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02 | BROWN

Relevé... relevé a la second...

Sangre, sudor, lagrimas y dolor placentero, buen resumen.

Su cuerpo se sentía tenso, y era normal, sus músculos en la misma posición, cual muñeca de estatua y porcelana perfecta, liviana como una pluma, fuerte como una espina pero delicada como una princesa.

Bienvenida al mundo del ballet.

—¡Al público no le interesa si les duele o no!.— aquel regaño no iba para ella, menos mal, aunque eso no quería decir que fuera una experta en la disciplina que practicaba todos los días, casi a todas horas siempre que podía.

Era una soñadora, y estaba llevando a cabo el sueño más profundo de su ser; bailar.

—Señorita Hester, le recuerdo que su sonrisa debe ser cual muñeca, no una mueca.— la estricta voz de su maestra le hizo salir de su ensueño, viendo de reojo a la imponente mujer que medía 1.65 m., siempre impecable, bien vestida y con elegancia de sobra.— ¡Señoritas y caballeros! Estamos a 3 semanas del espectáculo central, necesito saber quiénes serán los indicados para el segundo Acto del Lago de los Cisnes.

Seré la principal, por supuesto que sí.

—Primera posición señoritas, caballeros a la barra.— ordenó.

Limpió su sudor con su mano derecha, sonriendo con orgullo al ver a su amiga castaña y pelirroja a la puerta del teatro, observando su clase, podría decirse que destacaba en demasía en tal hazaña, aunque se sintió mal que tanto Stella como Claire prefirieran verla practicar que descansar, pues el aspecto deplorable de ambas le indicaban que necesitaban un buen descanso y medicamentos.

Le sorprendía que Stella pudiera verse sonriente aun así.

—Bien mis pequeños cisnes, empecemos selección y eliminación.— Arlette Grotto, su maestra y bailarina dueña de medallas doradas, se encaminó a las futuras bailarinas, sus pequeños pupilos.— la prueba constará de 3 pasos, piruettes de más de 2 giros, ya saben, inician en tercera posición, tendu, cuarta posición y ejecutan el piruette. Grand jeté, paso paso y salto, quiero ver esas piernas bien estiradas y brazos en la posición correcta, terminaremos con un pas couru de 5 tiempos, al pasar los 5, un perfecto grand battement, y pies en quinta cuando terminen. ¿Entendido?

Una vez repasada los pasos a ejecutar, asintió, se alejó del grupo en el que estaba, pues, aunque la sincronización que tenían fuese perfecta, eso no quitaba el detalle que hay en el detrás del escenario del ballet, una guerra pura de quién es mejor, y quién es el principal. Eran competitivos, y apenas hablaban entre ellos, pues todos se veían como enemigos dispuestos a obtener solo una cosa; un pase directo a una compañía que explotara su potencial y fuese a las grandes ligas.

Sueños demasiado grandes como para vivir en un pueblo tan pequeño como Arcadia Oaks, otro motivo más para querer salir de ahí.

Pst, Emma.

—¿Stella?

La rubia de ojos azul marino observó la curiosidad de los zafiro brillante, era curioso como la pelirroja podía verse tan pequeña y delicada con simples gestos, y aunque suena egoísta, agradecía que Stella no tuviese interés alguno en el ballet, pues ella le tomó años de practica llegar a ser una muñeca delicada de porcelana en sus gestos y movimientos, pero la chica frente a ella los traía desde la cuna, hasta juraba que podría ser la descendencia de una reina por cómo era.
Pero estaba bien, ella no tenía interés mínimo en las materias como Stella lo tenía, con su cerebro de esponja. 

—Quería ¡Achú! desearte ¡Achú!.— suspiró frustrada por sus estornudos.— suerte.— le sonrió.— me gustaría quedarme más pero tengo cosas que atender con Jim.

—Gracias, Stella, me esforzaré.

Una ultima sonrisa y se dedicó a ver a sus contrincantes para el protagónico.


***


—Muchas gracias señoritas, las veré mañana con las respuestas.— la mujer de gran porte guardaba sus anotaciones mientras veía al alumnado salir del teatro, deteniendo su mirada en la rubia de ojos marinos, con un pequeño deje de nostalgia.

Mientras que la observada, tomaba su mochila sin tener ganas de cambiarse a su atuendo diario, estaba agotada y adolorida, solo quería llegar a casa, tratar de hacer los deberes de química, darse un buen baño y dormir, que plan tan magnifico.

—Hasta mañana, señorita Grotto.— se despidió cortes, viendo a la mujer que le enseñó todo lo necesario.

—Espera Emma, necesito hablar contigo.— pidió.— lo cierto es que pensaba decírtelo mañana pero mereces saberlo ya.

Ay no, quedé afuera.

—¿Si? si es acerca de los attitude, prometo mejorarlo señorita.— dijo con preocupación, pero de cierta forma, la pequeña sonrisa de la mayor la tranquilizó.

—No es eso, Emma. Mañana quiero que vengas media hora antes para la prueba de vestuario por favor.

MOMENTO

No ocultó la enorme sonrisa en su rostro al momento de armar el rompecabezas.

—¿Acaso yo...?

— Felicidades, mañana ven para probarte el leotardo y las mallas, también las medidas del tutú y la corona.

Ni siquiera midió su entusiasmo cuando abrazó con fuerza a su profesora, dándole miles de gracias por darle el protagónico que tanto esperaba, la princesa del lago de los cisnes. Esto le marcaba un comienzo, casi siempre quienes son los protagonistas del lago suelen tener una carrera exitosa a a partir de las escenas de tal obra.

Saltó de la tarima para tomar su mochila y correr directo hacia su casa a celebrar, de pronto su dolor corporal dejó de existir y estaba dispuesta a celebrar aunque sea ella sola, no iba a interrumpir la cita de Jim y Stella y tampoco haría que Claire la viera estando enferma. 

Ni siquiera se quitó sus zapatillas de tela cuando salió corriendo del teatro a la calle, la brisa de la tarde adornaba más su emoción, ni siquiera fue a la parada de autobuses a abordar el suyo, nada que ver, iría corriendo hacia su casa.

No prestó atención al grito  de susto de un chico, no prestó atención a la existencia de su amiga pelirroja que en esos momentos estaba decaída, mucho menos que llevaba corriendo por 45 minutos y ya era algo de noche.

Tal vez me compre unos tacos de celebración.

Hasta que un golpe le llegó.

Maldito dolor del infierno

—¡Por Seklos y Gaylen! ¿¡ESTÁS BIEN!?.— blanco, miraba blanco.

Joder, estaba aturdida, ni siquiera sabía como había caído de cabeza al suelo, solo tenía un dolor peor del que le dejaban los pliés a la second. Su vista se enfocó poco a poco.

Demonios, ahora miraba café.

—Perdón, terrícola, mil perdones. ¡Aja rompí a la muñeca terrícola!.

¿Romper? ¿Muñeca?

—No seas exagerado, solo se cayeron.

Hasta que su vista captó los ojos cafés más brillantes del mundo, aquella mirada de preocupación que estaba en ella le hizo aturdirse más, ¿Qué pasó exactamente?

—¿Estás bien? ¿No te rompí?— habló el moreno, ayudando a levantar a la rubia cuyo aspecto ahora era deplorable, sus mallas rotas y sucias, cabello despeinado, cara llena de polvo.

—¿Qué...?

Reacciona, por favor ¿Qué te pasa?

Ese chico había hecho que su tarde de gloria se volviera un desastre, hasta había vuelto su dolor corporal pero ahora en doble escala ante la estrepitosa caída que tuvo directo a la acera. 

Pero no sabía que todo su mundo estaría ahora de cabeza.


***

Empecemos la historia, damas y caballeros. Se viene la entrada triunfal de nuestro protagonista orecioso, Krel.

Plié a la seconde (los brazos no son así al momentro de la practica, lo que imporra son los pies)

Tendu

Relevé

Grand battement

Pas couru

Pirouette

Grand Jeté 

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