Respuesta
Siguiendo con Mystoria y Dégel.
Mystoria: bueno, supongo que tienes razón.
Dégel: no te preocupes Mystoria, a su edad es normal, bueno no es normal que se deje llevar por impulsos como un adolescente pero... tú me entiendes.
Mystoria: ¡ay! No se que hacer, me siento confundido - dijo mientras se agarraba del cabello con mucho estrés.
Dégel: pero dime algo, ¿Écarlate no te gusta? ¿Ni un poquito? - preguntó mientras que Mystoria pasó su mano izquierda en repetidas ocasiones sobre su brazo derecho.
Mystoria: Écarlate es un chico muy agradable y amable, realmente me e sentido muy cómodo y reconfortado con su compañía, es por eso mismo que tengo miedo, miedo de que esto no funcione y toda esa comodidad se vaya.
Dégel: comprendo... pero ¿no crees que Écarlate hará hasta lo imposible por que eso funcione si le das el si? - preguntó.
Mystoria: claro que se que lo hará, sin embargó el problema soy yo, mis inseguridades aun son muchas y no me gustaría decepcionarlo - indico mientras vio al peli verde ponerse de pie.
Dégel: bien... ya que veo que si quieres pero no te ánimas tendré que darte un empujón o más bien, tendremos que darte un empujón - dijo mientras veía a los bebés, sonrió de una forma que hizo a Mystoria preocuparse por como veían a su hijo.
Mystoria: Oye... ¿que vas a hacer? - preguntó al mismo tiempo que Dégel cubrió su boca con su mano.
Dégel: tranquilo confía en mi, te aseguro que no te arrepentirás - le dijo sonriendo.
Mystoria estaba preocupado, y más al ver que aquel hombre sacó su teléfono y llamó a su esposo.
Mystoria: no se porque pero siento que debo preocuparme - pensó él mientras veía a Dégel ver a Milo y Camus jugar.
Más tarde.
En la noche.
8:00 PM.
En el departamento de Écarlate
Écarlate había sido llevado por Kardia hasta su departamento, ¿por qué? Bueno, el peli azul dijo que quería tomar unas copas con él, "para aliviar las penas" ¿cómo se entero él de sus penas? Sabrá Dios, pero tampoco iba a negar que necesitaba algo de ayuda para como se sentía en esos momentos.
Kardia: pobre cosita fea... ¿entonces te batearon tan bien como pelota de béisbol? - preguntó mientras el otro suspiró.
Écarlate: no te burles, no todos tenemos la suerte de cierto bicho malicioso - dijo provocando que Kardia le diera un fuerte golpe en la espalda.
Kardia: respeta a tus mayores insecto - le dijo molesto.
Écarlate: jaja, perdón señor - dijo mientras el otro lo vio más ofendido que nunca.
Kardia: ¿señor yo? ¿Cómo te atreves? Estoy en la mera plenitud de mi juventud, tengo 27 años para tú información.
Écarlate: ¿en serio? No se nota, te miro como de 50 - dijo haciendo que el otro escupiera la cerveza que se estaba tomando.
Kardia: ¡¿Perdón?! - preguntó ofendido.
Écarlate iba a responder cuando la puerta sonó, confundido por eso se levantó a abrir, Kardia por su parte solo siguió tomando su bebida, al abrir el pelirrojo lo primero que noto en la puerta fue a Milo, quien estaba sentado ahí, al verlo el bebé sonrió mientras que Écarlate confundido lo levantó.
Écarlate: ey... ¿que estas haciendo aquí? - preguntó mientras lo cargaba, vio que el pequeño tenía una nota pegada con cinta adhesiva, confundido la saco - ¿quien te dio esto? - preguntó mientras vio al pequeño verlo confundido, se sintió idiota al recordar que el niño no podía responder.
Al darse cuenta que tenía que regresar al niño con su mamá, Pensó en pedirle a Kardia que se lo llevará, aunque al ver que este ya estaba tambaleándose un poco se arrepintió, tal vez se caía y golpeaba al pequeño. Por lo cual suspiró para después decirle.
Écarlate: ¡ahora vuelvo! ¡iré a encaminar a la visita! - informó.
Kardia: si, si adelante - dijo mientras se volteaba para verlo - oye ¿ese no es el nuevo amiguito de mi hijo? - preguntó sonriendo totalmente ebrio.
Écarlate: eh... no se lo recomiendo - dijo para después ver a Milo y hablarle - mira eso Milo, ese futuro es el que te espera si no estudias - le susurro a Milo el bebé al escuchar eso sonrió inocentemente.
Kardia: no te preocupes Milo, serás un viejo sabroso. Y por eso ese fósforo malhumorado te envidia - dijo mientras Écarlate no supo si reír o darle un golpe por lo dicho.
Milo: ma-má... - comenzó a decir mientras saltaba en los brazos de Écarlate, el pelirrojo por su parte salió de su departamento y cerró la puerta mientras se acerco a la de su vecino, tocó pero vaya sorpresa se llevó al ver que está, estaba abierta.
Écarlate: bueno... ahora sabemos como fue que escapaste - le dijo a Milo, quien solo lo veía. Écarlate por su parte abrió un poco la puerta - ¡Hola! ¡¿Mystoria?! - grito para que el joven lo escuchará, pero no hubo respuesta, por lo cual un poco preocupado entro - ¡¿Mystoria?! - volvió a llamar.
Mystoria: aquí estoy - respondió saliendo de la cocina.
Écarlate: ay gracias a Dios, me tenias preocupado, estaba la puerta abierta y Milo por alguna extraña razón llegó a mi puerta y por eso vine a verte dime ¿estás bien?
Mystoria: Si gracias - respondió mientras recibía a Milo.
Dégel por su parte y con Camus ya dormido salió lo más sigilosamente posible del departamento y cerró de la misma forma, afuera del lugar ya lo esperaba Kardia, recostado en la pared, sonriendo al ver que su hijo estaba dormido.
Dégel: bien... creo que es todo lo que podemos hacer por ellos - le informó.
Kardia: Si, ahora todo depende de Mystoria, bien... ¿nos vamos? Tenemos mucho que desempacar - dijo mientras sacaba unas llaves.
Dégel: ay ni me lo recuerdes - expresó cansado mientras veía a Camus - para que veas todo lo que nos haces hacer - le susurro un poco molesto a su hijo que seguía dormido.
Kardia: ¿le contaste que nos mudamos a tres apartamentos de ellos? - preguntó mientras se acercaba al departamento contiguo al de Écarlate.
Dégel: no quiero que sea sorpresa, aunque aún quiero saber como le hiciste para movernos tan rápido - le reveló mientras Kardia abría la puerta para que entrará.
Kardia: Créeme, tengo mis métodos - le respondió mientras cerraba la puerta tras de sí.
Volviendo con Mystoria y Écarlate.
Écarlate: por cierto, encontré esto pegado a Milo - le dijo mientras le devolvía tanto la carta como a Milo.
Mystoria: esa es tuya, ¿aún no la haz visto? - preguntó mientras recibía a su hijo.
Écarlate: ¿para mi? - preguntó confundido, mientras el otro asintió - ¿quieres que la habrá ahora? - preguntó.
Mystoria: si no quieres no estas obligado - le dijo rápidamente.
Écarlate por su parte lo vio por breves momentos para después ver la carta, la cuál se decidió abrir, si era una orden de alejamiento mejor saberlo ahora y no cuando estuviera en la cárcel ¿verdad?
Mystoria por su parte un poco nervioso solo se aferraba a Milo, ¿y si se había equivocado? ¿Y si solo había sido un desliz del momento, estaría quedando como un completo idiota, el solo pensar en esa idea le era preocupante.
Continuará...
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