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1: Un buen día

—Bosque de Santo Grial - Hace algún tiempo.

Un fuerte destello fue lo que cambió el destino de simples chicos, como un relámpago lizo, iluminó el lugar, y cuál meteorito, impacto de manera violenta la caja sostenida por tres amigos; cómics, figuras de acción, coleccionables y hasta dibujos hechos por ellos mismos llenaban aquella caja, hacia falta que los tres la cargaran, pues su peso los rebasaba. Un estruendo golpeando la caja fue lo que los cegó y lanzó lejos. Un estruendo golpeando la caja fue los hizo vivir el sueño de todo fanático.

—Carajo...— susurraba Javi, mientras veía desvanecerse lo poco de aquella energía con auras verdes que les había impactado, logrando ver mas allá a sus también heridos compañeros

—Bosque de Santo Grial - Actualidad.

—Una bala se desplaza a unos mil ochenta kilómetros por hora en el aire y atraviesa a una persona de lado a lado dependiendo de la zona— iniciaba David, un joven pálido y delgado castaño, el más alto de los presentes y el que sostenía el arma, dejando ver un leve temblor en ella, y un reluciente anillo negro, cuyo emblema era el de los Black Lanterns

—¿¡E-Estas seguro que debo hacer esto sin el anillo!?— pregunto entre un nervioso grito Javi, tan pálido como David, una cabellera negra, hasta poco más abajo de las orejas, y más delgado que él; Javi, a diferencia de David, poseía un anillo rojo con el emblema de los Red Lanterns, salvo que este estaba a los pies de Javi, pues se lo había quitado

—¿Cómo porque hacen esto?— pregunto sin entender una joven pálida y castaña de nombre Naty, la cual estaba sentada en posición de loto, mirando con atención un anillo blanco, de los White Lanterns, en la palma de su mano —Digo, entiendo la parte de entrenar y así, pero ¿Dispararse sin los anillos puestos? No han pensado si...

—¿Si los anillos se llevan nuestros poderes al quitárnoslos?— pregunto Johan, el más "bajo" de los tres, cuya cabellera era de un oscuro color castaño y poseía pecas en sus mejillas morenas—Seh, lo he pensado pero no tendría mucho sentido a menos que...

—¿A menos que los ligara lo mismo que nos dio nuestros poderes?— pregunto Javi, mientras miraba un tanto nervioso a David

—¿Podrías no estar tan nervioso? Haces que me tiemble la mano con tus latidos, hasta acá los escucho— declaró David, que escuchaba los latidos de Javi gracias a su super oído

—¡No hemos probado esto antes!— grito Javi, mientras quitaba el seguro del arma —y si no funciona estaré herido, además que...— David jalo el gatillo, disparando el arma e impactando el pecho de Javi, entre un grito ahogado de este y un grito sonoro de parte de Naty, solo para que ambos fueran callados súbitamente al escuchar un tintineo a los pies de Javi —¿Estoy bien? ¡Estoy bien!

Aquella bala había rebotado del pecho de Javi hasta el suelo, mostrando nada dañado además del suéter del joven, quién había dejado gran sorpresa en todos al ser testigos de este acontecimiento, en efecto, sus poderes no estaban ligados a su anillo, y eran todos, o al menos aquellos con habilidades similares, inmunes al daño común. David entonces sonrió, girándose para ver a Naty y Johan, con una sonrisa; rápidamente este se quito el anillo negro y se disparo dos veces en la pierna, teniendo el mismo resultado que con Javi, salvo que este se daño el pantalón.

—Cool, ahora sabemos que...— pero antes de que Johan pudiera terminar, David apunto el arma hacia él y rápidamente tiro del gatillo —¡No, no, no, no espera!— los disparos dieron en el rostro de Johan, teniendo por tercera vez el mismo resultado —¿¡Qué vergas te pasa!? ¡Lo habíamos probado en ti y Javi!

—Los tres tenemos un coctel de poderes distintos, podías ser menos resistente o más, tenía que probarlo, ya no seas niña— reclamo con una sonrisa David, mientras recogía aquella negra mochila, con detalles en mate color dorado, y se la colgaba al hombro —¿Nos vamos? Debo ayudar a papá con el puesto de tacos...

—Mamon, faltamos a la escuela para esto ¿Y ya quieres que nos vayamos?— pregunto con molestia Johan, a lo que rápidamente Naty suspiro —¿Qué?

—Él no quiere recostarse en la guarida, nó volver a la escuela o algo así— respondió Naty, colocándose de nuevo el anillo y poniéndose de pie, ante una notable confusión de sus compañeros

—¿No quieres probar con la pistola?— pregunto bromista Javi, a lo que Naty respondió con un dedo medio

—Sabes que mis poderes no son como los de ustedes, a mi solo me dieron este anillo— declaró entre suspiros Naty —, si alguien me dispara aunque lo tenga puesto, les voy a meter el puño al corazón

—Buena suerte con eso— declaro "bromista" David

—Cabron me robaste el chiste— confesó Javi, mientras se rodeaba con un aura rojiza gracias a su anillo, logrando elevarse con lentitud a unos centímetros del suelo

—¿Mejoraste con el vuelo eh?— pregunto Naty con una sonrisa, mientras miraba hacia arriba a Javi, aunque rápidamente viendose interrumpida por el repetitivo sonar de metal afilandose —Carajo ¿Quieres dejar de hacer eso, Johan?— pregunto con molestia al ver que Johan sacaba y metía tres garras de metal de sus nudillos, sanando apenas estas volvían a entrar —Es asqueroso...

—Así pues, asqueroso o no, estas garritas te ponen celosa— confeso burlon Johan, mientras metía y sacaba una vez más sus garras

—Con esta cosa, puedo hacer lo que yo quiera, incluso unas garras de Wolverine— declaró Naty, mientras se ponía el anillo y, tras rodearse de un aura de energía blanca, creo tres garras de energía blanca en sus nudillos —¿Vez?— finalizó tras meter dos de estas y dejar solo fuera las de enmedio, antes de desaparecerlas —¿Te dirán algo en casa por faltar hoy?

—A menos que les llamen y digan que falte, no deberían de— respondió Javi, mientras se quitaba el anillo y miraba con una sonrisa hacia el gran puente sobre ellos —Damas primero— señaló, tras crear unas enormes escaleras que subieron hasta el hueco a un costado del puente, permitiendo la entrada el interior del mismo —, es increíble, un maldito anillo de linterna e invulnerabilidad y aún le tengo miedo a las malditas alturas...

—El poder no quita lo puto— confesó Johan, mientras se rodeaba del mismo brillo, salvo que de azul, y volaba hasta el interior del puente

—Pendejo— contestó tajante Javi, subiendo las escaleras junto con Naty y David, todos entre risas

Todos llegaron a la cima de aquellas rojizas y brillantes escaleras; entraron por el agujero al costado de aquel largo puente entre dos montañas y se internaron en un enorme y oscuro vacío bajo, o dentro, de la carretera, sintiendo temblar el "techo" cada vez que un auto pasaba. Aquel vacío había sido llenado por los chicos con todo tipo de cosas para escapar de su mundo, de los problemas con él, aquellas trabas que los rodeaban, o al menos así era antes de obtener sus dones; pequeños sillones translúcidos estaban inflados en forma de media luna, rodeando una bocina negra con luces neón parpadeando de manera estroboscopica de rojo, verde, azul y un arosado blanco; sobre esta había una gran tabla que se apoyaba sobre cuatro enormes bloques de concreto, con bastante basura de frituras y latas de bebidas, de varios tipos, aplastadas sobre ellas.

—¿Y que exactamente hacemos ahora? — pregunto David, mientras dejaba caer el arma en el suelo, causando un largo eco metálico, y dejándose caer sobre un colchón inflable —Ya probamos el arma de mi papá, inmunes con o sin anillo— añadió mientras enlazaba su bluetooth con la bocina, reproduciendo la canción "Exceptional" de Ancud

—¿Otra vez Hola soy Germán?— pregunto con molestia Johan, mientras sacaba un sandwich de su mochila

—¿Todo lo que hacen te tiene que molestar?— pregunto Naty, mientras encendía las luces de navidad que tenían para iluminar el lugar

—Sólo cuando no lo pide él— contestó Javi, riendo y causado la risa de David

—Muy graciosos, pendejos— respondió Johan, acercándose a uno de los sillones inflables, el de color verde, y tomando asiento junto con Naty, quien yacía sentada sobre el de color rosa —¿Y ahora que hacemos? Digo, ya faltamos a la escuela y también no podemos llegar a casa, o bueno, ustedes no pueden, los regañaran y yo me voy a aburrir...

—Bueno, yo puedo llegar, le diría a mi papá que salimos temprano y supongo que alguno se podría quedar y comer unos tacos, tal vez ayudarme a atender— añadió David, mientras se sentaba en el colchón —¿Quién se apunta?

—¿Disparas los tacos?— pregunto Johan, mientras terminaba de masticar su bocado

—Si voy a tu casa ¿Me das quince varos por que si?— pregunto en respuesta David, mientras estiraba el pie para jalar su arma, tomarla con su mano para señalar a Johan

—Eres gacho— respondió Johan, causándole una sonrisa a Javi, quien miraba fijamente una lata, intentando destruirla con la "mirada" —¿Otra vez con eso? ¿No te conformas con tener los poderes de Flash?— pregunto Johan mientras daba otro mordisco a su sandwich, usando entonces una débil visión calorífica para tostar un poco su pan —. Y además, la tengo yop, lo siento...

—¿Enserió se quejan ustedes?— pregunto David, mientras quitaba el seguro del arma —¿Saben el puto martirio que pase tratando de controlar el super oído?

—Y yo solo tengo el aliento gelido— interrumpió Javi, mientras soplaba para congelar la lata —yey...

—Entonces déjenme entender— interrumpió Naty, bloqueando su celular con una sonrisa incrédula —, ninguno de ustedes quedó como el azul de X-men...

—¿Cuál de los dos?— pregunto David con una mirada fija en Naty

—¡Exacto!— exclamó —. Pudieron salirles alas, un tercer ojo, alguna madre que no pudieran esconder y en cambio ¿Discuten de quien tuvo más poderes de Superman que el otro?

—Es Superman ¿Puedes culparnos?— confesó Johan, sacando nuevamente sus garras para rasgar la tabla que usaban de mesa

—Hablando de— inicio de nuevo Naty con una sonrisa —¿Cómo están las gemelas?

—Bien, bastante, a decir verdad— confesó Javi —, escondieron los anillos y no se los han puesto desde que las "escogieron", y las venas verdes ya se le desaparecieron a Andrea...

—Eso no habría pasado, si un pendejo no hubiera puesto los nombres de nuestros amigos en las bolsitas de los anillos— se quejo Johan, mientras creaba con su anillo azul, un dibujo tridimensional de Javi, simple cual niño, pero sirviendo de burla para él —¿Cierto?

—Y tu no tendrias el azul, quizás el naraja— confesó Javi, burlon antes de ver a David alzar su arma y apuntar al vacío

—Oye Rojo, atrapa— ordenó David, disparando la bala hacia el vacío

Javi entonces, entre una muy lenta visión de todo a su alrededor, vio la bala alejándose de ellos, incluso pudiendo ver la tenue estela de movimiento que dejaba de tras de ella; Javi confiado, corrió hacia la bala, dejando detrás de él una estela de relámpagos amarillos, hasta llegar a la bala, la cual tomó en su puño cerrado sin esfuerzo. Grande fue su error, pues al no controlar del todo su velocidad, este cayó al suelo, rodando por el impulso hasta golpearse con el muro, volviendo a la velocidad normal y cayendo ante las risas de Johan, David e incluso Naty.

—¡Qué putazo!— grito Naty entre risas, pero corriendo a atenderle

—¿Si quiera la tienes?— pregunto David, justo antes de ver a Javi alzar la mano con la bala en su mano —¡Eso chinga! ¿¡Ya es un avance, no!?

—De verdad que esto es malo— añadió Naty mientras ayudaba a Javi a ponerse de pie, solo mirar hacia David y Johan —Quiero decir, han pasado dos meses desde que tienen los poderes, y no hay un gran avance, creo...

—Ya no me estrelló tanto— confesó Javi —, además, ya controlo más mi fuerza

—Y la verdad me sorprende que lo haga tan bien, digo, el maldito anillo de Red Lantern es una bomba de inestabilidad— confesó David, mientras se ponía de pie y miraba hacia el vacío detrás de él —¿Cómo vas con la visión calorífica tu, Johan?

—Sin incidentes, ya puedo hacer que era más o menos potente— confesó Johan, usando la visión calorífica a su potencia normal y escribiendo su nombre en los muros

—Descubrí algo ayer— declaró David, llevándose la atención de todos —, venía escuchando los Caballeros del zodiaco y...

—¿Escuchando?— dijeron a la vez David y Johan

—Me gusta oír el manga narrado cuando no puedo leerlo— confesó David. Johan asintió con entendimiento —En fin ¿Han visto el anime o así, sin gritar sus técnicas favoritas?

—Obvio no— contestaron todos a la vez, notándose la mirada extrañada we Johan al hablar Naty

—Bueno, pues...— David tomó aire, oprimio con fuerza su puño y entonces, lo alzó al frente y recito las palabras —¡Plasma relámpago!— tras decir esto, una especie de lluvia de rayos dorados enano de su puño, cayendo y golpeando todo a su paso hasta llegar al final del túnel entre un intenso, y cegador, resplandor, aquello sorprendiendo tanto a los presentes, como al mismo David —Pff... ¿Ya sirvió de algo eso de los signos zodiacales, no?— pregunto con una sonrisa orgullosa

—¿¡Es neta!?— exclamó Johan con total emoción, poniéndose de pie y corriendo junto a David, viendo las marcas de quemaduras que había dejado aquel ataque —Nací a finales de abril. S-Soy Aries ¿Cierto?— a esto, Naty asintió y este sonrió, alzando ambos brazos y tomando aire —¡Polvo estelar!

Al bajar sus manos a la altura del pecho, Johan logró dispararán intensas columnas de energía que emanaban de sus puños cual lluvia de estrellas, de igual color dorado y, al contrario que David cuyo energía era frenética desde los lados, la de Johan parecía más dirigida y central, pues está siguió su camino hasta llegar al fondo del túnel, casi sin tocar el mismo. Aquello generó una sonrisa en Johan, y emoción en David, quien le dio una palmada y rápidamente llamó a Javi.

—Eres escorpio, vas— declaró David, tras darle un par de palmadas en la espalda a Javi y apuntar hacia el fondo del túnel

—¿Y qué?— pregunto —¿Solo grito "Aguja escarlata" y disparo?— añadió entre una sonrisa incrédula

—Tenemos puestos anillos mágicos...

—Alienigenas— corrigió Johan, ganándose una mirada de molestia de Naty

—¿Y creen que algo aún es imposible?— pregunto sonriente Naty, acercándose mientras se ponía el anillo y tomaba de los hombros a Javi —. Venga, tu puedes...

—Pff... aquí vamos...— susurro para si mismo; Javi tomo aire y cerro su puño, únicamente dejando alzado su dedo índice derecho y entonces exclamó —¡Aguja escarlata!— tras aquel grito, su una se vio enrojecida y alargo, justo antes de generar un intenso brillo y disparar un certero y veloz rayo de plasma rojo de esta, llegando rápidamente hasta el final del túnel, iluminando su alrededor a su paso —A la verga... ¿Y-Yo de verdad lo hice?— pregunto a si mismo, justo antes de ver como su uña volvía a la normalidad, causándole una enorme sonrisa que compartía con sus amigos

—Residencia Diaz.

Todos llegaban a casa de David montando en sus bicicletas, resaltando la de Naty, donde llevaba a Javi en la parte trasera. La casa de David era un tanto pequeña, una sola planta y pintura naranja, ya gastada y vieja, alrededor de una única ventana abarrotada y junto a una puerta de metal; frente a esta casa, y aun sobre la banqueta, había un carrito con freidora y trompo de la famosa carne al pastor, siendo resaltante el sonido de la carne y tortillas en el aceite por sobre de la música ranchera que un hombre calvo con mandil escuchaba al cocinar. Era el padre de David.

—Hola papá— saludo desganado David, mientras rodeaba las sillas y mesas de plástico que yacían sobre el pavimento más allá de la banqueta —¿Buena venta hoy?

—No más que lo usual— confesó sin mirar a David, únicamente con la mirada en la carne que freía —¿Qué haces tan temprano en casa?

—Salimos temprano— confesó David, a lo que esta vez su padre alzó la mirada y busco confirmación en el mirar de los demás chicos, obteniendolo

—Bien, ya es tu turno de reemplazarme— ordenó tras quitar la carne y ponerla sobre papel es traza, envolviéndola y embolsandola —Pidan lo que gusten chicos.

—Que ric...

—Ya nos íbamos Señor Diaz, tenemos que llegar a casa, ya sabe, cosas de familia y eso— confesó Javi, interrumpiendo así a Johan

—¿Iras a la pulqueria otra vez?— pregunto molestó, aunque sin empeño, David, a la par que se ponía el mandil

—Si, ya es hora de ir a ver a los muchachos— confesó su padre, mientras metía la mano por la ventana y sacaba un par de billetes de quinientos pesos

—Normalmente la hora de irse a la pulqueria es como a las tres o cuatro, cuando llego de la escuela— recalco David, tras empezar a afilar los cuchillos

—Si bueno, hoy surgió un asunto especial— esta vez, capto la atención de su hijo —. Llegaste temprano, adiós, nos vemos en la noche— susurro tras simplemente ponerse una chaqueta y caminar por la calle, alejándose del puesto

—Si, si, su pinche madre que— confesó para sí mismo David, suspirando con molestia y mirando a sus compañeros —¿Alguno va a querer algo?— pero todos le negaron con la mirada

—Residencia Delgadillo.

Paso el rato, los chicos se habían ido de casa de David y repartido sus caminos, Javi y Naty fueron a la casa de esta última en las faldas del cerro, mientras que Johan había partido hacia su propia casa. Javi y Naty ahora comían sopa de fideo desde una gran olla de metal con dos cucharas, cada uno con una, sentados en la banqueta fuera de la casa de Naty; aquella casa, al estar a la parte más alta de las faldas del cerro, se veía incliniada a comparación de las casas normales, aunque por la ascendente calle y las inclinaciones del resto de casas, esto se veía hasta uniforme.

—Veo que le dieron una mano extra a tu puerta, me agrada— confesaba Javi, tras ver el portón de la casa; una lustre pintura café lo cubría, resaltando así los detalles en dorado que tenía —, aunque siempre se me hará curioso que la puerta está chueca— confesó sonriente Javi, pues al estar el suelo inclinado y en la montaña, la puerta debía tener la parte inferior adecuada, pareciendo que le habían hecho un corte diagonal

—Mi casa no está chueca pendejo— contestó Naty con una sonrisa, mientras comía más sopa —, esta derecha pero la montaña no ayuda en nada...

—Es una pena que tu hermano no esté aquí, esta sopa está deliciosa— confesó Javi con la boca casi llena

—Y sabría mejor de haberle echado limón— reclamo Naty, mirando de reojo a Javi

—No le íbamos a echar limón a la sopa que preparaste, o bueno, al menos no a toda la olla— contestó Javi, mientras miraba su anillo otra vez

—¿Ya encontraron los demás?— pregunto Naty, dejando su cuchara en la olla y mirandolo

—Aún no, incluso con los nombre y hechos, Kevin y Karla no parecen tener el naranja y el amarillo— confesó desganado Javi, mientras dejaba su cuchara en la olla y recostaba en la banqueta

—¿Y los verdes?— pregunto Naty, mostrando una cara de melancolía ante lo que estaba por decir —¿Alguna mejora con Les?

—Dos meses en coma— confesó Javi entre un triste suspiro —, quizás no despierte y bueno, quizás los tenga, solo tendremos que estar al pendiente...

—¿El rosa y el morado?

—Índigo— corrigió Javi

—Te voy a dar un putazo— amenazó Naty, con una sonrisa —la imagen que me mostraste es morada, no chingues que índigo, tu...

—Bueno, Elvis y Neri acordaron guardarlos— susurro Javi —, no fue fácil explicarles pero cuando vieron lo que el de Elvis podía hacer, fue fácil, creo...

—¿Así?— pregunto Naty, incrédula de la noticia

—Sep— contestó Javi —, Elvis metió el suyo en un vaso de agua al congelador, y Neri metió el suyo en una cajita de esas de anillos de matrimonio y la guardo no se donde...

—Eso solo nos deja a nosotros cuatro y a los ladrones de amarillo y naranja, es un avance, creo...— susurro Naty, recostandose también en la banqueta junto a Javi, girandose para verlo —¿Estas seguro que no morirás más pronto o envejeceras en chinga?— pregunto Naty con pesar en su voz

—Lo prometo— confesó alegre Javi —, hasta donde se, los velocistas no son así...

—¿Cuando le diremos a mi hermano?— pregunto Naty, a lo que Javi se enderezó y suspiro entre una insegura sonrisa

—Pff no se— inicio —¿Cómo le diríamos que de algún modo tenemos poderes de comics y así?

—¿Poco a poco?— pregunto sarcástica Naty

—Eso o provocamos un accidente y lo salvamos sin ponernos los trajes para que diga "¡Oh! ¿¡Ustedes son Rojo y Blanco!?"— imito Javi, provocando una risa ronca en Naty —¿Qué? ¿No crees que pueda funcionar?

—No lo se, debería ser un accidente no tan grave— añadió Naty, aún recostada, aunque rápidamente poniéndose de pie tras la pregunta que siguió de Javi

—¿Le dijiste a Bruno que no habías ido a la escuela?— pregunto Javi, mientras veía venir a un joven medianamente robusto venir lejos en la calle

—Si— declaró con emoción Naty, mientras se limpiaba la tierra del pantalón y Javi se la quitaba de la espalda —Hay casa sola hasta las tres wey ¿Tú que esperabas?

—La verdad te iba a sugerir que lo llamaras, aun tienes una hora hasta que llegue tu hermano y dos hasta que lleguen tus padres, así que denle vuelo carnala— sugirió con una sonrisa Javi

—Obviamente— contestó Naty, mientras corría para de un brinco abrazar a Bruno, quien era más alto

Bruno, era un joven de tes morena y algo robusto, de cabellera corta y portando un uniforme escolar, pues al parecer estaba en la escuela y se había escapado; Bruno se veía algo cansado, curiosamente contrario a la actitud que manifestaba, aunque esta actitud quizás era por volver a ver a su novia, Naty, aunque está no tardo en notar aquel aspecto cansado también, por que después de romper el abrazo y besarlo, miro hacia arriba para verle a los ojos, notando unas marcadas ojeras bajo sus ojos, pero este solo le sonrió y, con una mirada segura y el solo negar de su cabeza, este explicó que estaba bien.

—Diviértanse loquillos— sentenció Javi, mientras tomaba la olla de sopa y abría la puerta de la casa de Naty, entrando hasta la cocina y dejando la olla sobre la mesa

—¿Te vas?— pregunto Bruno, extrañando tanto a Javi como a Naty; Bruno miro extrañado a Naty en respuesta —Digo, pensaba en comprar pizza y así, para que Naty no se quede sola más al rato que se haga de noche...

—Créeme, lo siento, me gusta mucho la pizza— se disculpo Javi —, pero mi lado pendejo esta algo inaccesible hoy, así que mi lado medio hetero me dice que aquí más bien se va a matar el oso a puñaladas, así que no quiero ser mal tercio, tal vez luego, o cuando también esté Diego, que por cierto ¿A que hora llegará? Para ver si me doy mi vuelta y vengo o...

—Él se fue con Kevin y los muchachos a fumar mota, así que quizás tarde— confesó con leve apeno Bruno

—¿Van a matar super héroes luego de fumar mota?— pero Javi no tuvo mayor respuesta —. Aún no están a ese nivel de referencias...

—Ya leí Invencible y Kick Ass— confesó Bruno

—Bueno, aun no llegas a The boys así que...

—¿La serie de Amazon?— pregunto Bruno, a lo que tanto Naty, como Javi, sonrieron

—Auch— confesó Javi, mientras se persignaba en broma —Garth Ennis a de estarse retorciendo en sus billetes, en fin, creo que será la próxima lo de la pizza...

—De acuerdo viejo, será para la otra— contestó Bruno, despidiéndose de Javi, al igual que este se despedía de ambos y Naty le correspondía

—Avisas cuando llegues, por favor— pidió Naty, a lo que Javi, ya de espaldas, alzó la mano y hablo

—¡Chao, chao tuboman!— exclamó Javi, causándole y a fuerte risa a ambos, aunque esta risa no duró mucho tiempo, pues Naty volvió la mirada hacia Bruno

—Pff... ¿Entonces no te quedaras mucho tiempo hoy?— pregunto Naty cabizbaja

—N-No puedo amor, es que, pff, tengo que ir a un lugar por el trabajo y esta peligroso ir de noche, así que mejor llego cuando allá luz— explicó Bruno, abrazando a Naty y besando su frente

—¿Entonces mejor comemos?— pregunto Naty —, para que no te vayas con hambre...

—No señora— confesó con una sonrisa Bruno, cargando a Naty en sus brazos y entre risas, solo para ambos entrar a la casa y cerrar la puerta detrás de ellos

—Residencia De Armas.

Javi vago por una hora más hasta que había llegado la hora de llegar a casa tras la escuela, acto que no se le dificultó para nada, pues a máxima velocidad, y dejando tras de si una estela de relampagos, este llegó hasta la puerta de su casa y suspiro al saber lo que seguía por este día. Su casa, a diferencia de la de David, gozaba de planta baja y un primer piso con ventanas en él, pintada de un chillón color lila que hacía resaltar su negro portón, esta era la casa de la familia De Armas. Javi tomó aire y abrió la puerta, notando que su padre se encontraba soldando dos fierros en aras de volver a unir las patas de una silla, su padre silbo como forma de saludarlo, acto al cual Javi respondió con otro silbido; seguido de esto Javi entró a la sala, se estiro y miró a su madre cocinando mientras escuchaba "Atmosphere" de Joy Division, acto que lo hizo sonreír, al menos hasta que ella habló.

—¿Llegaste muy temprano no?— pregunto su madre, acto que hizo a Javi suspirar, pues el tono de su voz era más de acusación que de alegría —Esos trastes te están haciendo ojitos ¿Por que no los lavaste mijito?

—Hola mamá, me fue bien, solo me dispararon un par de veces— saludo Javi, mientras le decía la verdad a medias, solo para acercarse y besar la mejilla de su madre quien, aunque sonriente, le dio una mirada molesta, en búsqueda de una respuesta a su pregunta; Javi respondió —. Bueno, estaba en la escuela, no podía lavar los trastes de esta mañana desde allá...

—Son desde ayer, Javier— contestó su madre

—En la noche, después de que cenamos como a las once ma— confesó Javi, pero por la mirada de su madre, esto no iba a funcionar

—Y échate un desodorantaso ¿No?— pregunto su padre entre risas, mientras simulaba en broma percibir una peste —, se te murió la ardilla ¿O que?— pregunto de nuevo, revolviendo el cabello de su hijo

—No apa, es por la hiperhidrolisis— confesó algo apagado Javi, a la vez que su anillo empezaba a brillar, llevandoselo rápidamente a su bolsillo para esconder aquel brillo escarlata —, me debo echar desodorante varias veces al día por eso...

—Puras excusas que, sube y cámbiate el uniforme y ven a lavar los trastes— pidió su padre, sacando otra cerveza del refrigerador

—S-Sí— susurro Javi, mientras trataba de contener las ganas de alzar la voz que el anillo, y su interior, le pedía; acto seguido Javi subió con rapidez las escaleras, aunque no mucho para evitar llamar la atención y abrió la puerta de su cuarto, lanzando la mochila dentro como si fuera solo una bola de papel —, cuarto, dulce cuarto...

Aquella noche, y lejos del pueblo enorme que era Santo Grial, un hombre andaba en su bicicleta de regreso a casa; su atuendo era un traje de vestir gris con una brillante corbata color magenta. Este hombre llevaba su maletin en la reja al frente de su bicicleta y un casco en la cabeza con un preocupado mirar a su alrededor tras ver la hora de la noche, y que el bosque apenas era visible más allá de la linterna que le había pegado a su casco, aunque pronto esto poco importaría, pues de entre los árboles y la oscuridad entre ellos, una criatura humanoide con viscoso pelaje blanco salió y a con el salvajismo esperado de un ser así, este arranco al hombre de su bicicleta, quien entre un grito que se alejaba de la bicicleta, era arrastrado por la bestia.

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