Con Hilda.

Siguió al peli naranja hasta que llegó a la morgue por alguna extraña razón.

Hilda: ¿Qué está haciendo ese imbécil? - preguntó, para después seguirlo hasta ahí, donde lo vio junto a una de las camillas - es una verdadera alegría verte aquí Surt - aseguró.

Más no recibió ninguna respuesta, únicamente se mantenía en silencio o eso parecía, porque prestando atención escucho cómo susurraba cosas hasta que una pregunta hizo que la sangre se le helara.

Surt: ¿Que dicen? ¿Enserió quieren más compañía del otro lado? - pregunto a uno de los cadáveres.

Hilda: ¿Con quien hablas? - pregunto, para después ver cómo él peli naranja tomó un visturi que había al lado del cadáver mismo que vio.

Surt: ¿sabes que pasa con los muertos que morimos de forma dolorosa? - le pregunto.

Hilda: ¿muertos? - pregunto.

Surt: todo el dolor nos transforma en monstruos y llenos de rencor nos quedamos en este mundo buscando venganza sin importar el costo, hay algo que nos satisface mucho buscando el horror en los vivos cuando los asustamos - le dijo mientras que Hilda daba pasos hacia atrás, hasta que sintió cómo alguien le tomó del brazo, para cuando se giro se dio cuenta, era uno de los muertos que había ahí.

Asustada comenzó a gritar mientras intentaba soltarse, mientras vio cómo el de cabellos naranjas se volteó, mostrando su rostro completamente destruido, lleno de arañazos y con uno de sus ojos fuera del lugar.

Surt: Hilda... es hora de que vivas en carne propia lo que obligaste a Milo a vivir, veremos si tú sí eres capaz de olvidar al monstruo que arruinara por completo tú vida - le dijo mientras la de cabellos plateados aterrada veía la escena.

Mientras tanto.

Con Milo.

Sonriendo el menor recibía a Coco Junior que inquieto comenzaba a láser su rostro, Mystoria un poco más calmado veía cómo su hijo parecía ya haber arreglado la situación con su esposo y eso le alegraba mucho.

Milo: jaja, ya, ya, yo también estoy feliz de verte - le dijo mientras daba un pequeño beso sobre la cabeza del cachorro - lamento mucho haber dejado que te lastimaran corazón - pidió mientras veía el yeso en la patita de su perrito.

Coco Jr: Guau, Guau - ladró en respuesta.

Mystoria: esta bastante feliz de verte y también veo que por fin lograste hablar con Camus, muy bien hijo - aseguró sonriendo mientras veía cómo su hijo asintió, aunque curioso lo vio ver a todos lados.

Milo: ¿Dónde esta papá? Se me hace extraño que no haya escapado de mi suegro aún - le dijo confundido.

Mystoria: eh... él esta ocupado - aseguró.

Milo: ¿y que te paso en el rostro? ¿y ese moretón? - pregunto mientras vio cómo su madre rápidamente se cubrió la mejilla.

Mystoria: ¿n-no es nada corazón? Únicamente me caí - aseguró.

Milo: ¿Crees que tengo 5 años? Mamá me he caído un sin fin de veces y jamás he terminado así ¿que paso? - pregunto serio.

Mystoria: n-no es nada tranquilo - aseguró mientras veía cómo su hijo lo veía con desconfianza, cosa que le hizo sentir terriblemente mal.

Pero no quería decirle la verdad, no ahora, no quería que se enojara con Aspros por eso y era por el simple hecho de que aún se estaba recuperando y su bebé estaba delicado para alterarlo por esos temas, únicamente suspiró.

Una hora después.

En compañía de Dégel regreso a casa, junto a sus nietos y su hija, debían darse un baño y dormir, cansado suspiró mientras veía cómo varios policías salían del lugar.

Dégel: ¿y eso? - preguntó.

Kardia: algo muy malo debió haber ocurrido en el edificio - susurró, para después ver a su esposo, pero sin mucho más que hacer decidió comenzar a subir con ellos.

Al subir en el elevador y las puertas se cerraron escucharon a su nieto hablar.

Aitor: Papá se veía espectacular con su uniforme - aseguró sonriendo.

Dégel: claro que si, tú papá es muy guapo cómo tu amor, así que tienes que seguir sus pasos - aseguró sonriendo.

Camila: ¿entonces tiene que acosar a la persona que le gusta y ser un cubito celoso? - pregunto mientras Cassy únicamente río por lo bajo.

Dégel: ¿Que?

Kardia: eso se lo debe al abuelo Dégel, él era exactamente igual cuando nos conocimos - aseguró sonriendo.

Dégel: ¡Kardia! - llamo molestó.

Kardia: ¿Que? Es verdad ¿o no? - le pregunto sonriendo.

Dégel: idiota - susurró molesto mientras veía hacia otro lado Kardia por su parte unicamente río.

Camila: mira Aitor, es el señor del sombrero - dijo mientras señalaba hacia una esquina.

Aitor: hola señor... - saludo sonriendo hacia una esquina del elevador.

Ambos mayores únicamente veían confundidos esta acción, aunque rápidamente deducieron de que se trataba de uno de los famosos amigos imaginarios que algunos niños tenian, así que no les dieron importancia, hasta que Dégel sintió cómo su hija lo jaló de la manga de la camisa, para después susurrarle algo al oído que hizo que su madre viera a su padre, para después sonreirle y hacerle un ademán con su mano izquierda, por su parte Camila le dijo a su abuelo.

Camila: Abuelo Kardia... él señor del sombrero dice que esta orgulloso de ver cuando haz crecido - aseguró mientras Kardia confundido lo vio.

Kardia: a si ¿y que más dice el señor del sombrero? - pregunto sonriendo mientras veía a su nieta.

Camila: dice que esta orgulloso de ver que la tía Cassy se parece mucho al abuelo Dégel, que es muy bonita - aseguró.

Aitor: jajaja, dice que felicita al Abuelo Dégel por no dejarte en todos estos años y que si no fuiste tan tonto de confundir a la tia Cassy con un niño cuando nació - aseguró el menor mientras Kardia confundido lo vio.

Al abrirse las puertas del elevador, todos salieron, aunque Dégel noto a Kardia muy pensativo después de lo dicho por sus nietos, aunque decidió preguntarle cuando entraran.

Kardia por su parte después de que estuvieron frente a la puerta de su apartamento abrió la puerta, dejando a su esposo, a su hija y sus nietos entrar primero, aunque el sonido del elevador llamó su atención por lo cual se giro, viendo una vez más a su madre ahí adentro antes de que las puertas se cerraran, rápidamente vio hacia donde iba el elevador para después salir corriendo de ahí sin darle explicaciones a Dégel que preocupado desde la puerta le gritaba.

Continuaría...