Cansado.
En la Guardería.
Mystoria aún no sabia si responder o no, además que ambos eran unos completos desconocidos.
Mystoria: ¿Écarlate? - preguntó llamando la atención del pelirrojo, que dejó de prestarle atención al peliazul con el que hablaba y lo vio.
Écarlate: ¿Si?
Mystoria: ¿crees que pueda hablar contigo en privado? - preguntó.
Écarlate: de acuerdo... sígueme por favor - pidió mientras se lo llevaba hacia la oficina del lugar, Dégel por su parte se quedó tratando de retener a Camus quién trataba de seguir a Milo.
Dégel: este niño no va a querer dormir si no hacemos algo Kardia - le dijo a su esposo mientras esté se acercaba.
Kardia: no te preocupes, Écarlate hará lo posible por ayudarnos ya lo veras... - le dijo sonriendo.
Dégel: eso esperó...
Con Mystoria y Écarlate.
Mystoria: no sabia que trabajabas como supervisor de esta guardería.
Écarlate: es uno de mis tantos trabajos, realmente a todos les sorprende mucho - le dijo sonriendo.
Mystoria: por cierto... ¿escuchaste lo que ese muchacho me dijo allá? - preguntó mientras recostaba a Milo en sus brazos, el pequeño parecía ya tener sueño.
Écarlate: si, si lo escuché.
Mystoria: ¿crees que sea prudente que lo deje ir con nosotros? No me gustaría dejar al bebé llorando, pero tampoco me parece adecuado exponer a Milo a personas que apenas conoce.
Écarlate: entiendo tú punto Mystoria, pero la verdad no tienes nada de que preocuparte, conozco a esos dos, son muy buenas personas, Dégel es decorador de interiores y organizador de eventos, Kardia es abogado y los dos unieron sus trabajos para abrir un local para ofrecer sus servicios aquí mismo en el centro comercial, son muy buenas personas y Camus... bueno siempre esta aquí.
Mystoria: entonces ¿no crees que haya problemas después? - preguntó un poco nervioso.
Écarlate: para nada, confía en mi, ellos pueden convertirse en excelentes amigos - le animo.
Eso le hizo tener un poco más confianza por lo cual decidió que lo permitiría, Écarlate en poco tiempo se había logrado ganar su confianza además que nunca mentía cuando le animaba a algo así que decidió confiar una vez más en el, al salir del lugar para buscar a Dégel que seguía en el mismo lugar que lo había dejado, el se acerco hasta ellos y lo único que dijo fue.
Mystoria: esta bien, los dejaré ir con nosotros, pero... ¿no te importa que vayamos a mi casa? Es que estoy cansado - pidió.
Dégel: por mi no hay problema, ¿verdad Kardia? - preguntó a lo que el otro asintió.
Kardia: claro que no, me quedare cuidando el local hoy solo, así que adelante - animo el.
Mystoria: bien, entonces vamos... - pidió mientras ambos se iban, Kardia se quedó viendo esto, para después decirle a Écarlate quien se acerco a él.
Kardia: muchas gracias por convencerlo, cuando necesites ayuda con algún problema legal puedes decirme cuando quieras, trabajare por ti de forma gratuita en agradecimiento.
Écarlate: muchas gracias y no tienes porque preocuparte, se lo especial que puede ser Camus en ocasiones.
Kardia: ni lo imaginas - confesó cansado mientras veía a su esposo hablar con él chico, mientras desaparecían entre la multitud.
Horas después.
En el departamento de Mystoria.
Dos horas habían pasado desde que había llegado a su casa junto con Dégel, los bebés jugaron todo ese rato mientras el preparo dos biberones un para Milo y el otro para Camus y después de haberlo cambiado y darle de comer a Milo este se durmió, Camus lo hizo momentos después de el y para que Dégel no se cansará le dijo que lo acostará en la cuna junto a Milo y después ambos mayores se fueron a sentar al sillón.
Dégel: realmente vives en un lugar muy agradable - dijo el.
Mystoria: gracias supongo.
Dégel: veo que te llevas muy bien con Écarlate, realmente es un chico muy agradable ¿no lo crees? - preguntó.
Mystoria: si, claro que si...
Dégel: ¿pero tú pareja no te hace problema por eso?
Mystoria: no estoy en una relación en este preciso momento.
Dégel: oh... perdón sin te incomode.
Mystoria: no te preocupes, es normal que las personas piensen así...
Dégel: si, realmente ser padre soltero no debe ser fácil, pero me alegro mucho que haya personas como Écarlate que te brinden ayuda de vez en cuando.
Mystoria: si supongo que si, oye, ¿desde cuando conocen ustedes a Écarlate? - preguntó.
Dégel: perdón... creo que no nos hemos presentado como se debe, mi nombre es Dégel Diamond, mi esposo se llama Kardia Antares. Soy originario de Francia, vivimos con Kardia ahí los primeros dos meses de vida de mi bebé, pero por unos problemas personales nos tuvimos que mudar al país natal de mi marido aquí en Grecia. Conocemos a Écarlate por un trabajo que realizamos en un salón de eventos, desde el primer día nos llevamos bien, por eso digo aue es una excelente persona.
Mystoria: entiendo... bueno creo que ahora es mi turno, mi nombre es Mystoria aquarius, mucho gustó.
Dégel: realmente es un gusto - respondió sonriendo - oye pero hablando de otra cosa quería pedirte un favorcito.
Mystoria: ¿Que? - preguntó confundido.
En el edificio.
10:00 PM.
En el elevador.
Écarlate cansado subió al elevador, hoy había sido un día realmente agotador.
Écarlate: agh, no me pagan lo suficiente - fue lo que susurro mientras se estiraba un poco. Momentos después de eso, entró la joven que había visto hace cinco meses, ahora vestida completamente de negro, la incomodidad lo invadió al momento que las puertas del elevador se cerraron.
En el lugar se instalo un silencio sepulcral que era roto únicamente por las respiraciones de ambos, hasta que la chica dio un profundo y largo suspiró.
Xx: realmente es una verdadera lástima ¿no lo cree? - preguntó mientras Écarlate disimuladamente la vio - que una vida tan joven se apagué en un maldito instante, realmente es una pena.
Écarlate: señorita, no creo que sea prudente que diga cosas así, cualquiera que la escuche podría mal interpretar y creer que usted es la asesina a la que están buscando desde hace meses - fue lo único en que respondió.
Xx: ¿Cómo alguien podría pensar eso? Además que si en dado caso se llegan a dar cuenta, sería demasiado tarde.
Écarlate: ¿por qué lo dice?
Xx: porque esas personas terminan como usted... - le dijo mientras Écarlate vio como ella sacaba con su mano un gran cuchillo de entre su ropa - todos terminan muertos y sin lengua - dijo sonriendo de forma siniestra mientras lo veía.
Écarlate: lo que faltaba, que día de porquería... lo odio - susurro cansado mientras se preparaba a cualquier movimiento.
Continuará...
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