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Un pensamiento diferente.

12:00 AM.

Día Martes.

Écarlate se encontraba terminando de fumarse su último cigarrillo en el balcón del departamento, no acostumbraba a hacerlo tan seguido y más de una manera tan descontrolada, pero era lo único que evitaba que estuviera nervioso ante la situación que estaba pasando. Tan pensativo estaba que no noto que alguien lo estaba observando desde la puerta de su habitación, Milo había salido por un vaso de agua y se sorprendió de verlo ahí. Por lo cual un poco preocupado se acercó.

Milo: no sabía que fumabas papá, aunque ¿sabías que fumar así es malo para la salud? - preguntó mientras el mayor se volteó a verlo.

Écarlate: ¿Que haces aún despierto a esta hora? - fue lo que pregunto mientras el más pequeño se paro aún lado suyo.

Milo: salí por un vaso de agua tenia sed - respondió sonriendo, Écarlate no pudo evitar dirigir su vista al anillo en la mano de su hijo, jamás pensó que algo así le llegaría a impactar y preocupar tanto.

Milo por su parte noto raro ese comportamiento en su papá, que lo viera de pies a cabeza, aún no sabía si estaba molestó por como se habían dado las cosas ese día, después de todo el tuvo que ir a separar a Aqua y Dafne de él ya que no quiso separarse de ellas de forma brusca para no lastimar las. ¿O acaso estaba molesto por lo que Aspros había dicho allá? ¿O por cómo su madre había tomado decisiones con Camus sin preguntarle?

Milo: ¿puedo saber por qué estás tan molesto? - pregunto preocupado mientras vio al mayor reír por lo bajo.

Écarlate: no estoy molesto, ¿de donde sacas esas tonterías? - pregunto mientras lo veía.

Milo: bueno... por todo lo que sucedió hoy, el compromiso, la fiesta, la pelea de esas dos. ¿O es por Aspros? - pregunto mientras vio al Écarlate tomar el barandal del balcón con bastante fuerza entre sus manos al nombrar al otro - no voy a aceptar lo que nos está ofreciendo si eso te hace feliz - le dijo.

Écarlate: lo que piense de lo que él te regale no debe importarte siempre y cuando te sirva y no sea dañino para ti Milo.

Milo: lo siento - se disculpó triste.

Écarlate: como dije no estoy molesto Milo. Estoy preocupado por lo que va a pasar después de que te cases - respondió mientras Milo lo vio confundido.

Milo: ¿Por qué lo dices? Camus es un buen chico, créeme papá no hay nadie mejor que el para que este conmigo - aseguró.

Écarlate: confío en tú buen juicio Milo, y claro que Camus es un buen chico y muy entregado para conseguir lo que quiere, se que será buen esposo.

Milo: ¿ya vez? No hay nada de que preocuparse - aseguró.

Écarlate: me preocupo, porque aún no me siento listo para dejarte ir Milo - confesó mientras Milo lo vio sorprendido - aún se me hace difícil darme cuenta de que ya no eres aquel bebé o aquel pequeño niño que necesitaba de mí para cuidarlo o sentirse seguro de lo que pudiera pasarle - aseguró mientras se ponía frente a frente con el - tú mamá, hizo que te convirtieras en una de las etapas más felices y tristes de mi vida ¿sabes? Antes me reía de ver a mis compañeros entrar en pánico porque decían que sus hijas o hijos tenían parejas o se casarían, creía que eran preocupaciones estúpidas y que esto era algo natural que no debía tomarse tanto a pecho. Pero gracias a ti me doy cuenta que realmente este sufrimiento es terrible e incluso me siento egoísta por seguir pensando que soy el único que puede protegerte de todos esos monstruos que hay allá afuera - confesó mientras el menor lo veía.

Milo: ¿realmente eso es lo que te preocupa tanto? - preguntó.

Écarlate: se que suena estúpido, pero así es, en pocas palabras me da miedo que Camus quiera ocupar mi lugar. También siento algo similar cuando hablamos de Aspros, se que suena infantil lo se, pero es lo que hay - confesó.

Milo por su parte confundido se acerco, para segundos después abrazarlo, mientras que con su barbilla pegada a su pecho lo vio, Écarlate sonriendo lo vio mientras veía como la luna se reflejaba en sus ojos, si. Sin duda había heredado los hermosos ojos de Mystoria, cosa que lo hacía ver encantador, esperaba que a Camus no se le ocurriera opacarlos con lágrimas o lo golpearia hasta dejarlo sin rostro.

Milo: realmente son preocupaciones tontas papá - respondió mientras el mayor volteó el rostro un poco rojo.

Écarlate; si ya se que son tontas gracias por recordarmelo - fue lo que molesto dijo, pero en su mente salió un- ahora se lo que siente Mystoria - fue lo que pensó.

Milo: digo que son tontas porque eso jamas podrá ser posible, nunca nadie va a poder remplazar a los dos mejores papás del mundo - dijo mientras el pelirrojo lo volvió a ver - ¿escuchaste? Eso jamás, ni Camus, ni el señor Aspros podrán hacer que cambie mi dependencia a ti, siempre voy a necesitar te tanto a ti como a mamá a pesar de que me case, necesitaré siempre de sus consejos, su apoyo, su amor y protección. Eso nadie va a poder cambiarlo, así que no te sigas preocupando por eso ¿si? No me gusta verte así, me rompe el corazón - fue lo que respondió mientras el otro sonriendo lo abrazó. No pudo evitar soltar un par de lágrimas del alivio que sintió al escuchar aquello.

Aunque gracias a lo silenciosa que estaba la calle pudo distinguir el sonido de un arma cargándose para disparar, por lo cual rápidamente se arrojo hacia adentró cayendo al suelo con Milo debajo suyo, intentando cubrirlo todo lo que podía con su cuerpo, mientras que escucharon como una ráfaga de disparos comenzaron a llegar, rompiendo algunos vidrios e incluso las macetas que Mystoria tenía en el balcón adornando con unas flores que Cardinale les había plantado. Cinco minutos fueron los que estuvo así para después escuchar como dejaron de disparar, pero se mantuvieron en el suelo cinco minutos para estar seguros de que realmente había parado.

Écarlate: Milo ¿estas bien? - preguntó mientras se levantaba un poco y el más pequeño asintió, Mystoria salió de su habitación preocupado después.

Mystoria: ¿ambos están bien? - preguntó mientras se acercó a revisarlos - estas bien Milo, ¿no estas herido? - preguntó mientras lo tomaba del rostro con sus dos manos, mientras Milo solo asintió claramente alterado.

Écarlate: llevatelo adentro - pidió mientras que agachado se acerco a de nuevo al balcón, mientras que Mystoria se llevó a su hijo mientras su hija también salió de la habitación, aunque rápidamente se preocupo al ver a su hermano temblando. Por lo cuál los siguió hacia la sala.

Écarlate por su parte se asomó, solo para darse cuenta de que en el edificio de enfrente cerraban suavemente la puerta de si balcón, se puso de pie y vio hacia abajo, aunque lo considero estúpido, ya que por la distancia y altura entre el suelo y su piso era imposible que las balas hubieran llegado, por lo cuál y como último sospechoso era el dueño de aquel departamento.

Écarlate: ¡hay que avisarle a Caín Mystoria! - grito mientras entraba, sin quitar la vista de ahí.

Se acercó rápidamente a la sala donde su familia estaba, y vio a Mystoria intentando calmar a su hijo para que dejara de temblar, mientras que su hija le ofrecía su vasito entrenador con leche tibia para calmar a su hermano. Él sonido de la puerta fue que lo alertó, caminó hasta llegar hasta ahí y observando por la mirilla de esta se dio cuenta de que se trataba de Dégel y su familia, así como también de Gestalt quien venía con un bate en sus manos. Abrió rápidamente mientras que los otros preocupados entraron.

Kardia: ¿Todos están bien aqui? Escuchamos el tiroteo - pregunto preocupado a Écarlate, Camus y Dégel por sus partes rápidamente se acercaron a Milo y Mystoria para revisar a Milo para su suerte solo vieron algunas pequeñas cortadas gracias a los cristales que habían caído en el pasillo. Por lo cuál Camus rápidamente abrió su botiquín con el cual después de sacar algodón, Alcohol y agua oxigenada comenzó a limpiar las heridas de su prometido.

Gestalt: ¿Que paso aquí Écarlate? - pregunto mientras el pelirrojo veía de vez en cuando hacia el balcón.

Écarlate: No lo sé, estábamos hablando cuando escuche que estaban cargando un arma y derrepente dispararon, por suerte logré quitarnos de ahí antes de que nos dieran - respondió para después ver a Camus acercarse.

Camus: Señor por favor tome asiento necesito desinfectar sus heridas - dijo haciendo referencia a los cortes que tenía también gracias a los cristales.

Écarlate: no tranquilo hijo estoy bien, por favor solo ocúpate de Milo - pidió mientras no dejaba de ver hacia afuera.

Camus: Señor por favor, Milo esta alterado porque cree que esta herido por favor acompáñeme y deje que cure las cortadas para que se calme - pidió mientras que Écarlate preocupado paso a ver a su hijo.

Gestalt: hazle caso a Camus Écarlate, no nos sirve de nada estresar más a Milo. Nosotros revisaremos esto en lo que mandan ayuda de la policía - pidió mientras él pelirrojo accedió sin mucho más remedio.

Mientras tanto.

Una mujer de cabellos tan oscuros como la noche y piel de color canela salía del modesto elevador, se acerco a paso elegante al recepcionista y entregó una llave.

Recepcionista: ¿se irá tan tarde señorita? - preguntó el chico preocupado.

Xx: no te preocupes estaré muy bien, mi compañero no llego esta noche así que, ¿que crees que haría yo sola allá arriba? - pregunto riendo mientras le pagaba el departamento que uso, así como también le dejaba una buena propina.

Recepcionista: muchas gracias señorita es usted muy noble - agradeció el chico.

Xx: jaja, no digas cosas así pequeño, que no soy para nada lo que tú dices - aseguró mientras salía del edificio, sonrió al ver la luna y dirigió su vista hacia el edificio de enfrente, sin más comenzó a caminar, perdiéndose así entre las calles de la desolada ciudad.

Mientras que escuchaba como las sirenas de las patrullas, que resonaban por todo el lugar se acercaban, rompiendo con la paz de aquella noche.

Xx: es una lástima que la gente no aprecie este agradable silencio, vaya que todos tenemos un pensamiento diferente - aseguró la mujer mientras se iba.

Continuará...

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