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¿Perdona?

Con Milo.

Lo más rápido que pudo se subió al elevador, presiono el botón del primer nivel y suspiró, para después revisar que llevará todo lo necesario, su gorra y su mandil por si le tocaba estar en la cocina.

Milo: me duele la cabeza - susurró mientras que después de unos minutos la puerta del elevador se abrió, dejándolo en el primer piso. Salio del elevador y comenzó a correr.

Corrió y corrió por toda la calle principal, ahora si sin detenerse a ver nada hasta que llegó a la cafetería, donde vio a uno de sus compañeros esperandolo en la puerta, con un cronómetro en su mano, sonriendo.

Xx: tres, dos, uno - contó para después ver al más pequeño parar de correr delante suyo, tratando de respirar - llegas cinco minutos tarde Milo - dijo mientras enseñaba el reloj de mano.

Milo: lo siento, lo siento, lo siento - se disculpó.

Xx: no te preocupes, supongo que aún debes pensarlo dos veces antes de salir del edificio solo - aseguró el rubio mientras Milo asintió - bueno anda, el jefe aún no a venido y como me caes bien lo dejare pasar por hoy - dijo sonriendo mientras Milo de la misma forma entró.

Volviendo con Mystoria.

El peliceleste terminaba de arreglar el cabello de Aqua, mientras Écarlate se encargaba de preparar la pañalera. El peliceleste le dio un beso en la cabeza a la menor y la sentó sobre la cama, para después decirle a su esposo.

Mystoria: iré a hablar con él - le dijo.

Écarlate: de acuerdo, solo no lo regañes tan fuerte, debe de haber una muy buena explicación para lo que sucedió ayer y el te la dirá - aseguró.

Mystoria: Si... supongo que como Aspros me altera e estado exagerando lo todo como dijo Camus - menciono recordando lo que el menor le había dicho.

Suspiró y decidió caminar hacia la habitación de Milo, llamó a la puerta un par de veces, pero al no recibir respuesta más que la de Coco confundido decidió abrir, solo para darse cuenta de que la habitación estaba vacía, Mystoria suspiró para calmarse mientras hacía una pequeña suposición, era obvio qué se había escondido para evitar su llamada de atención, pero ¿Dónde? Un nombre se le vino a la cabeza, al mismo tiempo que sonrió y dijo.

Mystoria: ay Cardinale, Cardinale, Cardinale, espero que tengas a Shijima ahí contigo de refuerzo - dijo al mismo tiempo que volvió a dirigirse a su habitación, para después decirle a Écarlate - Cambió de planes.

Écarlate: ¿Por? - preguntó mientras lo veía entrar y cargar a la bebé.

Mystoria: se escapo - respondió serio.

Écarlate: ¡¿Qué? Hacía donde? - preguntó mientras vio a su esposo sonreír.

Mystoria: ¿si fueras Milo en donde te esconderias? - preguntó mientras vio al mayor suspirar.

Écarlate: prometeme que no le dirás nada al pobre Cardinale - le dijo mientras vio al peliceleste comenzar a caminar - amor, sabes que lo quiere mucho, solo dile lo que pasó y el mismo le llamara la atención - le dijo mientras lo seguía - ¡Oye! ¡Sólo déjame hablarle a Camus! - gritó mientras escribía en su teléfono.

Mientras tanto.

Con Milo.

Milo por su parte preparaba un café latte, aún con dolor de cabeza claro estaba, aunque debía admitir que no recordaba nada de lo que había hecho el día de ayer.

Mü: Milo, se te está derramando el café - le advirtió mientras el menor rápidamente pasó a ver, al darse cuenta del desastre suspiró mientras que con molestia comenzaba a limpiar - oye, ¿por qué mejor solo te encargas de las mesas? - preguntó mientras el menor solo asintió y se fue de ahí mientras Mü limpiaba.

Se acerco a los clientes que llegaban, tomaba sus pedidos y se los llevaba a Mü que hacía la preparación de todo para después dárselos y el llevarlos a las mesas, tuvieron una mañana muy agitada, pero pudo lidiar con todo, total, no llegaron clientes molestos ese día, cosa que agradeció, pero por alguna extraña razón sentía que debía preocuparse por algo.

Con Mystoria.

El peliceleste había llegado más rápido de lo que canta un gallo a al florería de su amigo, quien estaba siendo ayudado por su hijo a acomodar todas las nuevas flores que habían llegado.

Cardinale: a ver, a ver, a ver. Te equivocas Mystoria, Milo no esta aquí - se defendió rápido.

Mystoria: por favor Cardinale. No quieras engañarme, tú y Shijima siempre an dicho que antes de lograr pegarle a Milo tengo que pasar encima de ustedes, así que no quieras esconderlo ahora - dijo mientras el rubio río por lo bajo, para después decir.

Cardinale: amigo, ¿te das cuenta del día en el que estamos? - preguntó.

Mystoria: ¿y ahora que tiene que ver eso con lo otro?

Cardinale: hoy es domingo. Hoy tú hijo va a trabajar, por eso te dijo que no puede estar escondido conmigo - le recordó mientras Mystoria recordó, golpeándose la cabeza mientras el rubio río - ¿oye que ocurre? Que hizo el pequeño para tenerte tan molesto - preguntó.

Mystoria: Cardinale, necesito tú consejo amigo - rogó mientras el mayor lo vio preocupado, ¿tan grave era?

Volviendo con Milo.

Milo veía aburrido a Camus, quien por su parte lo veía confundido.

Milo: ¿lo olvidaste? - preguntó serio.

Camus: yo no e olvidado nada, Milo, tus papás quieren pasar tiempo contigo ¿y tú te les escapas? ¿Dime atención no era lo que querías? - preguntó molesto mientras el de cabellos azules limpiaba la mesa.

Milo: Camus, claro que quiero pasar tiempo con ellos, pero tengo responsabilidades que atender y hoy es domingo. Y por si se te olvidaba hoy trabajo aquí en la cafetería hasta medio día - recordó molesto.

Camus: ¿en serio hoy trabajas? - preguntó preocupado, ¿el había cometido el error esta vez?

Milo: ¿vez lo que digo? - preguntó molesto mientras lo veía - no me prestan atención, se les olvidan muchas cosas de mi vida Camus, no puedo creer que un montón de desconocidos me pongan más atención que mi propia familia, se siente horrible Camus, se siente horrible que incluso tú novio se olvide de ti. Bueno, si noviazgo es como aún se le puede llamar a lo que tenemos - aseguró ofendido mientras se llevaba la bandeja con las tazas sucias.

Camus: Milo - llamo mientras veía al menor desaparecer tras la puerta que separaba al comedor de la cocina.

Milo por su parte con unas grandes ganas de llorar se fue a la sala de descanso a esconderse, ¿acaso estaba exagerando? Cada vez sentía que se alejaba más y más de todos aquellos a los que el sintió cercanos en algún momento, en eso vio que su jefe salia del almacén y confundido lo vio, el rápidamente se dio la vuelta y se seco las lágrimas.

Xx: ¿Que ocurre? ¿Alguien te molesto? - preguntó mientras se acercaba.

Milo: Señor Hades, ¿usted cree que exagero las cosas? - preguntó mientras el pelinegro lo veia.

Hades: bueno, no. ¿Por qué preguntas eso? - preguntó mientras se acercaba y tomaba asiento aún lado suyo.

Milo: es que, siento que desde que mi pequeña hermana nació, todo el mundo se distanció de mi y que tampoco me prestan atención, mi novio vino a decirme que planearon un día en familia, pero ellos ya sabían de ante mano que hoy vendría a trabajar, pero resulta que el malo de la historia y el que no quiere convivir con ellos soy yo - dijo mientras el mayor lo veía.

Hades: bueno, con lo que te pasó. Es muy normal que pienses así, después de todo tus secuestradores te vigilaban a cada media hora e inconscientemente tal vez te acostumbraste a eso, y por eso tal vez te sientes así.

Milo: ¿en serio?

Hades: la verdad no se Milo. No soy psicólogo, pero si quieres tomarte el día para descansar de todo este estrés puedes retirarte.

Milo: ¿de verdad?

Hades: Si, no me sirve de nada tenerte aquí así, todos vienen por tú sonrisa bonita no por tu cara de perro regañado.

Milo: me siento ofendido.

Hades: se que tener hermanos es estresante, tengo dos hermanos menores y me llegan al... - se quedó callado - perdón, perdón. Pero no pienses así Milo, estoy seguro que tus padres te aman y se preocupan por ti, pero la falta de sueño que la bebe les está causando les esta pasando factura, el desvelo es malo pequeño - dijo mientras el menor solo lo pensó.

Y tal vez si, estaba siendo muy duro con sus papás y Camus. ¿O no?

Continuará...

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