Dos semanas después.

A la hora de salida.

Milo se había separado del grupo, para poder hablar con Radamanthys a solas.

Milo: okey... ¿nadie nos está viendo? - preguntó.

Radamanthys: No - respondió viendo hacia todos lados.

Milo: bien, ¿aquí están todos los cuestionarios de los exámenes? Respondidos por Camus. No te preocupes les tome fotocopia - dijo riendo al recordar su "pequeño" delito.

Radamanthys: Si Camus se llega a enterar se enojara de por vida contigo - le dijo mientras recibía los papeles.

Milo: créeme no lo hará, Camus me perdona prácticamente todo - animo sonriendo.

Radamanthys: Si tú lo dices... pero bueno, muchas gracias - dijo mientras escondía las hojas en su mochila.

Milo: muy bien, me iré primero para no levantar sospechas, ¿esta bien? Nos vemos mañana - indicó mientras el otro asintió y lo vio irse.

Espero cinco minutos y después salió del lugar, camino por el pasillo pensando en que definitivamente ese chico estaba loco, o le encantaba jugar con fuego. Al llegar a la salida vio como se subía con Camus y sus hermanos a un auto, vio que está vez el conductor se trataba del papá de Camus. Para después verlos irse, suspiró mientras comenzaba a caminar en dirección a su casa, el no esperaba a nadie.

Veía a algunos alumnos de su mismo colegio, así como también de otros cercanos ir conversando con otras personas con dirección a sus casas suponía, el sin mucho que hacer pensaba que hacer cuando llegara a la suya, ¿estudiaría o se pondría a jugar algún video juego?

Radamanthys: tengo toda una tarde por delante - fue lo que sonriendo susurro, aunque su sonrisa se desvaneció al darse cuenta del número de letreros de "se busca" que habían - realmente da un poco de pena todo esto. ¿Dónde estarán? - preguntó viendo detenidamente cada uno de los afiches. Tristemente suspiró para después seguir - solo espero que todos estén bien - fue lo que susurro mientras seguía con su camino.

Más tarde.

En el departamento de Écarlate.

Cierto jovencito peliazúl sonreía de forma nerviosa al verse descubierto por sus padres.

Écarlate: sigo esperando respuesta Milo, ¿desde cuánto haz estado haciendo esto? - preguntó sentado en el sillón, de brazos cruzados.

Milo: es que me aburría estando encerrado aquí durante todo el fin de semana perdón - fue lo que respondió sonriendo.

Écarlate: ¿estas loco? ¿O acaso tomas a juego como esta la situación allá afuera? - seguía regañando.

Milo: ya me disculpe no es necesario que me regañes de forma tan fea - decía de forma triste.

Écarlate: ni siquiera lo intentes jovencito, que ni utilizando los encantos de tú madre te vas a salvar esta vez - afirmó sin inmutarse ante la mirada triste que le daba el más joven.

Mystoria: Milo entiende a tú padre, si te está regañando es porque no quiere que te pase nada malo, además dime una cosa ¿acaso el dinero que te damos no te alcanza? - preguntó.

Milo: no es eso, lo que ocurre es que Dohko fue quien le consiguió ese trabajo en esa cafetería a Mü y como yo estaba aburrido y quería tener algo más que hacer además de ver la tele le pedí su ayuda para poder unirme a Mü y así poder trabajar - respondió con voz baja.

Écarlate: espero que Shion sepa lo que Dohko esta haciendo con Mü o le irá muy mal cuando le cuente - susurro.

Mystoria: Milo, entiende que apenas tienes 15 años, a los 16 no diría nada. Pero aún eres joven para hacer cosas así - le dijo.

Milo: perdón... juro que no vuelvo a hacer nada a escondidas suyas ¿si? - preguntó sonriendo.

Mystoria solo asintió sonriendo, por su parte Écarlate buscaba la forma de hacerse el fuerte y no ceder. No le creía nada a ese pequeñín que tenia enfrente, no era la primera vez que prometía algo así y siempre salía con algo nuevo y ahora ni siquiera su sonrisa lo iba a hacer salvarse de su castigó. O eso quería creer, por que al ver que Milo no quitaba ni su mirada de él y tampoco su sonrisa a mucho pesar solo respondió.

Écarlate: bien, esta bien, pero deja de verme así - le pidió molestó mientras el menor solo saltó feliz de su lugar.

Para después acercarse corriendo a su papá y abrazarlo para bajarle el enojó, cosa que lograba con bastante facilidad.

¿Que había ocurrido?

Bueno, al momento que Écarlate y Mystoria habían regresado a casa para almorzar entró una llamada al teléfono de la casa. Écarlate fue el que respondió, pero vaya sorpresa se llevó al escuchar que era un hombre mayor, quien le pedía a Milo ir a cubrir el puesto de mesero en la jornada de la noche ya que una tal "Chelsy" se había enfermado y era el único al que logró contactar. Écarlate y mucho menos Mystoria tenían conocimiento de que Milo trabajaba y por eso cuando llego ya lo esperaban y el resto ya lo saben.

Después del abrazó se fue hacia su habitación, mientras Écarlate suspiró, Mystoria por su parte al verlo preguntó.

Mystoria: Gestalt una vez me dijo... Écarlate siempre decía "que nadie lo iba a gobernar" - se burlo mientras el otro lo vio molesto.

Écarlate: Oye no te burles, estoy en desventaja con ustedes, son tres contra uno y no es justo - se excuso mientras lo abrazaba, Mystoria por su parte al verlo río por lo bajo mientras acariciaba su cabello.

Mientras tanto.

En un hospital.

Aspros iba entrando al hospital, había recibido una llamada de su sobrino más grande, estaba preocupado. La salud de su gemelo cada vez empeoraba y el no sabia que hacer.

Aspros: Shaka, ¿que paso ahora? - preguntó una vez tuvo a su sobrino menor en frente.

Shaka: Tío... - fue lo único que logro decir para después abrazarlo y ponerse a llorar.

Aspros: ¿tan grave es? - preguntó en un susurró mientras intentaba calmar a su sobrino.

A lo lejos vio como el médico se acercaba, por lo cual sento a Shaka y se acerco al médico para preguntar.

Aspros: ¿Que tiene mi hermano? - preguntó preocupado. El médico por su parte suspiró y respondió.

Orfeo: lamento mucho no poder responder Aspros, pero por petición de tú hermano no puedo decirte nada - respondió.

Aspros: este estúpido - susurró molesto - ¿Dónde está mi cuñado? - preguntó.

Orfeo: no lo se, solo dejo a Aspros aquí y se fue - respondió mientras Aspros lo veía confundido.

Continuará...