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4: Army dreamers

Una joven pálida y de intenso cabello negro despertó en un reducido cuarto de madera, sin tapizar, sin pintar o decorados más allá de las ventanas que dejaban entrar la luz del sol y la puerta que permita la salida en medio de estas; la chica de enormes ojos y pronunciadas cejas solo se puso de pie y permaneció un poco agachada, pues se haberse erguido seguro habría golpeado el techo. La chica, que por unos segundos estuvo desnuda, dejando a la vista su mediano busto y muy marcadas caderas, entonces vio aparecer ropa sobre de ella, nada más que un largo camisón de color pistache y unas calcetas que llegaban hasta sus rodillas, con diseño a rallas negras y verdes. La chica soo miró con cariño un dibujo pegado con diurex al muro desnudo, en este dibujo estaba una chica y un chico, ambos tomados de las manos y dejandose ver un diseño seguramente hecho por un niño. La chica dio una sonrisa y entonces suspiro con cansancio, mientras se asomaba por aquella pequeña ventana y dejaba a resaltar un lunar en su barbilla; salió con cuidado por aquella puerta, dejando a la vista varias cosas; la primera, es que aquella casa era un réplica pequeña de una casa de capataces de los años cincuentas en el sur de Estados Unidos, como si esta hubiera sido hecha para que niños jugasen en ella; la segunda, es que fuera del "pórtico" de la casa, había un césped, o algo que emulaba serlo, pues prácticamente era liso y su textura era aterciopelada, como si de una enorme cobija se tratará; finalmente estaba su entorno más allá de la casa y el "césped". Este mundo parecía sacado de la imaginación de un niño, como si de un escape o mundo fantástico se tratara;  la tierra hasta donde se alcanzaba a mirar se veía igual de aterciopelada, sin importar que; los árboles, a excepción del que tenía al frente de la casa, como los bosques en la lejanía, carecían de hojas, nada más que cuerdas verdes saliendo y entrelazandose con otras iguales, saliendo todas desde lo que fingía como su tronco, una especie de simulación plástica de troncos de árboles.

—Como te sientes hoy, Les...— escucho cual eco ella, mientras su cuerpo entero parecía volverse traslúcido

—¿Q-Qué, que está pasando?— se preguntaba a sue misma, mientras veía sus manos volverse traslúcidas de nuevo ¿O por primera vez? Hasta que ella desapareció del lugar, pero no este

—Pensé que unas rosas te harían sentir mejor— decía esta misma voz, hasta que hubo un vacío, y de este, todo volvió a crearse, o al menos a hacerse presente

Aquella misma chica, yacía ahora sobre una cama de hospital, en coma pero viva, mostrando actividad ocasional ante la presencia de esta misteriosa persona, misma que se acercó a ella con lentitud y la mayor calma posible, dejando con sumo cuidado un ramo de rosas verdes, las cuales metió a su vez en un jarrón a su lado, tras remplazar algunos lirios. El joven vio curioso el nombre en el florero, pues una nota revelaba a su donador: Con más amor, Johan. Esto le creo una pequeña sonrisa extrañada al joven misterioso, no antes de ver como había un largo vaso de cristal, más pequeño y con un girasol algo seco en él, con una nota que tenía escrito: Con amor, David. Quizás unían puntos sin sentido, quizás había descubierto algo, pero poco le importaba, pues no venía por eso, sino, para ver a la chica en la camilla. Aquel joven dejó el jarrón de nuevo en la mesa, escuchándose un ligero tintineo en su mano al separarse del mismo.

—Son rosas chinas verdifloras, las traje de España, Les— susurraba el joven —, me costó conseguirlas, pero son de tu color favorito...

—¿Puedo ayudarte, chico?— pregunto una enfermera, interrumpiendo al desconocido

—Emm... si— contestó —, cambien el agua de las plantas por favor, algunas ya se secaron— señaló él, mientras se iba hacia la puerta y la enfermera se acerca a las flores

—Si, lo haremos enseguida— decía, ante una clara molestia por aquella nueva tarea; rápidamente la mujer se acercó a las flores para revisarlas, viendo muy extrañada las rosas verdes —¿Son artificiales o...?— pero no hubo mayor respuesta al acelerado sonido de un tren frenando, aunque en este caso era como si ese mismo se alejara, dejándola ahí sola con la chica en coma —¿¡Chico!?

—Preparatoria Moctezuma.

El receso para los jóvenes había llegado, y ambos habían ocupado este para lo mejor que podían hacer con una testigo como lo había sido Andrea la noche anterior, pues Javi, David, Johan y Naty la rodeaban y escuchaban antes dentro del vacío salón de clases. La chica achinada se veía asustada, aunque con leves toques de orgullo y seguridad al verse rodeada por personas que son duda la entenderían en cuanto al tema.

—Y así fue como nos deshicimos de ese, ese hombre lobo...— terminaba de relatar Andrea, mientras tocaba sus dedos entre sí, llena de nervios

—¿Un hombre lobo viscoso y que puede estirar sus brazos?— pregunto al aire Johan, tratando de verle sentido a sus palabras

—¿Te parece increíble algo a este punto, Johan?— pregunto con molestia David, haciendo que Johan alzará los hombros como si dudará, en clara burla —. Lo preocupante es que parece que hablaras de...

—¿Un hombre Venom lobo?— completo Javi, mientras mordía sus uñas y aun miraba atento a Andrea

—¿Venom no era negro?— inicio dudosa Andrea —Este es más bien blanquito...

—Genial, no es un rapero sino uno del Ku Kux Klan— añadió Naty, acto que hizo reír un poco a Andrea, la había calmado

—¿Vamos a patear traseros racistas o que?— pregunto entre risas Bruno, llegando para abrazar a Naty desde atrás

—Hola amor— contesto Naty, abrazando los brazos de Bruno mientras rodeaban su brazo y dándole un beso, cosa que le saco una tierna sonrisa a casi todos los presentes, al menos hasta que Naty le vio el rostro; tenía un gran moretón un una mejilla —¿¡Qué le pasó a tu puto cachete!?— pregunto Naty, con una mezcla de enojo y preocupación

—Nada, nada, ya sabes cosas que pasan de noche y...

—¿Otra vez te asaltaron en tu calle?— dijo con seriedad Naty, mientras sus amigos empezaban a retroceder, todos menos Javi, quien se mostraba atento a la situación —¿¡Por qué no trataste de llegar más temprano a casa!? O no se, te ibas en un mototaxi, que son quince pesos para llegar seguro a tu casa, Bruno.

—Lo se, lo se— decía este, notándose extrañado al verse llamado por su nombre y no algún apodo de cariño —¿Bruno? Auch, eso duele, natalia...

—No me Natalees— sentenció con seriedad Naty —¿Sabes que duele más? Ver que se pudo evitar que asaltaran a mi novio y el pendejo fue hasta la boca del lobo...

—Bueno, no creo que duela tan...— pero Javi fue interrumpido cuando Naty, con una mirada seria, lo mando a callar —. M-Muy mal, Bruno...

—¿A que hora llegaste ayer?— pregunto Naty, acariciando con cariño y cuidado la mejilla golpeada de su novio —Te ves cansado...

—Como a las doce o una, hubo rubros extra y, bueno ¿Dinero, no?— pregunto con una gran sonrisa Bruno, acto que se hizo merecedor de un fuerte abrazo de Naty —, tratare de llegar más temprano esta noche, o mañana, o la siguiente...

—¿Trabajaras?— Naty entonces rompió de golpe el abrazo y se hecho un par de pasos hacia atrás —¿Otra vez? Bruno no mames, es la tercera vez en dos semanas que cancelamos un plan específico ¡Yo misma cambie planes para verte! ¡Tres veces!— exclamó Naty, sin darse cuenta que había subido la voz, llamando la atención de los demás estudiantes a su alrededor

—Oye Nat— llamó entre susurros Javi, a lo que Naty se giro y Javi le pidió con la mano calmarse, esto sirvió

—Y-Yo he... lo siento Bruno, se que tienes que trabajar y así, solo es que, antes hasta mi hermano decía que prácticamente vivías en mi casa y ahora con problemas nos vemos más allá de que me vas a dejar a mi casa...— decía cabizbaja Naty, antes de ver su rostro tomado por ambas manos de Bruno, quien tomó su rostro y lo acercó al suyo, para así besarla y tratar de calmarla

—Lo siento, Naty enserió...— decía apenado Bruno, mientras le daba una calida sonrisa Naty, acto que la hizo sonreír también —¿Nos vemos el fin de semana?— Naty entonces asintió, y estaba dispuesta a seguir con la platica, pero un maestro llamó a Bruno y ahí quedó la charla —¿Nos vemos ahorita en el salón?— Naty asintió. Bruno solo fue hacia el maestro, dejando solos a ambos

Más minutos pasaron, y Naty se encontraba llorando con "calma" frente al espejo en los baños públicos; su llorar no era más que mirar con rabia a su espejo y dejar salir un par de lágrimas, más de las que ya había estado dejando salir de acuerdo al rojo de sus ojos. Trato de mantener la compostura, pero para Naty, el peor enemigo no era su anillo, como con Javi o con Andrea, para ella era su propia cabeza.

—¿Estas bien?— pregunto Javi, tras entrar a los baños de mujeres

—Estas en los baños de niñas wey— contestó Naty, tratando de evitar el tono sollozante de su voz y ocultar su rostro —. S-Si, estoy bien.

—Okey, okey, entonces solo esperare aquí— contesto Javi, tras acercarse y sentarse en los lavamanos

—Me está engañando— contestó tajante Naty, mientras se giraba hacia Javi y le mostraba sin pena alguna, como su rostro estaba cubierto de lágrimas —¿Verdad?

—Eso no lo sabemos Naty, solo...

—Casi se va corriendo cuando llegamos a casa, ya no salimos y... y...— mientras más trataba de hablar, más iba perdiendo la compostura sería y fría que se mostraba al espejo, terminando así por llorar como cualquier persona, acto que sin dudarlo, Javi corrió para abrazarla, a lo que está lo abrazo con fuerza —, trabaja hasta tarde prácticamente todos los días, Javier— esto le extraño, lo llamo por su nombre completo y no lo estaba regañando —, a veces es frío y a veces no, antes llegaba a las ocho o nueve a casa y ahora solo, doce o una ¿Sin avisarme que llegó a casa o así...?

—Demosle el beneficio de la duda, Naty, no estaría tan pendejo como para...— pero esto le extraño, cuando Javi quiso romper el abrazo, los brazos de Naty reforzaron más este. No quería soltarlo, y tampoco que él, la soltara —, c-como para tirar a la basura todo lo que tiene contigo, o a quien tiene, contigo ¿Bien?— finalmente el abrazo cesó, y Naty, aun llorando, se separo de Javi, viéndolo con una extraña calma, una que solo Javi, muy a su forma, podía darle —Ahora, niña, vas a ser la saiyajin que se que eres...

—¿Por que?— pregunto Naty, entre una risa que dejo ir el último ápice de llanto —¿Me pintaré el pelo?

—No— contestó entre risas —, cuando a un saiyajin se lo chingan, solo se hace más fuerte...— aquello se contestó con un fuerte abrazo de parte de Naty, que tras romperlo, tomó una servilleta que Javi le ofrecía y se limpio los ojos, mostrándose de nuevo en esa seguridad y firmeza de siempre —Eso, te quiero ver empoderada Naty, no mal, no así ¿Vale?

—V-Vale Ja— susurro Naty, tras darle una sonrisa a Javi, y escuchar sonar el "timbre" de la escuela, que no era más que el inicio de la canción "Army dreamers" de Kate Bush, fungiendo como una calmada y nostálgica campana para que todos volvieran a sus aulas —, si nos dejan afuera otra vez, te voy a meter un putazo, por que me quitaste tiempo de mi llanto sereno— amenazó en broma Naty, haciendo reír a Javi

—Y lo tómare con humildad, modestia aparte— confesó Javi, logrando que esta riera de nuevo, justo antes de salir ambos de los baños

En clases ya, Dalia seguía dándole aquellas miraditas a Javi, acto que este correspondia con una sonrisa y más miradas del mismo estilo; Johan hoy más que otros días se veía emocionado por el termino de clases, aunque lo más seguro no sería por tener la tarde libre, o el hecho de su labor como Azul, sino quizás por alguna cosa más que ocupará su tarde. A su vez, ya tras entregar los deberes del día, o la hora de clases, ya podían seguir con su instrucción, o planteamiento de tal, a Andrea.

—Bien entonces... ¿Por donde empezamos?— pregunto Javi, mientras miraba a Andrea

—¿Qué?— pregunto entre una risa nerviosa —¿Me preguntas de verdad a mi?

—Vaya pendejo— exclamó entre risas Naty, dándole un golpe con la palma en la espalda a Javi —Ella no sabe nada de los cómics, películas o lo que sea, y dos ¡Esta aterrada de su anillo!

—Naty tiene razón, no lo habría usado sino fuera por que...

—¿Por que?— pregunto Javi, con una confiada sonrisa y mirada fija en Andrea, confundiendo a los demás

—Por qué alguien necesitaba ayuda— susurro Andrea, bastante sorprendida incluso de si misma —, igual Andra, se puso el anillo espiritual y me ayudó lo lanzó al bosque...

—Anillo Fantasma— corrigió David, con su mano en el mentón y recargado en su banca

—Eso— contestó Andrea, dirigiéndose de nuevo hacia Javi —, y esta vez el anillo me ayudó, no quiso que matará a todos, o bueno algo así, creo que más bien...

—¿Dirigió sus deseos asesinos y de auto preservación hacia el lobo Anti-Venom?— pregunto con intriga Javi, mientras se giraba hacia David y Johan, aunque este último no estando lucio en la platica, pues tenia puestos los audífonos —Raro, pero creo que con eso podemos trabajar... ¿No?

—Supongo— confesó no tan seguro David

—Oigan tarados, eso no la ayuda mucho— confesó Naty, mientras tomaba con cariño el brazo de Andrea —¿Cómo está Andra?

—Cierto, por lo que dices tu hermana debió quedar exhausta también— señalo Javi, a lo que Andrea asintió con calma y pesar al recordar aquella anterior noche

—Creo muchas vendas amarillas que luego se hicieron rojas y luego lanzaron lejos a esa madre— confesó Andrea, mientras escuchaba nuevamente el sonar de la canción Army dreamers por timbre, una nueva clase venía —, después solo cayó dormida y cuando despertó, estaba muy exhausta...

—Bueno, no fue controlada por siete distintos espectros emocionales, así que eso requiere mucha energía— confesó Javi, impresionado sobre las declaraciones de Andrea

—¿Sus anillos también les hablan?— pero lo único que obtuvo fue una negativa de todos con el mover de sus cabezas, a excepción de Johan —Vaya suerte la mía...

—Si somos justos, Andrea, pasa que tu anillo es distinto a los nuestros, digamos que de otra tierra— pero por parte de Andrea no hubo mayor ante la declaración de Javi; el continuó —. Veras, lo que trato de decir es que es de otro universo, o bueno, en los cómics es de...

—Si, si. Esa parte la entendí Ja— aclaro Andrea con una pequeña sonrisa —. De otro universo, no como que en los cómics haya más de una tierra en el universo y...

—Si somos justos en Marvel hay creo tres— intervino Johan, tras quitarse el audífono derecho y empezar a contar con los dedos —. La tierra, Contra tierra y la tierra rara esa de donde viene el Capitan Avalon...

—¿Has estado escuchando todo este rato?— pregunto Naty, a lo que Javi solo le negó con la cabeza

—Si, tengo la música bajita para escuchar a medias pero no responder las preguntas obvias de este pendejo— declaró Johan, tras señalar a Javi —¿Para que quieres explicar como funcionan estos anillos? ¡Ya lo sabemos!

—Pero ella no, pendejo— contestó David

—Le decía a Javier— añadió Johan, en claro rechazo a la respuesta de David; David sólo le mostró el dedo medio —te hablo wey...— pero aunque pateaba la parte trasera de su silla, no hubo respuesta

—¿Escuchan eso?— pregunto David, logrando que todos lo miraran en espera de un chiste como remate, pero no hubo más que una sería respuesta —. Algo pasa cerca del bosque, poco antes de terminar Santo Grial— añadió tras ponerse de pie y correr hacia el baño, en aprovechó ante la ausencia del maestro

—Creo que esa es nuestra señal— contesto Javi, poniéndose de pie —¡A los baños!— pero la mano de Naty lo detuvo al tomarle del brazo

—¿Y qué hay con ella?— pregunto Naty, causando que incluso Andrea mirara con pesar a Javi

—B-Bueno, mira, estate con ella y la llevas a su casa, las veré allá para ayudar también a Andra con el anillo fantasma— contestó Javi, justo antes de salir corriendo junto con Johan hacia los baños

—¿Y que crees que sea? ¿El primer villano?— pregunto con emoción Johan, pero solo obtuvo una sonrisa de Javi y el alzar de sus hombros —Uff espero no tarde mucho, tengo una mini cita esta noche— aquello logro sacarle una carcajada a Javi, quien lentamente, y con el destellar de electricidad en sus ojos —¿¡De que te ríes cabron!?— la risa de Johan no se hizo tardar y antes de llegar al baño, Javi y él reían

—¿Crees que todo este bien?— pregunto Andrea, tratando de ver hacia los baños, a donde habían ido ambos —¿Necesitarán ayud...?— pero Andrea cayó de golpe al ver que Dalia las miraba desde lejos, algo preocupada

—¿Andrea?— pregunto extrañada Naty, girando de reojo para ver a Dalia —Ah si, déjala, ha estado así desde que estos idiotas obtuvieron sus poderes, creo que le preocupa que Javi salga corriendo sin razón a veces...

—Las afueras de Santo Grial.

Rojo, Negro y Azul habían llegado y se encontraban flotando varios metros el puente que se encontraba al otro extremo de Santo Grial, cruzando, al contrario que donde estaba su guarida, por sobre de un enorme lago. En el punto medio de este mismo, un combate se daba entre quince personas bien armados y la policía local; siete hombres habían bloqueado un lado de este, atacando con armas pequeñas y un par de escopetas a los policías, mientras que del otro, dos hombres y cuatro mujeres habrian fuego con ametralladoras, cubriéndose de espalda y frente así, acorralados pero bien armados. En el medio de todo esto, un autobús escolar que había chocado con las vallas de contención pendía de un hilo, pero gracias al enfrentamiento no había nadie, o la mayoría al menos, que se percatara de que este autobús lleno de personas, que ahora eran rehenes, estaba por caer al profundo lago.

—¿Sigilo o modo destroyer?— pregunto Javi, ahora como Rojo

—Tararara... army, dreamers— tarareaba Johan, mientras veía los hombres armados —¿Qué?— pregunto Johan, al ver que ambos lo veían —Lo siento, tengo la pinche canción en la mente, yo digo que distroyer, es a mitad de un puente en plena luz del sol ¿Donde nos esxonderiamos y...?— pero su respuesta fue obtenida al ver caer a Negro con un enorme puño de energía al frente

—Si se me pega esa maldita canción— susurro Rojo, tras generar su rojo antifaz —, te voy a dar un putazo— contesto, cayendo directamente al asfalto del puente, asombrando a los policías presentes, los del autobús e incluso a los malhechores

—¿Qué putas...?— aclaro el que parecía estar al mando, pues aunque todos tenían mascaras con una cara similar a la de anonimus, él llevaba una máscara de Mike Myers

—¿¡Tú!?— pregunto Azul, cayendo de manera heroica, al menos más que Negro y Rojo —¿¡Pegarme!? No me rebajaría a tanto como para que me dejara peg...— pero una ráfaga de balas que pego en sus pecho y rebotó entre sus cuerpos hacia el asfalto

—Rebajate a ellos, pendejo— contestó Rojo, creando una enorme mano roja con la que atrapó a Azul y lo lanzó hacia los autos que habían estancado como barricada, derribando a dos e incluso destrozando dos de estos autos —¿¡Quién se anima a dejar las armas!?— pregunto Rojo, posando con ambos brazos en la cintura y el pecho de fuera, solo fue respondido por un escopetazo directo al rostro —Okey... eso fue grosero.— Rojo entonces creo un enorme sube y baja, cuya parte baja estaba a los pies de uns mujer armada; Rojo entonces tomó la parte que estaba arriba y tiro de él con todas sus fuerzas, lanzando aquella mujer hacia el agua —¡Una menos!— grito, justo antes de correr hacia dos asaltantes que recargaban; al primero lo sacó de combate con un puñetazo directo al estómago, y al otro, lo derribo con un soplido, logrando derribarlo hasta hacerlo chocar con las vallas de contención

—Qué simple— decía Negro, flotando mientras tenía del pie a otro de los ladrones, justo antes de crear una gran resortera con el ladrón como proyectil, lanzandolo con hacia otro, quedando ambos inconsciente —¿Algo más de creatividad, no?— pidió Negro, transportandose entre una nube negra para para quedar a un lado de otro más, noqueandolo tras un cabezazo que pareció simple, pero gracias a su fuerza, eso basto para derribarlo —¿Quién se encarga del autobús?— pregunto antes de recibir un escopetazo directo al oído, acto que logró derribarlo entre un grito —¡Hijo de puta!— decía mientras trataba de recomponerse, justo antes de empezar a sentir malestar de la nada, pero no más de los oídos, era todo el cuerpo, sudaba, sentía dolor y su cabeza le gritaba —¡J-Ja!

—¡Estoy algo oc-cupado!— grito Rojo, mientras retiraba con cuidado los autos gracias a una enorme garra mecánica, cual juego de la garra; el sentir se hizo presente nuevamente, algo andaba mal —¿Azul, lo sientes?— pregunto Rojo, viendo como Azul trataba de hacer bailar a dos maleantes con su visión calorífica, aunque esto le costaba algo de trabajo

—¡Oigan fenómenos!— grito aquel con la máscara de Mike Myers, justo antes de lanzarle algo a Rojo, algo que este esquivo con dificultad debido al dolor que empezaban todos a sentir —¡Chinguen a su madre, culeros!— grito antes de jalar el gatillo, pero la bala no fue hacia una persona, o hacia alguno de ellos, fue hacia aquello que le había lanzado, un contenedor de gasolina

Rojo, gracias su super velocidad trato de atrapar las balas de su ametralladora, pero fue lento para ello, viendo las balas impactando en el mismo, pero no sin antes percatarse de múltiples anillos, collares y aretes con piedras verdes, era Terranita. Aquel contenedor exploto, lanzando lejos a Rojo por el asfalto, derribando a Azul, y dejando que, una vez pasado el dolor, logró escucharlo, era una especie de tren frenando, pero alejándose por alguna extraña razón. Rojo vio aquella joyeria con terranita, luego vio al hombre armado ahora sobre el autobús; su cuerpo se rodeo por la energía del anillo, ardiendo en un aura rojiza que le pedía estallar y destrozar al hombre armado al mando, únicamente escuchando como el plasma caía sobre el suelo, cayendo de su boca.

—A-Army... dreamers...— decía para si mismo Rojo, cantando aquella canción en búsqueda de calmarse, logrando frenarse a sí mismo con ello —¡Azul, saca a ese cabron!— gritaba Rojo, mientras aprovechaba aquel rojo plasma para crear un charco de "agua" roja y empujar los mismos hacia los bordes del puente, logrando sacarlos del puente y lentamente todos tomando más fuerza

—¡Huevos culero!— grito Azul, creando un gran brazo azul y estirandolo hasta el autobús, destrozando una esquina del mismo pero golpeando al hombre armado y lanzandolo con varios huesos rotos hacia el agua —Ay carajo...— susurro para si mismo, mientras veía como el autobús lentamente se iba alzando, y el borde trasero empezaba a inclinarse hacia el agua, dejando escuchar los gritos de las personas dentro —¡Los tengo!— creando varias flechas azules atadas a cuerdas con las que sujeto la defensa del auto, aquello funcionó por unos segundos, hasta que la defensa se safo y el autobús volvió a su caída

—Me lleva la verga...— declaró Rojo, corriendo hacia el autobús y tomándolo de la parte baja, aunque dejándolo caer lentamente, puesto que aquella parte también se podía romper —¿¡Qué esperan!?— exclamó con molestia Rojo —¡Malditos army dreamers!— grito a todo volumen Rojo, mientras trataba de sacarse la canción de la cabeza

—Esto tiene que funcionar...— susurro Negro, mientras se tomaba de la cien, rogando por que el dolor de oídos se fuera; creando una gran llave inglesa con la que sostuvo el autobús, a costa de varios cristales rotos y gritos de las personas en su interior —¡Funcionó!— grito entre una carcajada de alivio, al menos hasta que vio a un hombre caer por un cristal hacia el agua —¡Rojo!— Rojo, por puro instinto, corrió hacia el borde del puente y creo un trampolín rojo para recibir al hombre, pero este solo rebotó hacia el agua, ileso, pero cayendo al agua —¿¡No podías hacer un maldito colchón o inflable si tenía que ser de fiesta!?

—¡Fue lo primero que se me ocurrió!— grito Rojo, avanzando con un adolorido respirar hacia el borde elevado del autobús y elevándose gracias al anillo en compañía de Azul —¿¡Listo!?

—¡Listo!— exclamó Azul, tomando en conjunto el autobús y tirando hacia abajo con fuerza, aunque logrando abollar el mismo, amenazando el capote con soltarse —¿¡Por qué te detienes!?— pregunto Azul, tras ver como un par de personas caían hacia el agua —¡Yo ayudo!— grito este, lanzando una especie de rayo azul que cruzo por todo el autobús hasta llegar al agua y convertirse en una enorme balsa azul para recibir con cuidado a las personas

—¡A la de tres, tiramos lento o lo vamos a romper y van a caer!— grito Rojo, mientras creaba una especie de gigantesco corcet rojo alrededor del autobús y de este salían resortes rojos que se ataron al suelo —¿¡De acuerdo!?

—¡De acuerdo, army dreamer!— grito entre risas Azul, empujando con delicadeza el autobús hacia abajo en con ayuda de Rojo, esta vez funcionando los tres sin darse cuenta que yacían rodeados, con unos metros de distancia, por múltiples policías y personas que aplaudían y alentaban a que podrían bajar el autobús, cosa que era así

—¡Esa canción es buena pero empieza a tenerme arto y lo sabes, Azul!— contestó con una débil sonrisa Rojo, tras dar el último tirón y hacer que nuevamente las ruedas del autobús tocaran el asfalto

—¡Hacia adelante, ahora!— ordenó Negro, a lo que todos tiraron de este para dejarlo en medio del camino, lejos del borde y a salvo. Lo habían logrado

Rojo se sentó en cuclillas apenas terminaron, mientras suspiraba y veía como un orbe rojo con algunas piezas de joyeria, que él había creado, flotaba en su orbita; Azul por otro lado cayó sobre sus posaderas y extendió ambas piernas, únicamente sosteniéndose con los brazos al suelo; finalmente estuvo Negro, quien solo se dejó caer extendido al suelo. Todo esto había sido agotador, y de no haberlos oído se habrian quedado ahí tirados descansando. Las personas les gritaban y aplaudían en aras de ovacionar su actuar de hoy a la par que personas salían del autobús, algunas acercándose para abrazarlos y agradecerles a estés niños héroes que se habían encargado de los hombres malos, mientras que incluso algunos policías, muy a su forma, les daban el visto bueno. Rojo solo les sonrió y alzó las manos en aires de humildad, elevándose sobre de ellos con su poder al igual que Negro, dispuestos a irse del lugar; luego estaba Azul, que gustaba de estas ovaciones y extendía los brazos entre "humildes" agradecimientos, al menos hasta que vio a sus compañeros en el aire y supo que era hora de irse.

—Complejo Apartamental Santo Grial.

En casa de las gemelas, Andra y Andrea veían atentas como es que Naty devoraba sin clase alguna, más no carente de educación, aquel plato de guisado de carne que le habían dado, pues según palabras de Naty, era jodidamente delicioso. Andra, a diferencia de Naty y Andrea, tenía puesta su ropa para dormir; un pantalón de pijama, a cuadros cafés y blancos, y una camisa larga con las siglas BTS en la misma. Pronto, un fuerte sonido las interrumpió a todas, desviando su mirada hacia las puertas, logrando que Naty esbozara una sonrisa y se limpiara con la manga de su uniforme, con el tiempo ya reconocía ese sonido; Andra y Andrea por otro lado, miraron con algo de temor hacia la puerta, pues su noche anterior fácil no había sido precisamente.

—¿¡Ahí andan niñas!?— llamo a la puerta Javi, tocando con algo de prisa

—¡Pasa, Ja!— exclamó Andra con una sonrisa en su rostro, a lo que Javi abrió la puerta casi como si nada y entró tan rápido como pudo, con una gran sonrisa —¿Y eso? ¿Por qué tan feliz?— pregunto alegre Andra, mientras miraba atenta al joven y su positivo semblante

—¿No vieron las noticias?— pero las tres negaron con la cabeza. Javi decidió continuar —¡Somos héroes!— aquello le creó una sonrisa a Naty, de igual modo que a las gemelas, salvo que estas se veían más bien confundidas —Enciendan las noticias y véanlo, es genial...— Javi les dio entonces el control de la televisión, mientras se acercaba a Naty y sentaba a su lado —Naty escucha, creo que tengo algo genial, mira, toma ese cuchillo de pan— aquella orden confundió a Naty, quien aún así tomo aquel cuchillo y lentamente lo acerco, justo antes de ver a Javi dejar un trapo sobre la mesa y alejarse al otro lado del cuarto —Mira, ábrelo, saca uno azul y vuelvelo a cerrar...

—¿Estos son...?— pregunto Naty, tras ver aquella joyeria con piedras verdes y algunas azules —Wey... ¿¡Es terranita!?— Javi asintió con emoción, aunque no fue un gesto compartido por Naty —¿¡De donde la sacaste y por qué putas madres la traes!? ¡Es peligroso para ti!— exclamó con preocupación y una tenue molestia

—Hazme caso Naty, cierra el trapo, y deja el anillo azul afuera— Naty, muy a regañadientes accedió y no solo envolvió aquella joyeria, sino que la metió en una gran lata de azúcar cerró, viéndose extrañada el ver a Javi acercarse —Ponmelo...— pidió con emoción

—¿Estas tú pendejo?— me pregunto Naty con molestia, no pudiendo evitar machas de ceniza y humo en su rostro —¿Qué te pasó?

—Un autobús en riesgo, ya sabes, ponme ese anillo, Naty, confía en mí— pidió Javi, a lo que Naty, temerosa y algo culpable accedió, colocándole lentamente el anillo a Javi pero viendo que nada pasaba —¿Lo ves? Estoy bien, ahora, con el cuchillo picame ¡Con cuidado!— exclamó al ver que Naty alzaba con entusiasmo el cuchillo —... el dedo...— Naty así lo hizo entonces, viendo impresionada como es que de su dedo, brotaba sangre

—¿Qué?— se pregunto impresionada, pues no pensó volver a ver a Javi sangrar —¿T-Te quite los poderes?

—Mientras tenga este anillo Nat, soy humano otra vez, y se lleva todos los poderes, excepto el anillo rojo— contestó Javi con emoción —¿¡No es genial!?— pregunto Javi, justo antes de verse abrazado con gran fuerza por Naty, quien en el fondo, y sin que el pudiera ver, ocultaba preocupación y temor. Ahora no sólo había algo que podía hacer vulnerable a Javi y los demás, ahora también había algo que podía quitarle los poderes.

—Wow... ¿Ahí es a donde fueron hoy?— pregunto con incredulidad y orgullo Andra, viendo el reportaje del ataque hace un rato en el puente, donde mostraban las azañas de Javi, Johan y David —Son todos unos héroes...

—¿Tú crees?— pregunto algo apenado Javi, mientras veía la televisión y su expresión cambiaba al oír el como los llamaban —No mames, haber Andrea subele— pidió con leve molestia y preocupación, al contrario de Naty, quien reía roncamente

—Ante los grandes actos de heroísmo dados hoy, y el hecho de que se les escucho decirse entre ellos "a mi dreamers", o cantar la canción army dreamers de Kate Bush— decía entre una leve risa la reportera con escenas de más temprano ese día de fondo —. El pueblo de Santo Grial a bautizado a sus propios ángeles como Dreamers.— informó la mujer, justo antes de cortar a imágenes de personas ovacionadolos y gritando dicho título

—Pinche Johan— se dijo con molestia, viéndose interrumpido por Naty, quien no podía parar de reír

—Hospital de Santo Grial.

—¿¡Es neta!?— decía Johan, sentado a un lado de una cama de hospital, incrédulo de las noticias —¿Dreamers? ¿Qué, queremos ir al gabacho o qué?— pregunto molestó para si mismo, mientras que en su celular se repetía la canción army dreamers de Kate Bush, logrando enfadar a un par de enfermeras, pues no era la única vez que la había puesto hoy —. Así no me gusta ser llamado...

—A mi... me parece... lindo...— contestó la chica en la canilla a su lado, que ahora, luego de dos meses, estaba despierta

—Les...— susurro incrédulo Johan —¿D-Despertaste...?

B.F.P.O.
Army dreamers
Mammy's hero

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