I Like You (Part. 1)
Título: I Like You.
Historia corta #08
Sinopsis: JungKook está enamorado de su cuñada y decide ayudarla cuando descubre que su hermano está siendo agresivo con ella.
El timbre del apartamento sonó repetidas veces despertando así al dueño de éste, JungKook frotó su rostro contra la almohada entre algunos quejidos por tener que levantarse. Se incorporó en la cama somnoliento escuchando el sonido de la lluvia que caía afuera del edificio, el sonido insistente del timbre le hizo recordar que tenía visita...a mitad de la noche. Salió de la habitación pasándose las manos por su cabello despeinado, miró por el ojo de la puerta y eso bastó para que el sueño desapareciera.
Abrió la puerta quitando el seguro, encontró a una chica de cabello rubio cayendo por los hombros, estaba temblando porque se había empapado con la lluvia, JungKook no pasó por alto el labio roto de la chica.
—¿Hana?
—Y-yo no sa-sabía a quien acu-acudir.
—Ven aquí, estás temblando.
Hana obedeció entrando al apartamento, JungKook de inmediato se puso en movimiento consiguiéndole una toalla para que se secara y buscó algo de ropa para ella, le quedaría grande considerando que eran prendas de la talla del chico, mientras ella se vestía en la habitación, el pelinegro le preparó un té de manzanilla para que entrara en calor.
El labio roto de la chica le hizo buscar el botiquín en el baño, en silencio, regresó con ella sentándose a su lado en el sofá.
—Déjame ver...
—No.—respondió apartando el rostro. Aunque estaba seca seguía temblando, su cabello húmedo le complicó verle el rostro.
—Hana.
—No es nada.
—Déjame verlo.—insistió con cuidado. No quería presionarla.
Hana por su parte apretó los labios intentando contener las ganas de llorar, inhaló profundo y volteó la cabeza hacia JungKook permitiéndole verla mejor. El labio inferior de la rubia estaba roto además de un poco hinchado, alguien la había golpeado.
Y JungKook tenía sospechas de quien podía ser.
—¿Él sabe que estás aquí?
Su mano sostuvo con cuidado la barbilla de la chica.
—No.
—¿No sabe que estás fuera de casa a esta hora?—esta vez no tuvo respuesta. Sus ojos oscuros contenían las lágrimas y JungKook simplemente la abrazó con cuidado. Sus brazos la rodearon brindándole no sólo calor, también seguridad y apoyo—Fue él.
No era una pregunta.
—Lo siento, JungKook.—sorbió por la nariz sin poder controlar las lágrimas silenciosas que caían.
—¿Desde hace cuánto hace esto?
—Hace unos meses.—la respuesta dolió más. Lentamente el abrazo se deshizo, Hana no podía sostenerle la mirada, las manos de él tomaron las suyas acariciándolas.—NamJoon y yo...hemos estado discutiendo mucho, él...cada vez pierde el control más seguido.
—¿Alguien sabe de esto?
—No.
—¿Por qué?
Hana notó cierto enojo en su voz.
—No lo sé.
—Llamaré a la policía.—se levantó del sofá dispuesto a buscar su celular en la habitación. Hana lo detuvo tomando su mano en el acto.
—No, JungKook, espera, no puedes hacerle esto a él.
—Te está golpeando, Hana.
—Es tu hermano, no puedes delatar a tu hermano.
El chico resopló sacudiendo la cabeza encontrando absurdo que ella quisiera protegerlo.
—No voy a sentarme a soportar esto.
—Escúchame...
—No, escúchame tú a mí, Hana.—tomó asiento de nuevo sujetando con firmeza su mano.—NamJoon te ha golpeado anteriormente, sospechaba que algo pasaba entre ustedes porque en ocasiones actuaban...extraño, le dije a mis padres y me creyeron loco, dijeron que eran cosas de pareja, que no debía involucrarme.—sus ojos se posaron en ella con evidente preocupación.—¿Sabes cómo suelen terminar estas situaciones?—hizo una pausa antes de agregar.—Siempre es la mujer quien acaba muriendo, al menos en la mayoría de los casos.
—No voy a morir...
—Lo harás si sigues permitiendo que te levante la mano.
—¿Y qué hago?—su voz dejó sentir su frustración mezclada con rabia e impotencia.—¿Quieres que lo golpee también?, ¿Sabes lo fuerte que es tu hermano?, es más alto que yo, más fuerte que yo.
—Que seas mujer no significa que eres débil, Hana.—intentó hacerle entender.
—Si llamas a la policía...tendré que enfrentarlo y no me siento lista.—negó suavemente con la cabeza. Bajó la mirada comenzando a sollozar. A JungKook le dolió verla de ese modo.
Hana era la novia de su hermano mayor. Cuando iniciaron la relación, JungKook principalmente estaba feliz por su hermano, pues NamJoon siempre parecía alejar a las chicas, el encanto lo había heredado JungKook con las mujeres, llevándolo a tener pocas relaciones serias en su vida.
Cuando conoció a Hana era muy diferente, para empezar, el cabello natural de ella era de color chocolate cayendo en ondas por su espalda, sus ojos siempre brillaban llenos de carisma y dulzura, era unos centímetros más baja que él, su físico le recordaba a una bailarina de ballet, en efecto, Hana era profesora de ballet en un salón de danza, impartía clases a niñas pequeñas, ¿Cómo conoció a NamJoon?, ambos tomaron un curso de inglés para perfeccionarlo, allí surgió todo.
A JungKook siempre le pareció especial la novia de su hermano.
Los primeros rayos del día entraban por la ventana cuando el celular de JungKook recibió una llamada. Hana se había quedado dormida en la cama del chico por insistencia del muchacho, el sonido de la llamada la despertó, tuvo que forzar la vista al ver el nombre en pantalla.
NamJoon hyung.
Casi de inmediato se incorporó, abrió la puerta de la habitación y se apresuró al sofá donde JungKook seguía dormido. Tocó su brazo varias veces.
—JungKook, oye, despierta.
—¿Mmm?
—Es NamJoon, está llamando.
—¿Qué?—el muchacho entreabrió los ojos. Se incorporó en el sofá somnoliento mientras tomaba el celular, intentó espabilar un poco antes de responder la llamada—¿Diga?
—Lamento llamarte tan temprano, pero...quería saber si sabes algo de Hana.
JungKook miró a la novia de su hermano y ésta se sintió más nerviosa sin saber lo que ocurría del otro lado de la línea.
—Hasta hace segundos estaba durmiendo, hyung—mintió, aunque no del todo.—¿Pasó algo con Hana?
La rubia se sentó en el sofá jugando con sus manos en señal de nerviosismo. Su labio inferior seguía roto, la hinchazón había disminuído gracias a la crema que JungKook había aplicado cuidadosamente.
Hana le había explicado al pelinegro que NamJoon y ella comenzaron discutiendo debido al estado sobrio de éste. Hana estaba hartándose de tener que soportarlo en esa situación más seguido que antes, le preocupaba que su novio estuviera volviéndose adicto al alcohol.
Fue entonces que el golpe vino a ella.
La agresividad de NamJoon explotó con más fuerza debido al licor y si Hana no hubiera salido de ese lugar...se encontraría en el hospital ahora mismo.
—No, sólo...pensé que estaría aquí al despertar.
JungKook encontró ridícula esa excusa. ¿Cuántas veces su hermano mentía a todos cuando golpeaba a Hana?
—¿Por qué no la llamas a su celular?
—Lo hice, pero no contesta. Parece que lo tiene apagado.
En efecto, Hana lo tenía apagado precisamente porque sabía que él intentaría ubicarla.
—Tal vez se le descargó, intentaré comunicarme con ella y te avisaré.
—Gracias, JungKook. Si hablas con ella dile que necesito decirle algo.
—Claro.
La llamada finalizó y Hana no dudó en preguntar.
—¿Está buscándome?
—Dijo que ha intentado llamarte.—dejó el celular a un lado para luego mirarla.—Hana, no dejaré que regreses con él.
—¿Y qué hago?
—Ir con la policía, denunciarlo por lo que te hizo y poner fin a esa relación.
—Es sencillo decirlo.
—¿Tienes miedo de NamJoon?—ladeó la cabeza observándola. Sus ojos evitaron verlo, su silencio terminó de convencerlo.—Hana, mi hermano no te hará daño.
—Tú no lo has visto cuando es agresivo, él...tiene un brillo de locura y malicia en sus ojos que...—negó con la cabeza.—No puedo ir con la policía.
JungKook tomó su mano esperando poder transmitirle algo de seguridad. Una vez sus miradas se encontraron no pudo evitar sentirse culpable, culpable de tener un monstruo como hermano que golpeara a las mujeres. ¿Y si le contaba todo a sus padres?, ¿Estaría haciendo mal?, no, no podía abrir la boca si Hana no se animaba a confesar.
Pero tampoco podía seguir dejando que la lastimara.
—¿Y si yo voy contigo?, ¿Te animarías si voy contigo, Hana?
La joven rubia miró sus manos juntas, se dio cuenta de la forma en que se aferraba a JungKook, como si fuera su única tabla a flote, como si fuera su única salvación y...tal vez lo era.
—Déjame...pensar, ¿Sí?
—Hana...
—Dame hasta el mediodía, necesito pensar.—pidió mirándolo. JungKook no muy satisfecho aceptó, aun así no mentiría, sentía angustia con toda la situación.
—Está bien, pero sí o sí, hoy debes tomar una decisión.
Se levantó del sofá estirando sus brazos. Fue al baño de la habitación haciendo su rutina de cada mañana, Hana por supuesto lo ayudó en la cocina para preparar el desayuno, el silencio fue agradable y el hecho de cocinar distrajo su mente unos segundos.
—¿Dónde están los platos?—preguntó ella.
—En el estante de arriba en la esquina—señaló. JungKook revolvía algunos condimentos en la sartén.
Hana estiró sus brazos tomando los platos que usarían, JungKook la miró un momento y notó un detalle. La manga de la sudadera se había resbalado dejando ver algo de la piel de su brazo, apagó la estufa y se acercó a ella.
—Hana, dame tu brazo.
—¿Qué?
—Dame tu brazo—insistió tomándola desprevenida. Supo que había algo raro cuando ella se negó. Tomó su muñeca y levantó la manga de la sudadera exponiendo su antebrazo.
Cuando Hana llegó anoche toda empapada se cubría con un suéter, JungKook no podía imaginar lo que escondía debajo.
El brazo de Hana tenía moretones, marcas de dedos que una vez la sujetaron con demasiada fuerza. ¿Acaso si le pedía que se quitara la sudadera encontraría más?
—JungKook...
—Quítate la sudadera.
—Yo no...
—¡Quítate la sudadera!—levantó la voz. Hacía un enorme esfuerzo controlando su rabia.—Por favor.—bajó el tono de voz.
Hana obedeció con manos temblorosas, lentamente se deshizo de la sudadera y los ojos de JungKook miraron horrorizados como el cuerpo de la rubia se encontraba lleno de hematomas de diferentes tonalidades. Algunos continuaban debajo de la camisa que ella tenía.
"NamJoon terminará matándola, no puedo dejar que esto siga así."
¿Quieren la 2da parte?
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