteren, más por él papá, sabes lo difícil que es - comentó mientras el otro río por lo bajo.

Alexander: no te preocupes, solo quería que alguno de ustedes supiera por si había algún problema tendría cómo defenderme, sabes cómo es la gente, le pedí decírselo a Milo pero por lo que veo, no lo hizo - dijo mientras veía a su colega asentir.

Camus: cómo te digo, Milo se preocupa mucho por la seguridad de sus hermanos, así que si no le parece algo correcto se lo dice a sus padres para que estén al pendiente - aseguró.

Alexander: lo entiendo, no te preocupes - respondió, para después suspirar - bueno, creo que te dejo, es tú hora de descanso ¿no? - preguntó.

Camus: si... él turno nocturno es el peor ¿sabes? - preguntó cansado.

Alexander: dímelo a mi - respondió, para después ponerse de pie y dirigirse a la salida, aunque al momento que abrió la puerta vio a Hilda ahí, por lo cual molestó suspiró y gritó - oye... tú asistente - aviso a Camus que únicamente dejó caer el portafolios que tenía en sus manos, para después exhalar con bastante pesadez.

El por su parte sin nada más que hacer salió de ahí, dejando a los otros dos solos, mientras comenzaba a caminar hacia su consultorio, sintió una brisa fría, por lo cual después de temblar dirigió su vista al consultorio de su colega, para después un poco confundido seguir con su camino.

Continuará...