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8: Vulnerable

Aquella energía que Grey Lantern había emanado de sus puños impacto directo en Negro, logrando hacer una cegadora explosión púrpura que logró hacer volar tanto a Negro como a Rojo, pero sobretodo a Negro, pues este voló por encima del asfalto hasta estrellarse con una casa al borde del bosque, destrozando las paredes y muebles a su paso hasta atravesarla y salir aún disparado hacia el bosque, derribando varios árboles hasta que finalmente, paro al chocar contra una roca entre los árboles. Negro entonces reposo su cabeza sobre la roca y entre quejidos desapareció su antifaz. Rojo y Azul vieron con preocupación aquel acto, pues no sólo habían lanzado a casi un kilómetro a su amigo, sino que ahora habían encontrado a quien tenía el poder la gran caution.

—Este tipo tiene muchas cosas que explicar— susurro Azul, creando dos enormes cañones sobre sus hombros

—Y le vamos a sacar todas las respuestas— añadió Rojo, ardiendo en su aura carmesí y lanzándose directo hasta Grey Lantern, quien sin dudarlo comenzó una gran carrera

Ambos iban a velocidades impresionantes, incluso para sus límites y poderes; mientras que desde la perspectiva de Rojo, Grey Lantern era veloz aún en su estado de llamado "flashtime", desde la perspectiva de Grey Lantern no era más que ver a Rojo haciendo torpes y lentos movimientos en aras de alcanzarlo, cosa que logró por unos momentos hacer reír a Grey Lantern a sus adentros, al menos hasta que, y sin previo aviso, un enorme puño de energía negra le golpeó, logrando derribarlo así.

—Ahora si quiero matar algo— confesaba Negro, mientras descendía envuelto en una oscura aura de energía y miraba a Grey Lantern en el suelo

Apenas esté había vuelto al campo de batalla, y Rojo le hacía compañía también ardiendo en su violenta aura roja; mientras estos se preparaban para enfrentarse con Grey Lantern apenas este se pusiera de pie, algo más pasaba con Kevin y Karla pues sobre de Karla, esta apenas consciente, un anillo de cristal púrpura se creó, teniendo en su interior oscuridad pura, gracias a la cual, este anillo devoro a Karla. Kevin sólo sonrió mientras estaba siendo sometido por unas cadenas creadas por parte de Azul, pues sobre de él, uno de estos portales se creó también, absorbiendolo lentamente.

—No vemos, ogetes— declaró Kevin con una sonrisa y dedo medio a los Dreamers, poco antes de desaparecer

—Okey... creo que tenemos problemas— declaró Azul tras ver desaparecer a Kevin

—¡Sovalc ed aivull!— se escucho nuevamente y esta vez Rojo, gracias a su velocidad, pudo esquivar aquellos clavos rodeados de un aura rosada; entre los callejones, fugazmente Rojo pudo divisar a una fémina y encapuchada figura

Aquella figura parecía una antigua bruja, cuyo rostro se veía cubierto por penumbra bajo su capucha, únicamente dejando salir unos cuantos mechones de una blanca cabellera casi siendo esta plateada; su vestimenta era una especie de vestido victoriano de púrpura y negro que había sido roto, dejando que su falda se escurriera por la espalda y dejando a la vista unos pantalones de cuero y unas enormes botas con un diseño de color negro y salpicones de pintura roja, simulando sangre; sus brazos eran cubiertos por un largo guante desde la mano hasta poco antes de su codo, dejando a la vista sus dedos, cuyas afiladas uñas eran negras, y suficiente de sus brazos para dejar a la vista un tono tan blanco de piel como el de un cadáver. Al final de esta, y como "corona" tenía una aureola de fuego púrpura sobre la capucha, tan brillante como la magia en sus manos. Mas Rojo no pudo terminar de contemplar aquella brujezca figura, pues fue nuevamente embestido por las lágrimas del Grey Lantern, que lo hicieron caer contra los suelos; sin mayor aviso, y tras ver a aquella bruja desaparecer, Grey Lantern y aquel arquero volvieron al ataque. Una flecha con punta de terranita logró dar directo en el brazo de Azul, impidiéndole volar y atraparlo.

—¿¡Es enserió!?— grito con rabia Negro, mientras creaba un gran puño de energía negra con púas en los nudillos —. No llevamos un año, ni un puto año ¡Y ya encontraron nuestra debilidad!

—Sin contar a este cabron que esta a la par que nosotros— decía entre dientes Rojo chorreando aquel plasma rojizo desde su boca hasta su mentón, solo para escurrir al suelo y dejar salir vapor apenas lo tocaba —¡Ven aquí!— gritaba lleno de rabia Rojo, tratando de alcanzar a Grey Lantern, pero por más que este corriera a todo lo que velocidad le daba, no podía contra su velocidad —¡Puta madre!— gritaba tras dar un fuerte a un muro, donde hace unos segundos estaba Grey Lantern, y destrozarlo sin acertar

—¡Pudo ser un buen golpe!— grito Grey Lantern, terminado de hablar al mismo tiempo que aquel sonido de tren frenando se hacía presente; ahora estaba a sus espaldas —. Pero no eres suficientemente rápido— añadió, antes de bañar con sus lágrimas a Rojo, haciéndolo nuevamente caer al suelo, dejando que una nube de vapor se hiciera presente tras chocar sus lágrimas contra su rabia

—¿¡Quieres callarte!?— pregunto Rojo, poniéndose lentamente de pie, a la vez que escupía incesante su plasma

—¡Allá voy!— gritó Negro, transportandose justo entre aquel vapor, solo antes de escuchar venir una flecha y tomarla como si nada —¿¡Algo más, White Arrow!?— pregunto Negro, al aire y en burla

—¡B-Boom!— apenas el tirador dijo esto, la flecha estalló dejando salir una nube de terranita verde, logrando marear a Negro y hacerlo caer lentamente —¡Y el nombre es Arquero Blanco!

—¡Eres tan... original...!— gritaba Negro mientras luchaba por respirar y caía al suelo —¡Y por cierto, no eres bueno por darle a Azul en la pierna o atraparme con el Plan Batman anti Superman número un billón!— apenas Negro termino de hablar, se transporto lejos de aquellas nubes, terminando a una calle de distancia de la pelea —¡Solo soy pendejo... por... dejarme dar...!— añadía mientras lentamente caía sobre un poste de luz —puta madre...

En la pelea, Grey Lantern y Rojo daban lo mejor así, pero la diferencia radicaba en la velocidad superior de Grey Lantern, pues rápidamente el primer golpe fue bien dado al rostro del oponente; gracias a una empuñaduracon picos, no muy filosos, creada por su anillo, Grey Lantern acertó el golpe con ferocidad a un lado del ojo izquierdo de Rojo, solo para rápidamente acertar otro, y otro, y otro más que hizo a Rojo trastabillar varios pasos hacia atrás mientras su vista se nublaba y un fino zumbido se hacía presente en su oído izquierdo; Rojo, ya con el ojo muy morado y la mitad de su antifaz deshecha, dejando a la vista su ojo con derrame, ardió nuevamente en furia y lanzó su plasma rojo, logrando quemar a Grey Lantern, y usando esto mismo para invocar su aguja escarlata, acertando en la pierna y antebrazo de este, poco importandole al Grey Lantern, que hizo uso del impulso por caída para caer sobre Rojo y acertarle un golpe directo al pecho, con una fuerza y estruendo tal, que logró derribarlo y sacarle el aire en el proceso.

—Mira, no es personal amigo— explicaba Grey Lantern; Rojo por su lado, solo podía ver con dolor en su interior el estado en el que Azul y Negro estaban —, solo se trata de dejar un punto, no se metan con nosotros si no nos metemos con ustedes ¿Okey?

—Dile eso a la puta de tu madre ¿Okey?— bromeo Rojo, sonriendo a duras penas aun en el suelo; Grey Lantern contestó con una fuerte patada al rostro de Rojo que causó una pequeña honda expansiva, además de abrirle el labio y hacer sangrar su nariz, poco antes d que este corriera a máxima velocidad, alejándose de ellos tras tomar en sus brazos al Arquero Blanco —Eso es... ¡Corre, pinche puto...!— decía Rojo, en aras de hacerse sentir mejor ante tal derrota —, corre, más rápido que yo, corre...— finalizó, tras ver venir, entre tambaleos, a Negro, que rápidamente auxilio a ambos.

—Residencia Delgadillo.

Las horas habian pasado tras la hora de salida en la escuela y las escándalosa salida de las noticias sobre la derrota de los Dreamers de Santo Grial; Naty esperaba nerviosa, sentada al borde de la banqueta frente a su portón. Ya estaba oscureciendo a juzgar del púrpurezco naranja en los cielos, y Naty, ya con su ropa del diario, esperaba con la mochila, ya reparada, de Javi entre las piernas, dando impacientes pisotones en espera de ver llegar de manera fugaz a su mejor amigo en cualquier momento, por un extremo u otro de su calle, o simplemente verlo llegar volando envuelto en su aura carmesí; mas no estaba preparada para el modo en el que llegó. Javi finalmente apareció, subiendo aquella empinada calle por el medio de la misma, a pasos lentos y en un estado que no hizo más que causar una fuerte punzada al corazón de Naty.

—Vete a la verga— susurro con molestia para si misma tras ver a Javi llegando a paso lento —. No mames... ¡Javi!— gritó apenas lo vio bien iluminado por la farola, notando sus heridas y el muy notorio moretón en su ojo izquierdo —¿¡Qué putas pasó!?— pregunto tras recibir a su mejor amigo con un abrazo que hizo al joven dar un tenue quejido; al Naty separarse de Javi, aunque no quería, le permitió ver lágrimas en sus ojos —¿¡Qué pasó!?— grito de nuevo, esta vez intimidando de verdad a Javi

—Encontramos la gran caution— respondió a secas Javi, con una apagada sonrisa mientras estiraba su mano en aras de tomar su mochila; Naty alejo su mochila y lo miró fijamente, esperando más información —, y tenían una bruja— aquello, a juzgar por la expresión de confusión en Naty, la confundió —. La magia es dañina para los kryptonianos y bueno, tú pendejo tiene fisionomía kryptoniana así que...— pero un golpe al hombro de parte de Naty fue lo único que recibió —. Fue un día duro, Nat, solo quiero recostarme y gritar en mi cabeza, ya sabes lo usual y...

—Tu mochila se rompió y se cayeron algunas cosas— respondió Naty, ignorante de Javi; este se mostró preocupado y suspiro —. Vi las pastillas.

—Vaya, va a ser un día largo aun ¿Eh?— pregunto Javi, sonriendole a Naty en aras de reconfortarla; esto falló.

—¿¡Qué chingon no!?— pregunto Naty a un volumen tal, que casi grito —Tomas pinches pastillas Javier ¿¡Qué mierda!? ¡Sabes que para ti solo son putos placebos!

—¿Me puedo explicar?— pregunto Javi, tomando por sorpresa a Naty, quien le asintió con molestia mientras lo veía sentarse en la banqueta —. Sabes lo que es tener que guardarte todo lo que sientes ¿¡Todo el tiempo!? ¿¡A todo el mundo!?

—¿Ahora dirás que es por que no me cuentas cosas?

—Naty te cuento todo, todo el tiempo— confesó Javi, mientras se llevaba las manos a la cabeza, apartando de golpe su mano al tocarse el moretón —¿¡Pero sabes lo culero que es tener un anillo te pide hacer mierda todo a la más mínima bolsa de papas que no me sale tazo!? Ahora imagínate con mis padres, o cuando debo ir por criminales, y ya ni para eso soy bueno...

—¿De que estas hablando ahora? He ido contigo, eres bueno en eso, y además ¿Qué mierda se supone que es eso de hacer mierda todo?— pregunto ofendida Naty, mientras veía fijamente a Javi —Ja, me habías dicho que funcionaban tus antidepresivos y que te relajaba correr, o volar, estar conmigo, o con Dalia, Diego, los Dreamers y...

—No soy suficiente. Natalia— declaró tajante Javi

—No.— contestó firme Naty —No otra vez con esa mamada de no ser suficiente, tu eres suficiente por lo que tu eres y haces, no importa lo que digan tus padres o el pendejo de Johan, además...

—Incluso super velocidad, Naty, no pude alcanzarlo hoy, a ese maloso, el líder de Kevin y Karla, es rápido, es más rápido y fuerte que yo— declaró Javi, poco antes de ver a Naty sentarse lentamente junto a él, solo para abrazarle con un brazo y luego recargar su cabeza sobre su hombro —. Él me hizo esto, y ahora se que hay otros dos, un arquero y una bruja, nos dejaron como pendejos por que yo no pude alcanzarlo, y...

—Otro día será, Ja— respondió Naty, tomando la mano de Javi —, parece que no quieres entender que a veces no estás solo. No lo estabas antes de estos— decía Naty, justo antes de tocar con su dedo índice el anillo rojo de Javi y su anillo blanco —. Y tampoco lo estas ahora, sólo, sine malas rachas.

—Malas rachas— dijo a secas Javi; Naty asintió —. Es como si la puñetera vida se adaptará a lo invencibles que somos...

—Por que eso hace— respondió con una sonrisa Naty, levantando la cabeza y agachando la de Javi, para poder besarle la cabeza —. Cuando estas bien, la vida viene y te da un putazo para que recuerdes que nunca dejas de sentir, buenas cosas como chingarte una torta de atún con mayonesa, o malas como, bueno, esto...

—Lo de la torta fue muy especifico— respondió con una sonrisa Javi, mientras ambos se ponían de pie

—Mamá hizo tortas y hay un par que te están esperando Ja, vente— ordenó Naty, mientras se acercaba a la puerta y la abría, parando antes de entrar para ver a Javi

—Tu mami es un ángel, Naty, pero se va a infartar si me ve llegar así— declaró Javi, sin dar algún paso

—Bueno, podría ser peor— respondió Naty con una sonrisa que lentamente se volvió fría —. Podrías no haber llegado...

—Tal vez tienes un buen punto, Naty— confesó Javi, mirando hacia la calle, poco antes de decidirse a entrar junto con Naty

Al pasar dentro a la cocina, que estaba unida a la sala, únicamente dividida por la barra, Javi vio a la madre de Naty y a Diego, ambos terminando de preparar las mencionadas "tortas de atún". La madre de Naty y Diego, en rostro, era justamente parecida a ambos, o ellos a ella; tenía puesta una blusa delgada de color negro con flores blancas en ella y un pantalón de mezclilla a su talla extra grande, pues tenía un poco de sobre peso; mas su rostro emanaba un aura que parecían sólo ver Javi y Bruno en Naty, nobleza y pasividad.

—¡A la verga! ¿¡A ti que te paso!?— pregunto Diego con una mezcla de sorpresa, temor y enojo

—Ay dios mio bendito Javier— exclamó la madre de Naty al ver el aspecto de Javi —¿¡Qué te pasó hijo!?

—Ya sabe señora, un ligero desacuerdo con emm la rata— mintio Javi, aunque poco cuestionable ante tal contexto local, y sobretodo creíble, al menos para Diego y su madre, quienes rápidamente corrieron para ver el estado del joven

—Residencia de Diaz.

David llegaba a paso lento hacia su hogar, notando que el puesto de tacos estaba lleno de personas y con música cumbia a todo lo que su bocina podía dar; mientras su padre preparaba dichos alimentos, su hermana menor se encontraba llevando de un lado a otro los platos y bebidas frías a las mesas con tanta rapidez como le era posible; de apenas diez años, Colet, nombre resultado a petición de su madre, madrastra de David y segunda ex esposa de su padre. David llegaba con un fuerte dolor en el pecho tras haber recibido aquella fuerte carga de energía, y esto lo noto su hermana menor.

—¿Qué demonios te pasó?— pregunto Colet a David, con una preocupada sonrisa

—Ese lenguaje, Colet— bromeó David, acariciando la cabeza de su hermana menor

—Colet. Pinche nombre raro Mauro ¿Por qué le pusiste así a tu hija?— pregunto un hombre gordo y mayor, incluso que el padre de David

—Su mamá, que— inició con una sonrisa su padre —. Ya ves que siempre ha estado bien loca esa morra ¡Ah! ¿Pero que buena que esta no?— añadió entre una nostálgica risa

—Casi nunca esta y cuando esta, hablas de lo buena que está su mamá, muy educativo sin duda— intervino David, que llegaba aún tomándose del pecho y dejando caer su mochila al suelo

—¿¡Qué horas son estas de llegar cabron!? Es para que estuvieras ayudando ya— regaño su padre entre las roncas risas y burlas de sus amigos en la barra del puesto; ni unos segundos pasaron cuando este se percato del malestar de su hijo, cambiando casi totalmente de expresión —¿¡Qué te pasó hora!?

—Solo me duele el pecho, no es nada— excuso David, siguiendo su camino

—Por algo te paso eso— inicio —, si hacías algo bueno, pues es un gaje del oficio— continuó, logrando hacer sonreír a su hijo —. Si fue por hacer algo malo, a que bueno por andar de culero— esto lo hizo reir

—Curiosamente llegue a la misma conclusión pa— respondió David sonriente —, ahora salgo a ayudar...

—Tomate una pastilla y ¡Ah!— exclamó con emoción su padre, además de un burlon tono de orgullo —. Te vino a buscar una morrita de cara finita hijo, pelos locos, Nancy, Lazy, un nombre raro que...

—¿Narci?— pregunto con emoción David, logrando hacer sonreír a su padre y ganarse la burla de sus amigos entre aullidos

—Bien ubicadita que la tienes cabron ¿Verdad?— añadió su padre, poco antes de volver la mirada al caso de carne —, métete, vístete y ahorita te cuento que me dijo, picaron— añadió su padre, a lo que animado, David entró con rapidez a su casa

—Algún lugar de Santo Grial.

Lejos, en un quiosco rodeado por árboles y pasto, se encontraban aquellos "villanos", con los que habían peleado más temprano los Dreamers, prácticamente riendo y regodeandoce en su "victoria". Grey Lantern, apenas vio a su alrededor, desvaneció su antifaz, dejando a la vista en su totalidad su rostro, resaltando unas pobladas cejas negras sobre su pálido rostro; a su lado, Elias se quito la capucha y dejó su carcaj y arco en el suelo estirándose victorioso y chocando las manos con Kevin, quien veía a Karla un poco molesta, viendo entre suspiros a la bruja del equipo, que ocultaba aún su rostro.

—¿Por que te escondes? Estamos en confianza, pinche bruja morada— decia Karla, molesta de no ver el rostro de la bruja

—Mi nombre es Hechicera, y no es que no quiera mostrar mi rostro, es por misticismo, castroza— reclamo la nombrada Hechicera, viendo atenta a Grey Lantern —¿Qué?

—No hace falta que te escondas, veo tu rostro con mi visión de rayos x— explicó con calma Grey Lantern

—¿Has estado viéndome con rayos x?— pregunto molesta, y temerosa, la Hechicera

—¿Con esas cosas a punto de reventar el escote de tu vestido? Sería pecado no hacerlo— explicó Kevin mientras simulaba cargar algo con sus manos frente a sus pectorales; aquello hizo rabiar a Karla, que lo expresó con un golpe en seco a su hombro —¿¡Qué traes tu!? Es un hecho, hasta Elias las vería por curiosidad ¿No?— Elias asintió

—Es como para ver la comparativa entre cataratas el paraíso— decía Elias, mientras señalaba a la apenada Hechicera —, y, bueno... una calle inundada...— añadió Elias, señalando está vez a Karla, quien brillo con intensidad en su aura amarilla

—¿De repente te salieron huevos o que, cabron?— pregunto molesta Karla, siendo detenida por Grey Lantern

—¿Quieren parar?— pregunto al aire Grey Lantern —. Lo que hicimos hoy fue grande y genial, no deberíamos de estar así, tratando de matarnos por que cierta loca no es el centro de atención— aquello hizo reír a los presentes, sobretodo a Kevin y la Hechicera, pero Karla solo lo miro rabiante —, pudimos con los Dreamers ¿No lo ven? Ya es hora de que, ya saben, empecemos a ser los héroes de la ciudad, es hora de empezar de verdad. Así que para los que no me conocen; hola— declaró con calma y mientras descubría bien su rostro —. Me llamó Emmet...

—Residencia Delgadillo.

Tras el pasar de una hora, Javi se encontraba en la sala de la casa, siendo atendido de sus heridas y golpes por la madre de Naty y Diego, quien solo hacia más que ver con una compasiva y lastimosa mirada al estado en el que Javi había llegado a su hogar esta noche.

—Valgame el cielo hijo, pues donde te andas metiendo— decía la madre de Naty mientras tocaba el labio de Javi con un algodón mojado en alcohol, al tener Javi puesto el anillo de terranita azul, este sentía el dolor —¿Es por esa noviecita tuya de la que me habla Naty? Por qué si vive por un barrio peligroso te recomiendo que busquen un punto medio...

—Descuide señora— inicio con calidez Javi, sonriendole antes de volver a hablar —. No es por ella, solo, ya sabe, las cosas de las calles y eso...

—¿No quieres que le hablemos a tus papás para que te quedes esta noche?— pregunto de nuevo la señora, haciendo sentir calidez interna en Javi, lo que se manifestó con una brillante sonrisa —. Es que ya es bien noche.

—No, como cree, apenas son las ocho, si llego bien a casa no se preocupe— explicó Javi sonriente, mientras que la mujer pasaba un tapón hecho con papel higiénico para su nariz —, no quiero ser más molesto de lo usual

—¿Estas seguro hijo? Nunca serás molestia aquí, eres de la familia y creo que los niños se sentirían mejor si te quedaras— insistió la madre de Naty, haciendo que Javi solo sonriera más y más

—Descuide, esta bien, no hay problema— explicó Javi con una sonrisa, mientras que la madre de Naty sólo lo miraba con cierta molestia —, ya bastante hice con comerme su comida y ayudarle a Diego a lavar sus trastes

—¿Lavaron los trastes?— pregunto la madre Naty, con sorpresa

—Diego, pero yo le pique las costillas así que hice mi parte ¿No?— pregunto bromista Javi, a lo que la madre de Naty solo sonrió

—Sobre esa excursión al parque de los Árboles de Navidad— inicio —¿Iras tu con los niños?

—O si, irá toda la pandilla señora— explicó con una sonrisa Javi, antes de verse forzado a borrarla tras sentir el dolor en su labio —. Será super genial...

—Listo, termine— añadió sonriente la señora tras terminar de limpiar las heridas de Javi, cambiando rápidamente a una expresión de preocupación pura —. Ay hijo, no se por que no te quieres quedar si ya sabes que aquí siempre seras bienvenido...

—No quiero molestar más señora como cree— decía Javi, negando con la cabeza al ver a Naty detrás de su madre, pidiendole silencio que se quedara —. Además, me gustaría usar ese boleto luego ¿Vale?

—Yo lo llevo ma— señaló Diego, dejando en pausa su programa y tomando las llaves del auto —, vamos hue...

—¿Hue?— pregunto Naty, con una confundida sonrisa

—¡Huevos!— exclamó entre carcajadas Diego, poco antes de que Naty le lanzará un vaso plástico con enojo

—¡Ay pinche Diego!— gritaba Naty, mientras Diego corría hacia la salida, perseguido por la misma y causando las risas de Javi y la madre de ambos.

De lo que nadie se percataba es que desde la distancia, el interior de aquel hogar era observado por una especie de mira digital con una especie de lente rosa, símbolos y letras irreconocibles en sus esquinas y una resaltante mira digital al centro, compuesta por tres alargados trapecios que formaban aquella triangular figura; mas esta no se centro en Javi, Naty o ni siquiera en Diego. Esta se centro en la madre del hogar.

—Residencia De Armas.

Lentamente, una camioneta verde llegaba frente al hogar de Javi, siendo estos el mismo Javi y Diego, que iba al volante. Javi sacó la mano por la ventanilla del copiloto y la sacudió, logrando avisar a sus padres que había llegado a casa, pues estos veían desde la ventana. Javi recargo su cabeza sobre el asintió suspiro, no sin antes extender su mano para chocar el puño con Diego, en aras de una despedida.

—Te la lavas, Dieguin— hablo Javi, mientras abría la puerta del auto

—Cámara, me avisas cuando llegues— bromeó Diego, pues estaban a un metro de la puerta —. Te hubieras quedado y ahorita estaríamos comiendo pizza cabron— finalizó con melancolía Diego, encendiendo de nuevo su auto

—Será para la otra ¿Vale?— confesó con tristeza Javi —. Es que ya sabes como son mis jefes y pff, para que darles cuerda ¿No?

—Pues si wey, eso también, avísame que te dijeron de tu asaltó— finalizó una sonrisa Diego, tras arrancar la camioneta y empezar la marcha, alejándose del lugar

—¡Seguro fue mi culpa!— gritó con una sonrisa Javi mientras veía irse a su amigo, poco antes de girarse hacia su puerta y entrar

Javi abrió con sumo cuidado, como si ignorará el ya haber sido visto y entrando a hurtadillas; no era muy tarde y sus padres lo habían visto llegar ya por las ventanas de la planta superior ¿Por qué ir a hurtadillas?. Javi vio bajar a sus padres, quienes rápidamente se dirigieron a la sala, para poner una película y cenar, pues la cena ya estaba servida y solo hacía falta la llegada de su hijo. Javi siguió su camino y se dirigió al refrigerador del cual, a manera prácticamente ya instintiva, sacó una botella de refresco de tres litros para empezar la cena, todo esto sin haber sido visto con atención por sus padres.

—¿Cómo te fue hoy, hijo?— pregunto con sincero interés su padre, mientras sacaba de la alacena tres vasos; Javi amaba responder eso, hasta que venían las críticas de cómo vivía su día, pero por alguna razón, a Javi poco le importó esta vez

—Bueno, fue una paliza si me lo preguntas— bromeo al aire, riendo con un poco del dolor en su labio mientras se giraba para hacer algo que era mejor acelerar; mostrarles —¿Cómo me veo?— la única respuesta, además del grito y preguntas de su madre que vino corriendo desde la sala, fue su padre dejando caer un vaso de vidrio que se quebró en el suelo

—¿¡Qué te pasó, hijo!?— pregunto aterrada su madre, casi al borde de las lágrimas y mientras tomaba con fuerza, y sin cuidado, el rostro de Javi

—¿¡Quién fue o por qué no nos llamaste cuando te atendieron!?— exclamó su padre con una molestia que escondía temor; a la par que le giraba sin cuidado el rostro para ver bien su ojo —Por qué esto ya se ve atendido cabron...

—Me atendió la mamá de Naty y Diego, nos trataron de asaltar y pues no nos dejamos y...— pero este fue interrumpido nuevamente

—¿¡Y por que chingados no les diste tus cosas!?— regaño su madre, tratando de hallarle más heridas —¡No estas para ser un héroe en situaciones así! ¿¡Qué tal y por hacerte el valiente le hacian algo a esta niña!? ¿¡O a ti y a Diego los picaban o les disparaban!?— continuó su madre, poco antes de abrazar con fuerzas a su hijo, sin importarle que lo lastimara

Aunque era mentira lo que les estaba contando, Javi genuinamente se sentia mal por estarlos exponiendo a tal situación, pues su padre estaba alto de presión y su madre era adepta a la sugestión. Aunque poco a poco, regaños de que debía haber entregado las cosas sin chistar llegaron, el ya no le importaba o siquiera los escuchaba, pues aunque tenía ambos anillos puestos, pues no se arriesgaría a herir a sus padres, no servían de nada ante tal paliza, no importaba si tuviera puesto el anillo de terranita azul o no, el daño no se curaba, y el anillo de Red Lantern tampoco ayudaba a sanar y si es que lo hacía, en conjunto a su speedforce, era un proceso lento que sólo quería brincarse pero no podría.

—¿Podemos solo cenar, por favor?— pregunto Javi, abrazando a sus dos padres y recargando la cabeza en medio, a lo que estos, comprensivos, lo abrazaron también y asintieron, llevándolo, aunque no lo necesitaba, hasta la sala prácticamente cargandolo ambos —¿Qué película vamos a ver?

—Es una que se llama creo After, y me llamó la atención— decía su madre, a lo que este se aguanto las ganas de quejarse y suspirar —¿Esta bien? ¿O quieren ver otra cosa?— él y su padre se miraron mutuamente, pero ambos decidieron proseguir

—Esa estará bien ama, vamo a verla— declaró Javi, mientras estiraba con dolor su mano para servirse arroz y albóndigas, antes de terminar su día.

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