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Criatura

Título: Criatura

Historia corta #05

Sinopsis: Existe un ser atrapado en un castillo, la bestia se ha enamorado de la bella y la bella quiere ser tan fría y cruel como la bestia.

Canción del oneshot: Aurora - A Dangerous Thing.

—¿Por qué la bestia se enamoró de la humana? —la pregunta de aquel pelinegro interrumpió su cuento. Enora se encontró con aquellos ojos negros, tan oscuros que intimidarían a cualquiera y aunque no quisiera aceptarlo, siempre tenían un brillo de malicia que no terminaba de entender, un brillo que los cazadores tienen la mayor parte del tiempo cuando están al acecho. Aquella criatura nocturna levantó una de sus cejas ante el silencio de la muchacha de mirada aceituna, Enora parpadeó varias veces saliendo de sus pensamientos.

Era una criatura hermosa que cada noche se encontraba sedienta de sangre, necesitaba de ello para vivir, todo aquel que entrara al castillo estaba condenado a morir por ese vampiro de apariencia joven e imponente y él no podía abandonar dicho castillo, una maldición le prohibía salir de allí.

—Porque ella pudo ver más allá de su apariencia fría y cruel.

El vampiro frunció el ceño sin estar convencido. Cruzó sus piernas recostando su espalda del sofá rojo donde estaba sentado, Enora en cambio se encontraba frente a él sentada en la alfombra leyendo el cuento de la Bella y la Bestia.

—Él podría lastimarla. ¿Eso no la asusta?

—Bueno...—tomó una bocanada de aire admirando como los mechones negros caían ante sus ojos—Puedes lastimarme, pero no lo has hecho.

—¿Admites que no tienes miedo de mí?

La joven de cabello rojizo ladeó su cabeza cerrando el cuento en sus manos.

—No.

—¿Estás segura?

Asintió totalmente segura. Contuvo la respiración cuando la criatura de ojos rojos se inclinó hacia ella acariciando su barbilla, la mirada de la chica se mantuvo en aquellos labios delgados y rojizos, tragó con dificultad provocando una sonrisa divertida en el vampiro, acarició su labio inferior escuchando a la perfección su corazón latir como loco, cuanto más latía más imaginaba la sangre corriendo por sus venas aumentando su sed, sus colmillos se dejaron ver cuando tocó la punta de su labio inferior.

—Tú no escogiste esto—su voz fue lo suficientemente baja para ser escuchada por ambos. Los ojos negros de aquel hombre fuerte e inmortal se posaron en ella sosteniéndole la mirada—Para mí no eres un monstruo, eres un ser hermoso, JungKook.

Aquella humana era diferente a lo que conocía, desde el primer momento que entró al castillo supo que no podría alimentarse de ella, le permitió conocerlo y aunque no quisiera admitirlo...Enora se había apoderado de su corazón de piedra. Estaba enamorado de una humana.

Por primera vez no supo que decirle, ella colocó su mano en su mejilla acariciándola y por primera vez toda esa imagen imponente pareció derrumbarse con el toque de la joven, la distancia fue haciéndose menos, sus labios se rozaron sólo un poco ya que JungKook retrocedió despacio, Enora apoyó sus manos de sus muslos acercándose aún más quedando de rodillas entre sus piernas, el olor de su sangre lo envolvió tentándolo a beber de ella, sus oídos captaron un sonido en el castillo, dos humanos habían entrado.

—No puedo hacerlo—susurró—Tu sangre...

—Quiero ser como tú—pidió—Sabes que no tengo hogar, no tengo familia y no tengo nadie que me extrañe si desaparezco por la eternidad—JungKook admiró cada detalle de su delicado rostro—No te dejaría solo, permanecería contigo siempre.

—¿Quieres vivir condenada a este castillo?

La maldición había caído en JungKook cuando al pueblo llegó el rumor de su existencia, los pueblerinos comenzaron a decir que por las noches una criatura humana con sed de sangre atacaba a cualquiera que estuviera bajo su mirada. Una noche la hija del panadero lo describió al verlo, una bruja colocó la maldición en el castillo para mantenerlo cautivo en él, pero todo aquel que entrara allí no saldría con vida y si decidía convertir a alguien más esa persona soportaría la maldición.

De esa manera las desapariciones y asesinatos se detuvieron. Sólo los idiotas entraban al castillo creyendo que todo era una broma.

—No sería una condena si estoy contigo.

Sus oídos volvieron a captar un ruido, los humanos intrusos habían roto uno de los jarrones con sus estúpidos juegos asegurando que no había nadie allí. Un gruñido alertó a Enora quien notó su enojo.

—Quédate aquí—ordenó levantándose.

Enora se levantó cuando quedó sola, salió del salón encontrando silencio. Sus zapatos provocaban eco al caminar, aquel castillo fue hermoso en su tiempo según JungKook, siempre había fiestas, celebraciones y su familia era una de las más queridas. Todo hasta que fue convertido en vampiro, cuando ocurrió su familia empezó a enfermar y su sed de sangre aumentó a punto de hacerle perder la cordura.

Un grito le hizo dar un respingo, su corazón se aceleró, no por miedo, sino al saber lo que ocurría.

Se dejó llevar por el ruido con ojos bien abiertos, éstos se movían expectantes a cualquier cosa, empujó la puerta del salón principal donde un jarrón estaba roto en el suelo hecho pedazos. Un cuerpo se encontraba no muy lejos con una mordida en su cuello, Enora se acercó despacio hasta el chico muerto, lo supo al tomar su pulso, pasó sus manos por los ojos del fallecido cerrándolos, unas gotitas de sangre creaban un camino hacia detrás del sofá. Se incorporó dando pasos cortos, una vez más contuvo el aliento por la imagen.

Era primera vez que lo veía en ese estado, pues JungKook nunca se lo permitía.

Su espalda ancha era lo que podía apreciar, se encontraba sobre un cuerpo inmóvil bebiendo de su sangre con cierto desespero, podía escuchar aquel sonido escalofriante de la sangre siendo succionada por él, Enora retrocedió mirando la imagen, sabía perfectamente que esa era su forma de seguir viviendo, ¿No debería salir corriendo?, uno de los trozos de jarrón fue pisado por ella interrumpiendo la cena del chico. JungKook se incorporó relamiendo sus labios, un gruñido indicó que todavía estaba en su instinto salvaje.

Fue cuestión de segundos para que el cuerpo de ella quedara contra la pared siendo presionada por el vampiro, los ojos de JungKook eran rojos ahora, la mano de él estaba en su cuello sintiendo su pulso agitado, sus labios estaban manchados de sangre dándole un aspecto escalofriante.

—¿Sigo pareciéndote hermoso, Enora? —cuestionó—Una criatura como yo no es hermosa, es peligrosa y cruel. ¿Sabes lo mucho que anhelo beber de ti hasta la última gota? —apretó su mano. La chica llevó sus manos a su cuello intentando aflojar el agarre—Dime que tienes miedo de mí.

—No.

El chico gruñó tensando su mano.

—Quiero ser como tú—repitió ella—No vas a alejarme. Sé muy bien la clase de bestia que eres, también las bestias tienen algo de belleza no importa lo que hagan.

—¿No te da miedo que pueda asesinarte ahora?

—Hazlo—eso lo sorprendió—Muérdeme, bebe todo lo que quieras. Si es suficiente para ti, hazlo.

Miró su cuello sintiendo el pulso, la vena en su cuello estaba allí, acercó sus labios al punto exacto depositando pequeños besos mientras soltaba a Enora permitiéndole respirar de nuevo, ésta colocó sus manos en su pecho sintiendo su corazón a punto de salirse. JungKook sentía el dolor en sus colmillos, ¿Iba a detenerse si lo hacía?

Enora era la primera humana en conocer que no merecía morir así.

—Eres la única belleza aquí, Enora—susurró provocando cosquillas en su piel. Acto seguido introdujo sus colmillos en su cuello sosteniéndola con fuerza probando por primera vez la sangre más deliciosa del mundo.

Escuchando la canción que mencioné arriba se me ocurrió este one shot. Fue lo primero que vino a mi mente.

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