Sin remedio
Con Écarlate.
Écarlate. Gestalt y Kardia se había separado para cubrir más área, Écarlate seguía marcando, pero el teléfono solo sonaba y sonaba. Más nunca tenia respuesta.
Écarlate: ¿Dónde estás Milo? - preguntó preocupado mientras sentía como la lluvia caía con más fuerza sobre su sombrilla. Volvió a marcar mientras seguía caminando, viendo calles y callejones a como podía, la noche había caído y algunos callejones carecían de buena iluminación.
Mientras tanto.
Con Dégel.
Dégel intentaba bloquear la salida, pero de vez en cuando volteaba a ver la puerta del departamento de Mystoria para así asegurarse de que el peliceleste tampoco saliera.
Dégel: Camus, aún estás ardiendo en fiebre por favor vuelve a la cama - le pidió mientras intentaba no dejarlo salir se su casa.
Camus: no... solo quiero que me digas ¿dónde esta Milo? ¿Que tan cierto es que no a regresado a su casa? - preguntó preocupado.
Dégel: nada que ver Cam, únicamente se desvío a casa de un amigo suyo, justamente Écarlate fue a traerlo tranquilo - animo el.
Camus: ¿y quieres que te crea eso? Mamá. ¿Si te diste cuenta que vi cuando mi papá tomó la sombrilla y se fue junto con el señor Gestalt y el señor Écarlate a buscarlo? - preguntó - además... Mü me acaba de llamar preguntando porque no fue a clases y el único amigo al que podría buscar seria a Radamanthys, pero el desapareció hace un mes - dijo mientras Dégel se vio acorralado.
Dégel: solo vuelve a la cama por favor - ordenó ya un poco más molesto.
En eso vio como Mystoria sosteniéndose de la pared, salía, por lo cual corriendo se acerco a él.
Dégel: ¿tú también vas a seguir de necio? Vuelve a la cama Mystoria, vas a perder a tú bebé si no lo haces estás delicado - regañó.
Mystoria: no... tengo que salir, tengo que encontrar a Milo - respondió.
Dégel: Écarlate, Kardia y Gestalt fueron a buscarlo Mystoria. Tú debes descansar, si algo te llega a pasar o al pequeño por esto. Milo se sentirá mal ¿acaso quieres eso? - preguntó mientras el peliceleste negó - bien, vamos a dentro. En mi casa los podré vigilar a los dos - dijo mientras se giraba a los dos menores que se habían quedado sujetando los pies de Camus para que no siguiera caminando - buen trabajo Hyoga e Isaac - felicito.
Mientras tanto.
Con Milo y Krest.
Milo por su parte por fin había podido recobrar el conocimiento, dándose cuenta ahora si de él lugar donde se encontraba. Como un bunquer subterráneo. Se levantó del suelo y se sentó.
Krest: bien, despertaste, creí que ya te habíamos perdido - se burlo.
Milo: este lugar... este lugar me recuerda a algo - dijo ignorando lo que el otro le había dicho mientras se ponía de pie - Si... ya lo había visto - afirmó.
Krest: ¿entonces sabes donde estamos? - preguntó.
Milo: No... pero, estoy seguro que lo e visto antes, cuando era más pequeño - dijo mientras se acerco a una de las paredes del cuarto donde se encontraba.
Pegando su oído ahí, esperando escuchar algo, hasta que la puerta del lugar se abrió, por lo cual rápidamente se alejó para correr al colchón donde en un principio, lo habían dejado. Encontrándose con uno de los hombres que lo había traído. Con un casco que prácticamente le cubría todo el rostro, como si fuera uno de cuarentena, con una bandeja en sus manos.
Xx: ¿Que estabas haciendo? - preguntó.
Milo: - no respondió -
Xx: hm... te traje la cena - dijo mientras se acerco y coloco la bandeja en el suelo, para después acercarse un poco más a Milo que por inercia se alejó - vaya parece que ya regresaste en sí - felicito.
Milo: ¿Que me van a hacer? - preguntó mientras escucho al tipo suspirar mientras agachaba la cabeza.
Xx: me gustaría responder a eso. Pero ni siquiera yo lo sé. No sé qué a sucedió con todos los niños que an llegado antes de ti, solo me encargo de alimentarlos - respondió.
Milo: ¿pero es para algo malo? - preguntó.
Xx: Hm... pues no creo, es más, e escuchado que an salvado cientos de vidas, asi que no te preocupes. Lo mejor será que comas, te lo recomiendo, mañana comienzas con las primeras pruebas según me contaron - dijo mientras se ponía de pie y se iba.
Krest: ¿Que le pusiste? - preguntó mientras el otro paro de caminar y se giro a verlo.
Xx: Ya lo tienen aquí abajo, ¿por que motivo crees que lo querría drogar? - preguntó - ¿no quieres nada tú?
Krest: Paso... - respondió mientras el otro se alzo de hombros y se fue.
Milo: mamá... - susurró triste mientras dirigía su vista hacia la pequeña ventana que había, por la cual entraba un poco de la luz de la luna.
Mientras tanto.
Por otro lado.
Deathmask caminaba por las calles, cubriéndose con una capa de la lluvia, viendo de vez en cuando al cielo, necesitaba un consejo.
Paro de caminar justo frente a una casa, la cuál no era tan grande pero era elegante, adornadas con preciosas rosas, se acerco rápidamente a la puerta y tocó, se quito la capa y momentos después le abrieron.
DM: em... ¿Disculpe señor Manigoldo? ¿Su hijo se encuentra en casa? - preguntó.
Manigoldo: ¿hablas de Afrodita? - preguntó.
DM: si de Afrodita - respondió - ¿acaso tiene más payaso? - preguntó.
Manigoldo: ¡Afrodita! - grito - no se si esta en casa, pero anda pasa adelante - le animo mientras abría la puerta - creo que esta en su habitación - dijo mientras se devolvía a la cocina, en eso apareció Albafica.
Albafica: Angelo, buenas noches ¿que te trae por acá? - preguntó.
Manigoldo: por su puesto que una flor - grito desde la cocina.
Albafica: - giro los ojos mientras negaba -
DM: disculpe señor pero ¿me dejaría hablar un momento con Afrodita? - preguntó.
Albafica: claro adelante - dijo mientras se movia aún lado, el joven pasó pero fue detenido al escuchar gritar al mayor un - ¡Manigoldo, espero y no hayas quemado el pollo! - grito al ver la casa comenzar llenarse de humo.
Deathmask al escuchar esto solo apresuró el paso y subió a la segunda planta, buscando a Afrodita, para su sorpresa escuchó una pequeña voz femenina salir de aquella habitación, y cuando llego, vio a una pequeña niña de cabellos cafés, pintando con esmalte las uñas de Afrodita, que la ver a su amigo le dijo a la niña.
Afrodita: mejor ve con mamá Agasha, estoy seguro que le gustará tener una mano ahora que papá quemo la cena - bromeó mientras la menor sonriendo asintió y dijo.
Agasha; a la orden hermano mayor - dijo la pequeña para después despedirse del peliazul e irse corriendo de ahí.
DM; ¿y eso? - preguntó sorprendido.
Afrodita: es mi nueva hermanita. Se llama Agasha, mamá por fin pudo adoptarla esta mañana - respondió mientras el otro se sentó sobre la cama.
DM: muchas felicidades.
Afrodita: Si es buena niña - aseguró - bueno, ¿y que querías decirme? - preguntó.
DM: solo quería un consejo. Es que veras, en el hipotético caso de que alguien que conoces, esta haciendo algo malo con la intención de salvar a otra persona y con eso hará daño a otras ¿que harías? - preguntó.
Afrodita: curiosa pregunta, pero hay mejores formas para salvar aún ser querido, no es necesario lastimar a alguien más para hacer eso.
DM: si tienes razón pero. ¿Que pasaría si esa persona tuviera algo que podría salvar la vida de otra y que no se puede encontrar en otra más que en él? ¿Crees que estaría bien tomar ese algo a la fuerza aunque eso implique la muerte de esa persona que lo tiene? - preguntó mientras el otro curioso lo vio.
Afrodita: ¿a que quieres llegas Masky? No me hagas pensar cosas que no son.
DM: no es nada, solo es que esas es una de las preguntas que viene en mi exámen de médico forense - respondió nervioso.
Afrodita; bueno, creo que eso deberías preguntarle a mi papá, el podría resolver esa duda - respondió.
DM: si tienes razón. Perdón si incomode.
Afrodita: ¿no haz sabido nada de Shura?
DM: - negó -
Afrodita: que lastima, prometió que iríamos a comprar un helado una vez haya arreglado ese problema con su padre.
DM: el señor Cid es muy terco, le tomará un tiempo convencerlo de lo que sea que ese loco quiere hacer - respondió.
Afrodita: tienes razón - respondió mientras veía hacia el cielo - hace un tiempo vi a Milo ¿sabes? Y no se al pensar en el, un mal presentimiento no me deja. ¿Le habrá sucedido algo? - preguntó mientras vio al otro ver con tristeza el suelo - ¿que te pasa? - preguntó.
DM: Tengo algo que confesarte Afrodita y esto realmente es serio - le dijo mientras el otro lo vio confundido.
Por otro lado.
En el hospital.
Asmita por su parte una vez más iba a visitar a su amado esposo, que se veía un poco más calmado, pero aún no había pasado lo más grave.
Deuteros: ¿Cómo están los niños? - preguntó.
Asmita: todos están bien no te preocupes, les deje la comida hecha antes de venir, Kanon no los mandara al hospital no te preocupes - le dijo mientras el otro solo río al escuchar aquello.
Deuteros: deberías traer al notario, firmare de una buena vez mi testamento para que no se peleen - bromeó.
Asmita: no digas eso, te vas a poner bien - respondió rápido.
Deuteros: seamos realistas Asmita, mi situación cada vez empeora más y a no ser que encontremos un donante no podemos hacer nada.
Asmita: aún no entiendo porque te niegas a decirle a Aspros, estoy seguro que comprenderá y te ayudará.
Deuteros: mi hermano tiene que vivir su vida y encargarse únicamente de por lo menos traer un pequeño de su parte al mundo, no es justo que se la pase toda la vida atado a mi - respondió.
Asmita: Pero...
Deuteros: Ya no sigas Asmita, ya dije que no. No quiero que mi hermanito se ponga en peligro por mi culpa - fue con lo único que finalizó.
Su esposo por su parte solo cerró los puños con bastante impotencia, no quedaba de otra, su esposo no le estaba dando alternativa. Así que así se tendría que hacer, no había alternativa.
Continuará...
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