7 años después...

Narra Écarlate.

7:00 AM.

Lunes por la mañana.

Hoy era un día muy especial para Milo, hoy seria su primer día en la escuela y como no tenía día libre, pues me ofrecí a llevarlo, el que no estaba muy feliz por eso era Mystoria, el quería llevarlo a la escuela hoy pero no le dieron permiso en el trabajo. Lo único que había escuchado salir de sus labios hoy antes de irse a trabajar fue un... "maldito Abel" y también que por eso Caín le caía mejor.

Écarlate: bien, terminamos de preparar la refacción - susurre mientras cerraba la lonchera, aunque Milo aún no había despertado, así que fui a tocar la puerta de su habitación - Milo, hora de levantarse hay que ir a la escuela - le indique mientras tocaba la puerta.

Pasaron cinco minutos cuando el salió de la habitación, restregandose sus ojos con sus manitas, y su sábana sujeta a su mano derecha.

Écarlate: hay que estar a las siete y cincuenta en la puerta de la escuela nene, ve a bañarte. Yo dejaré tú uniforme en la cama para que te cambies tú mamá ya lo dejo listo antes de irse - le indique sonriendo.

Milo: muy bien - respondió mientras se dirigía al baño. Yo solo lo vi, vi como estiro su manita para girar de la perilla de la puerta y entro, yo aproveche para entrar a mi habitación, dónde Mystoria había dejado el uniforme esta mañana.

Después de dejar tanto el uniforme como sus zapatos sobre su cama salí de la habitación, y me volví a meter a la cocina para poder preparar el desayuno. Siempre estando pendiente a cualquier golpe claro. Milo tenía la mala costumbre de caerse de vez en cuando en el baño.

No pasó más de diez minutos cuando apareció envuelto en su toalla y se encerró en su cuarto y después de eso, fueron otros 15 minutos más en los que yo terminé de hacerle sus panqueques cuando salió vestido con su uniforme, y con una toalla en su cabeza, tratando de no mojar la camisa.

Écarlate: vaya, cuando tú mamá me dijo que ya podías vestirte no me lo creí - le dije mientras el solo me vio.

Milo: ¿Mamá te dijo? - preguntó.

Écarlate: si, se lo estaba presumiendo a todo el mundo. Ya eres un niño grande felicidades - le felicite mientras el sonrió - es muy bueno que ya sepas vestirte tú solo, hay niños de tú edad que necesitan todavía que los ayuden hasta a bañarse.

Milo: Mamá dijo que no todo el tiempo podrán estar detrás mío, así que tenía que aprender lo esencial - respondió.

Écarlate: Vaya... Mystoria esta adelantado a todo.

Milo: ¿Cómo es la escuela papá? - preguntó mientras yo me acerque a darle sus panqueques - ¡Panqueques! - grito feliz.

Écarlate: rápido come, tenemos que secarte el cabello - le pedí mientras el asintió y se puso a comer - sobre tú pregunta, la escuela es un lugar divertido. Podrás conocer a muchos más niños de tú edad y hacer nuevos amigos, no tendrás que depender siempre de Camus o Mü - dije mientras comenzaba a frotar su cabello con la toalla para quitar el exceso de humedad.

Milo: Pero Mü y Camus irán en él mismo salón que yo o ¿no? Mi mamá me dijo que así iba a ser y que no me separara de ellos - respondió mientras me veía.

Écarlate: así es... pero podrás hacer más amigos, nadie te asegura que esos dos van a estar pegados a ti todo el tiempo en cuanto estén ahí.

Milo: ¿eso quiere decir que Mü y Camus ya no serán mis amigos?

Écarlate: probablemente - le respondí mientras el me vio, para después volver a dirigirse a su plato y decirme.

Milo: eres malo - aseguró mientras metía un pedazo de panqueque a su boca.

Écarlate: ¡¿Perdón?! - le pregunte ofendido.

Nuestra conversación se vio interrumpida al ver que el terminaba su desayuno, rápidamente lo ayude a bajarse de la silla y lo lleve a mi habitación, dónde lo senté en una silla de madera que tenía ahí, agarre la secadora de cabello y la conecte al enchufe, después con cuidado quite la toalla de su cabeza y extendí su cabello, para comenzar a secarlo. Todo iba relativamente bien, hasta que me di cuenta que ya eran las siete y cuarenta.

Écarlate: ¡Ay ya es tarde! - grite asustando a mi hijo, que rápidamente se volteó a verme.

Me apresure a secar lo más rápido posible su cabello, para después peinarlo lo más rápido pero delicado que podía, aunque debía admitir que el cabello de este niño no cooperaba y se quedaba trabado a medio cabello. Llegó al punto que terminamos partiendo el peine por la mitad. Ambos nos quedamos sorprendido y asustados por eso.

Écarlate: creo que este era el peine favorito de tú mamá - le dije mientras el asustado asintió.

Mientras tanto.

Con Mystoria.

Narración normal.

El peliceleste por su parte estaba triste. Él quería ir a dejar a su pequeño en su primer día, pero no se le había permitido. La razón era simple, Caín estaba enfermo y por eso no lo habían dejado.

Shijima: cambia ya esa cara Mystoria, Écarlate va a enviarte una foto ¿no? - preguntó.

Mystoria: si, pero no es lo mismo, me hubiera encantado estar en este momento tan importante en la vida de mi bebé - dijo con pesadez.

Shijima: ya lo se Mystoria, ya lo se, todos compartimos tú dolor a todos nos hubiera encantado ir a ver a tú hijo entrar a la escuela.

Myu: ¡pero esperamos con ansias esa foto! - grito mientras pasaba cargando un montón de papeles.

Mystoria por su parte sonrió, al mismo tiempo que veía su computadora, ansioso por qué llegara la hora de que Écarlate le enviará la foto que prometió, aunque algo le decía que ese par estaba corriendo en el departamento porque se les había hecho tarde.

Mystoria: son un par de impuntuales los dos - fue lo que susurro mientras comenzaba a teclear en la computadora.

Volviendo con Écarlate y Milo.

Écarlate corría y corría con Milo cargado en sus brazos, lo baja por ciertos momentos y después lo volvía a cargar, para su suerte, sabía de un atajo que lo llevaría rápidamente a la escuela. Y así fue, llegaron justamente cuando comenzaban a entrar los niños.

Écarlate: muy bien pequeñín, ya estamos aquí, ve con cuidado por favor y si alguien te molesta le dices a tú tío Dohko o a tú tío Shion, nada de peleas pero si no esos niños no se calman golpealos ¿entendido?

Milo: mamá dijo que no tenía que golpear a nadie - fue lo que respondió.

Écarlate: si así es... pero si no te dejan en paz olvídate de las palabras de mamá y haz lo que papá te dice ¿si? - pregunto a lo que el menor asintió.

Écarlate le dio un pequeño beso en su frente y después le dijo que se fuera, hasta que se acordó del regalo de Mystoria, por lo cual lo agarró rápidamente del bracito y lo paro frente a una de las paredes de la escuela, la cuál parecía estar pintada por alguno de los grupos de primer ingreso de hace un año. Saco su teléfono y tomo la fotografía.

Écarlate: es para mamá, ahora si ve, si no vengo a recogerte yo vendrá tú mamá, no te vayas con ningún extraño ¿esta bien? - preguntó a lo que Milo asintió para después ir corriendo hasta la escuela, mientras Écarlate lo veía, para después enviar la foto.

Regresando con Mystoria.

El sonido de su teléfono lo hizo temblar nervioso, al mismo tiempo que una corriente eléctrica invadía su espalda, no sabía como explicarlo. Sacó su teléfono lo más pronto que pudo para después rápidamente meterse al mensaje que le había enviado su esposo.

"Parece que heredó lo guapo de ti 😘"

Eso era lo que le había enviado junto con la foto de Milo, Mystoria sonrió bastante feliz al verlo con su primer uniforme. Para después responder.

"Pues claro, ¿de quien más?"

Eso fue lo que escribió entre risas, para después mostrar la foto a Shijima quien al igual que el sonrió enternecido por ver como se veía la cosita de 8 años ya. Con su primer uniforme.

Continuará...

La imagen del multimedía fue la que Écarlate envió, agradezco al señor cerebro por su aporte.