Capítulo 16. Encuentro indeseado.
André.
El día siguiente el clima estaba fresco y con un sol que no calentaba, pero al menos estaba el cielo despejado , reflejando todo lo contrario de como estaba mis ánimos. Con la suspensión oficialmente en vigor, me encontré con un exceso de tiempo libre y nada en lo que realmente pudiera concentrarme. Sin embargo, el nombre de Williem seguía rondando mi cabeza, como una mosca insistente que no se apartaba.
No podía sacarme la sensación de que había algo oscuro y retorcido detrás de esa sonrisa suya, algo que la ley, con todos sus procedimientos y reglas, no alcanzaba a tocar. Estaba seguro de que, si tenía la oportunidad, él no se detendría ante nada para salirse con la suya.
Decidí dar una vuelta por la ciudad para despejar la cabeza, pero también porque mi instinto me decía que debía mantener los ojos abiertos. Tal vez no podía estar oficialmente en servicio, pero eso no significaba que dejaría de hacer mi trabajo.
Mientras caminaba por una avenida concurrida, lo vi: Williem. Estaba cruzando la calle frente a un pequeño parque, con un aire de despreocupación que solo alimentó mi ira. Y para mi sorpresa, a unos metros por delante de él, caminaba Mason. Reconocí a ese chico de algunos archivos que había revisado, y la conexión me pareció demasiado evidente como para ser una coincidencia.
Mason era el exnovio de Ellie, la chica que, según mis investigaciones, Williem había estado acosando de manera inquietante. Ver a Williem siguiéndolo como una sombra confirmó mis sospechas: estaba planeando algo, y probablemente no era nada bueno.
Me acerqué con rapidez, interponiéndome en su camino antes de que pudiera seguir adelante.
-Williem Nightmare -dije, mi voz tensa y cargada de la ira contenida-. ¿Te diviertes mucho jugando con la vida de las personas?
Él se detuvo en seco, su mirada azul se clavó en la mía con una mezcla de sorpresa y burla.
-Oficial André, qué sorpresa verte por aquí. ¿No deberías estar, no sé, suspendido?
-No estoy aquí como oficial -respondí, manteniendo mi voz baja pero firme- tienes razón, estoy suspendido. Pero no voy a dejar que alguien como tú haga lo que sea que hagas.
Él se encogió de hombros, su expresión se mantuvo impasible.
-¿Y qué se supone que estoy haciendo según tú? Solo estoy dando un paseo.
-Siguiendo a Mason, ¿verdad? -Lo enfrenté directamente-. No creo que estés simplemente dando un paseo, Williem. No después de todo lo que he visto.
Williem sonrió, pero había algo peligroso en esa sonrisa, algo que hizo que mi piel se erizara.
-¿Y qué es exactamente lo que has visto, André? Porque hasta donde yo sé, solo tienes conjeturas y de teorías. Nada más.
Apreté los dientes, consciente de que tenía razón, pero también sabiendo que no podía retroceder ahora.
-Tengo más que eso. Encontré esos archivos sobre Ellie en tu apartamento. Y la bolsa con la ropa que encontré cerca de la escena de un homicidio, ¿Qué me dices de eso?
Williem se volvió a encoger de hombros con una indiferencia calculada.
-Cosas privadas, André. No es ilegal tener archivos de personas en mi propia casa. ¿O es que ahora te dedicas a invadir la privacidad de las personas?
Su desprecio era palpable, y cada palabra suya no hacía más que avivar el fuego en mi interior. Pero antes de que pudiera responder, él dio un paso adelante, cerrando la distancia entre nosotros.
-Te daré un consejo, André -dijo en un tono bajo, casi susurrante-. Es mejor que uses tu tiempo libre para relajarte. ¿Por qué no disfrutas de tu mes de suspensión? Tal vez te ayude a calmarte un poco. Ve a la playa, o tal vez, a subir alguna montaña.
Lo miré, tratando de mantener mi furia bajo control. Sabía que cualquier acción precipitada solo me pondría en una posición peor.
-No te voy a dejar en paz, Williem -dije finalmente-. Sé que hay algo más en ti, algo que no está bien. Y voy a encontrarlo, con o sin una placa.
Williem se rio suavemente, un sonido que resonó en mis oídos como una burla cruel.
-Buena suerte con eso, "oficial". Pero mientras tanto, yo seguiré viviendo mi vida, como lo he hecho siempre.
Con eso, se dio la vuelta y comenzó a caminar de nuevo, alejándose de mí con una calma irritante. Lo observé por un momento, mis manos apretadas en puños mientras lo veía alejarse. Cada fibra de mi ser quería seguirlo, confrontarlo de nuevo, pero sabía que en ese momento, con la suspensión colgando sobre mi cabeza, estaba en una posición de desventaja. A pesar de la rabia que hervía dentro de mí, tuve que tragarme el orgullo y dejarlo ir.
Mason, por otro lado, había desaparecido entre la multitud, ajeno a la oscura sombra que lo seguía de cerca. Me quedé un momento en la esquina, observando la dirección en la que ambos habían desaparecido. Estaba claro que no podía dejar esto así, pero también sabía que cualquier paso en falso podría costarme mucho más que un mes de suspensión.
Mi mente comenzó a trabajar rápidamente, buscando alternativas. Si Williem seguía acechando a Mason, significaba que el chico estaba en peligro, y aunque no tenía jurisdicción oficial, aún podía intentar advertirle. Por otro lado, también necesitaba alguna forma de mantenerme al tanto de los movimientos de Williem sin llamar demasiado la atención.
Mientras me dirigía hacia mi coche, mi teléfono vibró en el bolsillo. Lo saqué y vi un mensaje de texto de un número desconocido. Al abrirlo, mis ojos se estrecharon en una mezcla de sorpresa y sospecha.
"Deberías ser más cuidadoso, André. Algunos secretos están mejor guardados."
No había alguna indicación de quién podría haber enviado el mensaje, pero estaba claro que era una advertencia. Mis pensamientos volvieron rápidamente a Williem. ¿Había descubierto de alguna manera que lo había estado investigando más de lo que él sabía? ¿O había alguien más observando desde las sombras?
Guardé el teléfono, sintiendo una presión creciente en el pecho. La ciudad, que hasta hace poco había sido mi territorio, mi coto de caza, ahora se sentía como un laberinto lleno de trampas y giros inesperados.
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