Capítulo 8. Discusión.
Ellie
Luego de esperar aproximadamente 25 minutos, vi por la ventana el auto de mi novio, mi teléfono sonó y vi desde la barra de notificaciones un mensaje de él.
12:59 «Princesa, ya estoy afuera de la tienda, me avisas cuando puedas salir, estoy ansioso por verte»
El mensaje era seguido de un sticker del dibujo de un gato sonrojado.
Él era muy tierno, solo que a veces era exageradamente cariñoso conmigo y esa era una de las cosas que a mí no me gustaba tanto, la intensidad. Ni que fuera la dueña de un perro para estar siempre dándole cariños y diciéndole cosas cursis todo el tiempo, sinceramente, no me gustaba todo eso de la cursilería.
Fui a marcar en la tienda el horario de descanso, solo tenía 30 minutos de descanso para luego seguir trabajando. Luego salí para encontrarme con mi novio, llevaba todo ese tiempo desde que mandé el mensaje que viniera pensando en qué decirle con respecto al video que había visto, tal vez persuadirlo un poco solo para ver si me decía la verdad o no.
-¡Hola princesa! Te extrañé tanto y eso que te vi en la mañana, ¿cómo ha estado tu día?
-Hola Mason... El día ha estado aburrido, solo vino un par de clientes, a estas horas no es que lleguen muchas personas que digamos.
-¡¿M-Mason?!, ¿me llamaste de nuevo por mi nombre? - hizo un pequeño puchero para llamar mi atención. Siempre le gustaba hacer drama cuando lo llamaba por su nombre, pero ya me había acostumbrado.
-No ando de humor Mason...-tomé un pequeño respiro para ordenar todas las ideas de mi cabeza que revoloteaban como locas -. Te dije que necesito hablar contigo.
Mason se quedó quieto, no sabría describir si estaba ansioso por lo que le iba a decir o emocionado de verme una vez más. Hizo un intento por acercarse a mis hombros, pero yo me aparté, poniendo distancia entre nosotros.
-¿Qué es lo que quieres hablar? - preguntó, con algo de preocupación en su voz. Él nunca supo cómo leer entre líneas, y mucho menos cuando se trataba de mí. Lo miré a los ojos, que ahora solo me recordaban traición.
-Vi un video, Mason - dije, sin rodeos, lucía confundido, pero su rostro se volvía pálido-. Un vídeo tuyo, besándote con un hombre en un callejón, y a juzgar por la ropa que cargas, fue hoy.
El silencio se instaló entre nosotros como una gran barrera. Mason no dijo nada, su boca se abrió un poco, pero las palabras no lograron salir de él. Podía ver la culpa reflejada en sus ojos, y eso me dolió más, porque significaba que no era una mentira.
-Princesa, yo... no es lo que parece- murmuró finalmente, mirando al suelo como un pequeño cachorro.
-No tienes que decir nada, Mason - respondí, sintiendo mi tristeza y enojo luchando por salir-. Solo quiero saber que era lo que pasaba por tu cabeza cuando lo hiciste .
Me miró y por la forma en que abría su boca y luego la cerraba sin emitir una palabra, supe de la lucha interna que estaba teniendo. Sabía que era un cobarde, que no tenía una respuesta que pudiera arreglar la situación.
-Fue un error, un terrible error...-dijo en voz baja, como si las palabras le pesaran en su garganta -. Él fue quien empezó, pensé que solo quería unas fotos y... y él me tenía acorralado.
Me quedé callada, tratando de procesar lo que me decía. Sentí un vacío en el estómago, toda la relación que habíamos tenido se estaba desmoronando en ese preciso momento.
-¿Él fue quién empezó?- repetí, tratando de comprender -. ¿Esa es la excusa que vas a poner? ¿Que te acorraló? ¡¿Por qué le seguiste el beso Mason si tú no querías?!
Mason no respondió. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero no me iba a dejar llevar por eso. No esta vez.
-¿Acaso pensaste en mí, Mason? Al menos por un instante... ¿Consideraste lo que yo sentiría?- pregunté, finalmente, mi voz apenas un susurro y mis ojos con algunas lágrimas acumuladas del enojo.
Mason levantó la cabeza, se limpió las lágrimas de su cara e intentó tomar una de mis manos, pero nuevamente me separé de él, casi con un gesto de asco.
-Princesa... te prometo que solo pensaba en ti en ese momento, él solo se aprovechó de mí y...
-Es suficiente Mason, no quiero más mentiras, no puedo confiar más en ti - dije con la voz temblorosa, pero con un enojo que no podía esconder -. No después de lo que hiciste. No puedo seguir contigo fingiendo que no pasó nada.
Vi cómo el mundo de Mason se derrumbaba frente a él.
-Princesa, por favor... - susurró, pero su voz se apagó antes de terminar la frase.
Negué con la cabeza, sintiendo una mezcla de tristeza y liberación. Era el final, y aunque dolía, sabía que era lo correcto.
- Mason, esto se acabó - dije, más para mí que para él -. No podemos seguir. Espero que encuentres lo que realmente necesitas,
Sin esperar una respuesta me di la vuelta y entré a la tienda, dejándolo atrás junto a todo lo que habíamos sido. El sonido de la puerta interrumpió todos mis pensamientos y di vuelta el aviso de la puerta de cerrado por descanso. Aunque sentía que mi corazón estaba roto en mil pedazos, también sabía que ahora podía reconstruirlo.
Fui a los casilleros del área exclusiva para los empleados y saqué mi almuerzo. Fui hasta una de las cajas registradoras que estaban cerradas por alguna especie de fallo y me senté a comer ahí. Ese fue el momento que necesitaba para saber que lo que hice estuvo bien.
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