14: Cara mia
Era un sábado por la mañana cuando Naty despertó en cama ajena. Aquel maratón con Neri se había extendido debido a sus charlas, desahogos y películas, por lo que, a ojos de los propios padres de Neri, y en búsqueda de no discutir más, Naty opto por quedarse toda la noche con su amiga e ir al día siguiente a su hogar, dándose tanto a ella como a Neri, sin saberlo, un descanso de ser Blanco y Pink Troy. Naty estiro su mano hasta tomar su teléfono, el cual se posaba sobre una de las dos mesas de noche rosas de Neri a un lado de la cama; fue ahí cuando Naty noto el porqué del anillo rosa de Neri, más allá del significado emocional de este en ella, era lo más seguro su habitación. Mayormente, el cuarto de Neri era rosado y con peluches hacia donde se le mirará.
—Buenos días— saludo Naty, mientras veía a Neri finalmente despertando de su notorio roncar
—Buenos días— confesó sonriente Neri, tras estirar los brazos y quitarse la cobija de encima, dejando a la vista su, como no, pijama esponjada a tonos de rosa, más específico pantalón rosa mexicano y de camisa magenta —D-Deberias vestirte— confesó apenada Neri, sonrojandose tan pronto vio el estado de vestimenta de Naty; está solo llevaba puesta sus prendas superiores del uniforme y un calzoncillo color, en palabras de Naty, bermellón
Naty supo apenas vio un par de adornos religiosos en casa de Neri que hoy, a pesar de no llevar una pijama, que hoy no se dejaría el uniforme al dormir. Para ella, que acostumbraba dormir en pijama delgada, hoy había sido la señal perfecta para dormir en calzoncillos y camisa de vestir. Naty, incluso con Javi, jamás fue de las amigas que se quedaban en casa, siempre del tipo de persona con quienes se quedaban; quizás el tiempo junto a Javi, o simplemente sus últimos atisbos de una infantil rebeldía, pero una vez visto la clase de personas que eran los padres de Neri, y tras imaginar como había sido la vida de esta con ellos en casa, Naty supo que iba a dormir rozando la desnudez.
—No hay nada que no hayas visto, quiero pensar— dijo Naty, con una retadora elegancia mientras se ponía de pie a un lado de la cama y se estiraba, dándole la espalda a Neri, quien evito verla más allá de un vistazo a reojo
—No es eso, mis padres se infartan si te ven así— y entonces, nuevamente apenas Neri abrió la boca, fue que aquella cruz de madera sobre la cabecera de la cama, hizo mucho más sentido —, yo estoy al borde del infarto, Natalia...
—Mmtamadre— medio susurro entre dientes para si misma y viendo de reojo su reflejo en aquella televisión a la esquina del cuarto —¿no es solo cosa suya entonces? Osea, si eres así medio, esten, ¿espantadita?
—¡Ja! ¡Ja!— confesó Neri entre una sarcástica, y claramente falsa, risa, a la par que se ponía de pie y dirigía hacia el espejo —. Solo soy, bueno, hija de familia religiosa, con una sola hermana menor y ahora mismo soy, una viuda o algo así...— termino con frialdad Neri, agachado la cabeza poco antes de ver de reojo a Naty, notandola ahí, viéndose casi desnuda al espejo y mientras deslizaba sus manos por encima de su cuerpo —, me gustaría eso ¿sabes?
—¿Yo?— pregunto coqueta Naty, tras darle una sonrisa claramente forzada para parecer una especie de llamado
—Te ves— inicio tras una carcajada bastante ayuda —, te gustas a ti misma y además no te sientes culpable de, bueno, ver tu cuerpo como sexy y así— añadió tras voltear hacia si misma, notando con su propio cuerpo, sentimiento que aumento una vez todo aquel colgante de metal, con el grabado de la virgen de Guadalupe, que llevaba en su collar —. Eso debe ser cool...
—Yo no me creo del todo sexy, solo, vamos tienes un maldito espejo de tu tamaño y ¿no te morboseas a ti misma en él?— bromeó Naty, mientras se acercaba y sentaba junto a Neri y a su vez dejaba caer su mano en la pierna de la pelirroja
—¿Te imaginabas esto hace como un año?— pregunto Neri, mientras veía la mano de Naty en su pierna, sintiendo escalofríos —, quiero decir, siempre me has dado escalofríos, y creí que querías matarme cada vez que cruzábamos miradas, incluso antes de los anillos..
—¿Auch?— pregunto Naty entre una risa contenida
—Lo siento— contestó tajante Neri, con una sonrisa para Naty —, solo que, bueno, no somos o fuimos las más cercanas amigas, de hecho, creo que...
—Ya, ya entendí Neri— decía Naty, entre una risa que buscaba ocultar cierta molestia —, a veces supongo necesitamos un respiro y un descanso ¿no?
—Sep, eso supongo— contestó Neri, con una sonrisa para Naty
Aquel cálido momento, se vio interrumpido cuando la puerta fue tocada por la hermana menor de Neri, Marina, quien tocaba de manera agitada la puerta, entre una ya clásica, al menos para ojos y oídos de Neri, insistencia que era más el fastidio de tocar la puerta que las ganas de hacerlo. Ambas entonces seestiraron nuevamente, Neri aún sentada y Naty estirándose a todo lo que si delgado cuerpo le permitía.
—¡Ya voy!— exclamó de un grito Neri, que hizo cerrar los ojos a Naty con una sonrisa —¡Relajala! Chinga...— termino justo después de soltar un grito más, y poco antes de verse interrumpida por un grito de su madre
—¡Neri Elizabeth Mendez!— grito desde algún otro lado de la casa —¿¡Quieres que te lave la boca con jabón frente a tu amiga!?— termino la madre de Neri, aun hablando a alto volumen, pero ya no entre gritos —Ay dios santo con esta niña...
—Vamos a desayunar y amonos tu casa o algo, no quiero que me crucifiquen por que una atea durmió en la misma cama yo, al menos no hasta que haya comido—declaró entre un notorio suspirar que, más que seguro, dejaba salir su fastidio —, sería interesante una tortura en un potro, pero no el clásico, sino el...
—¿Del amor?— contestó coqueta Naty, pensando que quizás Neri se asustaría, pero al contrario, está sonrió picaramente con aires de nostalgia y alzó el dedo índice y lo bajaba repetidame, dándole la confirmación a su amiga, quien solo pudo soltar una sorprendida carcajada poco antes de verse acompañada por la risa de Neri.
—Residencia Delgadillo.
Javi simplemente veía hacia el vacío en su ahora cuarto, que compartía con Diego, viendose alertado una vez sintió el cuerpo desnudo de Dalia moviéndose de encima de él, había despertado. Javi agacho la mirada a la par que rodeaba a Dalia con su poca libertad de brazo izquierdo, pues ella había dormido sobre este; en una respuesta casi al instante, Dalia alzó una aun somnolienta mirada hacia Javi, cruzando sus miradas y sonriéndose mutuamente tras una noche de agitado desquite lívidinozo.
—Buenos días. Cara mia— declaró Javi, intentando tener tanta fuera posible mientras le atraía con el brazo para unir aún más sus rostros desnudos bajo las sábanas
—Wenas Mon coeur— aunque la respuesta de Dalia fue igualmente en francés, el hecho de que lo dijera casi desganada mientras se ponía de pie tras haberle dado un pasional beso, una de cal por una de arena, y que también se equivocara de respuesta, afectaba un poco, incluso con la imagen de ella ahí, de pie mientras se colocaba lentamente la ropa ante los rayos de luz de sol frente a Javi —¿Quieres desayunar o nos quedamos echados otro rato?
—Nah, vamos a desayunar amor— contestó Javi, mientras se sentaba al borde de la cama y veía a su alegre pareja quien, tras ponerse una lencería a juego que llevaba bajo su ropa desde la noche anterior, sólo estiro ambas manos y emano de estas un intenso brillo magenta que desapareció sus prendas del suelo y las apareció en su cuerpo, dejándola ya vestida —¿Servicio express de vestirse? Cool, solo no lo vayas a usar al revés, le quitarías lo divertido cuando yo te encuere...— confesó pícaramente Javi, mientras Dalia se sonrojaba y, entre una sonrisa que denotaba tenue lujuria, corría hasta sentarse en las piernas de Javi y abrazar su cuello
—¿Qué quieres desayunar, guapo?— le pregunto al oído y tras un fugaz beso a la mejilla
—Más bien, vamos a ver que hay de desayunar— añadió Javi entre un notorio respirar sobre el cuello de Dalia, haciendo que esta se pusiera de pie tras erizarsele la piel
—¿Me quieres desayunar a mi, verdad?— pregunto Dalia con una sonrisa picarona y mientras veía de pues a cabeza a Javi mientras ella peinaba su propio cabello
—¿Y si la respuesta es si...?
Los ronquidos de Diego resonaban con fuerza desde el sofá en la sala, en el cual había dormido al oír su habitación ocupada la noche anterior, esto mientras el sonido de las llaves abriendo las puertas de la casa era escuchado, poco antes de ser seguido por el metalico azotar de la puerta exterior y las voces de Naty y Neri llegando. Diego despertó un tanto alarmado de oír llegar tan temprano a su hermana, y también las risas de Javi y Dalia bajando las escaleras; por unos momentos el pánico se adueñó de Diego, quien pudo descansar finalmente al ver a sus, ahora dos, compañeros fraternales de casa cruzar miradas.
—¿Naty? ¿Neri?— pregunto Javi, un tanto apenado mientras buscaba no mirar hacia Dalia, si lo la veo no está aquí, pensó —Esperate... ¿acabas de llegar? ¿Ambas?— continuo Javi, ante una pregunta con un nervioso tono de sospecha orgullosa que, de ser otro el caso, habría hecho sonrojar a ambas en lugar de sólo a Naty
—Dalia...— susurro Neri, entre una profunda respiración que escondía un ferviente rabiar en su interior —. Veo que hubo otro "entierro" anoche ¿Eh?— pregunto con una remarcable molestia Neri, logrando que, al menos para Diego, aquel show se avivara cual pelea de gallos; Dalia solo calló y miró hacia otro lado, apenada
—Imagino que fue una noche ocupada— contestó Naty, tratando de aclarar su mente pues sentía furia de ver a Dalia en su casa, pero también sentía siento orgullo ante la posibilidad de un doble éxito carnal de parte de su mejor amigo desde el día anterior hasta hoy. Finalmente estaba una culpa y rabia que sentía al tener a Neri, su ahora nueva amiga, justo frente a Dalia —¿Qué tal fue con Elias?
—B-Bien— confesó Javi, intentando no tocar el presente tema —, hice mi trabajo de equipo con él y...
—¿Quieres un café, Neri?— pregunto Diego a lo que, molesta, Neri dejo su mochila sobre la cama y se dirigió con Diego hacia el comedor, dejando solos ahí a Javi, Dalia y Naty; Dalia simplemente se desvío hacia las fotografías en los muros, huyendo de tal situación
—No se si felicitarte— decía Naty entre susurro tras abrazar a Javi como saludo —O darte un pinche ¡Putazo!— clamo entre un tono que hizo todo menos ocultar su molestia
—Escucha, ella, mira, yo se que tu has tenido una racha difícil y todo pero...— una mirada de reojo a Dalia logro hacer que Javi agachara la mirada —¿Neta? Volviste con ella después de todo lo que paso ¿¡Neta!?
—Naty, mira, no volvimos volvimos, solo, tu sabes que nosotros, tu y yo, nos la vivimos en el ello— explicaba Javi, logrando hacer algo de sentido en el fondo de la mente de Naty, aunque está no quisiera admitirlo —, además, escucha— entonces de acercó para evitar que fueran oídos —, me arrincono ayer en el puesto de David, hablamos, y, bueno, yo estaba caliente y triste, da gracias que no me cogí a Elias.
—¿¡Qué!?— pregunto Naty incrédula de lo que oía —¿¡Estabas caliente y no te echaste a tu crush!? ¡De quien también eres crush!— aunque ninguno veía, pues estaba volteada viendo fotografías, Dalia no hizo más que sonreír ante tal afirmación, o al menos eso hizo hasta que Javi habló de nuevo
—No iba a usar a Elias, Nat, eso sería ojete de mi parte, y él, bueno, tu sabes, no creo que se lo mereciera— expreso Javi, ante lo que Naty simplemente cruzo los brazos con una firme mirada estática, que se rompió un poco al ver a Javi toser con algo de violencia —. V-Voy al baño...
—Cabron— llamó Naty, alcanzando a Javi y deteniendolo antes de entrar al baño en aquel largo pasillo —¿Por qué estás tosiendo?
—Me pongo el anillo de terranita azul, quizás si me vuelvo normal por momentos eso podría hacer que me enferme o algo y...— pero Javi se vio nuevamente interrumpido
—Oye, Ja, escúchame, no creas que no me da gusto por ti que... hayas liberado energía y con una persona que te gusta y de la que bueno, pff, estas enamorado— intento decir con más calma Naty —, pero eso sí te digo, no estoy de acuerdo con que halla pasado, me caga esa vieja, y desde antes de haber tenido su granito de arena en la mierda de Nahoj y Elvis, pero respeto tu decisión...
—Gracias, Nat, eso...— Javi agacho la mirada y sonrió —sabes que eso significa mucho para mí...
—Me cuentas cuando llegues— declaró Naty, a lo que Javi se mostró confundido, si iba a salir, pero ella no lo sabía —Iras con Elias a terminar tu trabajo y por un rato de algo más que un semáforo de alto color verde y consuelo físico ¿No?
—A si, dejaré a Dalia en su casa y de ahí me voy con Elias— expresó con una sonrisa apenada Javi, mientras veía a una impaciente Dalia al fondo del pasillo en la sala —. Pff vaya día que me espera, o días, después de estar con ella, ir a casa de Elias, quien por alguna razón le causa celos— confesó finalmente Javi, antes de entrar al baño
—¡Yo lo tomaría como una bandera roja de alerta, Ja!— exclamó Naty, antes de darse la vuelta y dirigirse algo molesta hacia la sala
—Tu mejor amigo es un alma libre, así como yo, así que no deberías enojarte con él— confesaba Dalia, quien rosaba la mesa con la punta de su dedo, mientras estaba sentada sobre la mesa, y alzaba la mirada para ver provocativa a Naty, esto tras ver hacia Neri quien estaba en la cocina —¿Y tú...? Digo, llegaron juntas, una asumiría que...
—Lo soy de hecho, y mucho— confesó con una sonrisa estática —, pero tengo esto, ay como se llama...— decía mientras daba chasquidos al aire —¡Ah si, esta mamada! Lealtad, amistad y sentido de pertenencia en cuanto roles sentimentales— declaró con molestia Naty, alejándose de ella y yendo hacia la cocina a pasos fuertes
—Puta.— añadió con enojo Neri, evitando mirar a Dalia desde el comedor; Neri entonces se giro hacia la barra
—Sean amables con nuestra cuñada— señaló bromista Diego, mientras reía al ver el enojo de su hermana, aunque se sintió medianamente intimidado al ver a Neri unirse a tan furico mirar
—Que chingue a su madre, la pendeja me estaba coqueteando después de haberse cogido a Javi— confesó tras dar un trago, rápido y largo, a su taza de café —¡En tu cuarto! ¡Qué no mame!— exclamó tratando de no gritar y únicamente hablando entre susurro
—Si cierto ¿que? ¿Tu y Javier comparten la cama o que?— pregunto Neri entre una gran sonrisa que buscaba acusar a Diego
—No mames tú, Neri— contestó entre risas Diego, viendo a Dalia alejada de todos, en su celular —, hay dos colchones, pero yo se que Javi habría hecho lo mismo por mi de haber llegado con una chava...
—¡Yey! ¡Hermandad!— grito Naty, mientras sacaba algo de pan de una bolsa
—¡Bueno!— exclamó Javi de un grito tras salir de baño y entrar a aquella enorme sala, tomando la mano de Dalia —, iré a dejarla y de ahí iré a hacer ese puto proyecto— nuevamente la tos se hizo presente, pero lo que ellos ignoraban, era el hecho de que esta era una tan seca, que Javi sintió un momentáneo dolor en su pecho —, p-por que si no no salimos de semestre así que nos vemos en un rato y...
—¡Espera!— gritaba Neri, haciendo que tanto él, como todos la miraran algo extrañados, especialmente Naty —. Naty tiene algo que decirte, Javier...
—¿Qué pasó?— pregunto extrañado Javi, viendo de reojo a Naty y de ahí a Neri, casi que uniendo un par de puntos —¿Emm... que pasa?
—No es nada Ja, te digo al rato que llegues y...— por más que ella quiso, no le fue posible, pues nuevamente Neri habló
—Natalia, ella...— la mirada tajante de Naty la hizo callar momentáneamente, poco antes
—Neri, no por favor, solo call...— ahora que podía habar, las palabras no le llegaban, quizás al tener a Neri y Dalia dentro de aquel círculo que debía ser el más íntimo al estar Javi y Diego ahí
—¿Nat?— insistió esta vez Diego, logrando hacer que, tras ahogar un atisbo de llanto, hablará finalmente
—Bruno...— fue lo primero que pudo decir para dejarles en claro a todos con que tema trataba; Javi suspiro a ojos cerrados mientras que Diego casi dejó caer su taza, ambos estaban indignados —, el me dejo ayer...
—¿¡Qué!?— clamo Javi, mientras un tenue brillo rojizo energía en su anillo
—¿Ese culero te dejo? ¿No le habías dicho varias veces que la dejaran hasta ahí y no quiso el cabron?— pregunto entre casi gritos Diego, saliendo de la cocina hasta quedar a un lado de su hermana mayor
—Le diré a Elias que no ire— decía Javi mientras sacaba el teléfono de su bolsillo; aquel acto hizo sonreír a Dalia
—Ja, esperate— pidió Naty, avanzando a través de los cuartos hasta su mejor amigo
—Ahorita me necesitas más que él y...— Naty entonces le impidió terminar
—¡Ja!— clamo Naty, logrando frenar a su mejor amigo, haciendo que alejara la mirada del —. Lo que necesito, es una noche de ver películas contigo, Diego y mamá— aquello mando a callar a Javi incluso antes de que siquiera hablará, logrando apagar aquel brillo —, solo eso pido, una noche con mis dos hermanos y Mamá, pero ahora aún está algo fresco y solo necesito un momento para hablarlo, escucha, Ja...
—Escucho— sentenció Javi tras pasar saliva y ver con una noble mirada a su mejor amiga
—Ve con Elias, pasatela bien— aquello fue un sigiloso ataque de parte de Naty hacia Dalia —, has tu trabajo y ve pensando en buenas películas para ver en, tu sabes, familia— aquello removió algo en el interior de su estómago, una sensación similar a un intenso temor, pero remplazandolo por un calido e intenso conmover
—¿Estarás bien? ¿Me lo juras?— pregunto Javi, justo antes de darle un abrazo a su mejor amiga, abrazo que, al igual que aquel día en los baños tras una pelea, igualmente con Bruno, duró más de unos segundos, siendo cortado de tajo por Naty
—Si wey, voy a estar bien— dijo mientras se separaba de Javi y miraba hacia los lados, buscando evitar el llanto —, te abrazaría más rato pero voy a llorar si sigo, más tarde te abrazo más rato ¿vale?
—B-Bien, Naty— susurro a duras penas Javi, tras ver a su mejor amiga de pies a cabeza, y luego ver con una sonrisa pícara a Neri, acto que, Naty entendió perfectamente, pues ella habría hecho lo mismo en su lugar —. Las dejaré solas e iré con Elias a terminar esa mierda o no me graduó— ante la primer parte de esa respuesta, Naty le dio un golpe en el pecho, en respuesta a tal actitud
—Vayanse con cuidado— finalizó Naty, tras simplemente despedirse de Dalia con el asentir de su cabeza y girarse hacia el resto de los presentes
—Se van por la sombrita— se despidió amigable Diego, terminando de mascar su bocado
—Bye Javier, suerte con El— se despidió Neri, con una sonrisa y mirada fija en el celular, siendo su sonrisa únicamente vista por Diego y Naty, quienes sonrieron en respuesta
—Adiós Neridia— contestó Dalia, en un alegre tono que buscaba provocar la ira de la pelirroja
—Pendeja— susurro para si misma sin girarse, pero sabiendo que ambos salían ya de la casa —. Mi nombre completo es Neri, no Neridia— añadió finalmente girandose hacia la puerta, viendo a Javi y Dalia desaparecer entre una veloz tormenta de relámpagos negros —. No me puedo creer que volvió con ella ¿¡En que pensó!?
—Placer carnal— sentenció entre fuertes suspiros Naty, tras encender la cafetera
—Yo iba a decir coger, más bien— contestó Diego, intentando corregir a su hermana con una sonrisa
—A eso me refiero— añadió Naty, tratando de molestarse ante la búsqueda de su hermano por corregirla, pero no viendo esto posible al empezar a reírse; a unos segundos de esto, hubo un momento de silencio, mismo que Diego vio para interrumpir
—Así que...— inicio Diego, con una sonrisa pícara mientras tomaba de su café —¿Se contaron secretitos ayer, eh?
—Chinga tu madre— contestaron ambas al mismo tiempo y tras ver molestas a Javi
—Residencia Cruz.
La casa donde Elias vivía junto a sus padres era un tanto distinta a la de Naty o de Javi, lucia bastante más ordenada y arreglada que ambos hogares, pero notándose más oscura que las anteriores, al no tener ninguna venta a en su planta baja, lograndole dar un estilo irónicamente más frío a la vivienda, que la calidez de sus huéspedes; ambos padres de Elias eran trabajadores y pasaban más tiempo fuera de casa que en ella, siendo básicamente quienes pasaban más tiempo en esta, Elias y Kevin, ocasionalmente Karla y ahora Javi. En una larga mesa de madera blanca, se mantenían extendidos los pliegues de papel en las que se veían los mapas mentales y esquemas de su trabajo; Javi y Elias se habían mantenido escuchando bandas sonoras de películas y series, ocasionalmente con canciones intercalandose entre estas, aunque siendo aún de su mutuo deleite.
—¿Y entonces la dejo?— preguntaba Elias, con casi todo su cuerpo sobre la mesa y mientras miraba hacia Javi, quien estaba sentado sobre una silla e iluminaba también otra parte de los mapas
—Si. Ella le dijo cientas de veces que si querían terminar y el cabron se espero a que estuvieran un poco mejor para dejarla—
—Diablos... pobre Naty...— decía Elias, solo dejando caer su lapiz de color sobre la mesa y mirando fijo hacia un color que iluminaba fervientemente, el rojo de las nubes del mapa mental —, me preocupe mucho cuando no me avisaste al llegar a tu casa, ahora me siento como un tonto— Elias entonces se puso de pie tras saltar de la mesa al suelo; así, un culposo Javi vio su vestimenta, unos vaqueros flojos y una enorme playera que parecía tener la textura de manchones de tinta negra y sobre su blanco "color" —, perdona, Ja...
—S-Si, fue por eso, lo siento...— respondió Javi mientras veía hacia el vacío, intentado no ver a Elias ante una quizás no tan inexplicable culpa sobre lo ocurrido la noche anterior —, pero no debes preocuparte wey, tengo la dureza de un kryptoniano y la velocidad de un velocista...
—Viejas costumbres, creo— contestó Elias, mientras tomaba sus manos frente a su vientre, viendo a Javi con una sonrisa apenada
—Es bueno cuando alguien se preocupa por ti, gracias— confesó Javi, mientras miraba atento de pies a cabeza a Elias, era casi hipnótico —. ¿P-Puedo servirme un vaso de agua?— pregunto Javi mientras señalaba hacia la cocina, estando esta más allá de una cortina color gris que fungia como puerta
—¡Dame un momento!— clamo Elias mientras se interponía entre él y la cocina, estirando un brazo en busca de frenar a Javi —Soy el anfitrión, Javier, yo lo haré...
—¡Okey, okey!— exclamó al aire Javi, mientras alzaba los brazos y daba unos cuantos pasos hacia atrás
Elias corrió rápidamente hacia la cocina en búsqueda de sorprender de alguna manera a su invitado especial. Javi por su lado, y con una sonrisa de lado a lado, avanzó por el cuarto hasta llegar directo hacia un librero justo bajo la televisión que estaba empotrada contra el muro. Javi presto atención a los libros, muchos títulos desconocidos que seguramente sólo serían cuestión de auto ayuda o relatos cortos, siendo el único que reconoció, aquel libro de nombre "Temblor de un día", en cuanto a otros libros, nada fuera de lo común más allá de lo que sería Dagon, de Lovecraft, y que seguramente era de Elias aunque pronto llegó hasta un par de libros que llamaron especialmente su atención, al tener cubiertas de color celeste, blanco y rosas.
—¿"Tránsitos"? ¿"Buscando el final del arcoiris"?— pregunto Javi, tras tocar el lomo de aquellos libros en el estante, y una vez vio a Elias salir de la cocina —. Admito que son nombres creativos para lo que imagino que son los libros...
—Pff una disculpa Javi, es que mis papás quisieron estar cien por ciento informados de, bueno, mi— decía Elias, mientras dejaba los vasos con refresco en la mesa, mismos que llevaba con dificultad al aun tener el yeso, y rápidamente llegaba hasta Javi frente al librero —"El de llámame Paula" esta bonito al menos— declaró apenado el joven, sin dejar de ver a Javi de reojo —, es bueno... extraño que se tomen también el saber que ni yo soy bien que soy ¿Sabes?
—Bueno ¿y de que país raro es tu banderita?— pregunto Javi en broma, buscando relajar el ambiente para Elias; funcionó.
—Una vez vi un, emm, conjunto, de esos que venden ¿Sabes? Una falda ajedrezada, una camisa con guantes largos sin dedos a rallas grises y negras, y...— Elias calló de golpe al ver que Javi le miraba atentamente —, n-no se, no se por que te estoy diciendo esto, lo siento yo, solo olvida que...— pero el rápido actuar de Javi logró no sólo calmar a Elias, sino centrarlo
—El— inicio Javi con una apagada sonrisa, mientras veía hacia la apenada mirada de Elias, tras este saber más de él y sostenerle por ambos brazos, evitando así que escondiera su rostro al mirar hacia otro lado —, tus padres te apoyan con esto, y es algo muy bonito, debe sentirse cool ser tu mismo con ese apoyo, y más ahora que nunca dejaré, dejaríamos— se corrigió tras tragar algo de saliva — que algo malo te pase...— aquello último hizo que el corazón de ambos se acelerara y un tenue escalofrío los recorriera
—Gracias, Ja— declaró Elias, mientras tomaba ambas manos suyas tras su espalda —. Y-Y si, se siente cool, sobretodo después de ver South Park...
—¿El capítulo del campamento de conversión de Butters?— pregunto Javi, mientras estiraba su dedo índice y brazo, para tocar el pecho de Elias
—El capítulo del campamento de conversión de Butters— respondió Elias con una sonrisa tras chasquear los dedos en respuesta a ello —, sentí, sabes, que si eso le pasaba a alguien muy adorable y bueno, que creían gay, no se como le iba a ir a alguien, que, bueno, no se sentía exactamente...
—¿Tú?— Elias miró a Javi tras este hablar, no esperaba dicha respuesta, esperaba la obvia acerca de su identidad; una calida y ruborizada sonría emergió en su rostro
—Si, algo así— añadió mientras se quitaba un mechón de cabello del rostro y se lo colocaba tras la oreja —. Ellos no entienden como es esto, pero lo intentan un chingo, compraron y leyeron esos libros solo para, bueno, saber como lidiar conmigo...
—Eres un suertudo El, solo eso digo, tienes suerte de tener padres que de seguro te llevarían a comprar, bueno, ropa no masculina— declaró Javi, sin apartar la mirada de aquellos libros —, yo compraba alguna prenda medianamente rosa y me llamaban niña, y yo les respondía "No soy niña, no soy niña"— imito Javi al clásico berrinche de un niño pequeño; esto hizo reír a Elias —. Quién diría que ese argumento de la Hora Pico calmaria una situación así...— fue entonces cuando con alto volumen, o ante la carecía de ruido en el hogar, que una canción empezó a sonar desde la televisión —Cara mia— dijo Javi una vez reconoció la pieza, era el tema principal de la película "Los locos Addams" del año 1991, una de sus favoritas que ahora le traía el amargo recuerdo de la respuesta equivocada de quien creía su alma gemela
—Mon cher— susurro a su lado Elias, con tenue rubor en su rostro y mientras veía hacia arriba a Javi; aquello hizo a Javi dejar salir una enorme sonrisa y latir su corazón con al de rapidez al ser consciente de lo cercano que estaba parado junto a Elias —. Javi, ejem...— intentaba decir Elias, mientras se acercaba hacia Javi lentamente —yo...—y este no parecía dar marcha atrás —pero tarde fue, cuando la puerta fue tocada con cierta fuerza, y hasta violencia —. Puta madre...— reconoció aquella voz gritando con prisa más allá de su puerta; con un desánimo que ocultaba su rabia, Elias se aparto de Javi y corrió hacia la puerta con pasos fuertes —¡Kevin!— clamo Elias, casi gritándole a su mejor amigo, quien venía en compañía de Karla y el mismísimo Diego —¿Diego?
—A chinga ¿¡Diego!?— pregunto Javi, finalmente avanzando de la cocina hacia la puerta y emergiendo ante los visitantes detrás de Elias, quien solo se ruborizo
—Creo que vinimos en mal momento...— susurro Kevin, mientras miraba a ambos con una gran sonrisa y mientras alzaba una bolsa de cartón —, son tus botas de luz, ya llegaron El.
—¿Botas de luz?— pregunto Diego, algo confundido detrás de ambos
—Agh, trae pantalones, no interrumpimos ni madres— confesó con desilusión Karla, mientras dejaba caer los brazos y echaba la cabeza hacia atrás entre un fuerte suspiro
—¿Diego que haces aquí?— pregunto Javi, mientras posaba la mano sobre el hombro de Elias, haciendo que esté se hiciera hacia un lado —Y ustedes... ¿Han hecho algo malo estos días?
—Jódete, De Armas— contestó molesto Kevin, mientras bufaba y miraba hacia otro lado —, venimos a dejarle un pedido de Amazon a Elias y se nos pego este wey, que quería hablar co...
—Bruno esta en su trabajo en el deshuesadero— informó Diego, con una más que decidida mirada —, vamos wey, esta cercas.
—¿Quieres ir a partirle su madre a tu cuñado?— pregunto extrañado Kevin, girandose hacia Diego
—Ex cuñado, la dejo ayer— corrigió Javi, mientras salía hacia la calle y se quedaba junto a Diego —¿De verdad que crees que es lo que Naty querría para él?
—¿Y tú?— contraataco Diego, logrando dejar en shock por unos segundos a Javi
—Osea si, seguro que lo quisiera pero aun no, no ha dicho nada de ella o se ha cogido a una amiga suya como para que ella quiera esto— respondió Javi, buscando calmar a su amigo—, vamos a entrar y en un rato nos vamos a casa wey, anda...
—¿De verdad no haremos nada?— pregunto indignado Diego, mientras veía hacia la dirección en donde no muy lejos, estaba aquel lugar —¡Ese wey se espero hasta que Naty no lo dejará, para dejarla!— la furia era notable y no solo en él, sino que incluso se manifestaba en Javi, al brillar su anillo rojo y un leve relmpaguear oscuro se hiciera presente en sus rojos
—¿Vas a ir a darle en su madre, o que wey?— pregunto Karla, casi que fascinada de ver aquella situación
—Vamos— añadió tras darle una palmada en el hombro a Javi, aunque este aún se veía reacio —¿Wey?
—Si sabes que podría dejarte en la casa con mi super velocidad— confesó tajante Javi, a lo que Diego sonrió
—Pero no lo has hecho— respondió finalmente Diego, con una alegre seguridad
—Chingadamadre— dijo con molestia Javi, sin dar espacio a las palabras —, amos pues, pero no lo vamos a dejar invalido o medio muerto, solo un susto ¿¡Entendiste!?— Diego le asintió con una sonrisa y ambos se giraron hacia los demás —El ¿me esperas? No tardamos mucho, ya esta anocheciendo así que vamos y volvemos.
—N-No se si sea la mejor idea, Javi— declaró con incertidumbre Elias, siendo empujado un poco al frente por Kevin —, ya esta anocheciendo, y no creo que Naty quiera que...
—Vamos y venimos El, un susto y se chingo ¿de acuerdo?— pregunto Javi con una sonrisa, y mientras se preparaba para salir corriendo —, incluso con el lobo por ahí, podría con él.
—B-Bien...— fue lo último que Elias dijo en aquella platica, viendo pocos segundos después a Javi y Diego salir disparados entre una estela de relámpagos negros —, suerte...
—Sus relámpagos...— inicio Karla, mientras intentaba ver hacia donde se dirigían ambos jóvenes —¿Deberían verse así o se le está acabando la pila?— aquella pregunta hizo eco en la cabeza de Elias, quien también lo había pensado —, pues vamos a meternos mientras, por que vaya, tú novio es algo vengativo ¿lo sabes?— le pregunto de nuevo a Elias, quien solo la miro aun preocupado
—En serio hiciste... ¿Esa pregunta?— pregunto Kevin con algo de molestia mientras se señalaba a sí mismo y a ella
—¿Nos devolverán nuestros anillos?— pregunto de nuevo Karla, aunque esta vez la única respuesta de Kevin, fue mirar a Elias
—¿Hay algún cómic de redención?— le pregunto Kevin a su mejor amigo, viendo a este solo girarse hacia el interior de su casa, dejandolos pasar.
—Deshuesadero de Santo Grial.
Amboa jóvenes llegaron al deshuesadero de Santo Grial entre un oscuro brillo provocado por los relámpagos de Javi, frenando en seco al ver la noche adueñarse del cielo crepuscular, y ver que las puertas del lugar estaban abiertas de par en par. Tras un vistazo a la caseta que estaba junto a la entrada, notaron que no había nadie más en el lugar, pues normalmente había al menos unas tres o cuatro personas, trabajando a estas horas sin contar al dueño del terreno y regulador en la caseta, siendo esta vez la diferencia el hecho de que, además de la canción Magic Works de Jarvis Cocker sonando a través de un lejano eco entre las montañas de autos y chatarra, únicamente se oía un esmeril funcionando en las entrañas de aquel terreno, logrando intimidar un poco incluso a Javi.
—Aterrador— fue lo primero que Javi dijo, una vez entrando al lugar a pasos lentos en compañía de Diego —¿no?— pregunto, mientras veía a su alrededor las figuras que el atardecer formaba en el suelo con las piezas de metal y esculturas
—No mames como me calma que el que lo diga sea el wey que es indestructible— bromeo Diego, mientras se adentraba en los pasillos que formaban las montañas de autos —, parece una puta peli de terror— añadió, mientras escuchaba cada vez más cerca la música y el esmeril, pues habían acelerado su paso
—Pero tu querías venir wey— contestó tajante Javi, mientras avanzaba rápido junto a Diego
Poco más de unos minutos a paso veloz entre dichos pasillos fue lo que les costó a ambos para llegar a la fuente del sonido y música, topandose ahí finalmente con Bruno. Ambos suspiraron con molestia y avanzaron hacia él, interrumpiendo su trabajo tras Javi crear un megáfono rojo y gritar el nombre de Bruno, quien casi dio un brinco al por tan fuerte sonido.
—¡Su puta madre!— grito con molestia Bruno, mientras dejaba caer su esmeril y veía hacia ambos, quitándose rápidamente los lentes y guantes de seguridad —¿¡Wey que pedo!? ¿¡Por que sonó tan fuerte!?
—Por que venimos a hablar, cuñadito— sentenció con molestia Diego, mostrando una expresión seria a como era costumbre
—V-Voy a suponer que no vienen para ver mi estado emocional— contestó fastidiado Bruno, mientras se tomaba de los ojos, con algo de fuerza, quizás por su trabajo con el esmeril
—Te dijo un chingo de veces— decía Javi, mientras guardaba la mano con el anillo en su bolsillo, pues este brillaba de tan solo verlo menos dañado —, te ves no tan mal como ella...
—Cada quien sufre a su modo, déjenme en paz por favor— confesó tajante y tras un suspiro molesto Bruno —, es de noche y deberían estar en casa, bueno en la casa se Diego— aquello quizás sino peor de lo esperado
—¿La engañaste con alguien, Bruno?— pregunto de golpe Javi, tomando por sorpresa tanto a Diego como a Bruno —, por que ella te dijo que la dejaran hace mucho, y ahí estabas tu duro y dale en seguir, así que Bruno, dime ¿Eh?— pero la pregunta fue respuesta por el tronar de los lentes de seguridad en la mano de Bruno
—¿Wey?— pregunto Diego, mostrándose ambos confundidos
—Solo váyanse y ya mañana hablamos, váyanse ya weyes— de manera un tanto preocupante, Bruno alzó al cielo ahora ya nocturno, llenándose de temor al verla —¿No pueden solo esperar y dejar de chingar?— pregunto con molestia mientras la mano le temblaba con violencia
—¿¡Nosotros chingamos, wey!?— pregunto Javi, acercándose con molestia hacia Bruno poco antes de verlo acercarse con la intención de empujar; Javi se mostró confiado y se mantuvo quieto, poco antes de caer tras el empujón de Bruno —¿¡Q-Qué?— Diego y Javi compartieron una nerviosa mirada
—¿Wey?— pregunto Diego tras ayudar a Javi a ponerse de pie y ambos ver el estado en el que ahora se encontraba Bruno
—Corr...— intentaba decir Bruno, mientras que debajo de su ropa emergía una viscosidad que parecía viva —corr... ¡Corran!— pedía a gritos mientras se retorcía entre el quebrar de sus huesos y mientras aquella viscosa mezcla lo cubría y empezaba a deformar de por debajo de la ropa, rasgando la entre quejidos que se tornaban en rugidos
—¿¡Bruno!?— pregunto Diego, intentando acercarse a su ex cuñado, pero siendo apartado por el feroz rugir de Bruno, cuya trompa ahora tenía un lupino y viscoso aspecto —¡No chingues amonos a la verga!
—¡Lo tengo!— grito Javi, tras crear un diablo de carga al cual ató a Bruno al envolverlo en una camisa de fuerza con un bosal, ambos igualmente rojos —¡Siento como se expande!— decía Javi, mientras sentía como las extremidades crecientes de Bruno se expandan al tornarse en aquel lobo
—¿¡Qué!?— pregunto Diego mientras oía la construcción de Javi rechinar, pues en un intento de no lastimarlo, no hacía tan fuertes sus agarres —¿¡Qué haces!?
—¡Está volviéndose el puto lobo simbionte!— exclamó al Javi, aun con el puño al aire apuntando hacia Bruno, poco antes de lanzarlo con violencia hacia una cabaña cercana, donde seguramente se guardaban las herramientas
—¿Tenías que atraparlo con algo tan elaborado?— pregunto Diego, mientras ambos veían casi en shock aquel agujero por el cual había entrado Bruno
—Solo podía pensar en el oso de Vecinos Invasores, déjame en paz— contestó Javi tras ponerse de pie con ayuda de Diego y ver hacia el interior de aquella cabaña
—¿Y ahora?— pregunto Diego con temor, mientras escuchaba las uñas de Bruno chocar con el suelo en el interior del cuarto, seguido de su gruñido en guardia
—Vamos a tener que contenerlo— dijo para si mismo Javi, justo antes de ver al Lobo Simbionte saliendo de aquella casa, entre un feral aullido que indicaba una sola cosa, pelea.
—¡No jodas!— gritaron ambos a la par, viendo finalmente resuelto aquel misterio del hombre lobo viscoso de Santo Grial
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