Me estacioné frente a la pequeña tienda de conveniencia, apagando el motor y observando a través del parabrisas. El zumbido de las luces fluorescentes era lo primero que notaba al entrar en la tienda. Siempre me recordaba lo antinatural de la iluminación, ese brillo artificial que nunca cambiaba, sin importar si era de día o de noche. Era una de esas tiendas que funcionaban las 24 horas, un refugio para quienes necesitaban algo en cualquier momento, y hoy yo necesitaba respuestas. Me pasé una mano por el cabello, sintiendo el sudor acumulado en la frente. Era la tercera tienda que visitaba hoy, y esperaba tener más suerte que en las anteriores tiendas.

Diing~

La puerta se cerró detrás de mí con ese sonido de campanilla, y me tomé un segundo para ajustar mis ojos al interior brillante después de la oscuridad de la calle. Había un par de clientes en los pasillos, pero ninguno de ellos me importaba en ese momento. Mi objetivo estaba detrás del mostrador, atendiendo la caja con una mirada distraída, con los ojos ligeramente enrojecidos, como si hubiera estado llorando recientemente.

Me acerqué, observándola mientras pasaba una botella de agua por el escáner. Ellie, sabía su nombre por las descripciones que tenía el reporte, una chica que trabaja aquí por tiempo parcial, por suerte ese día trabajó turno completo. No había estado involucrada en nada sospechoso, pero ahora me encontraba aquí, en busca de pistas. A veces, las personas más comunes tienen las claves que ni siquiera saben que poseen.

-Buenas noches -dije, acercándome al mostrador.

Ellie levantó la cabeza y me dio una sonrisa forzada, claramente más acostumbrada a lidiar con clientes que con policías.

-Buenas noches, ¿En qué puedo ayudarle? -dijo con su voz profesional, pero su rostro mostraba signos de agotamiento.

Saqué mi placa y se la mostré.

-Buenas noches, Ellie. Soy el oficial André Schwarz-respondí, y guardé la placa rápidamente-. Me preguntaba si podría hacerle algunas preguntas sobre un incidente que ocurrió hace dos noches.

Sus ojos se estrecharon ligeramente, como si estuviera tratando de recordar, o tal vez preocupada por lo que yo estaba buscando.

-Claro, ¿de qué se trata? -preguntó, colocando la botella de agua en una bolsa para el cliente que esperaba pacientemente a un lado.

-Estoy investigando un posible asesinato que ocurrió por aquí cerca -expliqué, observando su reacción cuidadosamente-. Estaba esperando ver si podría revisar las grabaciones de las cámaras de seguridad para ver si capturaron algo relevante.

Ellie asintió lentamente, pero su mirada se desvió por un momento, como si estuviera evaluando si decirme algo más.-Sí, claro -dijo finalmente-. Podemos revisarlas, están en la parte de atrás. Solo déjeme terminar aquí y le muestro lo que necesite de las grabaciones.

Asentí, tomándome un momento para observar mientras ella terminaba de atender al cliente. Era joven, probablemente entre sus 20 y 30 años, y aunque trataba de mantener una fachada profesional, había algo en su expresión que no cuadraba. Tal vez solo era cansancio, pero algo me decía que había más. La miré un poco más de cerca, tratando de leerla. Una vez que el cliente se fue, Ellie salió de detrás del mostrador y me hizo un gesto para que la siguiera. La seguí por el estrecho pasillo hasta una pequeña puerta al fondo de la tienda. La abrió con una llave que sacó de su bolsillo y entramos en una sala de almacenamiento donde también estaba el equipo de seguridad.

-Aquí es donde guardamos las grabaciones - dijo, encendiendo un pequeño monitor conectado a un sistema DVR-. ¿Sabe la fecha y la hora exacta que está buscando?

-Sí -respondí, sacando mi libreta para confirmar la información-. Estoy buscando algo entre las 11:30 p.m. y la medianoche de hace dos días.

Ellie comenzó a navegar por los menús del sistema, buscando las grabaciones correspondientes. Mientras esperaba, noté cómo sus manos temblaban ligeramente. Estaba claro que algo la estaba afectando, y me pregunté si estaba relacionado con lo que había sucedido esa noche. Tal vez había visto algo que no quería recordar. Finalmente, encontró el archivo y comenzó a reproducirlo en el monitor. La imagen mostraba la entrada de la tienda y la acera de enfrente, con la vista parcialmente obstruida por la esquina del edificio. Observé en silencio mientras avanzaba la grabación, buscando cualquier señal del sospechoso que estaba rastreando.

-¿Qué es lo que busca exactamente? -preguntó Ellie después de un par de minutos, rompiendo el silencio. Me tomé un segundo para considerar mi respuesta. Había aprendido a ser cauteloso con lo que compartía, especialmente con personas que no estaban directamente involucradas en la investigación.

-Un hombre que podría haber pasado por aquí esa noche -dije finalmente-. Podría haber estado huyendo de algo o de alguien.

Ellie asintió, pero no dijo nada más. Seguimos viendo la grabación en silencio, avanzando a lo largo de los minutos. Luego, justo antes de la medianoche, vi algo. Un hombre, corriendo por la acera, vestido de un traje negro de dos piezas, se veía parcialmente su cara, pero era suficiente. Sabía que era él. Lo había estado buscando durante dos días, y ahora lo tenía. Mi corazón dio un vuelco, pero me obligué a mantener la calma. No quería alertar a Ellie ni a nadie más de lo que había encontrado. Había aprendido que, a veces, las piezas del rompecabezas solo encajan si las colocas con cuidado, sin apresurarte.

-¿Reconoces a este hombre? -le pregunté, tratando de sonar casual.

Ellie estudió la imagen por un momento y luego asintió con la cabeza.

-Sí, era un cliente extraño con una cicatriz en el labio y un golpe en uno de sus ojos... fue uno de los pocos clientes que vi esa noche.

Asentí, intentando no mostrar mi satisfacción. Había encontrado al sospechoso, pero todavía tenía que seguirle la pista.

-Podría hacer una copia de esta grabación, oficial -dijo Ellie, apartándose del monitor para mirarme-. Si cree que es importante.

-Sí, eso sería muy útil -respondí, manteniendo mi voz neutral-. Gracias, Ellie. Esto podría ser justo lo que necesito.

Ella comenzó a transferir el archivo a un dispositivo USB, y mientras lo hacía, me encontré pensando en lo que esto significaba para la investigación. Este hombre era un sospechoso clave, alguien que podría estar relacionado directamente con el asesinato. Había sido un caso muy extraño, con pocas pistas y un cuerpo cruelmente asesinado, pero ahora tenía algo tangible. Mientras Ellie trabajaba, no pude evitar notar de nuevo su expresión. Había algo en su rostro, una mezcla de cansancio y algo más que no podía identificar del todo. Decidí aprovechar el momento para ver si podía averiguar más.

-¿Cómo estás, Ellie? -pregunté, tratando de sonar casual-. Parece que ha sido una semana dura.

Ella se detuvo por un momento, como si estuviera considerando si responder o no. Luego, finalmente habló, su voz suave.

-Sí, ha sido un poco difícil -admitió, sin mirarme-. Terminé con mi novio hace un par de horas... Mason. Supongo que eso me tiene un poco fuera de lugar.

Asentí, sintiendo un ligero malestar en mi pecho. No era la primera vez que me encontraba con alguien en medio de una situación personal difícil mientras investigaba un caso, pero siempre me recordaba lo complicado que era separar la vida personal del trabajo.

-Lo siento, Ellie -dije, y realmente lo sentía-. Si necesitas hablar o tomarte un descanso, no dudes en hacerlo. Estos momentos nunca son fáciles.

Ella me miró entonces, y pude ver una sombra de agradecimiento en sus ojos.

-Gracias, oficial -respondió con una sonrisa pequeña pero genuina-. Lo aprecio. Tomó solo unos minutos más para que la copia de la grabación se completara.

Ellie me entregó el USB, y lo tomé, guardándolo en el bolsillo interior de mi chaqueta.

-Esto será muy útil para la investigación -dije, volviendo al tono profesional --. Gracias por tu ayuda, Ellie. Si necesitas algo, o tienes alguna pista de cualquier cosa, no dudes en llamarme.

Le di mi tarjeta y ella la tomó con una sonrisa agradecida.

-No hay problema -respondió ella, volviendo a su papel de dependienta de tienda-. Espero que encuentres lo que buscas.

Me despedí y salí de la sala de almacenamiento y volví al área principal de la tienda. El zumbido de las luces fluorescentes llenó mis oídos nuevamente mientras me dirigía a la salida. Tenía lo que necesitaba, pero no podía sacudirme la sensación de que Ellie estaba más involucrada en todo esto de lo que aparentaba. No porque fuera sospechosa, sino porque el mundo parecía haberla arrastrado a una tormenta justo cuando todo en su vida ya estaba desmoronándose. Antes de salir, me giré para mirarla una última vez. Ella estaba de pie detrás del mostrador, perdida en sus pensamientos. Quise decir algo más, algo que pudiera aliviar la carga que llevaba, pero me detuve. No era mi lugar. Lo mejor que podía hacer era continuar con mi trabajo y dejar que el tiempo hiciera el resto. La puerta de la tienda se cerró detrás de mí mientras salía a la noche fría. Tenía una pista sólida, y la sensación de que estaba un paso más cerca de resolver este caso. Pero mientras caminaba hacia mi coche patrulla, no podía sacarme a Ellie de la cabeza. Tal vez, después de todo esto, me aseguraría de que estuviera bien.