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La limpieza de Écarlate

Con Mystoria.

Al día siguiente.

8:00 AM

La noche anterior no habían podido dormir, gracias al descubrimiento de las llaves no le dio confianza así que por lo mismo, y porque Shijima dijo que irían a limpiar su departamento hasta la mañana tanto el como Milo tuvieron que quedarse en el departamento de Écarlate, mismo que el ofreció despues de salir de la comisaría. Aún no sabia que pensar, pero tanto el dueño del lugar como el encargado accedieron a ser investigados para resolver este embrollo y pidieron disculpas por los disturbios, aunque también se entero que aquella chica había trabajado en ese lugar como personal de limpieza, así que eso explicaba bastante lo de las llaves. Vio como su hijo comenzó a moverse, por lo cual sonriendo retiró un poco la sábana que por accidente el se estaba subiendo hasta la cara.

Mystoria: hola bebé... ¿dormiste bien? - preguntó sonriendo, su pequeño al verlo sonrió para después comenzar a balbucear un poco, tratando de hablar con su mamá.

Aunque Mystoria recordó algo que se le había olvidado hacer ayer, y eso era avisarle a Shion que ya lo había encontrado, el pobre debería estar preocupado al no recibir noticias, así que se levantó de la cama tomó su teléfono y marcó.

Mystoria: creo que ahora será tú tío Shion el que se molestará con nosotros - le dijo sonriendo, mientras Milo se daba la vuelta para comenzar a gatear en la cama, dirigiéndose a donde se encontraba su mamá.

En la llamada.

Shion: ¿Diga? - fue lo primero que se escuchó.

Mystoria: buenos días Shion, ¿cómo estás?

Shion: bueno, tengo una buena noticia y una mala ¿cuál quieres escuchar primero?

Mystoria: la mala noticia...

Shion: la mala es que aún no hemos encontrado a Milo.

Mystoria; sobre eso Shion...

Shion: la buena noticia es que Dohko nos ayudará a buscar hoy, por cierto. ¿No dormiste ayer? Te escuchó desvelado.

Mystoria: ni te imaginas, ayer fue una noche de locos aquí en el edificio.

Shion: si eso escuché, además que con lo de Milo debes estar hecho un desastre.

Mystoria: hem... sobre Milo Shion, no hay necesidad de que lo sigas buscando.

Shion: ¿Cómo que no? Es un bebé y está solo ahí afuera... ¿no te preocupa lo que pueda pasarle?

Mystoria; no es eso Shion, lo que ocurre es que encontré a Milo ayer, en una guardería, pero después ocurrió algo mucho más extraño y después lo del edificio más el enojó que tenia... no recordé que ustedes seguían buscando, perdón - se disculpó apenado.

Un silencio se escuchó después de eso, y seguidamente escuchó que Shion le había colgado la llamada en ese mismo instante, Mystoria quito su celular de su oreja y vio su pantalla para después apagar la, después se volteó a ver a si hijo que estaba sentado aun lado suyo.

Mystoria: parece que tú tío Shion se enojó - le comento sonriendo mientras lo cargaba - pero es mi venganza por el susto que sufrí ayer por culpa de ellos - dijo ofendido. Milo por su parte solo vio a su mamá, no entendía que sucedía pero, le daba risa y por tal motivo comenzó a reír.

Después de eso decidió salir, se puso de pie y se dirigió a la puerta de la habitación que Écarlate le había dado y salió, aunque vio sorprendido como el lugar estaba todo patas arriba, ¿eso no estaba así cuando el llegó o si? Bueno probablemente se le había pasado por alto ver su entorno.

Mystoria: creó que mejor voy a cambiarte y después limpiamos un poco aquí ¿no? - preguntó a su hijo para después volver a encerrarse en la habitación.

Segundos después Écarlate salió de su habitación medio dormido aún, pero el sueño se le espanto al ver todo el desorden y recordar que tenía invitados, dirigió su vista a la puerta donde estaban, pero al ver que continuaba cerrada creyó que aún seguirían dormidos, por lo cual se puso a arreglar el desorden lo más rápido que pudo, corriendo de un lado a otro llevando ropa y otras cosas a sus lugares correspondientes.

Por otro lado.

Con Dégel y Kardia.

Kardia conducia su auto aburrido, Dégel lo estaba aun más y Camus, estaba llorando a todo lo que sus pequeños pulmoncitos se lo permitían en los asientos de atrás en su sillita para bebés que estaba amarrada a ellos con los cinturones de seguridad, desde que despertó estaba así y aunque hacían de todo y le daban lo que más le gustaba el no se detenía y para ponerle la cerecita a su pastel, después que se lo llevaron a la comisaría no volvió a ver más a Mystoria y no había podido siquiera conseguir su número para llamar para preguntar dónde estaba Milo, que algo les decía a ambos que a ese pobre era a quien quería el berrinchudo de atrás.

Kardia: ¿no estará en su departamento?

Dégel: no creó, esta clausurado hasta que limpien la sangre de la mujer esa que nos atacó ayer - respondió aburrido mientras trataba de no enloquecer por el llanto de su hijo.

Camus: ¡bua, bua! - gritaba.

Kardia: Camus Ya basta, nadie te a golpeado para que llores así, llamaras la atención de los policías y nos pararan por creer que te estamos matando - dijo mientras el pequeño grito más - ah... - suspiró.

Dégel: ¡Écarlate! - grito.

Kardia: ¿Que?

Dégel: Écarlate, el debe saber donde están ¿no?

Kardia: ¿y cómo por que debería el saberlo?

Dégel: es su novio ¿no?

Kardia: se me olvido preguntarle - susurro mientras veía al cielo.

Dégel: es obvio, ¿no haz visto como se miran? O lo que es peor, vieras visto la escena que Mystoria le hizo a Écarlate por culpa de la muertita.

Kardia: no me digas... - susurro sorprendido.

En lo que Kardia se sorprendía el peli verde saco su teléfono, marcó hacia el número de Écarlate y esperó un poco, hasta que este agitado le respondió.

En la llamada.

Écarlate: ¿Hola? - preguntó agitado.

Dégel: ¿eh?... ¿que estas haciendo? - preguntó al escucharlo agitado y corriendo de un lado a otro.

Écarlate; haciendo un poco de limpieza ¿que tal tú y por que ese griterío? - dijo haciendo referencia a los llantos de Camus.

Dégel; Es Camus... pero ese no es el punto, ¿sabes donde esta Milo? - preguntó.

Écarlate: ¿Milo? - preguntó confundido - es un bebé, dónde más podría estar más que con su madre ¿no?

Dégel: eso ya lo se tonto, lo que quiero saber es si sabes dónde están ellos dos - dijo.

Écarlate: están aquí conmigo, no los dejaron entrar a su departamento y era muy tarde para que fueran a la casa de uno de sus amigos así que durmieron aquí - respondió mientras ponía en voz alta el teléfono, dejándolo en la isla de la cocina, mientras el ponía toda la basura en una bolsa negra.

Dégel: a... con que es eso... ya se me hacia extraño que estuvieras haciendo limpieza y más a esta hora - bromeo mientras Kardia se reía por lo bajo al escuchar eso.

Écarlate: Jaja... - río sarcásticamente, sin darse cuenta que tanto Milo como Mystoria estaban viéndolo y escuchando todo desde la entrada de la cocina.

Continuará...

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