Capítulo 23: Decisiones profesionales.
El día no había comenzado demasiado bien. Shoto apenas pudo dormir por los dolores y pese a que su estómago clamaba por comida, el dolor de su garganta le hacía no querer probar bocado. Bakugo se moría por ir a algún puesto de comida rápida de la zona, en cambio, sus planes se vieron truncados cuando su teléfono sonó.
Shoto se detuvo en seco al ver el nombre de la persona que quería contactar con él en la pantalla: su representante. Eso sólo podía indicar problemas, solía ser así y por eso mismo, se tensó. Bakugo detuvo su caminar en el mismo instante en que observó la preocupación de su compañero, cómo había frenado y se disponía a responder la llamada tras un largo suspiro.
— ¿Sí? – preguntó Shoto para hacerle saber que le escuchaba. Bakugo permaneció atento durante unos largos segundos que parecieron eternos y entonces, Shoto observó a Bakugo un momento antes de cerrar los párpados y suspirar –. De acuerdo, iré ahora mismo.
Shoto colgó el teléfono y frunció el ceño antes de dejar caer su espalda contra la primera pared que vio a su lado como si estuviera agotado.
— ¿Tienes que volver?
— Lo siento. Sé que habías planeado todo esto para hoy pero...
— Ya, trabajo. Siempre te hacen trabajar.
— Acabará pronto – susurró Shoto como si lo dijera más para él que para otros, sin embargo, Bakugo frunció el ceño. No estaba seguro que lo que Shoto quería decir con aquella frase, pero algo en su tono le hizo creer que algo iba mal – pillaré el metro – dijo finalmente.
— Te llevo. Vamos al coche.
— No es buena idea. Nos vemos allí – dijo finalmente Shoto dejando a Bakugo todavía más confuso. Esa llamada había cambiado el ambiente entre ellos.
***
¡Tenso! Así se encontraba Shoto en esa sala y aunque quería gritar y mandar todo al diablo, sólo podía agachar la cabeza y aguantar la reprimenda de sus representantes por el bien de la banda.
— ¡MÍRALO DE UNA VEZ! – gritó enfadado su representante para obligar a Shoto a mirar la pantalla del ordenador donde salían esas fotos. Sólo era un foro anónimo, de esos había demasiados y él no podía controlar lo que se subía en Internet –. Tú y yo hicimos un trato ¿recuerdas? Ese chico podía quedarse como el quinto integrante siempre que tú cumplieras con tu parte. ¿Qué no entendiste de aparentar tener algo con Midoriya?
— Lo entendí perfectamente, pero eso no significa que no pueda salir por ahí con el resto de integrantes de la banda.
— ¿Te parece esto un "salir por ahí"? esto Shoto, sois tú y él solos, en una playa casi desierta, estas otras son de vosotros sonriendo por la calle como si estuvierais acaramelados. No es que hayas salido con la banda, te has ido solo con él y tiene toda la pinta de ser una cita.
— No era una cita – aclaró Shoto – sólo necesitaba despejarme un poco y él propuso ir a ese sitio.
— No puedes ir tú solo con él. Luego ocurren estas cosas, ahora circulan rumores sobre tú y el nuevo integrante por la red. ¿Sabes cuánto tiempo nos va a costar poder desmentir y quitar estas noticias?
— Lo siento.
— Ve a tu cuarto, sigue preparando las composiciones o ensaya para el concierto y no vuelvas a hacer algo semejante. Mantente a distancia de Bakugo Katsuki.
— Vale – susurró Shoto pese a que odiaba esa decisión. Todo sería mucho más fácil si la banda no fuera famosa, sería más fácil cuando él abandonase el grupo... o puede que no. Bakugo seguía teniendo el contrato. Jamás podrían estar juntos a menos que dieran el visto bueno y eso no lo harían en cuanto él abandonase el grupo.
Proteger la carrera musical de Bakugo iba a costarle sangre, sudor y lágrimas, pero aquello era lo mejor que podía hacer por él cuando dejase el grupo, así que Shoto simplemente, prefirió aceptar cualquier condición. Al fin y al cabo, posiblemente a él tampoco le quedaría demasiado tiempo de vida si la operación salía mal o el cáncer se complicaba todavía más.
Cuando Shoto salió de la sala para ir a su cuarto, se fijó en Midoriya. Estaba allí, preocupado, como siempre que le llamaban para algo y aún así, Shoto sonrió sutilmente intentando mostrarle que todo estaba bien cuando no era así.
— ¿Por qué pones esa cara de gatito asustadizo? – preguntó Shoto con su sonrisa inocente. Quería tratar de animar a su amigo.
— Porque he visto esos blogs y también los que van sobre nosotros. Supongo que te habrán echado la bronca por lo de Bakugo y...
— No es tu culpa, es sólo que... yo tuve que tener más cuidado de no ser descubierto o simplemente... no hacerlo.
— ¿No hacerlo? – sonrió con incredulidad Izuku al mismo tiempo que apoyaba la espalda contra la pared – Shoto, estos últimas días te he visto feliz como nunca antes, créeme... no hacerlo no era una opción. Las cosas que haces con Bakugo te hacen sonreír, te hacen feliz y... estaba pensando que si no te queda tanto tiempo... deberías disfrutar todos los momentos que puedas antes de...
— No puedo, Izuku – sonrió –. Sólo me quedan unos días para dejar todo esto atrás pero Bakugo tiene una gran carrera profesional por delante. Tengo que pensar en él y en su futuro. Es lo único que le quedará cuando yo me vaya.
¡Cabreado! Así es como se sentía Izuku al ver a su amigo en ese estado de ánimo. Toda su vida había sido un camino de sangre y sudor, esforzándose para ser el mejor, ni siquiera tuvo una infancia normal de jugar con otros niños y cuando llegó a la cima, lo único que le esperó, fueron más exigencias que debía cumplir. Le enfadaba mucho saber que ahora que por fin le había visto reír y que podía ser medianamente feliz, también querían quitarle eso y más... cuando ya apenas tenía tiempo.
Izuku esperó a que Shoto se marchase hacia su cuarto y entonces, se decidió a entrar en esa sala para dar su opinión al respecto. Él también había visto esos blogs y para ser sincero, no le parecían demasiado problema, sino todo lo contrario. El único problema es que sus representantes aún no podían concebir una situación contraria a la que intentaban crear.
— Adelante – escuchó al otro lado de la puerta cuando sus nudillos hicieron contacto con la madera. Izuku abrió la puerta – Midoriya, ¿Qué puedo hacer por ti?
— Soltar un poco las riendas de Shoto – dijo con decisión.
Aquello sorprendió al representante, no era propio en Izuku el no andarse por las ramas, él solía ser mucho más introvertido, algo más tímido a la hora de hablar y sobre todo, más dócil de lo que era Shoto o Bakugo. El representante le observó, dejó el bolígrafo sobre los documentos y le miró mientras se recostaba sobre el respaldo del asiento. Resopló.
— Izuku... no esperaba que fueras precisamente tú el que viniera a reclamar. Tú sueles ser más diplomático que esto, deberías pensar en cómo afecta todo esto a la imagen de la banda.
— Precisamente estoy pensando en ello – dijo Izuku tomando asiento – creo que es usted el que no ve la realidad de las cosas. La banda siempre va a tener fans como tendrá haters, todos los integrantes nos arriesgamos a ser odiados o amados cuando salimos al mundo como artistas y sé que ustedes bloquean muchas de las noticias para crear la imagen que quieren para cada uno de nosotros y lo agradezco, de hecho sé que gracias a ustedes por suerte para mí, me suelen querer bastante los fans al igual que adoran a Shoto pero... si miro más allá de eso, Bakugo está empezando, aún no tiene fans porque no le han visto actuar todavía y lo que yo veo desde fuera con estos blogs, es que le están promocionando.
El representante se detuvo un momento y desvió los ojos hacia la pantalla de su ordenador como si quisiera confirmar eso en sus blogs.
— Todo el mundo conoce a Shoto y sé que hay muchos fans que hablan de una posible relación entre Shoto y yo y eso da juego a la empresa, son sólo especulaciones pero que les hace felices a los fans, ¿qué tiene de malo que otros especulen lo mismo con Bakugo y él? ¿eso no os haría ganar más fans todavía? Nunca se ha confirmado una relación en Shoto, así que sólo son fans creando en su imaginación lo que les gustaría y sinceramente, para alguien de la banda que aún es un total desconocido, ¿no le hace bien para su incorporación a la banda que ya hablen de él? No he visto que hayan hablado mal ni nada parecido, pero el salir con Shoto en esas excursiones que hacen, ha provocado que Shoto sin darse cuenta, le haya dado cierta popularidad antes de su debut.
El representante en ese momento, sonrió al darse cuenta de ese punto de vista en Izuku. Quizá se había pasado un poco con Shoto, era cierto que todavía no había habido demasiado revuelo en todo el tema excepto algunos fanáticos extremistas que adorarían ver a Izuku con Shoto, el resto, se mantenían a la espera o debatían entre lo que ocurría con Shoto y a quién elegiría. Unos se inclinaban más hacia Izuku y otros hacia Bakugo, aquello podía darle cierta ventaja tal y como decía Izuku, mientras Shoto no confirmase una relación, los fans podían imaginarse lo que quisieran.
— Dile a Shoto que vuelva, hablaré con él de nuevo sobre este tema.
— Gracias – susurró Izuku antes de hacer una reverencia a forma de gratitud y despedida.
En cuanto Izuku cerró la puerta tras él, sintió como alguien agarraba su brazo y tiraba de él para apartarle del pasillo de las oficinas. Se lo llevaba hacia las aulas de música y fue en ese instante, siendo arrastrado, cuando pudo ver la espalda de Bakugo. Parecía algo enfadado aunque no podía ver su rostro, sin embargo, la presión que ejercía en su agarre y por la forma de caminar tan rápida, esa era su intuición.
Bakugo lo encerró en una de las aulas insonorizadas y cerró la puerta tras él. ¡Sí estaba molesto! Izuku lo notó en su semblante. El ceño fruncido, esa mirada casi asesina que siempre tenía...
— Vas a contarme qué narices está ocurriendo.
— ¿Ocurriendo con qué?
— Con qué, no, con quién: con Shoto.
— ¿Qué quieres saber de Shoto? creo que se ha ido a su cuarto, de hecho tenía que ir a buscarle ahora mismo.
— Quiero saberlo todo de Shoto, el por qué siempre está preocupado, por qué un día está bien y al otro parece deprimido, esa forma de hablar suya como si el mundo se acabase...
Izuku reculó un poco hasta uno de los asientos frente a los micrófonos y se sentó con un largo resoplido.
— Eso... - susurró Izuku antes de sonreír sutilmente pero a la vez, con melancolía, como si supiera de qué iba todo eso y no le hiciera gracia hablar del tema – es un tema que deberías hablar tú con Shoto – dijo Izuku.
— Así que sabes algo.
— Sí... puede – dijo Izuku abiertamente – pero es un tema personal de Shoto, no quiero meterme en esto aunque le he dicho muchas veces que lo cuente a la banda. Supongo que no quiere hacerlo hasta después del concierto.
— Habla – casi amenazó Bakugo.
— No puedo. Se lo prometí – se mantuvo firme Izuku – no es que me guste tener secretos en la banda pero... esto es algo que concierne a Shoto y él debería decidir cuándo quiere contarlo. Yo como su amigo, lo único que puedo hacer es apoyarle en todo lo que pueda. Así que lo siento, pero no puedo decirte mucho más excepto que deberías hablar con él.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro