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III

Sus manos se posaron en el pecho de Tony, mientras intentaba acomodarse mejor. Desde esa posición, podía sentir al mayor en lo más profundo de él y eso le encantaba.

Sabía que Tony amaba con toda el alma que lo montara también, porque todo se sentía más placentero, más delicioso y sucio. La sensación de follarse a sí mismo era una de las cosas que más amaba y sabía que Tony amaba verlo a follarse a sí mismo mientras gemía de placer, con los labios entreabiertos y el cabello desordenado, porque el mismo Tony se lo había dicho.

Sintió los dedos de Tony apretarse en su cadera, incitándolo a moverse, cosa que hizo inmediatamente, sacando un par de gemidos de los labios del mayor y de los suyos propios.

Tendría marcas de los dedos de Tony en su piel después, pero no le importaba, ya que se desvanecerian pronto. Como siempre que le dejaba una marca de amor, un apretón —los cuales el mayor hacía sin querer, ya que su piel era demasiado sensible y podía ser marcada con bastante facilidad. Aunque Tony intentara lo dejarle una marca, jamás lo conseguía— o algunas marcas de uñas.

A veces, solía acariciar la piel en donde anteriormente habia existido una marca. Le gustaba cómo se veían en su piel lechosa y, además, le recordaba las cosas que hacían para que esas marcas llegaran ahí.

En muchas ocasiones había deseado que otros las vieran, para que supieran que él le pertenecía a Tony y que Tony le pertenecía a él.

Peter sabía que las personas no eran un objeto y que no podían ser propiedad de nadie, pero la conexión tan grande, intensa y preciosa que tenía con Tony lo hacía querer pertenecerley en el fondo, sabía que el mayor sentía lo mismo.

Se inclinó hacia adelante y besó los labios de Tony suciamente, mordiéndole el labio inferior y disfrutando del placer de sentir su punto dulce ser golpeado una y otra vez: disfrutando de darse o placer a sí mismo.

Se sentía al borde del orgasmo, Tony estaba igual, lo sentía crecer en su interior cada vez más y podía ver sus músculos tentarse mientras dejaba que sus labios dieran roncos gemidos.

En un punto, el mayor comenzó a mover las caderas al mismo tiempo que él, creando una sintonía perfecta y jodidamente placentera para ambos.

Tony dio un gemido demasiado ronco, Peter sintió el placer aumentar en la boca de su estómago. Sentía tan profundo al mayor, que no se sorprendería si el contorno de la polla de este se sintiera en su estómago al tocarlo.

—Corréte —Tony pidió, mientras tomaba su polla entre sus manos y comenzaba a tocarlo, haciendo que recorrieran oleadas de placer por todo su cuerpo, también que la sangre en sus venas corriera más rápido—. Córrete para mi, cariño. 

Su cuerpo obedeció a los deseos de Tony, su espalda se arqueó y sus gemidos resonaron en toda la habitación. Segundos después, sintió el semen cálido de Tony esparcirse en su interior, provocando que su cuerpo se estremeciera y que espasmos de placer lo atacaran.

Tony lo atrajo hacia él para besarlo suciamente, aún entre los espasmos de placer. Se acurrucó contra su pecho, sintiéndose cálido y satisfecho mientras los dedos de su pareja acariciaban su cabello.

Cuando se quedaban así, Peter sentía que no podía pedir nada más. Tony lo comprendía y lo complementaba demasiado bien.

Su amor, en sí, era demasiado grande para que otros lo entendieran. Peter pondría al mundo de rodillas si Tony así lo deseara, con tal de que fuera feliz. Sabía que Tony también haría lo mismo por él. Haría que el mundo se desvaneciera con tal de tenerlo feliz.

Era más de lo que la gente podía soportar.

Si los demás se enteraban, entonces serían condenados. Ellos no querían eso, porque aunque fingieran ser fuertes, ambos eran conscientes de que el dolor tarde o temprano rompía a las personas. Las volvía piezas rotas incapaces de ser arregladas. Preferían quedarse ocultos, pero felices. Sin recibir comentarios negativos de nadie.

Sus dedos trazaron patrones en la piel de Tony, minutos después, se quedó dormido.

+

Cuando despertó, algunos rayos de sol entraban por las ventanas, mientras que las nubes rosáceas y naranjas se desvanecían y tomaban su color habitual. Peter amaba la vista que su habitación tenía, porque lo tranquilizaba cuando se despertaba cansado e intranquilo. Como en esa ocasión.

Se sentía vacío. Como si una pieza importante para él faltara, la cuál había sido más importante de lo que había pensado. También sentía como si ahora supiera algo que antes no comprendía.

El sueño de la noche anterior lo había deteriorado y afectado más de lo que quería admitir.

No se había sentido como simple sexo y algo erótico, como en las ocasiones anteriores, no, este sueño se había sentido demasiado real para él. El amor que el Peter de sus sueños había sentido podía sentirlo él también y eso lo asustaba.

Era inevitable admitir que se había enamorado de Tony, siempre lo había estado pero no lo había reconocido. El sueño le había abierto la mente la noche anterior, ahora era imposible seguir ignorando sus sentimientos. De todos modos, sentía que no quería hacerlo. Por una vez en la vida, podía ser sincero consigo mismo y admitir que había perdido la cabeza y el corazón por Tony.

Lo peor de todo, era que sentía que Tony no le correspondía. Que lo miraba solo como un pupilo que instruir y proteger, tal vez querer, pero de una forma paternal.

Y Peter no sabía si conformarse con eso o simplemente olvidarlo.

+

Ese día era lunes, por lo que Peter no había tenido que ir a clases —ya que las habían suspendido por una semana—, así que solo había bajado a la cocina para comer algo y luego trabajar en algunas tareas.

El día siguiente era el cumpleaños de Tony, quería sacar todas sus tareas para disfrutar al máximo el cumpleaños de su mentor.

—Buenos días.

Tony estaba desayunando mientras hablaba por teléfono cuando él entró a la cocina. El mayor le dio una sonrisa como saludo —lo cual fue suficiente para él— y siguió hablando con alguien que seguramente Peter no conocía y que nunca iba a conocer.

Se sirvió un poco de café y luego se sentó frente al mayor, mientras fingía que no escuchaba la conversación de ambas partes por sus sentidos mejorados.

—Mañana es mi cumpleaños —Tony dijo, después bebió un sorbo de café—. Eso significa que mañana no estoy contestando ninguna llamada y que todas las reuniones se pasan para la próxima semana. —El socio de Tony no parecía feliz por ello y lo expresó, cosa que hizo al mayor rodar los ojos—. No volveré a repetir lo que ya dije una vez. Nos vemos la próxima semana, feliz día.

El mayor colgó la llamada, dejando el teléfono sobre la mesa de cristal.

Ese día se veía radiante. Peter no podía creer que Tony fuera a cumplir cuarenta y ocho años, ya que no se miraba de esa edad. De todos modos, a los ojos de Peter, siempre sería hermoso.

—¿Descansaste anoche? F.R.I.D.A.Y. me dijo que habías salido pasada la media noche.

Había salido a dar una vuelta por los alrededores de la Sede. En algunas zonas habían bastantes árboles, cosa que lo tranquilizaba bastante.

—Tenía insomnio —admitió—. Tuve un... una pesadilla. No pude volver a dormir cuando desperté.

Sintió sus mejillas rojas, cosa que su mentor notó y debido a ello alzó una ceja. Peter se sentía descubierto, temía que averiguara lo que sentía por él y que lo odiara o lo rechazara.

—Entiendo —dijo Tony finalmente, parecía  resignado a  que él no hablara—. Deberías dormir durante el día aunque sea un poco.

Negó inmediatamente, tenía varias cosas que hacer ese día.

—No creo que pueda —Tony lo analizó—. Pero, gracias por preocuparte.

El mayor se mantuvo en silencio durante algunos segundos. Luego, su mano se extendió sobre la mesa y tomó la suya propia, dándole un apretón.

—No debería estar diciendo esto —empezó—. Pero sabes que te aprecio mucho. Y creo que estoy demasiado sensible por lo viejo que me estoy volviendo.

Se río ante la broma, acción que le sacó una sonrisa a su mentor.

—También te aprecio mucho —admitió—. Más de lo que te imaginas.

Tony le dio una mirada de conocimiento, pero no dijo nada más.

+

Terminó sus tareas para el atardecer, el resto de la tarde, se la pasó viendo películas con el mayor. Rhodes y Visión se les unieron minutos después.

Todos estaban felices, Peter podía sentirlo.

La sonrisa de Tony era lo que más amaba ver. Las arruguitas que se hacían alrededor de sus ojos lo hacían ver precioso y su risa era melodiosa a los oídos de él.

Peter había tenido muchos sueños en los que Tony le sonreía como si él fuera su mundo y ahora se sentía estúpido por no haber reconocido antes la realidad.

Amaba a Tony con cada parte de su alma, su cuerpo, su mente y su corazón.

+

Se quedó dormido en algún momento.

Cuando despertó, Peter sintió un calor intenso en su piel y cuando miró para ver por qué era, descubrió que los dedos de Tony estaban trazando patrones sobre ella, mientras lo miraba con una sonrisa totalmente traviesa.

—¿Qué haces? —preguntó, Tony jamás lo había tocado de esa manera, de hecho, jamás había pasado de los toques sobre su hombro o su espalda.

—Solo te toco.

Sentía que no era así. Algo le decía que había un doble sentido en el hecho que lo estuviera tocando así, pero no dijo nada. Solo se dejó, guiado por los deseos que su alma tenía sobre Tony.

+

El escenario cambió.

Ya no lo estaba tocando. Ahora se encontraba en la habitación del mayor, acostado en el centro de la enorme cama que este poseía. La habitación se sentía caliente de una manera, casi asfixiante, que lo estaba volviendo loco.

Tony estaba encima de él, mientras lo follaba una y otra vez, apretando sus muslos debido al placer. Peter podía escuchar sus propios gemidos resonar con fuerza en toda la habitación.

Se sentía tan bien, tan sucio y placentero a la vez, que no pudo evitar sollozar del placer, mientras se retorcía y apretaba contra el cuerpo más grande.

La sensación se sentía tan jodidamente real, que Peter sintió que se venía cuando Tony tomó su polla, para comenzar a mover la mano sobre ella para estimularlo aún más, todo sin dejar de follarlo.

—Vamos, bebé, quiero que te vengas por mí.

Sollozó una última vez y lo hizo, se corrió, largas tiras de semen salieron por la punta de su polla, mientras Tony seguía jodiéndolo profundamente, tocando su próstata en cada embestida.

Segundos después, el mayor se vino, mientras dejaba que un gemido ronco se escapara de sus labios.

+

n/a: mucho feeling aquí. en el próximo es el último, pero no sé cuándo lo publicaré porque no estoy conforme (ya está escrito). digo, siento que aún le falta más (lo dice la que se sonrojó hoy mientras leía lo que había es ese capítulo, jajaja).

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