Capítulo 4. Una nueva obsesión.
Al salir del hospital psiquiátrico me acerqué a una calle oscura, lugar donde había dejado una ropa para cambiarme, alcohol y una caja de cerillos para quemar lo que tuviera de evidencia. Me quité rápidamente el traje de guardia y me puse mi traje de 2 piezas completamente negro, tiré el uniforme al basurero, vertí alcohol sobre ese uniforme y antes de tomar los cerrillos escuché a lo lejos una alarma del hospital.
«Ya se habrán dado cuenta del cadáver...»
Encendí tan rápido como se me hizo posible uno de los cerrillos y lo dejé dentro de la caja para encender los demás y lo tiré al basurero con las evidencias cubiertas por alcohol, la navaja resultó ser la única evidencia que me llevé en el bolsillo interno del traje.
Saliendo del callejón, vi como varias patrullas de policía pasaron aceleradamente hacia la dirección del hospital, me hizo sonreír al saber que no me habían descubierto.
Después de eso, fui de camino a mi departamento por la noche, dejándome llevar por las luces y el ruido de la ciudad.
«Estoy algo sediento... Debería comprar algo para tomar y algo para comer... me lo merezco» Sonreí y entré a una tienda de 24 horas.
Dingg...
Sonó una campana al abrir la puerta de la tienda.
-Disculpe, ¿usted trabaja aquí, señorita?
-Si así es, ¿desea algo?
-Necesito pagar esto-. Dejé las compras sobre el mesón en frente de la chica-. Voy a pagar con débito-. La chica agarró los productos uno a uno, escaneándolos mientras buscaba mi tarjeta en los bolsillos de mi traje. Revisé mis bolsillos una y otra vez, la chica ya había terminado de escanear mis compras «Oh mierda... ¿Lo habré dejado en alguna parte del hospital?... no puedo creer que sea tan imbécil...»
El nombre.
Mi nombre.
Mi identidad.
Mi vida estaba en juego.
-Disculpe señorita, al parecer olvidé la tarjeta, volveré en un momento.
-No se preocupe, puede volver cuando desee.
Salí corriendo como un loco, crucé los semáforos en rojo y casi siendo atropellado. Por primera vez fui un tonto descuidado. «Si los policías llegan a ver esa tarjeta, sabrán mi nombre y seré sospechoso, y si soy sospechoso, los guardias no tardarán en decir en su testimonio del "novato en el tercer piso" y después... después perderé toda mi vida en la cárcel si siguen investigando mi nombre»
-¡AAAARGH! CARAJO- Me detuve en medio de la calle y grité fuertemente mientras pateaba un basurero, detrás de mí, una viejita y un niño me miraron con extrañeza.
-Esos no son modales, jovencito. No quiero que mi nieto aprenda palabrotas.
-Cállese vieja, si quiere seguir viviendo le recomiendo que no me fastidie.
-¡Uish! Estos jóvenes de hoy en día... Ya no tienen modales para sus mayores.
Con la poca paciencia que tenía en ese momento, ya estaba planeando en como torturar a la vieja que seguía molestando. «Tal vez secuestre a ese niño, para que sufra la anciana esa» Sentí como la vena de mi frente comenzaba a brotar. Enojado, me di la vuelta y caminé en dirección a la anciana esa.
-Disculpen, ¿hay algún problema acá? -. Un oficial estaba cerca de la anciana. -Estaba patrullando la zona, -deben tener cuidado, al parecer hay un asesino suelto por esta zona.
-¡Dios mío santo! ¿Un asesino en esta zona? -. La anciana parecía haber olvidado el incidente de recién, así que aproveché la oportunidad para no levantar sospechas.
-No oficial, no hay ningún problema, es solo que me tropecé con el basurero y me dolió mucho, suelo ir muy despistado ¿Verdad abuela?
-Tú no eres mi nieto, ¡qué cosas dices!
-Ay abuelita... cada día está peor tu enfermedad... ya falta poco para la cita al médico, tus dos nietos te van a acompañar-. Acaricié la cabeza del nieto de la señora, para engañar al oficial. -Perdone la molestia oficial, ya puede seguir buscando a ese terrible asesino. Es un orgullo tener a personas tan dedicadas a su trabajo-. Tomé del brazo a la anciana y dándole la espalda al oficial, saqué la navaja del bolsillo, enseñándoselo a la vieja.
-No diga nada y dígale a su nieto que me siga, o si no, ya sabe lo que le espera-. Le susurré a la anciana con mis ojos desalmados, sin una pizca de remordimiento.
-Mi niño, vamos a la casa, su mami ya debe estar preocupada de sus muchachos.
-Que tenga buena noche, oficial -. Agarré del brazo a la anciana junto al niño y fui caminando con ellos, alejándome del oficial. Si no hubiera sido por ese oficial, esa anciana ya hubiera pasado a mejor vida, que inoportuno soy... Me aseguré de que el oficial nos había dejado de ver y le solté el brazo a la anciana acompañada del niño.
-No la quiero ver más nunca en mi vida, si la veo, sabe que no tendrá la misma suerte de ahora-. Guardé la navaja y sentí un alivio al notar que tenía en el bolsillo la tarjeta que tanto buscaba desde hace rato.
«Siempre estuvo en este bolsillo... que alivio que estuvo acá desde un inicio, pero si sacaba la navaja en la tienda llamaría mucho la atención... Ahora solo toca esperar que la vieja esa no hable.»
-Y-ya nos vamos, por favor no nos haga nada...- tomó el brazo de su nieto y se alejaron apresurados.
Miré mi reloj y volví caminando a la tienda para pagar la comida que iba a comprar.
Dingg...
La campana de la puerta de la tienda sonó por segunda vez...
-Disculpe si me tardé señorita... ahora si puedo pagar.
-No se preocupe, lo estuve esperando. A esta hora no suelen venir muchas personas que digamos...- La chica, por razones extrañas, había llamado mi atención, me hizo sacar una pequeña sonrisa su presencia.
«Qué chica tan hermosa... me preguntó cuál sería su nombre... su cabello negro, sus labios... se ve pura, inocente...» Con lo último relamí mis labios, deseoso de la extraña.
-presione el botón verde para confirmar el monto e inserte su clave.
-Ah, si ya lo hago- saqué con cuidado la tarjeta evitando que se cayera la navaja del bolsillo, acerqué la tarjeta a la máquina e hice todo lo que me dijo la chica. -Lo siento... ¿Cuál es su nombre?
-Ah, eh... Mi nombre es Ellie...
«Pago realizado» resaltaba en la pantalla.
-Ellie, ¿siempre trabajas hasta tan tarde? Es que hace poco un oficial me dijo que estaban investigando la zona por un asesinato y... Me preocupa que una chica tan bonita como tú esté en peligro...- Al parecer, lo último la hizo confundir un poco, sonrió nerviosamente evitando mi mirada, extrañamente ignorando lo que mencioné sobre el asesino.
-Pues... La verdad es que yo tengo turnos rotativos, pero últimamente me han tocado los turnos de la noche...
Tomé las cosas que había comprado y abrí la lata de bebida con delicadeza, viendo de vez en cuando a los ojos de Ellie, tomé un sorbo de la bebida y la dejé en el mismo lugar donde estaba antes.
-Imagino que para que tengas el turno de tarde es porque tienes auto, ¿no?...
-Pues... no, pero...
-Oh, vaya... entonces es muy peligroso que estés sola en estos días por la noche...
Dingg...
Sonó la campana de la puerta por tercera vez. Entró un chico joven a la tienda.
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