Siguiendo con Milo y Camus.

Se había quedado callado en su lugar, solo observando a Camus. Quién a su vez sentía que la había regado, pasaron diez minutos en no pronunció ningún sonido. Hasta que vio cubrió su rostro con sus dos manos, para después caer de rodillas al suelo y ponerse a llorar, asustado a su novio, hasta que Kardia en un intento estúpido por quitar el estrés del ambiente dijo.

Kardia: de solo pensar que quieres amarrarlo a ti ya le dio miedo - dijo mientras los demás mayores, lentamente se giraron a verlo molestos - perdón... - fue lo que dijo al sentirse intimidado por todos los presentes.

Camus: ¿Qué ocurre? Si no quieres esta bien, con un simple no hubiera bastado no es necesario que te pongas a llorar - le dijo preocupado mientras intento guardar de nuevo el anillo, aunque grande fue su sorpresa cuando sintió que Milo lo golpeó haciéndolo caer de espaldas, para después molestó verlo.

Milo: claro, ahora es simple decirlo ¿no? Por supuesto que quiero casarme contigo pero me hiciste perder mi quincena de este mes - dijo molesto mientras el otro lo vio confundido.

Tiempo después vieron a un sonriente Mü saliendo de la habitación de Milo, el cual dijo.

Mü: muchas gracias Camus. Ahora tendré dinero suficiente para poder ayudarle a Shaka a abrir su restaurante - agradeció.

Camus: ¿de que están hablando? - preguntó confundido.

Mü: te lo explico, le aposte a Milo mi sueldo porque sabía que pedirías su mano antes de que cumpliera los 20 años de edad, Milo aseguró que sería después de haber cumplido los 20 y también apostó su sueldo de esta quincena justo antes de que todos ustedes entrarán - hablo burlonamente - Milo quiero todo el dinero para el día del pago por favor y muchas gracias a todos y adiós - dijo mientras se iba del lugar.

Un silencio se instalo en el lugar, para después ver al menor sentado en el suelo, haciendo un puchero mientras mantenía sus brazos cruzados. El cual únicamente estiro su mano y en un arrebato le quito el anillo a Camus para después ponérselo, para después decirle a su papá.

Milo: ¿me podrías prestar dinero durante este tiempo? - le pregunto a Écarlate que solo suspiró. Para después asentir.

Écarlate: te lo daré mañana - le respondió. Camus después un poco confundido preguntó.

Camus: ¿entonces eso es un si? - preguntó mientras Milo lo vio.

Milo: claro que si tonto, pero no vuelvas a hacer cosas sin consultarme primero, ¿sabes cuanto dinero perdí gracias a ti? - preguntó molesto.

Camus: muchas gracias y perdón señor, pero yo no le dije que hiciera algo tan tonto como apostar toda tú quincena en una estúpida apuesta, pero espero y esto te sirva de escarmiento - le dijo mientras el otro lo vio ofendido.

Camus por su parte adoraba esos gestos que Milo le dedicaba cuando estaba feliz o molesto, por lo cual y sin pararse a pensar que los mayores los estaban viendo se acerco a Milo y le robo un beso. Uno largo mientras escuchaban que los mayores aplaudieron, cuando se separaron se giraron a verlos, todos estaban sonriendo, Mystoria aún sin poderse creer que le habían ganado en algo pero estaba feliz por ese hecho. Milo por su parte se le bajo un poco el enojo y abrazo a su amado lo más fuerte que pudo, mientras que disimuladamente baja a ver el anillo, preguntándose como le hizo para conseguirlo a su exacta medida.

Después de eso los mayores se levantaron para poder felicitarlos por el nuevo comienzo, aunque aún todos negándose a creer que sus bebés habían crecido tan rápido. Cosa que hizo llorar a Dégel y Mystoria que no se pudieron contener y comenzaron a llorar mientras los demás los veían asombrados.

Continuará...