Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPITULO III: DULCE DERROTA.

Al terminar la clase todos se fueron y esperamos al profesor en el salón tal como lo pidió, Karla me miraba con una sonrisa altanera, y yo trataba de ignorarla mientras leía un libro. El profesor llegó discretamente, como a cualquier lugar al que iba, pero siempre llamaba la atención su mera presencia. El Profesor José Luis Medina, nuestro tutor y maestro de matemáticas, él era uno de esos maestros que pareciera como si nunca salieran de la escuela, alto, cabello canoso, de lentes y un abundante bigote. Era como el turista de Monopoly, sólo que más viejo, arrugado y con salario pésimo.

—Señor Bretherlo... —Dijo él, abriendo ligeramente su boca, casi imperceptiblemente.

—Breth. —Interrumpí—. Por favor.

—Señor Breth. —Continuó, mostrándose confundido pero respetando lo que acabo de pedirle—. He notado mucho que usted no congenia para nada con la señorita Báez; esta oportunidad es algo importante, no sólo para usted, la escuela se verá muy beneficiada...

—¿Y mí qué si la escuela se beneficia? —Le repliqué— ¡No puedo aceptar que esta 4 ojos haya ganado también! Duerme todo el tiempo, come en clase, conversa con los demás, ¡Es una completa holgazán!

El profesor lo pensó unos segundos mientras me miraba fijamente, su mirada lo dejaba en claro, para él yo no era más que un niño berrinchudo analizando mi desesperado, como si quisiera cumplir mi capricho, extendió la mano y me mostró una hoja, eran los resultados del examen.

—Es bueno tener orgullo, se necesita orgullo para defender lo que crees y conseguir lo que quieres. —Me dijo él, mientras yo miraba la hoja, sin saber cómo sentirme—. Breth eres tan talentoso como necio y orgulloso, ¿Esto complace tu ego? ¿Te sientes mejor ahora?

Observé la hoja, sin poder creerlo, sí, había superado a Karla, pero no era suficiente, más bien, no tenía sentido. Obtuve una calificación de 498/500, me maté estudiando y ese fue el resultado, mientras que, por otro lado, Karla, quien no había movido ni un sólo músculo de su cerebro para ese examen, obtuvo la segunda mejor calificación, fue de 496/500.
No podía aceptarlo, simplemente no podía hacerlo, sí, la vencí, pero ¿Si ella hubiera estudiado, me habría ganado? Fue una victoria, sí, pero para mí, fue muy amarga, ni siquiera podía considerarla una, fue más bien un amargo recordatorio de que no importa cuánto te esfuerces, siempre habrá alguien con más talento que tú, un prodigio siempre vencerá a un apasionado soñador, es la ley de la vida, el trabajo duro nunca superará al talento natural.

No, no fue una victoria, ni siquiera una amarga, fue una aplastante derrota, fui vencido, lo di todo y aún así perdí, ¿Qué haces cuando tu ego es aplastado? ¿Cuándo algo que construyes se derrumba? Quizás, tomar la poca dignidad que queda, y retirarte. Eso fue lo que el profesor debió ver en mi rostro, pues, apartó la hoja de mi vista, tan pronto mi rostro de póker se vio abatido.

—Este examen es para aplicar para una beca universitaria una vez que se gradúen. —Dijo el maestro, compadeciéndose de mí—. Esta universidad nos ha propuesto unirnos, ser oficialmente parte de la misma, pero esta propuesta no es sólo para nosotros, también es para muchas otras instituciones educativas. Ya evaluaron las instalaciones y a los maestros, ahora faltan los alumnos, lo que realmente representa a nuestra preparatoria. —El profesor comenzó a caminar hacia la ventana.

ÉL se quedó admirando la institución y todo lo que había en ella: alumnos, maestros, padres, niños jugando, creciendo, siendo felices. Estaba tan absorto, era casi como si el lugar le perteneciera, o más bien, él le pertenecía.

—No queríamos presionar a ningún alumno. —Dijo finalmente—. Por eso dejamos que dieran el examen sólo aquellos que sintieran el deseo de hacerlo, ya sea por pasión, ambición... —Miró a Karla—. Por diversión. —Me miró a mí—. O por un banal ego.

¿Memoria mecánica? ¿Qué significaba eso? ¿Karla era así?

—Ustedes 2 fueron los que obtuvieron las mejores calificaciones, los maestros y decanos de la Universidad quieren conocerlos, ofrecerles una beca, será eso lo que termine por oficializar nuestra unión, pero no puedo enviarlos si sé que uno de ustedes estará haciendo berrinches, y la otra lo va a provocar a pelear una y otra vez. —Nos mostró otra hoja y un bolígrafo, quería que la firmemos—. Se los pido a ambos, si no pueden ser amigos, aprendan a tolerarse, no tengo problema en elegir al tercer mejor alumno, pero, quiero que sean ustedes dos.

Lo pensé por un momento, miré al profesor, quien tenía una expresión suplicante, y a Karla, que estaba completamente seria y tranquila. En cierta manera, la idea de la universidad me emocionaba, pero, aunque lo lograra, yo no podía ir, no tenía tanto tiempo, pero algo en mí deseaba hacerlo; aunque, desde pequeño aprendí que cualquier sentimiento de anhelo debía morir en cuanto surgiera, no debía dejarme llevar, yo estaba ahí para demostrar que era el mejor, y no lo logré, lo mejor sería retirarme ahora y regresar a casa, a ser el heredero del mal que estaba destinado a ser desde que nací.

—No me interesa, me retiro. —tomé mi mochila y me dispuse a irme.

El profesor me miró con desdén, pero no me lo impidió, Karla ni se inmutaba, pero pude sentirlo, pude sentir cómo sonrió otra vez, justo cuando yo estaba por salir.

—Vaya, el solitario Breth le teme a trabajar con una chica. —Al oír eso me detuve en seco, ¿Qué clase persuasión estúpida era esa?—. Es bastante irónico que te retires, durante los últimos 4 meses te has dedicado a tratar de superarme, y ahora que finalmente lo logras... te sales del juego. Podríamos decir que todo esto... ¿Sólo era un capricho?

—¿De qué hablas?— Le pregunté, sin voltear a mirarla.

—Temes que siga superándote. —Dijo ella mientras se reía—. Te retiras ahora con una pequeña victoria luego de grandes derrotas ¿No fue suficiente? Pues, entonces sólo fue un capricho.

—No juegues a intentar aplicarme psicología barata, Báez. —Le dije, un poco molesto—. No aceptaré participar sólo por tu intento de humillarme. —Respondí.

—Okay, Okay, pero deberías saber que abandonar algo antes de iniciar es una derrota también. —Dijo ella mientras sostenía la hoja que debíamos firmar—. Yo no tengo miedo a demostrarte por qué; pese a ser una holgazán, siempre te supero en todo. ¿No te gustaría averiguarlo?

—No. No me interesa, te superé, y me retiro sabiendo que te vencí.

—Fue únicamente porque no estudié lo suficiente, si lo hubiera hecho, hubiera obtenido 500/500. —Sonreía, sabiendo que logró su cometido—. Y te consta. ¿No?

Eso fue tan molesto y altanero, sí, logró provocarme, pero más que eso, logró que sintiera que había algo que quería lograr, eso que sientes las personas tras ser derrotadas pero se levantan a seguir intentándolo; Karla Nicole Báez me hizo sentir una enorme necesidad por superarme a mí mismo.

—Okay, firmaré, me convenciste. —Tomé la hoja y la firmé. —Eres tan molesta, floja y rara, pero sabes qué decir y cuando.

—Pues a ti te vendría bien aprender a hablarle a una chica. ¿Rara? ¿Molesta? ¿Floja? —Karla se veía un poco enojada—. Y hasta hace poco me parecías un poco agradable, baboso. —Karla salió del salón, muy enojada.

—Bien Señor Breth y Señorita Báez —Dijo el Maestro, recogiendo sus cosas del escritorio—. ¡Esfuércense mucho! no hay dos mismas oportunidades en la vida.

Ye quedé quieto, paralizado, sin saber cómo sentirme al respecto. ¿Emocionado? ¿Desafiado? ¿Me dijo que le parecía agradable? Además ¿Qué pasó con esa actitud tan imponente? Karla era muy infantil todo el tiempo, pero esa tarde se comportó de una manera muy desafiante, y eso me hizo sentir algo que complementaba mi deseo de superarla, la vi como una digna rival, y entonces, al recordar que la superé en ese examen, mi sentimiento de frustración se fue, una rápida catarsis se apoderó de mí, mi orgullo fue destrozado, sí, y mi ego apaleado, por supuesto, pero lo logré, sacrifiqué mucho, y fui bien correspondido.

No fue una victoria, ni una derrota o un empate. Tampoco una amarga victoria, pues, pude recomponerme del golpe que sufrió mi orgullo como hombre al sentir que logré algo, pero solo fue a medias. Esto fue más bien una dulce derrota, no logré lo que quería, pero no me rendiré, me levantaré otra vez por una revancha, hasta que consiga una dulce vitoria.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro