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Capítulo 30: El concierto

¡Su hermano era muy cabezón! Quizá demasiado para su gusto, pero Touya no quiso inmiscuirse en sus asuntos. Shoto tenía muy presente que debía cumplir ese contrato firmado y, por tanto, estaba dispuesto a desaparecer de toda vida pública que había llevado hasta el momento.

Con el cabello tintado de oscuro y las lentillas para igualar su color de pupilas, hacía cuatro días que había subido a ese avión dirección a Osaka. ¡Estudiar finanzas! Nunca creyó que su hermanito le diría algo así, de hecho, ni siquiera le gustaban las finanzas o al menos, nunca tuvo interés en algo así. Tras romper su único sueño que era la música, Touya creía que simplemente, se estaba conformando con lo que la vida le daba en vez de luchar por lo que quería en realidad. Quizá llevaba demasiado tiempo luchando por un sueño y ya estaba agotado.

Eran las siete y media de la tarde y frente al gran edificio, Touya esperaba sentado sobre su silla de ruedas a que su hermano viniera del aseo. Natsuo había accedido a acompañarle a ese concierto. Ni siquiera estaba seguro de cómo consiguió las entradas, pero era muy posible que su padre hubiera movido muchos hilos cuando ya prácticamente, estaban todas agotadas. No quiso preguntar tampoco el precio.

Cuando Natsuo regresó del aseo, empujó la silla de Touya entre la multitud para poder ir a su lugar asignado.

El concierto dio inicio a la hora exacta en que dijeron. Las luces de la zona del público se apagaron y tan sólo las del escenario permanecieron encendidas. Desde que despertó y descubrió que su hermanito tocaba en una banda, le causó curiosidad saber qué clase de música tocaban: era rock.

***

En el backstage, Izuku observaba a sus compañeros. Era la primera vez que Shoto no estaba allí con ellos y aunque él siempre era silencioso, el resto no lo era, pero hoy, nadie hablaba mientras terminaban de maquillarles para salir al escenario. Ni siquiera Bakugo pronunciaba palabra y eso era raro en él, solía ser el más alborotador.

Terminados de maquillar y caminando por el largo pasillo que conducía al escenario, Izuku seguía observando al nuevo vocalista del grupo. Estaba nervioso, eso lo tenía claro. Bakugo no era de los que se pusieran nerviosos pero hoy lo estaba, quizá porque Shoto no estaba allí, puede que fuera por lo que tenía pensado hacer o por tener que cantar una canción que habría preferido practicar con Shoto y no en solitario.

Con las luces apagadas, todos entraron en el escenario y durante unos segundos, sin ser vistos todavía allí arriba, escucharon el bullicio del público. Kirishima levantó el palo para golpear el tambor e iniciar el ritmo de la batería que todos seguirían, sin embargo, se detuvo cuando escuchó a Bakugo.

‒ Espera un segundo. Dame un momento – suspiró Bakugo como si no estuviera listo.

Su mano agarraba el mástil de la guitarra con fuerza mientras en la otra, mantenía bien sujeta la púa.

Con sus dedos sobre el teclado del piano portátil, Izuku miró a sus compañeros que esperaban pacientemente a la orden de Bakugo. Kirishima debía dar la primera nota que diera comienzo, así que simplemente... esperaban. Bakugo tomó aire y trató de relajarse. Unos segundos pasaron, inhalaba hondo y expiraba despacio.

‒ Vale. Vamos a ello – susurró Bakugo algo más centrado de lo que estaba antes.

Kirishima algo más decidido, volvió a levantar el palo y golpeó el tambor dando inicio al resto de la banda. La música acalló al público durante un segundo, la luz se apagó y en su lugar, se encendió la del concierto creando un bullicio general al verles ya arriba antes de provocar un nuevo silencio para disfrutar del concierto.

***

Con la libreta sobre la mesa, Shoto trataba de terminar los últimos ejercicios que habían mandado en la universidad. Todavía tenía que estudiarse un par de asignaturas. Habían empezado fuerte el curso, sin embargo, sus ojos se desviaban una y otra vez hacia los cascos de música que estaban apoyados sobre uno de los laterales de la mesa.

¿Quería saber sobre el concierto? Pues sí, claro que sí, se moría de intriga por cómo iba la banda ahora sin él, pero por otro lado, no estaba seguro de querer saber nada sobre Bakugo. Si quería olvidarle, debía pasar página, al menos durante un tiempo hasta que su corazón sanase.

En sus dedos, el bolígrafo daba vueltas y vueltas. Sus ojos pasaban de la libreta a los cascos. No era capaz de centrarse en la tarea, no sabiendo que el concierto había empezado hacía media hora.

Finalmente, con un movimiento brusco y precipitado, agarró los cascos y los hundió en sus oídos buscando en su teléfono información sobre el concierto. Sabía que sus representantes solían ponerlos en directo en una cadena local de la radio. Sintonizó la radio y finalmente, los encontró.

La voz de Bakugo era más ronca que la suya, mucho más agresiva y por eso mismo, era perfecta para cantar rock. Su canto melódico y, a la vez, mezclado con un tono rasgado y enérgico, era sencillamente la combinación perfecta. Escucharle cantar, sólo provocaba que sonriera al darse cuenta de que no se había equivocado con él para sustituirle.

Sus propias canciones hasta sonaban mejor de su voz que de la suya propia. Tendrían un gran futuro por delante y además, Bakugo tenía ese carácter rebelde y rockero que tanto deseaban los representantes en él, así que eso auguraba que la banda debería ir mejor ahora, aunque eso le doliera en cierta forma.

Él creó esa banda, los llevó a la fama pero... ahora sólo podía verles crecer desde atrás, en silencio.

Intentó centrarse en el ejercicio frente a él, pero cuando la música cesó y presentaron el nuevo tema, un escalofrío recorrió todo su cuerpo. Sin duda alguna, esa canción más calmada pero tocando en open G tuning, era sin duda la que él compuso. Poca gente tocaba la guitarra eléctrica en open G, pero era el estilo que más gustaba a Bakugo y por eso mismo, él había compuesto esa canción específicamente para él.

A medida que transcurría la canción, Shoto descubría lo bien que quedaba siendo cantada por él. La letra hablaba del amor y de la rebeldía, quedaba como un guante para Bakugo y de esa manera, sin apenas darse cuenta, las lágrimas ya brotaban de sus ojos.

Antes de acabar la canción, Shoto apagó el teléfono y se quitó los cascos. Le hacía daño escucharle, le dolía demasiado todavía. Sin poder centrarse en los estudios y ahora con las lágrimas cayendo de sus ojos, decidió dar por terminado su rato de estudio e irse a dormir. Mañana tenía clase de nuevo.

***

¡Sorprendidos! Así se habían quedado Natsuo y Touya cuando al terminar lo que parecía la última canción del concierto, el vocalista había desistido de irse y en su lugar, había monopolizado el micrófono y desde la cima del escenario, preguntaba por Shoto Todoroki.

Con todo en oscuridad, él no podía ver apenas a la gente del público y pese a que los compañeros de luces intentaron enfocar ligeramente hacia el público, Bakugo no podía hallar a Shoto mientras miraba a todas las personas donde la luz tocaba. Izuku también revisaba lo que podía desde donde estaba y entonces... llamó a Bakugo.

‒ Allí – comentó Izuku cuando la luz pasó por un ángulo, Bakugo captó la atención de sus compañeros de luz para que echasen de nuevo hacia atrás un poco frente a la sorpresa del público – creo que es su hermano, Touya, salió en el periódico.

‒ ¿Touya Todoroki? – preguntó Bakugo desde el micrófono para que él pudiera escucharle, cuando la luz tocó a la persona que estaba buscando, Bakugo observó al chico que elevaba la mano indicándole que era él a quien buscaba. Bakugo sonrió finalmente y buscó la forma de bajar del escenario para ir hacia allí viendo que estaba sentado en la silla de ruedas.

¡Jaleo y problemas! Fue lo que causó que él bajase del escenario puesto que provocó que todos los del equipo de seguridad del recinto acudiesen prácticamente al momento hacia él para tratar de protegerle del público eufórico que quería acercarse al vocalista. Pese a ello, Bakugo siguió avanzando entre la multitud acompañado por los de seguridad hasta que llegó donde quería, frente a Touya Todoroki que seguía sentado en su silla de ruedas. Se le notaba débil pero al menos estaba despierto y eso era mucho, para Shoto habría significado mucho después de todos esos años donde iba a visitarle al hospital.

‒ Soy...

‒ Bakugo – dijo Touya – sí, te conozco. Mi hermano me contó sobre ti.

‒ Sé que puede resultar extraño y que no me conoces demasiado pero... necesito saber dónde y cómo está tu hermano.

‒ En Osaka. Está bien... más o menos – respondió Touya – tras la operación, ha perdido su voz, pero ha decidido volver a estudiar, así que está en la universidad.

Bakugo sonrió. Era un buen inicio: universidad de Osaka. Habría muchos estudiantes, sí... pero era mejor que buscarle por todo Japón, al menos ya tenía un lugar concreto.

‒ Gracias.

‒ ¿Vas a ir a buscarle? – preguntó Touya.

‒ Claro que voy a ir a buscarle.

‒ Entonces vas a necesitar algo más. ¿Tienes un bolígrafo?

Él miró su ropa pero evidentemente no tenía bolígrafos encima, sin embargo, veinte de ellos aparecieron frente a sus ojos del resto de fans que estaban a su alrededor y traían uno para pedir autógrafos.

‒ Gracias – susurró Bakugo tomando uno para dejárselo a Touya que era quien lo había pedido.

Touya tomó el bolígrafo y abruptamente, agarró el brazo de Bakugo para poder escribir algo en él. Los hombres de seguridad ante ese gesto, hicieron el amago de actuar, pero Bakugo los detuvo con la señal de su palma de que aguardasen un momento. En su brazo empezó a ver lo que estaba escribiendo: el número de teléfono de Shoto.

Sonrió, porque debía ser eso al ver un número de teléfono.

‒ Por si acaso no lo encuentras, llámale – susurró Touya.

‒ Voy a encontrarle.

‒ Estoy convencido de ello. Seguramente él te está esperando, aunque no lo admita fácilmente. Le gustabas, supongo que aún le gustas.

‒ Gracias por tu ayuda.

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