Me parecía extraño que desde que maté al Ex militar empecé a sentir miedo, de lo que tanto me burlaba de él. Pero es que últimamente estaba bajo el foco de ese policía André y desde que me mencionó que tenía evidencia contra mí me dejó algo frustrado. Lo bueno es que cuando se coló en mi departamento no logró encontrar mi habitación con las evidencias que realmente me pondrían en una mala posición. El micrófono y esa navaja con que había terminado la vida de ese esquizofrénico.

Es irónico cómo los recuerdos más oscuros se cuelan en los momentos más inoportunos, como si mi mente se deleitara en atormentarme por cada vez que intento planear como salirme con la mía. Recuerdo el frío de la noche, la sensación del cuerpo del ex militar perdiendo el calor mientras estaba tirado en el suelo, desangrándose.

Mientras me acerco a la comisaría, intento calmarme y regular los latidos en mi pecho con respiraciones pausadas. He aprendido a vivir con el miedo y a ocultarlo tras una fachada que nadie se lo cuestiona, hasta el punto que parece que no tuviera emociones, pero por dentro, cada latido me recuerda lo cerca que estoy de perder el control.

La comisaría apareció frente a mí como otro edificio común, aquel en el que la vez anterior que estuve casi que me deslizaba por los pasillos. Estuve ahí ya una vez. Pero no con el miedo de una posible condena.

El oficial Bauer me estaba esperando adentro, de eso estoy seguro. También sé que él no sospecha de mí, ni siquiera puede imaginar las atrocidades a la que he estado ligado, pero eso no significa que pueda bajar la guardia. Cada palabra, cada gesto, debe ser medido, calculado, controlado. Observé mi reloj, faltaba un minuto para las diez.

Cuando entré, la actividad frenética de los policías que tanto me molestaba llenaba el aire de una energía tensa. Me dirigí al área de recepción, y antes de anunciarme, el tal Bauer se acercó por mis espaldas con una sonrisa cortés.

-¡Williem Nightmare!, pero que chico tan puntual eres - dijo golpeando levemente mi hombro - Vamos a la sala de interrogatorios, no perdamos el tiempo.

El pasillo parecía interminable, y mi mente daba vueltas sobre las preguntas que me harían. Sabía que tenía que mantener mi compostura y que cualquier signo de nerviosismo podría ser interpretado como culpabilidad.

-Vamos a comenzar Williem- dijo Bauer, acomodando unos papeles en la mesa. - Estamos acá para hacer unas preguntas acerca del caso del ex militar Matthew Larson. - Me mostró unas fotos del ex militar, con una cara seria y portando su uniforme con un arma que imponía su presencia.

Si tan solo hubiera encontrado al ex militar así como estaba en esa foto, temería de él, pero solo era un pobre con la mente jodida cuando llegué a ese hospital.

-Por supuesto, Oficial. Estoy aquí para ayudar en lo que pueda.

-Dígame Williem, ¿qué hizo esa noche?

Tomé una respiración profunda. -Claro. Estaba en casa, trabajando en unos proyectos personales. Más tarde, salí para hacer unas compras y regresé a mi departamento para continuar con la gestión de unos documentos.- Mentí descaradamente, pero contando una parte de la verdad.

Bauer asintió y continuó con sus preguntas. Durante el interrogatorio, respondí a cada una de ellas con calma y precisión. Mi corazón latía rápido, pero mientras más preguntas hacía, me adaptaba con mayor facilidad y la tensión se desvanecía lentamente.

-Vimos que estabas en una tienda de conveniencia cerca de la hora del asesinato- continuó Bauer, sacando unas fotos de la carpeta y deslizándolas por la mesa hacia mí. -Aquí te vemos entrando y luego saliendo rápidamente. ¿Puedes explicar eso?

Miré las fotos con atención. Me vi a mí mismo en una de ellas, entrando a la tienda con un aspecto despreocupado, y en la siguiente, saliendo apresuradamente. La imagen de mí saliendo corriendo casi me hizo reír recordando la situación de ese momento, quitando todo lo que estaba en juego.

-Sí, claro- dije, señalando las fotos. -Me di cuenta de que había olvidado mi tarjeta al momento en que fui a pagar. Salí corriendo a buscarla a mi edificio y la encontré en uno de los bolsillos mientras iba de camino. Eso fue todo.

-Por último, Sr. Nightmare, ¿puede decirme si conocía a Larson o si tenía algún motivo para estar involucrado en su caso? -preguntó Bauer, volviendo a mostrarme la foto de mi anterior víctima.

-No, no conocía a Larson personalmente y no tengo motivos para involucrarme en su caso -respondí, sintiendo una oleada de alivio mientras mi respuesta se desplegaba de manera convincente.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, Bauer se levantó. -Bueno, eso es todo por ahora, Sr. Nightmare. Apreciamos su cooperación. Si necesitamos algo más, ya conoce mi número.

-Gracias, Oficial Bauer- respondí, tratando de ocultar mi alivio. - Estoy aquí para ayudar en lo que pueda.

Una vez que Bauer salió de la sala, me levanté de la silla, sintiendo el peso del interrogatorio, saliendo de mi espalda. Salí de la comisaría, mi mente ya enfocada en lo que me esperaba. El viaje a la mansión no podía posponerse más.

Justo cuando salía de la comisaría, sentí un zumbido en mi bolsillo. Era un mensaje de texto. Lo abrí rápidamente y leí las palabras escritas en él.

Pequeño soñador... te quedan 16 horas y el tiempo vuela.

Salí de la comisaría con una sensación de urgencia, la presión de mi próxima tarea pesando sobre mis hombros. El tiempo se estaba acabando y la mansión me esperaba con sus secretos, con cada momento que pasaba acercándome más a una confrontación inevitable.

Pedí un taxi para que me dejara en mi edificio. Una vez llegué me dirigí a mi coche con pasos rápidos. Mi mente estaba clara con lo que tenía que hacer ahora. Enfrentar las sombras que aún se mantenían a la espera.